—NO QUIERO PERDERTE —le susurró Emery a Jenna, cuyos ojos se llenaron de más lágrimas por sus palabras y comenzaron a caer por su rostro mientras un sollozo se le escapaba. —Lo siento —susurró Jenna, mirándola y luego a Elena. —Las amo a las dos.

—Es suficiente —el vampiro Klaus corrió hacia ella y la apartó de su tía mientras Greta volvía a encender el fuego a su alrededor. Emery tropezó con su paso, apretando los dientes ante la repentina debilidad que sintió por usar incluso la más mínima parte de su poder.

—Hola Jenna —Klaus se acercó a Jenna haciendo que ella y Elena se pusieran de pie cuando el doppelganger habló.

—Déjala ir. Entiendo que tengo que morir, ¡pero ella no! —caminó más cerca de las llamas, lo que provocó que se encendieran y retrocediera unos pasos. Volvió a sentarse en la roca, bajando la cabeza mientras cerraba los ojos, ignorando los latidos en su cabeza.

—No te quemes —murmuró Klaus divertido mientras Jenna miraba a Elena suplicante,

—Elena, no lo hagas.

Elena negó con la cabeza, con lágrimas en los ojos. —¡No, Jenna! ¡No podemos dejar a Jeremy sin familia!

Emery frunció el ceño ante sus palabras, pero decidió no decir nada mientras Elena continuaba hablando, esta vez a Klaus: —Seguí tus reglas; hice todo lo que me pediste. No corrí. Por favor.

Ignorando sus palabras, Klaus miró hacia la parte superior de la cantera, sabiendo que Stefan decidió unirse a la fiesta. —Bueno, bueno. No recuerdo que estés en la lista de invitados —Emery, Jenna y Elena también miran hacia arriba, mirando a Stefan parado allí.

—Vine a hablar.

—Muy bien, entonces —Klaus miró a Jenna, brevemente, luego subió a toda velocidad como un vampiro hasta la cima del acantilado, caminando tranquilamente hacia Stefan. —¿Qué puedo hacer por usted, Señor Salvatore?

—¿Por qué está Emery aquí? —Stefan cuestionó, apretando la mandíbula al original, quien solo sonrió en respuesta.

—Pregúntale a tu hermano. Ella debería estar muerta en este momento, pero les estoy haciendo un favor a todos al mantenerla con vida... a mi lado.

—¿De qué estás hablando? —Stefan preguntó, frunciendo el ceño. —Ella es inocente.

—Es una bruja —recordó Klaus. —Puede serme muy útil. Aunque me pregunto por qué no ha usado sus poderes todavía. ¿Te importaría decírmelo? Sé que le pasa algo. Lo sé desde hace un tiempo ahora.

—No es asunto tuyo —dijo Stefan entre dientes, sabiendo que no era su secreto para compartir.

Klaus sonrió, asintiendo para sí mismo. —Oh, bueno, entonces supongo que tendré que averiguarlo con Emery.

Emery miró a los dos conversando, odiando no poder escuchar lo que decían hasta que se dio cuenta de que su tía ahora era un vampiro con un oído sobrenatural. —Puedes escucharlos. Puedes escuchar cualquier cosa. Solo concéntrate en ellos.

Haciendo lo que le dijo Emery, Jenna se concentró en lo que decían, pero no pudo oír nada.

Mientras tanto, Stefan le dijo a Klaus: —Mira, no necesitas matar a Jenna. Yo tomaré su lugar.

—Oh, no lo sé. Prefiero apreciar la simetría de tres mujeres —Klaus comenzó a caminar alrededor de él. —Tres diosas, sacrificadas en el altar de la naturaleza.

—¿Qué están diciendo? —Elena le susurró a Jenna, quien negó con la cabeza, respirando con dificultad.

—No puedo, no puedo entenderlo.

—Puedes hacer esto. Solo relájate —animó Elena. —Concéntrate.

Stefan se dio la vuelta para mirar a Klaus. —No juegues conmigo. Obtendrás lo que quieras de cualquier manera.

Jenna dejó escapar un pequeño suspiro. —Puedo escucharlo. Escucho a Stefan.

—¿Qué están diciendo? —Emery cuestionó, mirando a su tía con esperanza.

—Eres todo un héroe, ¿no? —Klaus le preguntó a Stefan con una sonrisa. —Escuché eso sobre ti.

Stefan suspiró. —Solo haz el intercambio. Yo por Jenna.

Los ojos de Jenna se abrieron ante sus palabras mientras dejaba escapar un pequeño grito ahogado, —¡Oh Dios mío!

—¿Qué es?

—Él quiere tomar mi lugar —respondió Jenna haciendo que la expresión triste de Elena se contorsionara en una horrorizada mientras miraba a Stefan mientras Emery dejaba escapar un suspiro.

