Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🍸1. Golden Bar🍸

-¿Un Espresso Martini para el apuesto caballero?

Seokjin aparta los ojos de su teléfono celular, con el que lleva entretenido casi una hora sentado en la barra del bar, bebiendo una simple tónica de la que ya sólo quedan un par de cubitos de hielo derritiéndose. Levanta una ceja al ver la copa enfrente suyo y vuelve a mirar al simpático barman, quien apoyando los codos sobre la barra e inclinando su rostro a una prudente distancia de la suya, sigue esperando expectante su respuesta.


"¿Café y Martini?

Curiosa elección."

Dudoso, Seokjin juega con el borde de su negro y largo flequillo por unos segundos, observando la forma sugestiva en que se marca la blanca camisa sobre el fibroso pecho del hombre, donde un botón parece luchar por mantenerse en su sitio.

Finalmente rebusca en su bolso verde azulado de Louis Vuitton, tanteando dónde puede haber dejado su cartera para pagar la bebida. Sin embargo, la voz varonil interrumpe rápidamente su acción.

-Invita la casa- se apresura a añadir el joven, marcando en su mejilla un encantador hoyuelo, despejando con su mano de forma despreocupada algunos cabellos marrones de su morena frente.

El chico de cabello negro deja su teléfono sobre la barra, vuelve a mirar al muchacho que le acaba de ofrecer el cóctel y fija su vista en un pequeño identificador sobre el chaleco del uniforme que reza "Nam, para servirte".

Seokjin recoge la copa y da un pequeño sorbo a su bebida, sonriendo con timidez. Hace un pequeño asentimiento de cabeza pronunciando un leve -Gracias- apenas audible entre la música que inunda el frecuentado lugar.

El muchacho detrás de la barra le devuelve la sonrisa, reflejándose en su reluciente rostro las luces rosas y amarillas de neón. -La próxima bebida será un Café Bombón para el bombón- afirma al incorporarse y se atreve a guiñarle un ojo antes de seguir atendiendo a los demás clientes.

El color carmín inunda las blancas mejillas de Seokjin con tal acción y se ahoga con el líquido que discurre por su garganta, comenzando a toser un par de veces.

"¿El barman está intentando ligar con él?"

Era lo último que pensaría Seokjin que podría sucederle en aquella extraña noche del viernes.

Él había acudido solo al 'Golden Bar', el famoso y concurrido disco-bar de la ciudad, para saludar a su primo Hoseok que celebraba aquella noche su cumpleaños. Después de llegar y abrazarlo efusivamente, Seokjin se dispuso a pedir algo de beber en la barra, decidiéndose primero por un café helado para despejarse un poco ya que amaba la cafeína y el cansancio lo estaba matando tras un agotador día de oficina.

Al terminarlo y querer regresar al grupo de invitados de su primo, se vio perdido entre tanta gente extraña para él. Por su apariencia, algunos parecían ser famosos deportistas o modelos. Seokjin se sintió tan cohibido entre tantas personas que poco a poco se distanció del grupo y regresó al mismo asiento de la barra del bar.

Seokjin se consideraba demasiado tímido para iniciar una conversación con alguien desconocido. Ni si quiera sabe que rayos hacía allí en el bar un viernes por la noche. Solía pasar por aquel lugar todas las mañanas a por un café para llevar junto a algún compañero del trabajo, pues el bar se encontraba camino a la oficina. Pero jamás acudió por las noches.

Las mañanas y las tardes eran tranquilas, pero por la noche la música explotaba sus oídos a niveles ensordecedores. No era su ambiente, ni si quiera solía beber mucho alcohol, pero Hoseok le había rogado tanto que lo acompañe el día de su cumpleaños que le fue imposible decirle que no.

Incluso su propio primo le había preparado el outfit que usaría aquella noche. Una camisa de seda semitransparente en tono naranja pastel, adornada con unas largas cintas que desde el canesú caían de forma sofisticada a cada lado del cuello, dejando ver a través del largo escote parte de su blanco pecho descubierto. Unos jeans azules ajustados, una chaqueta negra de Balenciaga y botas a juego completaban el look. El toque distintivo en su ajuar era el bolso verde azulado de Vuitton que le habían prestado.

