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EPILOGO

4 años después...

      Me he levantado muy temprano, busco como siempre su perfume en su almohada, pero él no está. Con paso firme paro adormilado bajo preparar un desayuno continental. Cuando he dejado todo listo voy por un largo baño, pero antes paso por las habitaciones de las niñas a supervisarlas, duermen como lirones.

      El baño fue más que reparador, salgo de la ducha, seco lentamente mi cuerpo, después me visto con unos pantalones negros acampanados y altos a la cintura, una blusa estampada en azul y gris, de mangas largas que se ata a la cintura en una lazada.

       Bajo protestas y juegos con las niñas logro que desayunen y se duchen antes de que llegue mi madre, que nada más entrar por la puerta es llevada a una de las habitaciones para enseñarles los vestidos que les trajo Fanny de la semana de la moda en Paris.

       Yo por mi parte regreso a mi Habitación donde he dejado la maleta a medio hacer sobre la cama y el folleto de Estambul. Mi madre me ha insistido en que acepte el viaje que me regalaron en mi cumpleaños y que he postergado por meses.

La vida ha cambiado tanto en estos años, las niñas y el trabajo absorben gran parte de mi tiempo, después de la licencia volví al Real Madrid, esta vez como segunda jefa de fisioterapia e hice un Máster en Fisioterapia Deportiva Avanzada. Alguna vez por semana voy al spa para ayudar en lo que puedo.

—¿Lista?—  mamá entra en mi dormitorio.— Pero cariño que vas a perder el vuelo.

Coge la ropa que he dejado sobre la cama y comienza a doblarla para meterla en la maleta, yo me siento en el banco a los pies de la cama mientras juego con mi pulsera.

—No quiero que te preocupes por la niña ellas van a estar bien, además necesitas descansar y desconectar un poco, entre el trabajo y las nenas nunca tienes tiempo para ti, y dentro de poco tendrás menos.

—Mamá sabes que me cuesta separarme de ellas.

—Sí, pero hace mucho que has postergado esto, me dijiste una vez que Marco te prometió que él te llevaría a Turquía ahora que tienes esa oportunidad no la dejes escapar.— Una lágrima indiscreta recorre mi mejilla.

Me pongo en pie para ocultar mi tristeza de mi madre y me dirijo hacía el ventanal panorámico. Mi mirada se pierde en el puerto de Mallorca uno de los sitios donde comenzó este juego lleno de curvas. El lugar donde descubrí que era el amor.

—¿Qué te sucede?—  Pregunta mi madre tomándome por los hombros.

—Es que hoy se cumplen 4 años. —Un caudal sale de mis ojos.

—Creo que nadie olvidará nunca ese día.
—No puedo evitar pensar en él cubierto de sangre, en sus últimas respiraciones, en que si no nos hubiéramos reencontrado él no estaría muerto.  —abrazo mi cuerpo con mis manos.

—Mi niña lo que sucedió ese día fue triste, pero no fue tu culpa, fue obra de una mente perturbada.

—Yo lo quise mucho, y me duele demasiado, que no esté, tal vez todo sería diferente ahora.

–—Eva no llores más mira que ayer te han dado una buena noticia, creo que es lo que necesitabas para cerrar este siclo de tristeza y dolor.

—Mami, mami, mami— mis tres torbellinos entran corriendo por la puerta.

—Mami que dice el tito Igor que se te va a ir el avión. — Seren me da el recado.

—¿Mami me vas a traer algo de Turquía? —me pregunta Ayla.

Me arrodillo para quedar a su altura, Ayla es tan parecida a su papá con sus ojos cafés y su pelo castaño.

—¿Y qué quieres que te traiga?

—Henna.

—¿Henna?— pregunto sorprendida.— Pensé que me pedirías una muñeca.

—Pues no, quiero henna, para cuando tenga novio y me case hacer lo que hizo la chica de la novela.

—Oí a alguien hablar de Boda, ¿quién se casa?— Claudia entra cargando a su pequeño de un año, que lleva por nombre Román Marco, el primer nombre es el del abuelo de Claudia y el segundo nombre en honor a su tío.

—Pues acá la princesa dice que quiere hacer la ceremonia de la henna cuando se case.

—Creo que entre el nombre y los gustos por esa cultura que tú tienes la has contagiado.

—Cariño cuando llegue ese momento dentro de muchos, muchos años mamá va a hacer todo lo que tú quieras en tu boda.

