¡Primera actualización de 2025! Te dejo esta canción que me da mucho las vibes de fiesta.

Felix siguió a Han, pisándole los talones. Su pecho se llenaba de ansiedad solo de pensar que algo le pasara a su máscara. ¿Y si se rompía? Seguro que eso afectaría a su magia. ¿Y si Jisung se la ponía? ¿Y si su secreto se revelaba? Eso no podía pasar.

Lo persiguió por el pasillo hasta llegar al salón, donde el resto seguía con la fiesta. La sala estaba cargada del olor a alcohol mezclado con sudor y perfume mientras los amigos bebían y reían, totalmente ajenos a la desesperación de Felix por detener a Jisung.

Los ojos de Felix no se apartaban de la máscara entre las manos de Jisung, quien se escabullía entre sus amigos. Este juego del gato y el ratón le estaba haciendo perder la paciencia.

Sus manos picaban mientras sentía que su respiración se volvía profunda. Estaba ajeno a todas las luces y música que convertían el lugar en un escenario ideal para disfrutar con sus amigos. No era capaz de pensar en otra cosa que no fuera en recuperar lo que era suyo. Era consciente de cómo la máscara lo desgastaba e incluso lograba aislarlo, pero también sabía que le sería imposible cambiarlo.

Aquella máscara, que había pasado de ser su vía a la libertad a ser una adicción, lo tenía completamente atrapado. La dependencia que sentía por ella la había convertido en una maldición.

Por fin alcanzó a Jisung cuando sus pasos se volvieron más torpes. Lo agarró del brazo, pero Han cayó al suelo por lo inestable que lo había dejado el alcohol.

Felix se agachó enseguida para que su mejor amigo no se hiciera daño, aunque solo hubiera sido un suave tropezón. Sin pensarlo dos veces, Jisung, con su mente mareada, lanzó la máscara justo cuando Felix estiró su mano para tomarla.

Ante la expresión aterrada de Felix, la máscara viajó por el aire. El tiempo pareció detenerse mientras el objeto mágico daba vueltas en el espacio hasta caer en las manos de Hyunjin.

El pelinegro la miró con una sonrisa amplia e inestable, ya que también había bebido. Con la mirada de Felix y Han sobre él, inspeccionó el objeto. Acarició los bordes dorados de la máscara y observó cada detalle: las pinceladas y decoraciones hechas a mano. Era muy suave al tacto, ya que había sido lijado y barnizado con el máximo de los cuidados.

La acercó a su rostro, desconociendo todo el poder que cargaba la máscara, pero no llegó a ponérsela. Las manos de Felix la agarraron con fuerza justo a tiempo y dieron un tirón, arrebatándosela de las cuidadas y pálidas manos de Hwang.

Hyunjin se quedó paralizado por unos momentos. La velocidad de Felix lo había dejado confuso. ¿Por qué cuidaba tanto ese objeto? En otras circunstancias habría preguntado, pero toda curiosidad se esfumó por completo cuando vio el rostro del rubio.

—¡Hey, Felix! Por fin llegas —dijo con una sonrisa tonta que demostraba que también iba un poco borracho. Lo abrazó sin notar toda la tensión que cargaba el cuerpo del rubio, ni los temblores de sus dedos alrededor de la máscara—. He traído unos licores buenísimos, tienes que probarlos.

Alrededor suyo, la fiesta continuaba. La música seguía a todo volumen mientras sus amigos bailaban con vasos y aperitivos en mano. Pero Felix solo tenía en la cabeza la idea de proteger su máscara. Estaba de nuevo en la burbuja que él mismo creaba.

—Yo puedo servirte —interrumpió Han en la conversación, colgándose de los hombros de ambos. Parecía que había aceptado que no podría quitarle la máscara por su estado, pero no perdería la oportunidad de molestarlo un poco—. ¿Qué te parece un platito de leche? ¿O prefieres agua? Por si necesitas ayuda para meterte en el personaje.

Jisung rió de su propia broma, mientras Hyunjin fruncía el ceño sin comprender el chiste.

—Qué gracioso eres, de verdad —dijo con sarcasmo Felix, apartando el brazo de Han que le rodeaba los hombros—. Agradezco si me preparas algo de beber, esos licores suenan muy bien.

La sonrisa boba volvió a los labios de Hyunjin mientras Han comenzaba a hablar, arrastrando las palabras sobre qué darle de beber a Felix. El rubio les guió hasta la mesa de las bebidas con una sonrisa tensa, mientras los escuchaba ponerse de acuerdo sobre qué debería probar primero.

Aprovechando que estaban distraídos, se escabulló hasta la cocina de nuevo.

Necesitaba proteger la máscara. Se prometió a sí mismo mantenerla en su mochila hasta que la fiesta acabara.

El rato pasó, y tras bailes y tragos, habían logrado crear un ambiente cómodo y divertido entre todos. Minho estaba en su propia burbuja con Jisung, quien no dejaba de piropearlo debido al alcohol. A Minho no le molestaba, y sus mejillas rojas eran prueba de ello.

Por otro lado, en la improvisada pista de baile, Bangchan, Jeongin y Seungmin presenciaban cómo Hyunjin y Changbin luchaban por la atención de Felix. Changbin bailaba de forma divertida, buscando atraer su mirada, mientras Hyunjin deslizaba su mano por su espalda hasta posarla en la cintura de Felix, dejándolo helado por unos momentos.

Se sentía atrapado en un tira y afloja donde él parecía ser el premio. Aunque intentaba mantenerse centrado en la máscara, que parecía llamarlo desde su mochila, la cercanía y los toques de Hyunjin lo iban distrayendo. Sintió cómo sus mejillas enrojecían al notar los dedos del pelinegro hundiéndose en su cintura, como si lo estuviese reclamando. Entonces, en un movimiento rápido, Changbin lo tomó de la muñeca y le hizo dar una vuelta, alejándolo de Hyunjin.

Felix soltó un suspiro aliviado. El toque de Hyunjin se había sentido demasiado bien, pero agradecía que Changbin hubiera roto el momento, ya que él no sería capaz de manejar la situación. Los nervios que ya tenía se intensificaban con la "batalla" entre Hyunjin y Changbin.

Quería gritarles que pararan, que se alejaran de él, pero sabía que debía mantener esa fachada de relajación y buen rollo. Tomó otro sorbo para intentar calmarse, pero abrió más los ojos cuando sintió un pecho rozar su espalda.

Era Hyunjin. No necesitaba verlo; su presencia era imposible de no reconocer para Felix.

La mano libre de Hwang se deslizó hasta su cadera y lo pegó más a él. Felix sabía que sus mejillas estaban más calientes que nunca. Su estómago se revolvía en una mezcla de alcohol y mariposas inquietas. La sonrisa de Hyunjin se amplió al ver la mirada de Changbin sobre ellos.

Parecía que, por fin, lo había entendido. Felix había elegido hacía mucho tiempo, y Changbin no era su elección.

Durante toda la interacción, tres pares de ojos estaban sobre ellos. Chan miraba disimuladamente, tratando de centrarse en bailar. Seungmin y Jeongin cruzaban miradas sin necesitar palabras para comunicarse.

Seungmin, cansado de la situación, salió del círculo que habían formado para rellenar su vaso, aunque solo lo usó como excusa para dejar de ver cómo el chico que le gustaba demandaba la atención de alguien más.

No solo el rechazo lo abrumaba, sino que también trataba de extinguir el pensamiento de que todo su grupo parecía estar emparejado con alguien, excepto él. Por mucho que fingiera indiferencia, la idea de ser la tercera rueda lo atormentaba. A nadie le gusta ser el mal tercio.

Llegó a la mesa de las bebidas y, con cuidado, tomó una de las preciosas botellas que había traído Hyunjin. Él no bebía con regularidad, así que se contuvo. Sostuvo una de las botellas entre sus manos, viendo cómo, además de reflejar las luces de la fiesta, también mostraba su propia imagen. Al contrario que aquellas brillantes decoraciones, él parecía estar apagado.

Tras llenarse el vaso, dio un trago y suspiró, sintiendo cómo aquel oro líquido pasaba por su garganta. Notaba cómo poco a poco empezaba a marearse y a adoptar esa expresión algo boba que siempre ponía cuando bebía. Al menos eso lograba hacerle olvidar sus pensamientos, aunque fuera de forma temporal.

Dio otro trago y se giró, dispuesto a volver al círculo, pero se quedó paralizado. Delante de él, en uno de los sofás, vio en primer plano cómo Jisung se sentaba sobre los muslos de Minho.

Tosió, golpeándose el pecho para no atragantarse al ver cómo Jisung se inclinaba para devorar la boca de Minho sin ningún tipo de vergüenza. El contrario pareció sorprendido al principio, pero no tardó en relajarse al ver las intenciones claras de Jisung y no lo detuvo. El brazo herido de Minho reposaba a su costado, mientras que con su otra mano subía por la cintura de Jisung, juntando sus cuerpos.

Seungmin desvió la mirada, sintiéndose un intruso en aquel momento tan íntimo, mientras la incomodidad y un frío vacío golpeaban sin compasión su corazón. ¿Por qué ya no encajaba allí?

¡Hola hola! ¿Qué tal? ¿Qué te ha parecido el capítulo?

Creo que todos nos hemos sentido como una pieza que no encaja así como se ve Seungmin así mismo. ¿Alguna vez has sido la tercera rueda?

También te quería agradecer por seguir conmigo un año más. Espero que te haya gustado la primera actualización del año. Recuerda que si ha sido así me ayudarías mucho que dejaras tu voto y algún comentario.