Seokjin no estaba muy seguro que todo aquello le quedara bien. No era su estilo, pero tampoco quería ser descortés con su primo, así que al llegar del trabajo sin pensarlo dos veces se duchó y se vistió con todos aquellos implementos, llegando al bar casi a las diez de la noche.

Ahora su reloj marca ya más de las doce y media. Seokjin suspira un par de veces, agradeciendo en silencio la bebida que le había obsequiado aquel simpático barman, pues así al menos podría entretenerse con algo hasta que su reloj de la una de la mañana y así poder retirarse a su departamento, alegando cansancio o dolor de cabeza. Piensa que sería la excusa perfecta para continuar en casa con su juego online de MapleStory, antes que seguir gastando toda su batería del celular jugando en aquella barra.

Seokjin da el último sorbo a su bebida y sin quererlo sus ojos vuelven a posarse en la misma figura del apuesto camarero que esta vez se encuentra atendiendo a un par de hombres a poca distancia suya. Uno de ellos mueve enfadado sus brazos tatuados sobre la barra y el otro le hace una mueca de disgusto, marcando en su mejilla una gran cicatriz. Al parecer no están conformes con el cóctel que se les ha servido y el moreno joven retira la copa apenado, indicándoles que otro camarero atenderá su pedido.

Repentinamente, el barman gira su rostro y sus miradas vuelven a encontrarse.

-¡Hey, bombón! ¡Allí te va otro regalo de la casa!- exclama Namjoon desde el otro extremo de la barra, lanzando el objeto de cristal.

El gesto llama la atención del pelinegro mientras ve en cámara lenta cómo la copa de Café Amaretto que había retirado el barman de los hombres hace unos segundos, se desliza ahora por toda la barra del bar hasta llegar a su lugar, con la mala suerte de que poco antes de llegar a sus manos se tambalea y termina por regarse todo el frío líquido sobre su finísima camisa de seda.

-¡Oh! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho, bonito!

Namjoon rodea la barra y se acerca al muchacho que se ha puesto de pie con el bolso y chaqueta en mano, mirándose perplejo, mientras su ropa empapada sigue goteando.

-Uhhhh... Esta mancha no saldrá fácilmente.- Namjoon menea la cabeza negativamente y hace un leve chasquido con la lengua. -Ven, vamos a solucionar esto antes que empeore.

El barman sostiene al joven pelinegro de la mano y lo conduce hacia los amplios baños del bar, sin darle tiempo a Seokjin de pensar o rechistar.

Una vez dentro, Namjoon da un rápido vistazo a la gente que está usando los servicios y conduce al muchacho entre el ruido de conversaciones, risas y la alta música que se oye desde fuera. Caminan a la par hacia la última puerta de los cubículos y viendo que está desocupado, entra junto con el joven empapado, cerrando la puerta detrás de éste.

El camarero se gira encarando al cliente, pero no le da tiempo de hablar o disculparse, pues el pelinegro lanza sus pertenencias sobre la tapa del wáter e inmediatamente apresa los brazos del barman, estampando el cuerpo del joven contra la puerta del baño, gritándole totalmente enfadado.

-¡QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE DETECTIVE KIM! ¡ESTAMOS EN UNA JODIDA MISIÓN!

Namjoon, al contrario de sentirse intimidado, mantiene una sonrisa boba en los labios mientras mira fijamente a Seokjin, tan cerca suyo que podría hasta besarlo si quisiese.

-¿Sabías que me gustan los chicos rudos?- pregunta el moreno de forma seductora. -Me estás poniendo mucho detective.

Seokjin se sonroja pero se fuerza a mantener su postura seria. Su deber es enfocarse en la misión.

-¿Qué te sucede? ¿Estás drogado, Kim?

El pelinegro acerca su nariz a pocos milímetros de la mejilla del moreno y aspira un par de veces para comprobar si puede captar algún olor o sustancia extraña que pueda haber puesto a su compañero en aquel estado, pero en segundos Namjoon gira su rostro y aprovecha en robarle un beso.