—Pues de eso nada. —la voz firme a mis espaldas me da un vuelco al corazón.

—Papi. —Seren y Kira se lanzan a los brazos de su padre y este las llenas de besos.

—Las princesas de papá no van a tener nunca novio, porque los novios son unos bichos feos que se roban las niñas de papá.

—No seas hipócrita Marco. —lo regaña Claudia.

—Cielo, nos va a dejar el avión.— dice mientras deja a nuestras hijas en el suelo y me rodea la cintura para besar mis labios.

Marco ha pedido vacaciones en plena temporada, pues dice que nos merecemos celebrar nuestro quinto aniversario de novios a lo grande, y ahora que es el capitán del Real Madrid no se lo pudieron negar, lleva una temporada grandiosa, no dudo que este año se gane el balón de oro por tercera vez consecutiva. Así que vamos a disfrutar de ese pasaje sin fecha de expiración para conocer Estambul. El año pasado fuimos a Disney Word en la Florida, a petición de las niñas, porque siempre que planificamos un viaje lo hacemos pensando en ellas.

—Ya está todo listo— anuncia mi madre.— Por favor disfruten de las vacaciones, y estén tranquilos que nosotros nos encargamos de las niñas.— dice mi madre mientras termina de cerrar la maleta.

Las niñas son llevadas por mi madre a la cocina y Claudia va por un cambio de pañal para Julian, dejándonos completamente solos.

—¿Estabas llorando? — Marco analiza mi rostro.

—No.

—Vamos Eva llevamos 5 años juntos sé cuándo me mientes, tu nariz hinchada y tus mejillas rojas me indican que lloraste.

—No puede evitar pensar en que hoy hace 4 años de la muerte de Gonzalo.

—Oh cariño. — Marco me pega contra su pecho.

—Sé que hizo cosas malas, muy malas, pero en algún momento de mi vida fue mi amigo, mi confidente.

—Eva, el que se haya equivocado y eso le haya llevado a perder su vida en el camino no quiere decir que te deje de doler, como tú dices, tú tienes una versión de Gonzalo que ninguno de nosotros conoció, entiendo que sientas de cierto modo compasión por él.

—Gracias por entender Marco.

—Amor, tienes un corazón que no te cabe en el pecho, no hay un sitio para el rencor en él. Te amo, lo sabes.— me vuelve a estrechar contra él.

Dios ni pensar que pensé que Marco se me moría en los brazos, estaba en estado de inanición cuando lo encontramos, su espalda estaba en carne viva y no había un solo lugar de su cuerpo sin un moretón. De no ser por Igor creo que hoy estría llorando en vez de la muerte de Gonzalo la de Marco. El único modo que tuvo la policía de detenerlo fue disparándole, sus últimas palabras para mi fueron pidiendo perdón y pues claro que lo perdoné que ganaba yo con guardarle rencor.

—Ahora si nos vamos.— Marco entrelazó sus dedos con los míos y tomó mi maleta.

En el salón estaba toda la familia, las trillizas merendaban sentadas en la barra de desayuno.

—Escúchenme princesitas—Marco captó la atención de las niñas.— Quiero que se porten bien con los abuelos y que no hagan de las suyas. En unos días nos vemos. Marco le hizo una seña con el ojo.

—¿Que fue eso? —dije mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Nada, es cierto que nos veremos en unos días, no es que nos vayamos a ir un año.

—Niñas de verdad pórtense bien, las amo. besé a cada una en su cabecita.

—Te amo mami.— Kira me dio un beso embarrado en Nutella.

Veo a Marco tomar el bote de la encimera.

—Por si me da hambre en el camino— dice de forma inocente al darse cuenta de que me percaté de su fechoría.

Después de una despedida larga sobre todo de mi parte, Igor nos lleva al aeropuerto, vinimos a Mallorca a dejar a las niñas con nuestra familia. Creo que es la primera vez que me separo de ellas, pero Marco ha insistido en que esto lo debemos hacer solos.

En el área de salida nos espera nuestro Jet privado. Nos despedimos de Igor y abordamos la aeronave. Ya en el interior saludamos a la tripulación y nos preparamos para el despegue.

Ya en el aire Marco va a la cabina a dar unas instrucciones, lo veo regresar con dos copas de Champange Rosé Bollinger, el cual me recuerda a nuestro primer aniversario juntos.

