Hola de nuevo, seguiré actualizando esta historia con la razón justa de que, quiero concluirla lo mas pronto posible para así permitir ya adaptaciones. Espero que les guste, no se les olvide comentar por favor.

Este capítulo será una mirada retrospectiva al nacimiento de Beomgyu. Así que iniciemos.

Yeonjun miró hacia soobin el cual se encontraba tomado de la mano de una rubia alta y esbelta, jefa del equipo de porristas. Su corazón empezó a latir y su mente solo le decía que se fuera de una vez de ahí, que no tendría oportunidad alguna con el capitán del equipo de fútbol americano de la universidad.

Apretó sus labios entre sus dientes y suspiro antes de que sus pies lo traicionaran y empezarán a avanzar al frente donde se encontraba con un grupo de amigos. Tembló un poco cuando estuvo frente a la espalda ancha de soobin y se quedó en blanco sin saber que hacer, se maldijo mentalmente por la estupidez que había hecho. Así que trató de voltearse e irse por donde vino.

— Hey tú. — Un chico de los de ahí mismo le habló, haciendo que los demás voltearan y le vieran, especialmente Soobin.

Él alfa frunció su ceño y después sacó un sonrisita inusual que hizo que el omega se sonrojara salvajemente ante tal atrevimiento. Frunció sus labios y apretó los cuadernos que llevaba en sus brazos sobre su pecho.

— Oh, él nerd esta aquí. —La rubia habló y halo a Soobin hacia ella.

— ¿Qué buscas aquí? —preguntó el mismo chico que le había hablado al principio y yeonjun no supo que contestar. — ¿te quedaste mudo?

Yeonjun prontamente negó y sus mejillas se sonrosaron al tener la mirada fija de soobin sobre su cuerpo, era incómodo.

— Q-quiero hablar con Soobin. —Miró el suelo avergonzado, y las risas no se hicieron esperar.

— ¡oh que cliché!, el nerd con el chico guapo y popular jugador de fútbol americano, suena buen título — Habló el mismo chico.

Soobin le miró incrédulo y se alejo de la rubia la cual frunció su ceño. Soobin se dirigió hacia el chico y susurro: — Vámonos.

Dio unos suaves golpecitos en su espalda y Yeonjun asintió empezando a caminar por delante. Todos se quedaron callados, pensando que Soobin rechazaría al omega, pero no fue así.

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— Tengo algo que decirte. — Yeonjun hablo porfin.

Habían entrado a una cafetería muy cercas del campus. Soobin se acomodo en su asiento y asintió. — Lo entiendo, prosigue.

— Bueno... ¿Te acuerdas de...?

— Yeonjun, ¿verdad? —preguntó y el omega asintió — No volverá a pasar. Verás, tú y yo estábamos en celo o bueno días antes de nuestro celo en sí, por lo tanto no estábamos pensando, lo siento si es que te ilusionaste rápido, pero no puedo ser tú novio o siquiera tener algo casual de algunas noches.

Yeonjun sintió su corazón quebrarse ante las palabras, a yeonjun no le gustaba esa clase de alfa. Su desilusión fue aquella, que cuando ambos tuvieron relaciones, Soobin le había dicho muchas veces que le amaba y deseaba, y qué, eran predestinados. De igual manera, el tiempo no se puede retroceder y lo hecho, hecho esta.

Dirigió su mochila hacia al frente poniéndola en sus piernas, abrió el cierre y empezó a buscar dentro de ella hasta encontrar lo que buscaba, sonrió tiernamente haciendo que el alfa le mire de manera extraña.

— ¿pasa algo?

Yeonjun asintió con una pequeña sonrisa en sus labios y después, mostró la fotografía o mejor dicho ultrasonido a la vista del alfa, dejándole helado. — Tendré un bebé.

— Oh... Bueno, supongo que, ¿felicidades?

Yeonjun quería golpear a Soobin. — No, tonto. Digo, tendremos un bebé, me dejaste en cinta.

“¿qué...?”

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— Tendrán que estar juntos. Al ser un embarazo delicado, yeonjun necesitará mucho de su olor. —Dijo el doctor leyendo un expediente médico— También necesita hacer una marca, es muy importante que ustedes formalicen por qué si no, habrá complicaciones en el parto.

Ambos chicos asintieron. Hace una semana yeonjun le había contado todo a Soobin y habían quedado en saber más al respecto. Yeonjun tenía tres meses de embarazo, y se veía jodidamente bonito, Soobin no lo noto hasta que subió su pequeño suéter ante el doctor beta y se hizo una ecografia.

