NICKI

Desde el interior del box, mi mirada se clava en la carrera, sintiendo la electricidad en el aire mientras los monoplazas cortan la pista con una velocidad enloquecedora. Cada curva es un desafío, cada recta una oportunidad para superar límites.

De repente, en las pantallas, observo el accidente de Logan y el ambiente se congela. La bandera roja ondea, sumiendo al box y al circuito en un silencio sepulcral, solo roto por el eco distante de los motores regresando a sus respectivos boxes. Un nudo se forma en mi garganta y un escalofrío recorre mi espina dorsal mientras observo horrorizada cómo el monoplaza de Logan es brutalmente golpeado, desviándolo de la pista y haciéndolo perder el control. El sonido metálico y el chirrido de las ruedas contra el asfalto me hacen sentir como si estuviera dentro de la tragedia.

En el box, todos estamos en vilo, los ojos clavados en las pantallas, las manos aferradas a cualquier cosa, los gestos reflejando la angustia que se respira en el ambiente. Incapaz de apartar la mirada, me agarro al borde de mi asiento, presa de una ansiedad abrumadora. Veo a Logan luchando por mantener el control de su auto destrozado, y mi pecho se aprieta al ver el inminente choque contra las barreras.

A través de mis auriculares, la voz de Christian resuena con urgencia, y apenas puedo respirar mientras espero desesperadamente alguna señal de vida de Logan. Cada segundo parece una eternidad, cada silencio un tormento. Finalmente, un suspiro de alivio escapa de mis labios cuando escucho la voz de Logan, débil pero intacta.

Es como si hubiera estado conteniendo la respiración todo este tiempo, y ahora puedo exhalar, liberando la tensión que había acumulado. Mi cuerpo tiembla ligeramente, las piernas apenas sostienen mi peso cuando me pongo de pie, pero la sensación de alivio es abrumadora.

—Nicki, cuando Logan termine con los doctores, asegúrate de que vaya al hotel a descansar —me instruye Lorenzo, alias mi padre quitándose uno de los auriculares.

Asiento con determinación mientras veo a Logan alejarse con Christian hacia el equipo médico. Una oleada de gratitud me invade al verlo relativamente ileso. Con paso rápido, me dirijo a la oficina, lista para ocuparme del comunicado de prensa y del respaldo médico necesario para excusar a Logan de la conferencia de prensa post carrera.

En la oficina, el aire está cargado de tensión mientras me sumerjo en el trabajo. El clic constante del teclado se mezcla con el murmullo lejano de conversaciones preocupadas que flotan desde todas partes. Cada palabra que escribo parece un esfuerzo, mi mente aún aturdida por la imagen del accidente de Logan.

Los minutos se deslizan lentamente, cada uno cargado de incertidumbre y preocupación. Finalmente, el sonido de la puerta al abrirse me hace levantar la vista. Es Christian, su rostro serio pero con un destello de alivio en los ojos.

—Logan está bien, solo algunos golpes y magulladuras, pero no parece haber lesiones graves. Debe guardar reposo por 24 hrs y aplicarse compresas frías. —anuncia, y siento un peso enorme levantarse de mis hombros.

Un suspiro de alivio escapa de mis labios y una sonrisa apenas perceptible se dibuja en mi rostro. Mis manos tiemblan ligeramente mientras busco en los archivos el comunicado de prensa que preparé anticipadamente. Necesito asegurarme de que la información sobre el estado de Logan llegue a los medios de manera clara y tranquilizadora.

—Está en su suite. —murmura antes de salir de la oficina y volver al box.

Termino de redactar el comunicado de prensa con rapidez, asegurándome de transmitir la información necesaria de manera clara y precisa.

Una vez enviado el comunicado de prensa e informado por las redes sociales sobre el estado de Logan, salgo de la oficina con pasos firmes. Decido hacer una parada en la enfermería para recoger una compresa fría antes de dirigirme a su suite para asegurarme de que esté cómodo y siga las indicaciones médicas.

Mientras camino por el pasillo, un hombre pasa a mi lado con furia palpable, golpeando levemente mi hombro en el proceso. Giro mi rostro para mirarlo con el ceño fruncido, observando pero ni siquiera se gira para disculparse. Opto por dejarlo pasar, prefiriendo no enredarme en una discusión con alguien tan maleducado y centrarme en lo que realmente importa en ese momento: el bienestar de Logan.

Toco la puerta de Logan con tres golpecitos, y en segundos, se abre para revelar a un Logan devastado. Su rostro es un torbellino de emociones: rabia, dolor y enojo. Su mano descansa sobre su costado izquierdo, mostrando el lugar donde parece estar herido. Su cuerpo tenso revela la intensidad de su malestar. Observo cómo sus ojos brillan con una sombra oscura de furia contenida.