Hacía un mes de la tragedia, y regresábamos de un partido que había finalizado a la 11 de la noche en el deportivo. La casa se encontraba completamente a oscuras, cosa que me pareció rara pues siempre dejábamos al menos la luz del vestíbulo encendida. Quise salir despavorida a verificar si las niñas estaban bien, pero Marco me detuvo.

—Tranquila el tono de su voz era calmado.

—Pero Marco.— protesté.

—Las niñas están en buenas manos, de hecho, los abuelos están felices de tenerlas por esta noche.
—¿Los Abuelos?— pregunté sin comprender.

—Mi padre y Rosa están encantados.

Marco abrió lentamente la puerta de casa en el piso había cientos de velas, de las paredes y del techo colgaban diminutas guirnaldas. Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante.

—Esto es hermoso Marco, perece...

—Un cielo estrellado.

—Iba a decir una lluvia de estrellas.

Sobre una mesa de esquina se encontraba un cubo con una hermosa botella de Champange Rosé Bollinger, la descorchó y me tendió una copa.

—Feliz aniversario Eva.

—No sabía que tuviéramos un aniversario.

—Hoy hace justamente un año que me diste una segunda oportunidad, así que sí, tenemos un aniversario.

—¿En qué piensas? Por un momento te has ido.— dijo Marco llamando mi atención.

—En que este exquisito Champange lo bebí por primera vez en nuestro aniversario. —dije mientras sostenía las copas para que Marco las llenara con el rosado espumosos.

—Creo que es una gran bebida para una gran ocasión.

—Se puede saber que celebramos.— digo tomando mi copa.

—Tengo varios motivos para brindar, pero los más importantes son es el amor y la familia.—  me encanta la voz seductora de Marco.

—Pues por el amor y la familia.

—Y por el mejor viaje de nuestras vidas.— nuestras copas chocan y le doy un ligero sorbo, las burbujas bajan por mi garganta.— Está delicioso.— dice Marco relamiéndose los labios.

—Pues a mí se me antoja otra cosa.— Coloco la copa sobre la mesita junto al sofá cama del avión.

—Ya tan pronto con antojos.— Marco me lanza una mirada picara.

—¿Dónde dejaste el pote de Nutella?— coloco los codos sobre la mesa y apoyo mi barbilla en mis manos adoptando una pose y mirada seductora.

—Lo siento cariño, pero me lo confiscaron en la aduana. —me da un beso en la comisura del labio.

—Es una pena se me antojaba mucho Nutella con Marco.

—Creo que te vas a tener que conformar solo con Marco. —Da otro sorbo a su copa de champange, antes de colocar su copa junto a la mía.

—Puedo vivir con eso.

No era mi intención o bueno si lo era, pero mi voz sale en un susurro excitado, provocando que Marco emita un gruñido de satisfacción. Después baja su cabeza y con la punta de su nariz roza mis erguidos pechos, haciendo que jadee, ya que los tengo muy sensibles. Los latidos de mi corazón se volvieron erráticos, siento como se escurre algo de mi interior, si estoy muy mojada.

Mi cuerpo toma el control de mi mente, así que me subo a horcajadas sobre Marco, sentándome sobre el bulto de su entrepierna. Mi chico desliza su mano por mi espalda, con cada caricia de él me sumo en una desesperación.

—Me encanta como te quedan estos pantalones, pero en estos momentos los odio.— dice mientas trata de desabrochar la bragueta del mismo.

Me toma de la cadera y me acomoda en el sofá para retirarme los pantalones de un tirón. Estamos desesperados por el contacto del otro, lo necesito en mi interior. Como puedo me quito la blusa quedando en un juego de lencería de encaje celeste.

Marco se sitúa frente a mi completamente desnudo, observándome como si fuera el bocado más apetecible del mundo. Acerca sus labios a mi cuerpo y comienza a dejar un rastro de besos desde mi ombligo hasta mi clavícula, yo solo disfruto de sus caricias.

Sonríe al ver mi rostro descompuesto por la excitación del momento. Su rostro se acerca al mío y sus labios tibios y gruesos, tocara los míos, el calor se esparce por mi cuerpo y suelto el aire cuando su lengua acaricia mi labio inferior para después darme un pequeño mordisco, haciendo que mi corazón acelerara su ritmo, sé que no es un infarto, pero de cierto modo así me siento.

Siento el fuego incendiar mis mejillas, Marco besa mi piel y después la comisura de mi boca, se aparta por un instante y observo el deseo en sus ojos. Me aferro fuertemente a sus anchos hombros para lamer la piel de su pecho. Lo juro por Dios me está torturando lentamente.