-¡Por la santa mierda, Kim! ¡Estás ebrio! ¡Apestas a alcohol! ¿Cómo se te ocurre beber en mitad del trabajo?- grita el pelinegro, soltando los brazos de su compañero y limpiando sus labios con la manga de su camisa naranja pastel. -El capitán Jung va a matarnos por estar aquí en los baños en vez de estar vigilando a los dos sospechosos de la barra.

-Llevo tooooda la maldita tarde practicando cócteles en un curso exprés para poder hacerme pasar por un barman de nivel ¿Qué querías que hiciera con todas aquellas copas? No podía desperdiciarlas. Así que me las bebí, obviamente. Además el capitán Hoseok Jung está feliz celebrando su falso cumpleaños ¿No lo haz visto?

-¡Céntrate Namjoon! ¡Él esta fingiendo cómo todos nosotros! Nuestra misión es atrapar a los líderes de ambos clanes cuando realicen el intercambio, sólo así tendremos las pruebas que faltan para cerrar el caso ¿Acaso crees que llevo este bolso de Vuitton todos los días a comisaría? ¡Por Dios! ¡Si se lo tuve que pedir prestado a mi hermano para pasar desapercibido en este maldito bar!

-Uffff... ¿Puedes regañarme más? Te ves tan sexy cuando te enfadas... Tan bonito con ese bolso... Y esa camisa mojada sobre ti es tan excitante...

Apoyando la espalda en la puerta del baño, Namjoon alarga uno de sus brazos y la adhiere a la fina cintura del pelinegro, acercando de un solo impacto el cuerpo ajeno al suyo. Inmediatamente deja que sus labios se paseen libres por la clara piel, dejando suaves mordiscos por el esbelto cuello, bajando por el cálido pecho y lamiendo parte de la humedad que aún queda de la bebida de café antes regada sobre éste.

Asombrado, Seokjin ahoga un jadeo y posa sus manos sobre el cuerpo ajeno en un vano intento por separarse. Una acción casi fingida, pues apenas está aplicando fuerza sobre sus brazos. El contacto del detective Kim le toma por sorpresa, más no le desagrada en absoluto. Al contrario, llevaba muchos meses soñando con ese momento.

Seokjin se incorporó al personal de comisaría hace sólo ocho meses atrás. Inmediatamente designaron a Namjoon como su compañero y quedó enganchado de él a primera vista. Su brillante presencia y su cálida sonrisa le dejó maravillado. Solían enredarse en interminables charlas donde las risas y bromas nunca faltaban. En cada caso que llevaron juntos congeniaron a la perfección. Tenían casi la misma edad pero Namjoon gozaba de mucha más experiencia en su profesión. Fue desde el principio su compañero, amigo y mentor. Por ello, Seokjin nunca quiso romper aquella magnífica relación entre ambos y jamás le confesó sus gustos personales.

La actitud de Namjoon era siempre amable y correcta con él y todo su equipo. Nunca insinuó nada fuera de una gran amistad, por lo que Seokjin temía ser rechazado.

Por esa razón está ahora tan sorprendido del repentino actuar de su compañero en este crucial momento.

Seokjin cierra los ojos disfrutando un par de segundos más de tan ardiente contacto de los labios ajenos que van encendiendo el mismo verano en su piel a pesar del crudo invierno... Hasta que nuevamente su sentido del deber retumba en su cabeza.

-Mmm, Nam... Jung... va a despedirnos- pronuncia apenas en un susurro, apretando los dedos en el uniforme de barman del moreno, mientras lleva su cabeza hacia atrás y los carnosos labios suben por su garganta, dejando suaves besos en su mentón.

-Jung va a darnos una medalla, precioso ¿Por qué crees que estamos aquí? Estoy algo ebrio pero logré escuchar a aquellos dos de la barra mientras decían que harían el intercambio de datos en el baño. Así que sólo usé un par de trucos para que ambos estuviéramos aquí en el momento exacto. De momento, podríamos seguir reforzando el compañerismo... ¿Tienes una idea mejor mientras esperamos?

Sorprendido, el pelinegro se separa un par de centímetros del fuerte cuerpo y lo mira fijamente a los ojos. Su compañero de misión no parece bromear en su ofrecimiento.

