O15.
Lisa sentía sus mejillas rojas.
Estaba en el auto de Rosé después de haber ido a desayunar.
Las dos se despertaron abrazadas en ese grande sofá blanco en la sala de Rosé.
Fueron a desayunar a una cafetería frente al apartamento de la alfa.
Lisa comió un Croissant con salmón y tomó un té chai, mientras que Rosé devoró unos panqueques con huevo y tocino por un lado.
Cada que veía el plato de Lisa solo repetía: ‹‹te daré de comer más, omega››, haciendo a Lisa sonrojarse.
Durante todo el almuerzo Rosé tomaba la mano de Lisa, acariciándola por arriba de la mesa y viendo con frialdad a todas las personas que las veían a pesar de que Lisa les ofrecía una dulce sonrisa a todos.
Llegaron a la pequeña casa de Lisa.
Flores en el pórtico, una puerta color blanco y paredes de color azul celeste.
Adorable.
—Llegamos a tu casa, Lili. —Rosé estacionó el auto y salió de este para ir al lado de la puerta de Lisa.
Abrió la puerta y ayudó a la omega a salir de esta.
—¿Quieres ir a una cita conmigo? —Lisa salió del auto y Rosé sonrió.
Estaban frente al auto en la banqueta.
Lisa sonrió cuando Rosé se pegó más a ella, acorralándola en el auto y besando sus labios dulcemente.
—Me encantaría, pero recuerdo haberlo dicho yo primero.
Lisa acarició los cabellos de la nuca de la alfa.
—Pero no haz dicho cuándo, y yo ya sé incluso a dónde iremos.
Rosé la vio sorprendida.
—¿Has pensado mucho en esto?
—Desde que te conocí para ser exactos. —Lisa sonrió y puso sus manos en la mejilla de la mas alta.
—¿Puedo saber a donde iremos?
—Es una sorpresa, alfa. —Lisa sonrió.
Rosé sintió su corazón estallar de felicidad.
Su alfa se encontraba emocionada y muy enamorada.
—Dilo otra vez.
—¿Qué será una sorpresa?
—Lo otro. —Rosé presionó sus labios en la mejilla de Lisa.
—N-No se de que hablas... —Lisa tartamudeó por sentir los labios de Rosé tocar su mandíbula, y después morder un poco el lóbulo de su oreja.
Rosé sonrió un poco al saber que había hecho sonrojarse a Lisa.
—No juegues, omega. —susurró Rosé en su oreja.
—Alfa... —Lisa susurró.
Rosé sonrió y besó a Lisa de forma desordenada, con la Tailandesa jadeando por la sorpresa.
La omega sentía sus piernas débiles, y disfrutaba del sentir a Rosé acariciando su cintura.
El sonido de una tapa de basura de metal las hizo separarse un poco, con Rosé cubriendo a la omega para que nadie más la vea.
Jennie estaba al lado de ellas sacando la basura de la casa.
Usaba una pijama de patitos y una afelpada bata de color rosa.
—De verdad no quería interrumpirlas, pero esa tapa estaba muy grande.
Lisa sintió sus mejillas sonrojarse a más no poder.
—Hola, Rosé. —Jenniesaludó.
—Hola. —la voz fría característica de Rosé.
—Anoche la fiesta estuvo increíble —Jennie podía sentir como la tensión se podía cortar con un cuchillo de mantequilla—. Iré adentro, y creo que ustedes también deberían de hacerlo, no creo que a nuestros vecinos les agrade el espectáculo, además de que estoy segura que estás congelándote el trasero, Lisa.
Lisa asintió apenada, y Rosé vio con preocupación como claramente hacia frío y la omega solo usaba esa grande camisa y unos pants que le quedaban grandes.
Rosé se separó un poco y sintió a Lisa ir hacia ella, buscando su calor.
—Tienes que entrar a tu casa, Lils.
Lisa asintió y besó la mejilla de Rosé.
—Mañana a las siete de la tarde pasaré por ti —Lisa besó otra vez a Rosé con delicadeza—, no lo vayas a olvidar, alfa.
Rosé asintió y abrazó a Lisa, acariciando su cabello.
—Nos vemos mañana, omega.
Lisa sonrió dulce y le dio un besito rápido para después salir corriendo hacia su casa.
Rosé vio cómo entraba a esta, y después de esto entró a su auto y salió hacia su apartamento por unas cosas antes de irse a trabajar en la clínica.
¡Gracias por leer!
—🌷
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