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Capítulo Veinticinco !!

Una sonrisa sincera apareció en el rostro de Hyunjin cuando vio a su querido gatito aparecer por la ventana de su habitación.

¿Cómo estás? —Con su mano acarició la cabeza del felino mientras con la otra lo tomaba en brazos con suavidad.

Hyunjin estaba preparándose para la fiesta que habían organizado para Minho, iba vestido con ropas negras y con el característico logotipo de la marca de su padre, un bordado con las iniciales del dueño de la compañía; "HJ". Las prendas que diseñaba Hwang Jinyoung siempre contaban con aquel bordado que identificaba su marca de forma inequívoca.

Hyunjin solo vestía con estas prendas ya que tenía prohibido usar otra marca que no fuera la de su padre por obvias razones. ¿Qué pensaría la gente de ver al hijo del famoso diseñador y dueño de la empresa líder en el mundo del modelaje usar una marca diferente?

Lo tenía aceptado desde siempre, así que era una cosa que no le afectaba. Eso sí, seguía manteniendo la costumbre de utilizar pijamas que se podrían denominar tiernos, con estampados de osos o estrellas, los cuales no pertenecían a ninguna colección de Jinyoung. Su padre se lo permitía ya que nadie lo vería con esas prendas así que Hyunjin estaba feliz de poder conservar su tradición. Podría parecer una tontería para cualquier persona, pero no para alguien que todavía recordaba el curioso gusto de la que fue su madre por los pijamas con estampados algo ridículos.

Hyunjin seguía con el gato en brazos, pegado a su torso, mientras seguía danzando con diversión por su habitación.

Si mi padre me viera contigo en brazos... Estoy seguro de que enloquecería por todos los pelos que dejas en mi camisa. —Soltó una risa y salió de su cuarto con pasos lentos y despreocupados. Sabía que tanto su progenitor se enfadaría si viera su ropa cubierta de pelos de gato; la marca HJ era intocable y Hyunjin debía verse impecable siempre, pero en esos momentos, con su pequeño gatito entre sus brazos todo le daba igual.—Pero puedes estar tranquilo, el temido Hwang Jinyoung no está aquí.

Fue paseando por su casa, esquivando las cajas de mudanza que esperaban en salas y pasillos a ser abiertas. Se sentó en el sofá sin soltar al gato, manteniéndolo contra su torso para darle calor. Las calles estaban más gélidas y el cuerpo del animal estaba casi congelado y temblaba por el frío.

A pesar de sólo recibir maullidos, Hyunjin comenzó a hablar como de costumbre. La simple existencia del felino y su mirada brillante le indicaba al pelinegro que estaba siendo escuchado.

Yo estoy muy emocionado, es mi primera vez saliendo con más personas. Solíamos ir solos Minho y yo a karaokes o discotecas, pero ahora no puedo negar que me gusta la idea de ser un grupo más grande en una fiesta privada...

Hizo una pausa, pensando en cómo se había hecho más cercano a los chicos. Estaba claro que entre ellos había diferencias y problemas, pero las cuestiones que atormentaban a Hyunjin parecían desaparecer cuando estaba con ellos.

Ser hijo de Jinyoung también le traía inconvenientes. Durante toda su vida había tenido problemas por haber sido educado en casa. Cuando llegó al instituto era muy difícil para él hablar con nuevas personas, no solo carecía de habilidades sociales, si no que sus compañeros se sentían intimidados por el poder de su padre. A esto se añadían los constantes malos tratos que le daba su ex-amigo, Taehyun.

Tras varios días de soledad en aquel entorno nuevo, Minho llegó a su vida como un ángel caído del cielo. Recordaba vívidamente cada vez que lo había acompañado y también defendido del acoso de Taehyun. Aunque su manera de solucionar las cosas era discutible ya que no dudaba en usar la violencia si era necesario, Hyunjin siempre se sintió agradecido. Lee había sido el único en defenderlo, como si fuera el hermano que nunca tuvo.