El brillo diferente en las profundas pupilas contrarias lo cautivan aún más. Un fuego ardiente que va instalándose en su insinuante mirada, en su fornido cuerpo y en su grave voz.

Seokjin se muerde nervioso los labios y cede ante la gentil mano que se posa en su nuca, atrayéndolo con impaciencia hacia la boca ajena. El pelinegro recibe gustoso los gruesos labios del detective sobre los suyos, sintiendo derretirse como el hielo ante el caliente aliento.

Los dedos de Namjoon se cuelan con destreza por debajo de su camisa mojada, acariciando sus finas caderas y bajando ansiosas hasta el final de su espalda. Se deja consumir por sus locas ganas de tocarlo, de sentirlo, de recorrer al fin su suave piel. Las ávidas manos se posan en las bien formadas nalgas del pelinegro, por encima del ajustado jean, arrancando gemidos de su boca, masajeando y apretando su trasero sin compasión.

El delgado cuerpo se estremece, encajando sus dedos en los fuertes hombros, apegándose aún más a la atrayente anatomía del moreno quien parece adivinar sus puntos débiles, encendiendo los lugares exactos y correctos en cada rincón de su ser.

Los mullidos belfos se rinden encantados y se dejan dominar a gusto, inundando el lugar de excitantes chasquidos por doquier. Ambos miembros se rozan en exquisitas fricciones una y otra vez, buscándose, seduciéndose, incitándose, despertando el instinto y la pasión. El calor sofocante inunda el ambiente y la ropa pareciese ya estorbar. Los temblorosos cuerpos se alteran por completo, propagando el incendio en cada roce y cada gemido, sucumbiendo al infierno perfecto donde ansían quemarse.

El abrumador deseo se instala en el aire y causa estragos en sus mentes, apagando la conciencia y la razón, haciendo y deshaciendo el caos en ambas pieles. Sedientos de más, de explorarse, de sentirse, con ganas de devorarse enteros el uno al otro.

La lengua ajena se abre paso y la fina garganta de Seokjin emite un gruñido de satisfacción, mordiendo el grueso labio ajeno, separándose segundos después para retomar el preciado aire.

Jadeante, vuelve a observar los brillantes y lujuriosos ojos de su compañero. Namjoon no lo pierde de vista, respirando con dificultad, consumiéndolo con la mirada, deseando volver a fundir su boca en la suya una vez más.

A poca distancia de que sus labios vuelvan a encontrarse, el estruendo de la puerta principal de los baños al abrirse los interrumpe abruptamente.

-¡TODOS, FUERA!

La gente sale asustada del lugar con rapidez y tras unos minutos, a pesar de la alta música del local, se oyen los pesados pasos de un hombre quien va tocando puerta por puerta, inspeccionando que no quede nadie en ningún cubículo.

La ágil mano de Namjoon cubre la boca de Seokjin para evitar que emita ruido alguno. Sin duda se trata de aquellos sospechosos de la barra. Con un rápido movimiento cambia de posición, dejando esta vez al pelinegro apresado contra la puerta, con la mejilla pegada hacia ésta.

El detective Kim cubre la espalda de Seokjin con su fuerte pecho y acerca su rostro desde atrás hacia el oído de su compañero. Pega su dura entrepierna al suave trasero del pelinegro y susurra con su ronca voz.

-Gime, Seokjinnie. Si lo haces creerán que estamos follando y no nos harán salir.

-¿QUEEEÉ?- exclama en baja voz, apenas audible para los dos.

-Si no crees poder fingirlo, puedo ayudarte- ofrece con voz seductora, posando con firmeza una mano sobre el bulto entre los pantalones ajustados de Seokjin, apretando con suavidad.

-Mierda Namjoon...- susurra el pelinegro cerrando los ojos, pegando su frente contra la puerta, -si estás actuando todo esto sólo por la misión, te juro que voy a matarte mañana.

-¿Quién dijo que estoy fingiendo en este instante? Todos esos tragos que bebí sólo hacen que sea sincero con lo que lleva mi mente deseando hacerte durante mucho tiempo.

Seokjin gira su rostro de lado en dirección a su compañero que sigue pegado a su espalda, mirándolo de reojo, justo en el instante que su puerta es tocada.