–Marco—dejo escapar un jadeo.

—Si amor yo también lo deseo.

En eso siento como mis bragas son rasgadas de un tirón, con su otra mano se deshace del broche de mi sostén. Sonríe al tenerme completamente desnuda, Dios adoro su risa. Toma uno de mis senos en la boca succionando este y apretando el otro con una mano. Cuando se asegura que mis pezones están erectos se adentra lentamente en mi interior, para después aumentar el ritmo.

Nuestras miradas se encuentran mientras sigue penetrándome rápido y fuerte. Me encanta ver a Marco excitado, su cabello castaño pegado a su frente por el sudor y como de forma inconsciente se muerde el labio inferior. Sus embestidas se vuelven más y más rápida al sentir como mi interior amenaza con estrangular su miembro, ahogo un gemido en su boca cuando llegamos al orgasmo minutos después.

—Te Amo Eva Vegas.

—Y yo a ti Marco Asensio— dije mientras intentaba recuperar el aliento.

—¿Sabes que acabamos de entrar a un selecto club?

—¡En serio!— me mira sorprendido mientras tomaba su copa de champange para darle un largo sorbo.

—Según tengo entendido al Mile High Club.

—¿Y eso de que va?— sus dedos recorren delicadamente mi antebrazo.

—Piensa en lo que acabamos de hacer.

—Tener sexo en un avión. —responde sin más.

—Pues ahí tienes tu respuesta.

***
El Hilton Istambul Bosphorus está ubicado en una zona céntrica, desde el balcón de la Suite Rey observo el sol naciente que baña con su luz dorada las aguas del estrecho de Bósforo.

—¿Qué haces tan temprano despierta?—  dice Marco mientras me abraza por la espalda, apoyando su mandíbula en mi hombro derecho.

—No podía dormir.

—¿Te sientes bien? Inquiere preocupado.

—Si todo bien, es que las vistas son idílicas.

—Sí que lo son.

—Me parece estar viviendo un sueño.

—Eva contigo mi vida lo es.

Marco deja un dulce besos en mis labios, que aún me duelen de tantos besos que nos dimos anoche mientras hacíamos el amor en cada rincón de los 118 metros cuadrados que comprenden la habitación. Nos quedamos un rato ahí, con la vista perdida en el horizonte mientras nos consentimos unos minutos.

—Vamos a ducharnos antes de salir. —me ofrece Marco, no dudo ni un segundo en seguirlo.

En el restaurante Lalezar Meyhanesi tomamos el desayuno turco tradicional compuesto por pan, miel, mantequilla, mermeladas, pimientos, tomates, pepinos, diferentes tipos de queso, aceitunas, sucuk y huevos acompañado de un aromático té negro. Para después salir a pasear tomados de la mano por las calles de Estambul.

Quedo de piedra cuando veo ante mí la Mezquita de Solimán el Magnífico, la cual domina una de las siete colinas de Estambul. Al adentrarnos en el interior de esta el eco de los pasos se extiende además de por lo alto de las bóvedas, en el ambiente diáfano. Doy vueltas como lo harían las niñas observando la magnífica cúpula, casi tan colosal como la de Santa Sofía, diseñada con diseños geométricos y vegetales. Ya por ultimo buscamos los mausoleos de Solimán y de su mujer Hürrem.

—¿Te gusta?— me pregunta Marco que ha permanecido cayado todo este tiempo.

—¿Que si me gusta?, estoy totalmente impresionada, he soñado con venir a este sitio dede que vi la serie.

—Esres una friki de las novelas turcas.

—Si no lo voy a negar, lo único que necesito para ser feliz es encontrarme con Can Yaman o Kerem Bürsin.

—Pues es mejor que no.

—¿Celoso Asensio?

—Tal vez.

Me pongo de puntillas para susurrar a su oído sin que nadie nos escuche.

—Pues regresemos al Hotel y demuéstrame cuánto me amas.

***

—¿Estás bien?—pregunta Marco preocupado, mientas aún jadeo después del intenso sexo que acabamos de tener.

—Estoy bien cariño.—dejo un sin fin de besos en su rostro.— Ni que fuera la primera vez que lo hacemos estando embarazada, si mal no lo recuerdo lo hemos hecho en estos días como conejos.

—No puedo creer aún que vayamos a ser padres de nuevo.