Salió de sus pensamientos cuando sintió como el gato había comenzado a lamer sus dedos en busca de atención. Soltó una pequeña risa mientras alzaba al gato a la altura de su rostro y dejó un pequeño beso en la cabeza peluda del animal.

¿Sabes por qué también estoy feliz? Mi padre volverá de su viaje de negocios dentro de una semana, así que podré estar tranquilo durante la fiesta. A mi padre no le gusta que yo beba, pero de vez en cuando no puedo evitar hacerlo. Puedo divertirme sin beber, pero un par de copas ayudan bastante.

Dejó al gatito en el suelo y caminó hasta la entrada, donde había dejado las bolsas con las botellas que llevaría. Llevaba una cantidad considerable de bebidas a pesar de que había acordado que el resto de bebidas las llevaría Changbin, ya que irían a su casa. Se agachó y tomó una de las botellas, la miró por unos momentos abultando los labios.

No sé por qué le molesta tanto, él siempre bebe cuando se enfada...

Dio un suspiro y vio como el gato estaba al lado de la bolsa, mirándole con esos ojos que adoraba. Su móvil empezó a sonar y con rapidez lo tomó, guardando la botella de nuevo.

Mierda, Seungmin... Sí, sí, ya estoy saliendo de casa... —Aunque no podía escuchar la llamada, Felix sabía a la perfección lo que pasaba.

Felix saltaba las casas cercanas lo más rápido que podía; había estado tanto tiempo con Hyunjin que ambos llegarían tarde.

Llegó a su habitación entrando también por la ventana. Temía que su abuela lo descubriera por lo que comenzó a quitarse la máscara... No podía.

La máscara se había adherido a su cara y parecía que no se movería de allí. Sus pequeñas patitas pasaban una y otra vez por su rostro, trataba de retirarla, pero era inútil. El miedo se coló entre sus huesos, temiendo que la máscara no se despegara y comenzó a arañar con más insistencia su cabeza peluda de gato, no le importaba si sus garras le llegaban a hacer daño.

Rodó por el suelo, frustrado, ¿y si esta vez las palabras de su abuela se hacían reales? Tras varios intentos se dio cuenta de que sería imposible solucionar nada si seguía actuando de forma brusca, sabía de sobra que la magia de la máscara no cedería a la fuerza bruta.

Caminó por la habitación inquieto hasta detenerse frente al espejo. Observó su pequeño cuerpo de gato, en el que siempre se transformaba cuando se ponía la máscara. Esta vez la crisis que sentía era muy diferente a la que vivió en casa de Hyunjin; su cuerpo estaba tranquilo, sus manos no picaban y sentía comodidad, demasiada.

Cerró sus ojos con fuerza mientras negaba, no podía dejarse vencer por su lado animal. No ahora.

Su lado racional seguía funcionando y miró sus patitas mientras se esforzaba por calmar su respiración, dispuesto a pensar de forma tranquila una solución. Levantó la cabeza cuando su agudo olfato de felino captó un aroma familiar y dio un pequeño salto. Atún.

Bajo las escaleras a toda velocidad y llegó a la cocina. Agradeció que su abuela no estuviese para no tener que justificarse y sin esperar más se subió a la alacena impulsándose con sus patas. Se guió con su olfato y encontró una lata de aquel alimento que solía tomar cuando era un gato.

No sabía si era placebo o no, pero sabía que el atún lograría mantener a su lado gatuno tranquilo y quizás sería la solución para quitarse la máscara.

¡Hola hola! ¿Qué tal estás? ¿Qué te ha parecido el capítulo?

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Lamento mucho haber tardado tanto, ya conocéis la vida del estudiante. De todas formas gracias a las chicas del Club de Lectura de SKZ me dieron consejitos se me hará más fácil actualizar.

Pasa buen día y cuídate, ¡hasta pronto!

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