-Vamos. Gime, precioso- lo anima Namjoon con suave voz, acercando sus labios y mordiendo con delicadeza su oído -Gime para mí y después de que todo esto termine, te recompensaré con mi enorme premio.

El pelinegro lo piensa sólo dos segundos.

-¡OOHHHH SIIIIIIII!- Grita agitado Seokjin repentinamente, formando un escándalo en tan pequeño lugar -¡DAME MÁS! ¡DAME MÁS!

-¡Salgan de allí! ¡Dije afuera todos!

-Está... ocupado, hermano, búscate... otro baño- responde Namjoon con fingida voz jadeante.

-¡ALLÍ! ¡ALLÍ! ¡ASIIIIII! ¡ASIIIIII! ¡OH DIOSSSS! ¡OH DIOSSSS!

-¡Salgan ahora mismo!

-¡NO TE DETENGAS! ¡MÁS RÁPIDO! ¡MÁS RÁPIDO!

-Tsk, ya déjalos- se oye una segunda voz en el lugar, deteniendo la mano del hombre tatuado antes que volviera a tocar. Aparta al sujeto de la puerta y lo lleva cerca de los espejos del baño. -Ese parece ser el camarero torpe que nos atendió hace un momento. Se le ve inofensivo, no creo que nos den problemas. Hagamos el intercambio de una vez y terminemos con esto.

-¡RÓMPEME EN DOS MALDITOOOO! ¡OH SIIII! ¡SIIII! ¡MÁTAME! ¡AHORCAMEEEE!

El hombre de los tatuajes gesticula una desagradable mueca y asiente. Rebusca entre los bolsillos de su abrigo, extrayendo de ellos un pendrive.

-Estos son los nombres de los jueces que han recibido algún soborno del Clan del Sur- afirma, extendiendo la palma de su mano con el artilugio entre ellas.

-¡OHHHHHH JESUCRISTOOOO! ¡YA VEO LA LUZ! ¡YA VOY A LLEGAR! ¡YA VOY A LLEGAR!

El sujeto de la cicatriz en el rostro asiente sin dar importancia a los gritos y del bolsillo de su pantalón extrae un implemento similar, acercándolo también hacia el otro sujeto.

-Y estos son los datos y pruebas de los ministros que recibieron sobornos del Clan del Norte.

-¡QUE ME VOY! ¡QUE ME VENGO! ¡QUE ME VENGOOOOO!

Ambos hombres toman los pequeños dispositivos de memoria y asienten levemente la cabeza el uno al otro, sellando tácitamente el acuerdo.

-¡ALTO, POLICIA NACIONAL!- sale gritando Namjoon junto a Seokjin tras su espalda, ambos portando sus pistolas reglamentarias, abriendo la puerta del baño con un solo puntapié.

Sin embargo, aquellos sujetos no estaban solos.

Unos diez hombres de ambos bandos, distribuidos alrededor de las paredes del baño, se encontraban en silencio vigilando que el intercambio se cumpliera con exactitud según lo pactado.

Y la tragedia sucede en cuestión de segundos...

Rápidamente todos apuntan sus armas a los intrusos.

Uno de los sujetos tira del brazo de Seokjin por detrás, intentando encajar en su cuerpo la punta de una afilada navaja. Namjoon reacciona con rapidez, abrazando la figura de Seokjin junto a él, protegiendo su cuerpo con el suyo, recibiendo en su lugar una fuerte punzada mortal en sus costillas.

Una veintena de hombres, los supuestos invitados de la fiesta, junto al capitán Jung irrumpen en el baño y entre gritos y forcejeos reducen rápidamente a ambos clanes al ganar en número de agentes.

Pero ya nada de eso importa para Seokjin.

Él se encuentra arrodillado en el suelo, llorando sin consuelo, repitiendo sin cesar, -¡Quédate conmigo! ¡Por favor! ¡Quédate conmigo!- mientras abraza con desesperación el cuerpo de Namjoon que yace inerte entre sus brazos, junto a un gran charco de sangre que empapa poco a poco sus pies.

A pesar de los años, Seokjin jamás podría olvidar aquel día.

'Golden Bar' fue testigo de la pérdida de su primer y único amor.


... Capítulo 2 ➡️



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro