Nueve
—¿Kook? —la videollamada se cortó mientras JungKook le contaba su día.
La señal esos días en la ciudad estaba fallando y sumemos el hecho de que la diferencia de horarios complicaba que hablaran continuamente.
Habían pasado cinco meses, seis semanas y tres días desde que fue a dejar al lindo omega con olor a fresas al aeropuerto, lo vio irse con su grande maleta amarilla y su mochila celeste, lo despidió con un abrazo cariñoso y unas palabras de aliento mientras el lindo omega sonreía lo más posible.
JiMin esperaba recordar por todos los meses el dulce olor del omega y la suavidad de su piel.
Al final el viaje de louis se extendió un poco porque tuvo que ir también unas semanas a italia, lugar hermoso para el omega pero con pésima recepción.
—¡demonios! —JiMin cerró la laptop y salió de su oficina en la clínica.
JiMin estaba enojado y más frío de lo usual.
Extrañaba a JungKook, solamente podían hablar cuatro veces a la semana por videollamada y gracias a la falla en la señal del área de su consultorio y departamentos se habían cortado sus conversaciones a tres veces por semana.
Jin vio a JiMin sorprendido mientras cargaba un gran bulto de alimento al área de recuperación de perros.
—Wow, —Jin se detuvo un momento. —¿Te sucede algo?
—La maldita señal de esta maldita área. —JiMin gruñó.
—¿Otra vez se cortó tu videollamada con JungKook?
JiMin asintió molesto.
—Awww… —Jin dijo con ternura. —extrañas a tu omega.
JiMin rodó los ojos.
—No es mi omega. —dijo serio. —pero obvio que lo extraño.
Jin rió divertido.
—¿Cuándo regresa? —Jin hizo que JiMin cargara el grande bulto de alimento.
JiMin hizo una mueca.
Aun no sabía JungKook.
Estaba apunto de decirle un aproximado antes de que la llamada se cortara.
—Aún no sabe, pero espero que pronto. —el alfa gruñó molesto. —mi madre se casará de nuevo en unas semanas y no quiero ir solo.
—Yo iré a la fiesta. —Jin frunció el ceño. —no estarás solo.
—No quiero estar contigo toda la fiesta y ver cómo fracasas ligando. —JiMin suspiró. —además si llevo a louis mi madre dejará de intentar que yo salga con su secretaria.
Estaban en el área de recuperación donde tenían perritos se estaban recuperando de cirugías.
JiMin se acercó a HyLee, un gran pastor alemán que tenía su pata rota.
Le dio su comida y acarició sus orejas suavemente.
—¿Cuándo le pedirás una cita a JungKook? —Jin le daba su comida a un pequeño chihuahua que tenía una hernia.
—Nunca. —JiMin habló seco.
—¡¿Por qué no?! —Jin se escuchaba un poco desesperado. —¿esto es por jared?
JiMin gruñó enojado.
—Él no tiene nada que ver en esto.
Jin bufo.
—Él era un idiota infiel. —Jin dijo con un poco de desprecio. —te jodió la cabeza con toda esa mierda de que no sabías como amar.
JiMin se abrazó a sí mismo un poco inseguro.
—Jared no tiene nada que ver en esto así que no lo involucres.
Jin rodó los ojos.
—Deja de defenderlo de todo el daño psicológico que te hizo. —Jin salió a la recepción. —es patético.
JiMin sintió un nudo en su garganta.
Kang Jared.
Omega que JiMin conoció en la preparatoria y que amo mucho.
JiMin siempre ha sido de la forma que es.
No es un problema para él, le gusta su personalidad y realmente se siente cómodo consigo mismo.
Simplemente no es tan expresivo como los demás.
Algo que jared siempre odio.
Y la principal razón por la que terminaron fue el argumento de jared de “no sabes como amar a alguien más, Park”.
Eso le rompió el corazón al alfa que estaba enamorado de esos brillantes ojos grises y su cabello rubio platinado.
Al final resultó que jared lo había estado engañando por meses con un alfa, todos le vieron la cara.
Desde ese momento las citas han sido un tema delicado para el alfa.
Ningún omega quiere a un alfa frío.
Y JiMin se rehusa a cambiar solo para complacer a los demás cuando no está haciendo nada malo más que ser él mismo.
Ningún omega se interesaba fuera de su físico, pero al ver que el alfa era frío y tardaba un buen rato en tomar confianza se iban.
Todos menos JungKook.
Que a pesar de que JiMin pocas veces ofrecía una carcajada fuerte o una sonrisa completa, el omega no dejaba de verlo.
Para JungKook, JiMin era su alegría y diría mil bromas solo para ver su sonrisa o escuchar su risa.
JungKook ama cuando JiMin sonríe, pero también ama la tranquilidad que harry transmite.
Una llamada entrante estaba en el celular del alfa.
El nombre registrado “Koo <3” apareció en la pantalla.
—hola, Kook. —el alfa sonrió.
—¡Hola, Minnie! —el omega se escuchaba apurado y emocionado.
A JiMin le gustaba escuchar a JungKook feliz.
—¿Sucede algo?
—¡Mañana llegaré a la ciudad! —JungKook sonrió emocionado. —amo el sol de la playa donde estoy y las pinturas, JiMin, ¡el arte en las ciudades donde estuve! No sabes que feliz fui viendo todo esto. —JungKook se escuchaba emocionado.
JiMin sonrió.
—¿A qué hora llegará tu avión?
—A las tres de la tarde. —el omega suspiró. —¿Podrías pasar por mi al aeropuerto?
JiMin sintió su corazón bombear más fuerte.
—Claro… —JiMin sonrió. —como lo prometí.
JungKook chillo feliz.
—¡Tengo tantas cosas que contarte!
—Entonces mañana tenemos una cita cuando llegues.
—¿En el restaurante de comida china con el gatito? —la voz de JungKook se escuchaba esperanzada.
—Si. —JiMin sonrió. —nos vemos mañana, Kook.
—Adiós, Minnie, nos vemos mañana…
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