—Lo que yo no puedo aún creer es que me dejara convencer por ti de tener más hijos, por Dios Marcos que tienes una puntería, mira que dejarme embarazada de gemelos.

—Yo solo espero que sean niños. —confesó ilucionado.

—Te digo algo, yo también.

Hace dos semanas nos enteramos de que estaba embarazada y el día antes de venir a Estambul fue la primera ecografía donde nos dijeron que serían gemelos, Marco quedó tan impactado como yo, así que aquí estamos, felices con la noticia, pero sabiendo que nada será fácil con cinco niños en casa.

***

—Cariño en serio se nos va a ir el crucero.— Siento la voz de Marco a través de la puerta del baño.

Salgo del baño para situarme frente a Marco que me mira perplejo. Llevo un vestido dorado de escote en uve y una gran abertura sobre mi pierna Izquierda. Por insistencia de Marco llevo mi collar con el dije de corazón de esmeralda, ese que me regaló en mi primer cumpleaños juntos.




—¿Crees que ha merecido la pena la espera?

—Como siempre te vez hermosa.— Dice Marco tendiéndome un abrigo de terciopelo blanco, de longitud media desmontable, con cordón ajustado.

—Usted no se queda atrás señor Asensio.  — lleva camisa y pantalón negros con una clásica dinner jacket blanca con solapas redondeadas de raso negro, sin corbata.

Marco ha reservado para esta noche un paseo por el Bósforo con cena y entretenimiento en un crucero de lujo. Según él serán casi cuatro horas para disfrutar de la belleza de Estambul.

A medida que deambulamos entre las personas nos percatamos de rostros conocidos, algunos son futbolistas entre ellos JuanFran es canterano del Real Madrid, pero casi me da un parraque cuando en mi presencia tengo al mismísimo Can Yaman.

Dioses de los actores turcos, gracias por escuchar mis suplicas.

Como si mi invocación no fuera suficiente el actor se acerca lentamente a nosotros.

—Marco.

—Can.— espera, ¿estos dos se conocen?

—¿Disfrutando de la fiesta?

—La verdad sí. —Contesto para hacerme notar.

—Asensio ¿quién es la bella dama?— Dice Can dejando un beso en mi mano como todo un caballero.

—Arkadaş, ella es mi mujer Eva y he de confesar…

—Que soy una gran fan tuya. —Can y Marco rieron estrepitosamente, ante mi alocada y efusiva intervención.

—Sí que lo es. — confirmó Marco. —Me ha hecho ver cada una de tus novelas.

—¿Y dime cuál es tu favorita?

—Pues pensaba que Pájaro Soñador, pero quedé prendada de El Señor Equivocado, lástima que la cancelaran.

Can iba a responder algo, pero el salón del crucero se llenó de bailarines folclóricos bailando un Halay. El espectáculo fue sumamente hermoso, sobre todo cuando llegó la parte de las bailarinas de vientre y el baterista. La comida a bordo fue exquisita, ya por último la música y la pista de baile quedaron a disposición de todos, la voz de Michael Buble se hizo presente con Crazy Love, adoro esa canción y Marco lo sabe.

—Bailas conmigo —dijo Marco de la forma más galante del mundo.

—Seríaun placer.— me puse en pie y juntos fuimos al centro de pista de baile donde alguna que otra pareja se sumaba.

Su mano izquierda tomó la mía y su derecha quedo justo a la atura de mi cintura, cerré mis ojos para disfrutar de su tacto, cunado los abro el rostro de Marco está a centímetros del mío, mirándome de forma dulce.

She givesss me love, love, love, love. Crazy love
Shes got a fine sanse of humor when Im feeling low down
And when I come to her when the sun goes down
Take awey my trouble, takes away my grief.

Escuchar a Marco hablar en inglés es una delicia y más cuando esas palabras son la melodía de una canción de amor susurrada en mi oído, solo para mí. Su mano derecha ahora se deslizaba lentamente cual frágil caricia por el medio de mi espalda, me tomó de las caderas y acercó nuestros cuerpos aún más, me robó un casto beso, haciendo que perdiera el aliento. Aferré mis manos a sus anchos hombros y me dejé guiar en el baile.

Después de casi cuatro horas maravillosas, la embarcación se detuvo en un pequeño muelle frente al Palacio De Dolmabahçe el Versalles de Estambul, un símbolo arquitectónico de la dinastía otomana. Marco me ayudó a bajar, cuando estuvimos a una distancia del crucero me percaté que nosotros éramos los único que nos habíamos quedado en tierra.

