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CAPÍTULO 16

NICKI

Camino hacia la esquina, tratando de contener el torbellino de emociones que amenazan con desbordarse. Mientras espero el taxi, me invade un remolino de pensamientos, reproches y preguntas sin respuesta.

¡Dios mío... Diossss! ¿qué he hecho? me reclamo en mi interior mientras me deslizo dentro del taxi rumbo a mi departamento.

—¿Qué estupidez acabo de cometer? ¿En qué estaba pensando al venir con Logan y permitir que sucediera lo que sucedió en su auto? —susurro para mí, con la voz apenas audible sobre el zumbido del motor.

Siento un nudo en mi garganta, una mezcla de vergüenza y arrepentimiento que amenaza con ahogarme. Soy una completa idiota, definitivamente debo haberme caído de cabeza cuando era pequeña, me acabo de tropezar con la misma piedra. La imagen de Logan y yo, envueltos en un momento apasionado, sigue grabada en mi mente, y me pregunto cómo pude permitir que las cosas llegaran tan lejos.

El taxi avanza por las calles iluminadas de la ciudad, pero mi mente está atrapada en un remolino de emociones tumultuosas. Me siento confundida. ¿Cómo pude permitirme caer en la tentación de Logan, sabiendo lo complicada que es nuestra relación? Cierro los ojos con fuerza, tratando de alejar las imágenes del beso apasionado, de las caricias furtivas, pero persisten, como una sombra que se aferra a mis pensamientos. Me siento avergonzada por mi debilidad, por haber cedido ante la atracción prohibida que ha existido entre nosotros. Pero, al mismo tiempo, una parte de mí anhela ese contacto, esa conexión ardiente que compartimos en el interior de su auto. Es como si hubiera despertado algo dentro de mí que había estado dormido durante mucho tiempo, algo que me atrae hacia él de manera irremediable.

Sin embargo, la realidad pronto me golpea con fuerza. Sé que lo que sucedió entre nosotros fue un error, un desliz que nunca debió ocurrir. Mi mente se llena de preocupaciones y temores: ¿qué pensará mi padre si se entera? ¿podré estar cerca de Logan sin sentir algo?

El taxi se detiene frente a mi edificio, y mientras pago al conductor, me dirijo hacia el ascensor donde se encuentra a una pareja nueva de vecinos, deben de venir llegando de alguna fiesta o recorriendo la vida nocturna de Hockenheim. Al acercarme, ambos me sonrieron amablemente, y yo les devolví la sonrisa. Las puertas del ascensor se abren y subimos los tres en silencio, cada uno sumido en su propio mundo. Ellos parecen estar disfrutando de su momento mientras yo me debato en un mar de pensamientos.

Debo fingir que nunca pasó, especialmente considerando lo complicado que ya es nuestra relación. Ahora, enfrentar esta situación será aún más difícil. Tendré que despejar mi mente, encontrar la manera de olvidar lo que sucedió y actuar como si todo estuviera bajo control. Será un desafío mantener la compostura, pero debo hacerlo por el bien de ambos y para evitar que las cosas se compliquen aún más. Aunque cada fibra de mi ser anhele revivir esos momentos, debo resistir la tentación y seguir adelante como si nada hubiera ocurrido. Mientras me adentro en la disección de mi situación, una pregunta martillea mi mente: ¿Realmente podré lograrlo? Dudo de mí misma, titubeo en mis convicciones. Por un lado, estoy decidida a dejar atrás lo que sucedió, a actuar como si fuera solo un pasajero desliz, pero por otro, sé lo difícil que será enfrentar a Logan nuevamente y fingir que nada ha cambiado entre nosotros.

Cada paso hacia mi apartamento se vuelve más lento, mis hombros se encorvan bajo el peso invisible de la anticipación. Los dedos de mi mano izquierda juegan nerviosamente con las llaves, produciendo un tintineo metálico apenas audible. El aire parece más denso, como si estuviera impregnado de la tensión que siento. ¿Podré ocultar mis emociones cuando lo vea de nuevo? ¿Podré mirarlo a los ojos y actuar como si no hubiera pasado nada entre nosotros? Mis pasos se vuelven más pesados, cargados con el peso de las palabras no dichas, mientras mi corazón late con la intensidad de una tormenta en el horizonte.