—No vengo a discutir. —mi voz sale en un murmullo apresurado —Te traje esto— muestro la compresa fría en mis manos. —Y... vengo a saber cómo estás.

Logan recibe la compresa fría, se gira dejando la puerta entreabierta, una invitación silenciosa para que entre. Se deja caer sobre el sofá con un pequeño quejido de dolor. Entro en la suite y cierro la puerta tras de mí.

—Estoy bien. —su tono es cortante, casi áspero—. Ahora puedes irte.

—Logan...

—¿Qué quieres, Nicki? —lo observo colocar la compresa fría al costado izquierdo haciendo una mueca de dolor.

Su voz es un gruñido, cargado de frustración y dolor.

Me encojo de hombros, la verdad es que no tengo claro por qué estoy aquí. Pero veo en su rostro la frustración y tristeza de no haber logrado terminar nuevamente una carrera y no conseguir puntos para el campeonato.

—Solo vine a ver si estabas bien...

—Bueno, ya viste que estoy bien. ¡Ahora lárgate! —gruñe.

—No está todo perdido, queda mucha temporada, aún puedes repuntar. —me acerco.

—¿Qué sabes tú Nicki? No porque seas hija del director de equipo lo sabes todo.

Hago una mueca. —Aún sigues en la lucha del campeonato, con cinco carreras, sobre el 4to puestos podrás recuperar tu puesto, y aun así te quedarían más de diez carreras por delante, sin contar las carreras sprint que quedan.

—No necesito que repitas las palabras de Christian o de tu padre, Nicki. —su voz es un gruñido—. No necesito tu compasión, —me mira furioso. —¿Por qué no te vas?

Muerdo mi mejilla interna. No estoy repitiendo las palabras de ellos, de hecho yo misma saqué mis cálculos antes de venir para acá.

—No hace falta que te comportes como un idiota, conmigo.... solo vine a saber si estabas bien. Sé, que puedes manejarlo solo, pero eso no significa que tengas que hacerlo solo... —mi voz suena firme, decidida a hacerle entender que no está solo en esto. Nuestros ojos se encuentran en un duelo silencioso, chocando en una batalla de voluntades. —Tienes un equipo que te apoya, que se preocupan por ti, y ya están trabajando para arreglar el monoplaza. Solo es una mala racha. Ya todo se solucionará.

Las palabras brotan de mí con la esperanza de animarlo, de recordarle que no está solo en esta batalla. Pero Logan parece resistirse a aceptar la ayuda, su rostro aún marcado por la frustración y el dolor.

—No necesito tu optimismo, Nicki. —su tono es áspero, sus palabras como dagas—. Esto no es solo una mala racha, es un desastre. Y no necesito que tú, ni nadie, me lo recuerde.

La tensión en la habitación aumenta con cada palabra, y pronto nos encontramos inmersos en una discusión acalorada. Mis propias emociones están a flor de piel, heridas por sus comentarios hirientes. Pero sé que no puedo dejarlo hundirse en la oscuridad, no cuando hay tanto en juego.

—Logan, entiendo que estés frustrado, pero no puedes permitir que esto te consuma. —mi voz suena más suave ahora, cargada de comprensión—. Todos tenemos momentos difíciles, pero es en esos momentos cuando más necesitamos apoyos de otros.

Nuestros ojos siguen encontrándose, pero esta vez hay una chispa de entendimiento en su mirada. Ambos sabemos que la situación es difícil, pero también sabemos que puede superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino.

—No tienes idea de lo que es vivir bajo la presión constante de ser comparado con un padre que es una leyenda en este deporte —replica, su voz cargada de resentimiento. Su cuerpo tenso y sus manos apretadas revelan la intensidad de sus emociones. —No sabes lo que significa lidiar con las expectativas de todo un equipo, de todos los aficionados que esperan que siempre esté en la cima. No tienes idea de lo que es tener que sacrificarlo todo por una carrera, incluso tu propia felicidad.

—Lo que sé es lo que veo, Logan —respondo con calma, pero mi tono está lleno de convicción. Me mantengo erguida, con los brazos cruzados sobre el pecho, transmitiendo mi determinación—. Y lo que veo es a un piloto talentoso que a menudo decide ser un grano en el trasero con todo su equipo. Pero a pesar de eso, eres un excelente piloto que cada día lucha por ser el mejor, veo cómo te esfuerzas cada fin de semana y como te preparas en la semana en el simulador.

