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EXTRA 1

NUESTRA VIDA JUNTOS DESPUÉS DE TANTAS CURVAS EN EL JUEGO

5 años después...

Hace dos años que vivimos en Londres, cuando a Marco se se le venció el contrato con el Real Madrid estos no pudieron pagar lo que valía en el mercado, así que el Arsenal Football Club, le ofreció un trato que Marco no pudo rechazar y con su ingreso al equipo inglés vino una oferta de trabajo para mí como jefa del equipo de Fisioterapia.

Marco ha estado unos días fuera de casa, le tocó jugar contra los merengues y está feliz, pues demostró lo buen futbolista que es marcando el gol ganador del partido, además de que vio a sus antiguos compañeros y amigos. Aquí en Londres no estamos solos, Lucas se vino también, y aunque echamos de menos al resto de nuestro grupo la soledad toca a menos. Siempre cuando acaba la temporada nos reunimos todos y hacemos una gran fiesta en Villa María, ese rincón del planeta que también es nuestro hogar y en el que hemos compartido momentos entrañables.

—Eva, ya estoy en casa— su voz hace que levante mi mirada de lo que estoy comiendo.

—En la cocina cielo— digo con la boca llena.

Mi apuesto marido a sus 35 años sigue robando suspiros, creo que está en su mejor tiempo donde se junta la juventud con la experiencia, va de taraje negro, su cabello castaño ya deja ver algunas canas. Se acerca lentamente a mí, me abraza, me encanta su olor una mescla de loción y gel de baño que enciende mi lívido, se inclina para que nuestros rostros queden al mismo nivel y me da un beso de esos pasionales y cargado de deseo que solo él sabe dar.

—La eché de menos señora Vegas —dice cuando ha dejado de besarme, para darme otro beso en la frente y pegarme a él inhalando mi olor. — ¡Al fin en casa!—  suelta esas palabras en un suspiro.

—Yo también te he echado de menos esposo— sí, nos casamos a los pocos días de su propuesta en una discreta ceremonia, los únicas invitados fueron nuestras hijas que las mandamos a buscar con la escusa de que las extrañabamos y nuestros padres y hermanos, mamá me hizo un sencillo pero hermoso vestido, he de decir que fue la boda perfecta.

—¿Los niños?—  pregunta mirando en todas las direcciones.

— En el colegio, ya casi es hora de ir por ellos. — Además de nuestras trillizas,
tuvimos gemelos Denis y Dorian, uno es el reflejo del otro.

Marco va a la nevera por un jugo y se sienta junto a mí en la barra de desayuno, mientras continúo comiendo.

—Eva— al decir mi nombre hace que levante mi vista de mi platillo el cual estoy disfrutando. — ¿Pepinillos con mermelada de fresa? — me encojo de hombros no sé a qué viene esa pregunta.

—Sí, sabes que me encanta— le digo como si fuera algo evidente.

—Eva, solo te encantan cuando...— la alerta resuena en mi cabeza.

–Hay no... no otra vez—  respondo casi entrando en shock.

—Cariño respira despacio... inhala... exhala — yo hago lo que me dice, Marco sostiene mi rostro entre sus manos, puedo ver que está preocupado— ¿Crees que puedas estar embarazada?

—No eso es imposible, el médico dijo que con la ligadura de trompas ya no había posibilidades—  respondo de forma automática, me hice el procedimiento por mínimo acceso, a los cuarenta y cinco días de haber nacido los gemelos.

—Entonces como explicas que casi hayas vaciado un pote de pepinillos encurtidos y otro de mermelada— las lágrimas se comienzan a concentrar en mis ojos.

—Eso nos pasa por coger como conejos.—  hago un mohín.

—Que quieres que le haga cariño, si no me puedo resistir a tus tentadoras curvas— sus manos recorren mis caderas que después de dos partos múltiples han quedado demasiado anchas, por último, detiene su mano sobre mi vientre un gesto que no paso por alto.— Creo que deberíamos salir de dudas.

—Cuando vallamos por los niños, pasamos por una farmacia a por un test— digo desando que no sea cierto.