—Marco ¿se puede saber que hacemos aquí y más a estas horas?— Pregunto mientras atravesamos la puerta de al menos tres metros de altura que da al mar pasamos los jardines del palacio con sus majestuosas fuentes y flora, teniendo como telón de fondo el Bósforo.

—Pasear, no lo vez. —dice sin prestarle importancia a mis palabras.

—Marco este lugar es muy exigente con sus horarios. —Temo que los guardias de seguridad nos descubran así que hablo bajo.

—En serio, no lo sabía. —Dice mientras me ayuda a subir los escalones de la escalinata de cristal.

Con forma de herradura, esta escalera tiene una balustada totalmente hecha de cristal de Baccarat, que combina elementos en bronce y caoba. Seguidamente vamos al salón del trono, para después entrar en el Pabellón de Cristal, desde donde el sultán podía presenciar los desfiles oficiales.
Seguimos disfrutando de este inusual tur privado por numeroso salones y pasillos, a cada cual más bonito. No he dejado ni por un segundo de fijarme en la decoración de los techos, los detalles de los muebles, las lámparas o cualquier otro objeto decorativo, porque esto es una auténtica joya y un privilegio.

Pero el lugar más espectacular de todo el palacio es la sala de Fiestas, un lugar inmenso donde se celebraban todos los eventos y festividades. Marco me guía hasta situarnos debajo de la espectacular lámpara de araña que es el elemento más importante de la sala.

—Sabías que es la lámpara de cristal Bohemia más grande del Mundo—le comento a Marco mientras admiro la belleza de la pieza.

Llevo mis manos a mi boca conteniendo un grito de felicidad cuando voltee y me encontré a Marco con una rodilla incida en el suelo sosteniendo una caja de terciopelo negra y en su interior un anillo de compromiso de oro rosa, cuya piedra principal es una esmeralda oval, rodeado por diminutos diamantes.

—Antes de ti no creía que pudiera existir una persona como tú, doy gracias Dios por romperte la pulsera, por esa lluvia de estrellas e incluso por la idiotez que cometí, porque si no hubiese sido así no me había dado cuenta de que estaba completamente enamorado de ti.— Muerdo mis labios para contener los sollozos. — A la soledad que creía merecer tú la derrotaste y me diste una familia, mi familia. Y hoy después de cinco años en los que he vivido una vida maravillosa a tu lado quiero que sepas exactamente como me siento.— Los ojos de Marco brillan por las lágrimas que se acumulan, las mismas que ya escapan por mis mejillas.—  Quiero que sepas mi amor es real, porque te amo te entrego mi corazón y todo lo que soy. Porque te amo quiero compartir mi vida junto a ti, porque como dijiste una vez conocerte fue ganarme la lotería. No quiero seguir andando en esta vida sin tú no estás en ella, así que quiero utilizar mi último deseo...

—¿Aún tienes ese deseo? —el nudo que tengo en mi garganta apenas me deja hablar.

—Cariño, nunca lo necesité, porque mi vida junto a ti es todo lo que siempre he deseado, pero hoy por las dudas lo quiero emplear.

—Pues es tuyo.— digo mientras las lágrimas no paran de caer por mi rostro.

—Eva Vegas, deseo con todo mi corazón que seas mi esposa, porque eres mi luz y mi vida, porque sin ti este juego que es la vida no tiene sentido.

—Si Marco, acepto.

⚽️🤰💜

HOLA👋

No saben cuanto me cuesta dejar ir a esta historia, a la que he empleado tanto tiempo y corazón. Me duele decirle adiós a Marco, soy una gran fan de él pero es el momento de dejarlo ir.

Tengo nuevos proyectos y aunque no sean historias de fútbol espero poder seguir contando con su apoyo.
Aunque puede que más adelante les una sorpresa.

Gracias por haberme acompañado hasta aquí por la paciencia que tuvieron para esperar los capítulos. Por cada uno de sus comentarios y votos, por darle un lugar en su vida y en su tiempo a esta historia.
Gracias por apoyarme y estar ahí siempre.

*Por último espero que disfruten el epílogo que he de confesar que está escrito desde que la historia iba por el capítulo 20.

Los quiero🥰, aunque sea de forma virtual.
XD soy una sentimental pero que le vamos a hacer.

Besos💋 Betty

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