Me mira detenidamente, como si estuviera analizando y buscando en cada una de mis palabras algún rastro de ironía o sarcasmo.

Desde hace un par de semanas lo he estado observando más de lo que me gustaría admitir.

—Puedes irte al hotel, ¿quieres que te acompañe? —pregunto cambiando el tema abiertamente.

—Tengo que ir a la conferencia.

—Tú y yo nunca estaremos en la misma línea, nunca quieres ir a las conferencias de prensa y ahora que puedes saltártelas ¿quieres ir? —mi tono es de incredulidad, cuestionando su repentino cambio de actitud.

La comisura de los labios de Logan se extiende levemente, revelando una pizca de diversión. —Me gusta llevarte la contraria y ver cómo te enfureces. —sus ojos brillan, pero no con malicia, sino de una manera que no puedo explicar. Hay algo en su mirada que me desconcierta, algo que va más allá de la simple provocación. Entrecierro los ojos mirando a Logan y él añade. —Gracias por ofrecerte para acompañarme, te agradecería que condujeras por mí.

Nos quedamos mirando en silencio directamente a los ojos, una sensación extraña recorre mi espina dorsal. Su vista recorre cada centímetro de mi rostro hasta detenerse en mis labios, para luego volver a mis ojos. Puedo sentir el pulso acelerado en mi pecho mientras su mirada intensa parece penetrar en lo más profundo de mi ser.

Un leve rubor tiñe mis mejillas ante la intensidad de su mirada, mientras trato de mantener la compostura. Mis labios se entreabren ligeramente, como si quisieran pronunciar algo, pero ninguna palabra sale de mi boca. Siento el palpitar acelerado de mi corazón, como el eco de un tambor en mis oídos.

Logan se inclina ligeramente hacia adelante. Su cercanía me deja sin aliento, mi respiración se vuelve irregular mientras su presencia domina mi espacio personal. Puedo percibir el ligero aroma de su colonia, mezclado con el olor a adrenalina que impregna el aire alrededor de nosotros.

Pero antes de que pueda procesar lo que está a punto de suceder, la puerta se abre de golpe y la voz de Gasper, su entrenador, nos devuelve a la realidad y me alejo bruscamente. —Logan ¿Estás bien? —pregunta, entrando a la suite. Me mira y frunce el ceño con curiosidad. —¡Oh! disculpa no sabía que estaban conversando.

Niego rápidamente —No te preocupes, solo le vine a avisar a Logan que no debe ir a la conferencia de prensa, ya mande su parte médico a la FIA. Los dejo, —miro a Logan. —Qué te recuperes.

Me doy media vuelta y salgo del lugar con determinación, dirigiéndome a mi oficina para terminar de trabajar.

Una vez en mi oficina, me sumerjo en mi trabajo con determinación, enfocándome en las tareas que tengo pendientes antes de mi vuelo a Alemania mañana al mediodía.

Llego hasta la habitación del hotel y camino directamente al baño a darme una ducha. Mientras el agua caliente cae sobre mi piel, mi mente retrocede unas horas, reviviendo la imagen de Logan y yo solos en la suite de su motorhome en Aether, él mirando fijamente mis labios. Un cosquilleo atraviesa mi vientre al recordar el momento. ¿Qué hubiera pasado si esa chica no entra en la habitación? ¿Nos habríamos...?

—Pero ¿qué estoy pensando? —murmuro envolviendo mi cuerpo en una toalla. —¿De verdad pensé en que Logan me besaría? —cierro los ojos, tratando de apartar de mi mente las imágenes que se aferran a mis pensamientos como enredaderas. El recuerdo de su mirada intensa y la proximidad de nuestros cuerpos. Sacudo la cabeza, tratando de despejar mi mente de todas esas imágenes que mi mente está reproduciendo.

Salgo del baño y busco en mi maleta unas mallas cortas junto con una camiseta oversize y unas calcetas blancas. Me visto rápidamente, listando en mi mente las tareas pendientes para el día siguiente mientras me preparo para descansar. Enciendo la televisión y navego por los canales en busca de algo que capte mi atención. Me detengo en una película romántica que parece prometedora y me acomodo en la cama con una almohada detrás de mi espalda. El brillo suave de la pantalla llena la habitación mientras me sumerjo en la historia, dejando que los personajes y sus dramas ocupen mi mente por un rato.

Escucho tres golpes en la puerta de la habitación, y al verificar la hora en mi celular, veo que son las 8:34 pm. Me pongo de pie con una mezcla de curiosidad y sorpresa, pausando la película para atender la puerta.