***

Vamos por las calles de Londres y no puedo evitar pensar en todos los cambios en estos años, ahora Marco conduce conducw un coche familiar en vez de un deportivo biplaza y aún así  se ve sexy; en más de una ocasión he tenido que marcar territorio cuando se le acerca alguna lagartona, pero él me demuestra siempre que soy la única en su vida.

Después de comprar como 10 pruebas de embarazo vamos al cole de las trillizas, que cuando ven a su padre pasan de mi de forma monumental, nada que uno las lleva nueve meses en el vientre y ellas prefieren a su papá, pero los celos se me pasan cuando veo el amor y devoción que Marco le profesa a sus hijas.


Es un excelente padre siempre tiene tiempo para nuestros hijos a pesar de su agenda de trabajo abarrotada. Resulta ser que él quería varones para que jugaran futbol y terminaron siendo Kira, Ayla y Seren las que aman el deporte tanto así que forman parte del equipo de su primaria y Marco rebosa de orgullo cuando ve a sus niñas en el terreno haciendo unas jugadas increíbles, si siguen así no dudo que alguna de ellas llegue a ser profesional.

Por último, vamos a por los gemelos que cursan en cuarto de kínder, los cinco van a la misma institución, pero los más pequeños tiene otra área de entrada y salida.  Denis y Dorian a medida que van creciendo se parecen más a su papá a excepción de su nariz respingona que es igualita a la mía, ese par de dos no merecen llamarse niños, han sido todo lo contrario de sus hermanas son dos diablitos, no hay semana que no llamasen de la dirección porque hicieron alguna travesura.

Viene corriendo nada más vernos esta vez los abrazos me los gano primero yo, que al tenerlos entre mis brazos los llenos de besos "Toma esa Asensio", después van a por sus hermanas y por ultimo su padre, que los carga a los dos a la vez, para también llenarlos de besos.

—Papá ¿nos tejiste algo de España?—  le preguntan a coro el par de dos, cuando los ha dejado nuevamente en el suelo.

—Saben que si.— Marco les agita el pelo despeinándolos y ellos al momento protestan, los mima demasiado, pero a la hora de regañarlos es letal.

—Señora Eva.— me llama Miss Watson, la directora del área de Kínder una pelinegra de ojos grises, más o menos contemporánea con nosotros en edad.

—Buenas tardes.— la saludamos los dos a la vez.

—¡Oh Señor Asensio! —  Su cara es un poema cuando ve a mi esposo, parpadea constantemente, se alisa el juego de falda y chaqueta rojo fulana que lleva es tan delgada que paree un arañazo, sé que babea por él. — Necesitamos hablar— dice cuando recupera la compostura.

—De ante mano le pido una disculpa y sabe que correremos con los gastos por lo que hayan hecho o dañado los gemelos— me excuso.

—No es eso— dice muy seria.

—Entonces, ¿de qué se trata?—   decimos los dos algo incrédulos, generalmente el necesitamos hablar viene acompañado de una queja.

—Dejen explicarles, ya en varias ocasiones los gemelos se han salido de su salón y los hemos encontrado en solón de los de primero— comienza a hablar.

—¿Y porque no hemos sido notificados antes?—  pregunta algo enojado Marco. — Se supone que dos niños de 4 años no tienen por qué andar solos por los pasillos de su escuela y menos cruzar de un edificio a otro sin ser detectados.— Prácticamente grita exasperado esa última parte.

—Marco, deja que Miss Watson termine de hablar— trato de calmarlo apretando su mano.

—Como les decía, Dorian y Denis han presenciado las clases de primer año y nos sorprendimos al ver que participaban abiertamente, así que le hicimos unas pruebas.

—¿Va algo mal? — dice Marco alarmado.

—A ver si comprendí bien, me está diciendo que mis hijos participan en clase para niños dos años mayor.

—Así mismo es— me confirma la directora.—  Sé que el curso ya está terminando, pero queríamos su autorización para poner a Dorian y a Denis solo a prueba.