—Elena... —Jenna miró a su sobrina mayor, quien comenzó a negar con la cabeza. —Tengo que hacer algo. Esto no puede suceder. Nada de eso.

En ese momento, Klaus y Stefan descendieron a toda velocidad desde lo alto del acantilado y se acercaron a Elena y Jenna. Stefan miró a Emery que estaba en silencio. Ella no podía llorar. Ella no se permitió. Ella sabía lo que estaba a punto de suceder... De alguna manera. Sabía que nadie estaría en su vida durante tanto tiempo. Se ha despedido de todos los miembros de su familia. Era hora de decírselo a esos también.

Klaus sonrió a Elena y Jenna. —Menudo predicamento. Sabes, es gracioso, toda esta charla sobre preservar a la familia, y aquí está Stefan, concediendo tu deseo.

Elena le lanzó a su novio una mirada suplicante. —Stefan...

—Está bien —aseguró Stefan mientras Klaus apuntaba con una estaca, lanzándola hacia y desde Stefan y Jenna mientras levantaba una ceja inquisitiva hacia Elena.

—¿Y bien? ¿Quién va a ser, Elena?

—No —lloró Elena, sacudiendo la cabeza y ganándose una sonrisa malvada del original.

—Oh, no te preocupes. En realidad, no hay otra opción —aceleró como un vampiro alrededor de Stefan y lo estacó por la espalda. Stefan gritó de dolor y se derrumbó en el suelo haciendo que Elena gritara de nuevo.

—¡No! ¡Stefan! ¡No!

Klaus luego arrancó la estaca de la espalda de Stefan, dejando un trozo considerable de madera en su espalda. —Tengo otros planes para tu novio. Lo quiero vivo. Pero por ahora... —sin darle a Elena mucho tiempo para procesar lo que estaba diciendo, Klaus rompió el cuello de Stefan, lo que le permitió caer al suelo, lo que resultó en un jadeo de sorpresa de Elena.

El original miró a Emery que miraba el cuerpo sin vida de Stefan en el suelo. El alivio la inundó cuando notó que solo estaba estacado en el estómago, por lo que estaba inconsciente.

—Cuando estés lista, Greta —Klaus se volvió hacia su bruja, quien comenzó a cantar la siguiente parte del hechizo que disipó el anillo de fuego que rodeaba a Jenna. Jenna miró, asustada. Elena gritó con los ojos llorosos mientras Klaus caminaba hacia Jenna. —Tu turno.

—¡No, Jenna, no! —Elena volvió a gritar mientras Emery observaba mientras Elena intentaba llegar a Jenna, pero el fuego a su alrededor estalló, haciéndola retroceder al instante.

—Klaus —murmuró Emery haciendo que el original la mirara inquisitivamente.

—¿Sí?

Se puso de pie, sintiendo que una ola de náuseas la golpeaba. —Deja ir a Jenna y- —hizo una pausa, permitiendo que sus ojos parpadearan de Klaus a Elena y luego a Jenna. —Conviérteme y tómame a mí en su lugar.

—¡No! —Jenna fue quien gritó esta vez. —¡No, no, no la escuches!

—Oferta tentadora pero... —Klaus no pudo terminar la oración cuando Jenna decidió acelerar como un vampiro hacia Greta antes de morderla ferozmente en el cuello. Klaus corrió instantáneamente hacia Jenna y la estacó en la espalda, alejándola de Greta, quien cayó al suelo mientras Klaus también arrojaba a Jenna al suelo.

Los ojos de Emery se abrieron cuando Jenna la miró con ojos llorosos, sabiendo que había llegado su momento. Intentó correr hacia ella, pero Greta no pudo evitar que la rodeara también con un anillo de fuego.

—Mierda —gimió, sintiendo el calor del fuego en su piel. —¡Déjame salir!

Greta chasqueó la lengua y negó con la cabeza. —No puedo permitir que vuelvas a perder el tiempo, cariño. Oh, y he desactivado momentáneamente tus poderes, así que buena suerte para salir de esta.

—Vete a la mierda, pequeña perra patética —miró a la bruja, pero su atención se desvió hacia Jenna una vez que la escuchó toser.

—Solo apágalo. Jenna —susurró Elena. —Apágalo. Ya no tendrás miedo.

Al escucharla, Jenna lo apagó justo antes de que Klaus la estacara, lo que le valió un fuerte grito de Elena mientras Emery se mordía el labio y miraba hacia otro lado.

—¡No! ¡Jenna! ¡No! ¡Jenna! —Elena siguió llorando mientras el cuerpo de Jenna empezaba a descomponerse. Klaus luego soltó la estaca de su agarre y se puso de pie mientras Jenna yacía sin vida en la piedra con la estaca en el corazón.