Al abrir, me encuentro con Logan de pie en el pasillo. Sus ojos oscuros me observan con una intensidad que me deja sin aliento por un momento, y su postura denota cierta tensión, como si estuviera luchando con algo en su interior.

—¿Logan? ¿Qué haces aquí? —mi voz sale más ronca de lo que pretendía, y trato de controlar el latido frenético de mi corazón.

Los rasgos que normalmente son tan seguros y firmes en él ahora parecen más suaves, sin dejar mostrar sus emociones. Un escalofrío recorre mi espalda mientras lo observo, notando cómo sus manos se esconden en sus bolsillos.

—¿Puedo pasar? —Su voz , que normalmente es grave, ahora es apenas un susurro, pero resuena en la habitación con una intensidad que me deja sin aliento.

—Deberías estar descansando —mi voz suena más suave de lo habitual, casi como un susurro, imperceptible mientras observo sus ojos..

Logan asiente. —Sí, lo sé... —sus palabras son pausadas. Su mirada se desvía por un momento hacia el suelo, como si estuviera buscando la respuesta de porqué está aquí..

Un instante de silencio se cierne entre nosotros, llenando la habitación con una tensión palpable.

Finalmente, Logan levanta la vista para encontrarse con la mía, y en ese momento, puedo ver un en sus ojos oscuros y profundos, una mezcla de emociones que son difíciles de descifrar.

Nos quedamos mirando el uno al otro, atrapados en un silencio lleno de significado. Puedo sentir el palpitar acelerado de mi corazón en mi pecho, mientras la tensión entre nosotros parece palpable en el aire.

Entonces, con un gesto apenas perceptible, retrocedo para darle espacio a Logan. Mi corazón late con fuerza, sintiendo la magnitud del momento. A pesar de nuestras diferencias y los obstáculos entre nosotros, hay algo que nos une, algo que va más allá de las palabras. Logan me mira por un momento más, como si intentara leer mis pensamientos, y luego da un paso adelante, cruzando el umbral de la habitación. Su presencia parece llenar el espacio entre nosotros.

—¿Qué quieres, Logan? Deberías estar descansando y no aquí. —Mi voz es firme, aunque sé que hay algo más que subyace en mis palabras.

—Estaba aburrido en mi habitación.

—Ya, ¿acaso soy tu entretención? No recuerdo haber leído en mi contrato que, además de ser tu oficial de prensa y soportarte todo el día, también debía servirte de entretenimiento. —mi tono es desafiante, pero hay algo más en mi interior que se debate entre el enojo y la curiosidad.

—Bueno, si lo pones de esa forma.... —eleva una ceja —podríamos divertirnos juntos de alguna manera.

—Eres un pervertido —musito, tratando de ocultar la sorpresa en mi voz.

—La pervertida eres tú —responde con una sonrisa traviesa, tomando asiento en mi cama. —Tu malinterpretaste mis palabras, podemos ver alguna película o jugar algún juego de mesa.

—Siéntete como en casa, entonces —murmuro con ironía, ignorando sus palabras, mientras lo veo acomodarse sobre mi cama.

Logan se acomoda a mi lado, y aunque intento ignorar la calidez que se propaga en la habitación, es difícil no sentir su cercanía. Sin embargo, me obligo a mantener mi guardia en alto.

—No seas mala, Nicki. Estoy convaleciente —dice con una sonrisa que intenta ocultar un rastro de dolor. Sus ojos, sin embargo, brillan con una chispa traviesa— Somos un equipo, ¿recuerdas? El equipo está para apoyarnos.

Niego. —No sé qué es lo que pretendes, pero sea lo que sea que se te esté pasando por la mente. Eso no va a ocurrir. —Mi tono es firme, pero en mi interior, hay una lucha silenciosa entre la desconfianza y una extraña atracción que no puedo ignorar.

Logan me mira, sus ojos oscuros buscando los míos. Hay algo en su mirada que me hace dudar, pero me obligo a mantener mi postura, resistiendo la tentación de ceder ante él.

A pesar de la tensión entre nosotros, un silencio tenso llena la habitación, solo interrumpido por el suave zumbido del aire acondicionado. Puedo sentir el palpitar de mi corazón mientras nuestros ojos siguen entrelazados en un juego silencioso de voluntades.

Finalmente, Logan rompe el contacto visual y desvía la mirada hacia el techo, como si estuviera perdido en sus propios pensamientos. Su respiración parece un poco más agitada de lo normal, y eso me hace preguntarme qué estará pasando por su mente en este momento.

—Nicki... —susurra, su voz apenas un murmullo en la habitación—. Lo siento. No era mi intención...

Sus palabras se desvanecen en el aire, dejando un rastro de incertidumbre entre nosotros. ¿Cuál no era su intención? ¿Acaso se está disculpando por algo en específico? Me siento tentada a preguntarle, pero algo en su expresión me hace contenerme.

En lugar de eso, me limito a asentir con la cabeza, reconociendo su disculpa pero sin bajar la guardia. Después de todo, no puedo olvidar todas las veces que ha intentado jugar conmigo o sacarme de quicio.

El silencio persiste por unos momentos más antes de que Logan se ponga de pie de manera brusca, como si necesitara alejarse de la situación. Su expresión es difícil de descifrar, pero puedo notar una mezcla de frustración y confusión en sus rasgos.

—Debería irme —murmura, evitando mi mirada mientras se dirige hacia la puerta. Antes de que pueda decir algo, ya está cruzando el umbral y desapareciendo por la puerta.

Me quedo sola en la habitación, con la extraña sensación de que algo ha cambiado entre nosotros, aunque no estoy segura de qué es exactamente.

Me siento en el borde de la cama, sumida en mis propios pensamientos. La atmósfera parece haber cambiado de manera sutil, y no puedo evitar preguntarme qué significa todo esto. ¿Será posible que Logan esté mostrando una faceta diferente de sí mismo? ¿O simplemente está jugando otro de sus juegos mentales?

Sacudo la cabeza para despejar mi mente, pero las dudas persisten. Por más que intento ignorarlo, no puedo evitar sentir una curiosidad latente respecto a lo que realmente está sucediendo entre nosotros. ¿Acaso estamos comenzando a dejar de lado nuestras diferencias? ¿O será esto sólo una pausa momentánea antes de que todo vuelva a la normalidad o sea todo más complicado?

Decido no darle vueltas al asunto por ahora. Si algo he aprendido, es que tratar de entender a Logan es como intentar atrapar el viento: una tarea imposible. En cambio, prefiero concentrarme en las tareas que tengo por delante y mantenerme alerta ante cualquier señal de que las cosas podrían cambiar entre nosotros.

Con un suspiro resignado, me levanto de la cama y comienzo a organizar mis cosas, tratando de poner fin a los pensamientos turbulentos que rondan mi mente.

Un nuevo golpe en la puerta rompe el silencio de la habitación, sacándome de mis pensamientos. Dejo de lado mi maleta y me dirijo hacia la puerta, preguntándome quién podría ser esta vez.

Al abrir la puerta, abro mis ojos con sorpresa.

—Me voy a arrepentir de esto... —Sus palabras son apenas un susurro, pero su tono está cargado de una tensión que no puedo ignorar.

Antes de que pueda reaccionar, siento su mano rodeando mi cuello con firmeza, atrayéndome hacia él con determinación. Mi corazón late con fuerza en mi pecho mientras mi mente se nubla con la proximidad de su cuerpo, y sin previo aviso, sus labios encuentran los míos en un beso apasionado que me deja sin aliento. Sabe a peligro y deseo, y mi cuerpo responde instintivamente a su cercanía. Gimo suavemente cuando su lengua se encuentra con la mía, explorando cada rincón de mi boca con un deseo ardiente.

Me empuja suavemente contra la pared al mismo tiempo que escucho cerrarse la puerta.

El calor de su cuerpo se fusiona con el mío, mis manos se aferran a su camisa con desesperación, sintiendo el latido acelerado de su corazón bajo la tela. Un torbellino de emociones me envuelve mientras me rindo al beso, dejándome llevar por la pasión del momento.

Mi mente parece incapaz de seguir el ritmo vertiginoso de las sensaciones que acaban de desencadenarse. Jadeo cuando siento que su boca se separa de la mía, dejándome en un estado de aturdimiento. Sus ojos grises, oscurecidos por la pasión, se clavan en los míos con una intensidad que me deja sin aliento.

―Debería irme ―sus palabras son apenas un susurro, pero su tono resuena en mi mente como un eco constante.

―¿Qué? ―mi voz suena aturdida, incapaz de comprender lo que acaba de suceder.

No obtengo respuesta. Sin decir una palabra más, se da la vuelta y abandona mi habitación, dejándome sola con mis pensamientos tumultuosos.

Mis dedos recorren instintivamente mis labios, aun zumbando con la sensación de su beso ardiente. Logan me había besado. La idea parece tan surrealista, tan fuera de lugar en nuestra complicada dinámica, que apenas puedo procesarlo. Y sin embargo, allí está, grabado en mi memoria como un fuego que sigue ardiendo en lo más profundo de mi ser.

—Definitivamente esto se volverá más complicado.

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Nos vemos en el próximo capitulo 🫶🏻