—¿Como que a prueba?—  pregunto alarma.

—Según los psicométricos su coeficiente intelectual está por encima de su edad, por eso creemos que se aburren en su clase, da ahí las travesuras, ya que para ellos resulta demasiado fácil las cosas que se le enseñan.

—Me está queriendo decir que mis dos hijos son unos geniecillos— la interrumpe Marco.

—Algo así, entiendan la idea es ponerlos en estos dos meses que quedan en el salón de preescolar si ellos se acoplan bien a las materias y aprenden al parejo de los demás pasarían directo a primer grado el próximo curso.

—Joder, eso es demasiada información para asimilar.—  dice Marco pasándose las manos por el pelo, está tan sorprendido como yo ante esta noticia.

—Ya lo creo, Miss Watson nos permite pensarlo— le digo amablemente a la mujer.

—Tómense su tiempo, pero sin ánimos de presionar necesito la respuesta a más tardar el próximo lunes, esto es para ustedes.—  Nos tiende dos carpetas con los nombres de los gemelos.—  No decidan nada sin ver su contenido.

—Lo haremos— nos despedimos y vamos al auto.

***

Miro por el retrovisor a mis cinco hijos, pero en especial a los gemelos, como no me di cuenta antes, Dios soy una mala madre por no haberme percatado de eso. Trato de rememorar una y otra vez que hicieron diferente de sus hermanas y nada me bien a la mente, creo que Dorian una vez desbloqueo mi teléfono y ahora que lo pienso los he visto con sus libros de cuento, pensé que veían las ilustraciones, pero tal vez lo leían.

Abro las carpetas y les muestro a Marco lo que parecen ser oraciones escritas por nuestros niños de 4 años y algunas operaciones matemáticas. Marco las mira y forma una O con su boca al verlo. Más aún me agobio, si con cinco no puedo estar al tanto de todo, imagínense con seis o siete o vaya usted a saber si son más de dos bebés lo que llevo en mi vientre en caso de estar embarazada. Froto mi sien para tratarme de relajar.

—Cariño sea lo que sea que te esté atormentando esa cabecita lo solucionaremos juntos como siempre— dice sacándome de mis pensamientos.

—Papá, nos trajiste chorizo— le pregunta Dorian.

—Sí, claro que taje, un montón, también sobra asada y jamón ibérico, fue una odisea la aduana, pero ya ves, nadie le dice que no a Marco Asensio.

—Yupiiiiiiiii— los cinco chillan de felicidad.

—Asensio, baja de nuevo a la tierra que hay veces que te crees Dios— le pego en el hombro.

—Cariño no puedo evitar ser tan atractivo.—  Se lleva la mano que me sostiene a los labios y reparte besos en mis nudillos.

—Mamá. — Seren llama mi atención.— ¿Podemos hacer frito mallorquín para la cena?

—Si mamá porfis y también cocas de arándanos— me ruega Ayla.

—Dale mamá di que si— suplica Kira.

—Vale, vale, cuando lleguemos a casa cocinamos juntos — como me puedo negar a una petición de mis hijos.

Safiye los recibe con galletas caceras y batido de chocolate para la merienda, veo a mis cinco niños en la mesa de la cocina tan felices que no puedo evitar que se me salte alguna que otra lágrima, ya estoy hormonal definitivamente voy a tener que darle la razón a Marco, y hablando de él, en ese justo momento sus brazos rodean mi cintura y apoya su barbilla en mi hombro pegando mi espalda a su pecho.

—Creo que lo hemos hecho bien hasta ahora— el también admira la escena.

—Sí, son niños increíbles, tenemos suerte de que sean nuestros— le doy la razón.

—¿Pero?— me cuestiona.

—¿Como sabes que hay un, pero?

—Eva llevamos diez años juntos, creo conocerte lo suficiente.

—Estoy pensando en la posibilidad de que tengamos otro hijo u otros hijos, joder Marco que con nuestros antecedentes dudo que alguna vez sea uno solo, hasta ahora nos va bien, pero...— hago silencio. — Me sometí a la ligadura de trompas para no tener más hijos porque habíamos decidido que era suficiente con ellos, no quiero sonar mal y si es así soy una mala madre por no querer otro bebé.