Si estaba embarazado. En la mente de soobin todo fue tan maravilloso y sorprendente.

Salieron de la clínica y soobin llevó a Yeonjun a su casa, en el camino ambos no hablaban, lo habían hecho muy poco, así que Soobin estaba incómodo.

— Entonces...¿Qué haremos? —Preguntó yeonjun, haciendo que Soobin le preste atención.

Él alfa pensó un poco, una marca... Era soltero, solo se acostaba con unas cuantas chicas y chicos por que sí, era joven y hormonal, pero nunca fue algo serio, una marca era la unión de dos personas con un destino igual. Una marca es importante y Soobin pensaba que siempre estaría solo por que eso le parecía un cuento, pero ahora descubría que no lo era, y que los omegas en estado lo necesitaban.

Al principio pensó egoístamente en decirle al omega que fuera con otro y lo marcara, pero Yeonjun no era un objeto el cual se regalaba a las personas, era un ser humano, valioso, que tiene una vida en su vientre, y eso lo hacía valiente.

— Tendremos que pensarlo en estos meses. —Solo pudo decir eso en un suspiro, sin querer adelantar los hechos.

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4 meses después, Yeonjun ya tenía una bonita marca en su cuello. Soobin y él empezaron con el pie izquierdo, entre conflictos, peleas, problemas familiares y lágrimas. Todo terminó siendo risas, palabras de amor y deseo el uno por el otro, 4 meses fueron suficientes para que Soobin se diera cuenta que por más que no quisiera un omega ahí estaría su predestinado el cual después de negarlo muchas veces lo encontró en yeonjun, y Yeonjun aunque tardó mucho tiempo en aceptar su realidad, le tomó un cariño muy especial a la que sería su pequeña familia.

Ya en su nuevo departamento hacían su nido de amor sobre la cama. Soobin encargándose de abrazar y besar los suaves cabellos pelirrosas de Yeonjun, tratando de calmar los calambres que el omega sentía por las tardes en su vientre.

— Binnie, necesitamos un nombre. —yeonjun rompió el silencio armonioso que se estaba formando.

Soobin bajo su vista encontrándose con la del omega y asintió.

— ¿Cuál piensas que es correcto para nuestro pequeño bebé? —Preguntó el alfa.

Yeonjun pensó un poco y negó.

— No lo sé, no lo encuentro. ¿Qué hay de ti? ¿Tienes uno?

Soobin pensó un poco, había puesto nombres a sus mascotas y todos habían sido especiales, pero el bebé no sería una mascota y comparalos sería muy burdo. Mordió su labio y pensó en un nombre especial que quedaría con sua apellido, algo que detonara grandeza pero también un nombre que fuera gentil.

— ¿Choi... Beomgyu? —Dudo, pero lo hizo, haciendo que su pareja se levantará sorprendido.

— Ese nombres es genial binnie. Es lindo... —susurro yeonjun sobre los labios del pelinegro. Soobin se sonrojo.

— Entonces... Choi beomgyu será el nuevo miembro de esta familia...

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Beomgyu nació al mes de eso, siendo un niño pequeño que cabía en las grandes manos de su padre alfa y en los suaves brazos de su padre omega.

Yeonjun y Soobin son padres primerizos esta vez, enfrentándose a un mundo de emociones y colores con su bebé, al cual desde el primer momento amaron con toda su alma.

Yeonjun miró fascinado y las lágrimas brotaron de sus ojos al ver cómo el bebé con su pequeña mano tocaba su dedo. Fue una oleada de felicidad y miró a Soobin el cual se encontraba un poco perdido en sus pensamientos observando al bebé. Serían unos grandes padres, de eso no tenían ninguna duda.

Yeonjun empezó a cambiar su actitud al ser una más preocupada que antes, le gustaban las cosas pequeñas y mínimalistas. Le gustaba vestir a Beomgyu con trajes lindos y por las mañanas, tardes o noches darle de comer de su propio seno. Así que, disfrutaba mucho aquello, solo ver a Beomgyu le daría energías por el resto del día, si lloraba, se levantaría sin pensarlo, por que se volvió la personita que más adora.

Y soobin también lo adora, adora a su familia y manda al carajo a aquellas personas que en su vida sobraban.

Beomgyu es su primer hijo, nacido en una familia de mucho amor.