Han transcurrido dos días desde la última vez que nos vimos, dos días en los que he luchado por mantener mi mente ocupada y alejada de los recuerdos que amenazan con inundar mis pensamientos. Sin embargo, cada vez que cierro los ojos, su rostro parece materializarse frente a mí, recordándome lo que sucedió en aquel momento de debilidad.

Los días pasan con una lentitud exasperante, pero inevitablemente, el momento que tanto temo se acerca. El vertiginoso mundo de las carreras nos reclama de nuevo, y con él, la inevitabilidad de encontrarme cara a cara con Logan en la sede central, en el avión, en el hotel, en el trabajo. En todas partes, durante aproximadamente casi un mes y medio. La proximidad de Emilia Romagna en Italia, nuestro próximo destino en poco más de tres días, añade una tensión palpable al aire, como si el circuito nos estuviera llamando, recordándonos que no podemos escapar de nuestros compromisos por mucho tiempo.

Me encuentro en un estado de anticipación mezclado con ansiedad. Por un lado, tengo curiosidad por ver cómo actuará Logan después de lo que sucedió entre nosotros. ¿Ignorará nuestra conexión fugaz o enfrentaremos la incomodidad juntos? Por otro lado, siento una punzada de temor, temor a que nuestras interacciones se ven teñidas por la tensión y la confusión que ahora se interponen entre nosotros.

≪•◦ ❈ ◦•≫

De vuelta en la sede central, estaciono mi auto con un suspiro. El edificio se alza imponente ante mí, recordándome la responsabilidad que llevo sobre mis hombros y que no puedo evadir. Mis manos tiemblan ligeramente mientras agarro el volante, un reflejo de los nervios que me invaden. Mi mente repasa una y otra vez los posibles escenarios de nuestro próximo encuentro, tratando de prepararme para lo que vendrá. Con un último suspiro, salgo del auto y cierro la puerta con un clic. Mi corazón late con fuerza en mi pecho, como si estuviera tratando de escapar de la incertidumbre que se avecina. Mi paso es lento y cauteloso mientras camino hacia la entrada del edificio, como si cada paso me acercara un poco más al inevitable encuentro con Logan.

Al entrar en mi oficina, lo veo sentado en el sofá frente a mi escritorio, como si hubiera estado esperando mi llegada, mi respiración se detiene momentáneamente. Su presencia en la habitación crea una atmósfera tensa, como una tormenta que se avecina en el horizonte. Nuestros ojos se encuentran brevemente, pero el intercambio de miradas es suficiente para dejar claro que hay una corriente de electricidad entre nosotros, una tensión palpable que cobra vida en el aire cargado de la habitación.

Sus labios se curvan en una sonrisa leve, pero hay algo en su expresión que me hace preguntarme si está tan seguro como parece. Mis manos se aferran a la correa de mi bolso, buscando un ancla en medio de esta tormenta emocional. No puedo evitar notar cómo sus hombros se tensan ligeramente, como si estuviera luchando contra sus propias emociones mientras se enfrenta a mí.

—Hola, Logan —digo, tratando de mantener mi voz firme a pesar de los nervios que amenazan con traicionarme.

Logan me devuelve el saludo con una inclinación de cabeza, su mirada fija en la mía como si estuviera tratando de descifrar mis pensamientos.

—Hola, Nicki—, me responde con una seguridad que casi me hace dudar de mi propia preparación mental de estos días.