Marco me voltea para quedar frente a frente, limpia las lágrimas que no han parado de salir, besa mi frente y nos perdemos en los ojos del otro por unos instantes.

—Nunca voy a permitir que te llames mala madre, porque no lo eres, sé que esto se nos sale de las manos, pero ahora existe la pequeña y remota posibilidad de que tengamos uno o más bebés y te digo algo, me hace mucha ilusión, así que porque no subimos a nuestra habitación y salimos de dudas.

Necesitábamos este momento de tranquilidad, donde estamos nosotros solos, me hice las pruebas y las dejé sobre la encimera del baño, y me fui a refugiar en los brazos de mi esposo. Me vino a la mente el día que me enteré que estaba embarazada la primera vez, la angustia y el miedo que me daba tener que hacerlo sola, pero aquí está el hombre que es mi esposo y padre mis hijos dándome todo su apoyo. Marco de verdad que ha demostrado ser un padrazo y nuestros hijos lo adoran, como yo, él es nuestro todo, gracias a él tengo una gran familia, no solo por nosotros siete, si no por todo lo que vino con nuestra unión abuelos, padres, cuñados, sobrinos, amigos, ahijados...etc.

—Eva creo que es hora— tan rápido pasaron estos diez minutos.

—Ve tu porque yo no sé si tenga la valentía para descubrir la verdad.

Marco entra en el baño y se toma unos minutos en regresar. Cuando se para frente a mí no sé cómo descifrar su expresión, tiene los ojos llenos de lágrimas y a la vez una sonrisa que amenaza con partirle el rostro.

—No sé cómo decirte esto...— dice en un tono de voz neutral acostándose a mi lado en la cama King Size.

—Vamos Marco dime que me estoy muriendo de la angustia.

—Creo que vamos a necesitar comprar muchos potes de pepinillos y mermelada, porque tendremos otro bebé.

Cuando ha terminado de hacer su gran revelación yo rompo en un mar de lágrimas que amenazan con no dejar de caer, Marco me abraza en un intento de consolarme.

—Cariño yo sé que esperabas que fuera negativo, pero...

—Que no Marco, que lloro de felicidad.—  Los dos llevamos las manos a mi vientre donde se gesta una nueva vida.—  Que es una sorpresa, claro que lo es, que tengo miedo, un montón, pero es nuestro hijo un pedacito de ti y otro de mí, ya veremos cómo nos acoplamos.

—Recuerda que no estás sola yo siempre voy a estar para ustedes, si hay algo que adoro y creo que se me da bastante bien es ser papá.—  Está que no cave de la felicidad.

—No sé qué sería de mi sin ti, te amo.

—Yo más, tendremos que ir a hacer exámenes, para saber el tiempo, si todo va bien y si es solo un bebé o viene con compañía— dice de forma atropellada y casi sin tomar aire.— Además de llamar a tu ginecólogo en Madrid a ver porque falló el procedimiento, aunque en este momento es lo que menos me importa.

—Escúchame atentamente Asensio.—  Lo señalo con el dedo como hago cuando regaño a los niños y el me mira con cara de borrego degollado.—  Con este cerramos la fábrica, no más niños con los genes Asensio- Vegas, así que esta vez te haces la vasectomía, yo no paso por esto de nuevo, quiero tener sexo sin miedo a volver a quedar embarazada, prométemelo.

—Te lo prometo cielo.— Hace una cruz sobre su corazón como los exploradores.—  Los niños van a flipar cuando se enteren de que tendrán un hermanito.

—¿Tendremos un hermanito? — se escucha un coro a nuestras espaldas, y cinco pares de ojos nos miran curiosos.

Marco les indica que pasen, se quedan a los pies de la cama viéndonos intrigados, les hago un gesto para que se acuesten con nosotros y ellos no lo dudan.

—Entonces, es cierto lo que escuchamos— inquiere Seren.

—Así es, mamá está embarazada— le confirma su padre.

—Mamá y ¿donde está nuestro hermanito?—  pregunta Dorian, me encanta la inocencia de mis pequeños, serán unos niños inteligentes, pero al fin y al cabo niños.

—Donde va a estar Dorian, en la panza de mamá— le responde Kira.

—¿Te lo tragaste?— dice alarmado Denis, uf que se nos está complicando esto.

—No bobo, papá puso una semillita dentro de mamá— le explica Ayla.

—Entonces nuestro hermanito va a ser como una matica.— Denis sigue sin entender.

—Ya yo me cansé de explicar— sentencia Ayla.

—A ver ya les explico yo— les digo.— Cuando una mamá y un papá se quieren mucho, el papá le da una semillita, que no es de una planta aclaro: esta semillita que se llama espermatozoide se une con otra semillita que llevamos en las panzas las mamás que se llama óvulo, de esa unión nace un bebé— creo que mejor no lo pude explicar y me ahorré la parte del delicioso sexo.

—Y entonces donde está, yo no lo veo— vuelve a preguntar Dorian, después de levantar mi blusa, lo que hace que Marco y yo riamos, ganándonos una cara de enfado por parte de nuestro hijo.

—Campeón para que nazca el bebé la panza de mamá se tiene que poner muy grande— les comienza a explicar mi esposo.— Recuerdan los videos y fotos que tenemos de cuando mamá estaba embarazada de ustedes,— ambos asienten—: pues dentro de unos siete u ocho meses puede que nazca su nuevo hermanito o hermanita.

—¿Podemos ver los videos ?— pregunta Denis.

Marco se levanta y va a por ellos para verlos todos juntos tirados en la cama, amo estos momentos en familia, los cinco me rodean, quisiera tener bazos más largos para abrazarlos a todos, como las mamás gallinas con los pollitos. Confinan a mi esposo a un rincón, pero al final los niños se tiran sobre su padre y las niñas ponen las manos sobre mi panza ellas si tienen recuerdos de cuando tuve a los gemelos.

—Ya quiero que se empiece a mover para sentirlo— dice una ilusionada Kira.

El par de dos se movían que eran unos reguiletes ella y sus hermanas les encantaba sentirlos.

—Te prometo que te vamos a ayudar mucho —agrega Seren.

***

7 meses después...

—Vamos Eva puja— me repite el médico.

—Cariño una vez más y tendremos a nuestra pequeña con nosotros— me anima Marco.

Yo también quiero conocer a mi niña, al final resulto que a la tercera es la vencida y tendremos un solo bebé, fue el mejor embarazo del mundo, sobre todo porque no parecía un globo inflado a punto de reventar, aumenté lo necesario, no estaba todo el tiempo cansada, cero nauseas, muchos antojos ya saben de qué.

En las vacaciones de verano como cada año nos fuimos a Mallorca, le habíamos ocultado ese tiempo el embarazo a la todos, el único que lo sabía era Lucas, pero le hicimos jurar y perjurar que no le diría a nadie. Cuando dimos la noticia todos comenzaron a reír porque pensaban que era broma, no fue hasta que Marco enseño el ultrasonido y yo dejé ver mi panza de casi 4 meses oculta por una blusa holgada que nos creyeron pues yo parecía más gordita que embarazada, había que detallarme bastante para darse cuenta. Igor aprovecho para hacerle alguna que otra burla a Marco y a mí, pero no nos dejamos intimidar estábamos llenos de dicha y eso nada ni nadie nos los iba a robar. Nuestros amigos alegaron que Marco quería ganarles por mayoría. Pero al final todos estaban felices por la llegada de un nuevo integrante.

Marco se hizo la vasectomía hace unos meses bajo protesta, pero comprendió que ya después tendremos una edad y que con seis niños que criar sería un caos.

Puse todo mi esfuerzo, si ya había hecho esto otras veces para traer al mundo a más de uno, esta vez no sería tan difícil así que, agotada después de 10 horas en trabajo de parto, di el último empujón, seguido del llanto potente de mi hija.

—Señor Asensio,¿ quiere cortar el cordón?— lo incitó el médico y el gustoso aceptó, soltó su agarre de mi mano que había sostenido todo este tiempo, para hacer su tarea.

Cuando estuvo hecho una enfermera la tomó para limpiarla un poco y hacerle las pruebas pertinentes, mi esposo la siguió sin perder de vista a la pequeña.

—Apgar 9/9, 4082 gramos, 52 cm— le escuché decir a una enfermera, con razón me había costado tanto traerla al mundo, era una bebé grande.

Cuando Marco regresó a mi lado traía a nuestra pequeña florecita Hana, vestida con su mameluco rosa. No puedo evitar que se me escape alguna que otra lagrima al verla, nuestra hija es hermosa con su cabello castaño, sus cachetes regordetes y su piel rosada, es la niña más bella del mundo, es que todos mis hijos para mí lo son.

—Gracias amor es perfecta— Marco besa mi frente.

—La hicimos entre los dos— me han puesto a la bebé en el pecho y la muy golosa ha comenzado a mamar.

—Sí, pero la que hace el trabajo difícil eres tu.

—Es verdad, aunque deberíamos enviarle una postal de agradecimiento al Doctor Fuentes por su fallida cirugía— ambos reímos, mientas observamos el rostro adormilado de la Hana.

Cuando me pasaron a la habitación al momento fue invadida por toda nuestra familia, que traían flores, canastas con regalos, peluches y globos. Que como llegaron tan rápido todos a Inglaterra, pues resulta que me puse de parto en medio de la cena de Noche Buena, habíamos decidido que por mi embarazo casi a término todos vendían este año a Londres en vez de nosotros ir a Mallorca.

—Hana se parece mucho a Kira cuando nació— alega mi madre nada más verla y es cierto, Hana me recuerda a su hermana mayor.

—¿En serio?— dice la niña rebosando de orgullo y acercándose a mí para verla más de cerca, acción que imitaron sus hermanos.

—Definitivamente Marco pone mucho de sí en nuestros hijos— confirmo, al tiempo que le paso a la bebé, él la sostiene contra su pecho arrullándola y veo sus ojos ponerse vidriosos.

—Es que siempre les quedan perfectos mis nietos.—Gilberto acaricia el rostro de la pequeña— Igor y Claudia deberían pensar en tener otro más— se gira mirando a mis cuñados que esperan su turno para cargar a la recién nacida.

—No, gracias papá.— Dice Igor alarmado ante la sugerencia.— Con uno tengo, además Marco y Eva sobre cumplieron el plan desde el minuto uno con las trillizas.

—Pues lamento decirte Igor que estoy embarazada. — todos miramos sorprendidos a Claudia y a Igor que se ha puesto más blanco que un papel.

Los más felices con la noticia fueron mis suegros y por supuesto el pequeño Julián, no es que Igor no estuviera contento pero le costó procesarlo, así me sentí yo hace 7 meses.

31 de diciembre...

Me encuentro en el salón de casa rodeada de mi esposo y mis seis hijos, mientras esperamos las campanadas de las 12 de la noche para darle la bienvenida a un nuevo año.

No puedo evitar pensar en como la vida me ha cambiado de forma monumental en estos casi once años que llevamos juntos. Todo empezó como un juego el cual tuvo muchas curvas, pero del que logramos salir victoriosos. Marco aprendió el verdadero significado de amar y yo vivo el cuento de hadas más hermoso que nunca pude imaginar. No fue un torneo de FIFA, y mucho menos una Champion Ligue, nos jugamos nuestra vida juntos, nuestro gol más certero fue entregar nuestros corazones al otro, el trofeo fue el amor y las medallas seis niños, que nos hicieron pasar de dos a ocho.

Mi vida no puede ser más perfecta, me gané la lotería en la vida y en el amor, después de muchas Curvas en el Juego.

⚽️🤰💜

Ahora si llegó el momento de decir adiós, aunque más bien es un hasta la próxima.

Besos 💋 Betty

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