Camino hacia mi escritorio acomodando mis cosas sobre la mesa, bajo la atenta mirada de Logan. Respiro hondo, recordándome a mí misma que soy profesional y que estoy aquí por una razón. —He estado trabajando en la estrategia de prensa para el próximo Gran Prix—, digo, sacando mi laptop y abriéndola con manos temblorosas que espero pasen desapercibidas

Logan se acerca, sus ojos escudriñando la pantalla mientras discutimos los detalles de la estrategia de prensa, la tensión entre nosotros se hace casi palpable, como una cuerda tirante a punto de romperse. Trato de mantener mi enfoque en el trabajo, pero cada vez que nuestras miradas se encuentran, siento un cosquilleo nervioso recorrer mi cuerpo.

—Parece sólido—, comenta, su voz suave pero llena de autoridad. Cada vez que se inclina hacia adelante para señalar algo en la pantalla, su cercanía me hace contener la respiración, consciente de la electricidad que parece chispear entre nosotros.

—Hay una conferencia de prensa programada para el próximo jueves antes de que comiencen las prácticas —digo, desviando la mirada hacia la pantalla para evitar el peso de su intensa mirada. —Debemos asegurarnos de tener respuestas preparadas para cualquier pregunta que pueda surgir. —Logan asiente con una ligera inclinación de cabeza, me observan detenidamente. Una pequeña arruga se forma en su frente, señal de que está pensando en las implicaciones de mis palabras. —Sabemos que la mayoría de las preguntas estarán relacionadas con tu rendimiento en la pista y tu recuperación luego del accidente de Miami.

La conversación continua y trato con todas mis fuerzas de mantenerla en terreno seguro. Sin embargo, no puedo evitar notar cómo su atención parece desviarse ocasionalmente hacia mis labios, provocando un cosquilleo nervioso en mi estómago. ¿Se da cuenta de cómo me está afectando o simplemente está siendo su habitual coqueto? Trago saliva, luchando por mantener la compostura mientras continuamos con la discusión.

«Concéntrate, Nicki», me digo a mí misma, forzando mi atención de vuelta al trabajo que tenemos por delante.

—También debemos considerar cómo abordar las preguntas sobre tu padre —añado, sabiendo lo delicado que puede ser ese tema para él. Logan tensa ligeramente los hombros al escuchar esas palabras, y puedo ver la sombra de dolor en sus ojos antes de que se oculte tras una máscara de indiferencia.

—Lo sé —responde bruscamente, y me doy cuenta de que he tocado un punto sensible. Trato de desviar la conversación hacia temas más neutros, pero la tensión entre nosotros sigue zumbando en el aire como una corriente eléctrica cargada.

—Debemos anticiparnos a todas las posibles preguntas y preparar respuestas sólidas —continuo, tratando de mantener mi voz firme a pesar del nudo de nervios en mi garganta. «No te pongas nerviosa», me digo, pero la mirada intensa de Logan no hace más que aumentar la tensión que ya siento.

—Entonces, ¿qué sugieres que diga si me preguntan sobre mi padre? —Logan pregunta de repente, interrumpiendo mis pensamientos. Su voz suena firme, pero puedo ver la tensión en sus hombros mientras espera mi respuesta.

Trago saliva, sintiendo la presión aumentar con cada momento que pasa.

—Creo que deberías mantener la respuesta simple y centrarte en el trabajo que estamos realizando como equipo y sobre todo tú como piloto de que estás trabajando para mejorar en la pista —respondo, tratando de sonar segura a pesar de los nervios que me invaden. Pero incluso mientras hablo, puedo sentir su mirada fija en mí, como si estuviera buscando algo más en mis palabras.

A medida que trabajamos en conjunto para elaborar respuestas adecuadas, la tensión en la habitación se vuelve cada vez más evidente. Cada vez que nuestras manos se rozan accidentalmente o nuestros ojos se encuentran, siento un estremecimiento recorrer mi cuerpo, recordándome lo peligrosamente cerca que estamos el uno del otro. Después de un rato, Logan rompe el silencio con una propuesta inesperada, como si quisiera desviar la corriente de tensión que nos envuelve.

—¿Qué te parece si hacemos una apuesta? —dice, su tono casual apenas logra ocultar la chispa traviesa en sus ojos.

Mi corazón da un vuelco ante la idea de añadir otro nivel de tensión a nuestra ya cargada situación. ¿Qué estará tramando ahora? Trato de ocultar mi nerviosismo tras una sonrisa intrigada mientras espero a escuchar su propuesta.

—¿Una apuesta? —repito, sintiendo cómo mi voz suena un poco más aguda de lo normal. Recostando mi espalda en el respaldo de mi silla mientras me cruzo de brazos sobre mi pecho para mirarlo detenidamente.

Logan asiente, su expresión pícara insinuando que se está divirtiendo con mi reacción.

—Sí, escuchaste bien. Si llego en primer lugar en la próxima carrera.... —enarco una ceja—tú sales en una cita conmigo.

Mi mente se acelera ante la propuesta, y por un momento, el recuerdo del calor de su aliento en mi piel me hace titubear. Pero me obligo a recordar todas las veces que me he repetido a mí misma que debo mantener la compostura ante él, evitar que mi mente recree lo que sucedió en su auto. Y, por supuesto, no puedo olvidar que Logan tiene novia.

Suelto una sonrisa sarcástica y lo miro fijamente sin inhibirme. —Ni en tus mejores sueños tendremos una cita.

Logan se inclina sobre el escritorio y me mira.

—¿Tienes miedo de perder?

—¿Qué te hace pensar que terminarás la carrera y además en el primer puesto del podio? En las últimas carreras, ni siquiera te han bajado la bandera a cuadros. —pregunto con maldad recordándole los resultados de sus últimas 3 o 4 carreras.

Tensa la mandíbula y todo su cuerpo, observo cómo su bíceps se marca en su camiseta, y su voz ronca me deja aturdida.

—Tengo una motivación extra. Además estoy trabajando en mejorar mi rendimiento. —Dice con una sonrisa que demuestra convicción, reprendiendo una frase de las respuestas que trabajamos.

Me recompongo rápidamente elevando una ceja. —¿Una motivación extra? Tu única motivación no debería ser ganar el campeonato mundial y dejar tu legado?

La expresión de Logan no muestra ni un ápice de duda mientras se endereza en su asiento, su postura segura y confiada. Sus ojos verdes brillan con determinación, como si estuviera dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se le presente.

—Claro que sí, Nicki. Ganar el campeonato mundial sigue siendo mi principal objetivo —responde con una seguridad que me deja sin aliento por un momento. Pero luego su mirada se vuelve más intensa, más penetrante—. Pero a veces, incluso los campeones necesitan algo más que la gloria y el reconocimiento. Necesitan algo que los impulse aún más, algo que los lleve más allá de sus límites.

Sus palabras resuenan en el aire, llenas de una determinación que es casi palpable. Puedo sentir el peso de su mirada sobre mí, como si estuviera tratando de leer cada pensamiento que pasa por mi mente. Trago saliva, luchando por mantener la compostura ante su intensidad.

—¿Tenemos un trato? —pregunta, su voz suave estirando su mano hacia mí por sobre el escrito.

Sonrío con malicia, dejando que la satisfacción de mi desafío se refleje en mis labios. La idea de la apuesta agrega una nueva dimensión a nuestra complicada dinámica, y aunque intento mantener mi compostura, mi corazón late con fuerza en mi pecho, latiendo al ritmo frenético de la tensión que nos rodea.

—Pole position y el primer lugar en el podio; y aceptaré la cita —repito, asegurando mis palabras con una mirada desafiante. —Y si pierdes, dejas de molestarme.

La expresión en el rostro de Logan se transforma en una sonrisa juguetona, como si estuviera disfrutando del juego tanto como yo.

—Ambiciosa. Hecho... trato hecho —responde, estrechando mi mano con la suya en un gesto que sella nuestro acuerdo.

El roce de nuestras manos envía un escalofrío por mi espina dorsal, pero me obligo a mantener la compostura.

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Holaaa!!!

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Quién ganará la apuesta?

¿Habrá cita o no?

Espero de todo corazón que está historia les guste y la disfruten 🤩

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Gracias por leer, un abrazo 🧡

Nos vemos en el próximo capítulo 🫶🏻

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