069 Hurricane Klaus
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— Cuánto insistes en hacer esto.— me quejo mientras estoy en la sala de espera de un hospital
Mi hermana y Caroline se encargan más de mi embarazo que yo misma, hasta parece que ellas lo están. Son las que me traen al médico y cuentan los meses, ellas están muy emocionadas por la llegada de el o la bebé. Y eso me hace sentir muy querida.
— Hacerse ultrasonidos es lo más normal en un embarazo.— informa Elena y hago una mueca
— Si, pero este bebé es mágico, como una fisura de la naturaleza. No hay nada "normal" en ello.— aclaro con una sonrisa y bufea
— Siempre tengo que pelear contigo cuando se trata de venir a consulta. Pareces una niña pequeña.— me regaña y suspiro
— Porque odio los hospitales. Cuando tenía 14, venía todo el tiempo por las quimios de mi abuela, y todo lo que podía sentir en estos sitios era muerte. Como algo que se encaja en mis costillas impidiéndome respirar— explico y la recepcionista me vocea — Odio esto.— me lleva Elena como trenecito al consultorio
— Hola, linda, tomen asiento.— nos habla la doctora con un tono dulce y lo hacemos
Estas visitas siempre me ponen de nervios, de unos que me hacen sudar las manos y casi hiperventilar. Odios los hospitales.
— Buenas tardes.— saludo y sobo mis manos para calmarme
Uno de las memorias más fuertes que he tenido que reprimir, es cuando vine con Klaus a hacerme un curetaje. Parte de mi, jamas olvido lo que sucedió, y trato de borrarlo de mi mente al no pensarlo.
— Bien, eres Isobel Sommers, 21 años...— empieza a dar mis generales — ¿Has estado embarazada antes o es tu primer bebé? — Elena toma mi mano dándome calma e inhalo hondo
— El segundo, mi primer embarazo no llego a termino.— explico y teclea asintiendo
— Lo siento mucho. Tu ginecologa no pudo venir hoy, por eso hago las preguntas.— específica y bajo la mirada sin importancia — ¿Puedes pasar a la camilla? — asiento y me levanto de la silla
Hace el procedimiento de siempre, ponerme aquel liquido frio en el vientre y pasar un aparatito extraño por mi cuerpo mostrando en la pantalla a mi bebe. No te acostumbras.
— Aqui esta.— ladeo la cabeza para ver — A lo que veo, todo se ve perfecto. Tiene buen tamaño, su desarrollo va muy bien...— de repente su voz hizo eco en mi cabeza cuando vi aquella pantalla
Sentí que el mundo se detenía. Todo lo demás desapareció. Solo existía ese pequeño ser, esa pequeña vida que dependía completamente de mí.
Es el momento donde realizas que estas creando vida, y que ya eres mama. Es aquel sentimiento tan único y especial que no cabe en tu pecho.
Me llevo la mano al vientre, casi como si quisiera alcanzarlo, protegerlo y sentirlo más cerca.
— Ese es tú bebé. Y aquí está el latido.— sonrío y mis ojos se cristalizan
El sonido llena la habitación. Un latido rápido y fuerte, resonando en mis oídos. Música tan perfecta para no querer dejarla de escuchar.
Ladeo la cabeza para ver a mi hermana y casi lloraba con nostalgia, ella ya lo amaba y era tan importante para mi que lo quisiera de esa forma.
No pude contener las lágrimas. Me llevo la mano a la boca, tratando de procesar lo que estaba viendo y escuchando. Ese pequeño corazón estaba latiendo dentro de mí. Dentro de mí.
— Aún me es impresionante saber que una pequeña persona se forma en mi vientre.— expongo con la voz entrecortada
— Serás una gran mamá, Iz.— volteo a ver mi hermana — Ese bebé será el más amado.— asiento y sonrío viendo la pantalla
— Estoy tan asustada que apenas puedo respirar. Todo siempre se siente tan...
— Real.— termina la doctora y asiento — Serás mamá, Izzy. Es algo que debes procesar, aún eres joven, pero veo el deseo en tus ojos. Ya amas a este bebé con tu vida.— mis ojos tiran lágrimas — Todo estará bien. Todo va bien.— toma mi mano y la aprieto con confianza — Ahora vamos con las recomendaciones y medicamentos....
Este bebé significaba algo que no había sentido en mucho tiempo; esperanza.
Sabía que todo iba a cambiar. Que mi vida ya no era solo mía. Y aunque eso me aterraba, también me llenaba de un amor que jamás había conocido.
— ¿Ves? No es tan malo ir al médico de vez en cuando. Ya viste que tu bebé está muy bien y va creciendo cada vez más.— informa Elena mientras vamos al auto
— Es que me da miedo, pero no quiero ser una irresponsable tampoco.— abro la puerta — Tiendo a perder las cosas que amo, y no quiero que le pase nada a este bebé.— me subo — Por eso lo oculto de su padre y lo mismo con cualquier bruja que quiera venir tras de mi.— me pongo el cinturón y cierro la puerta
— ¿Entonces no has hablado con Klaus? — Elena enciende el auto y bajo la mirada
— No desde aquella humillante felicitación. En serio no pudo ser peor.— me quejo y sonríe
— ¿Y en algún punto le dirás que será papá? Digo, te quedan cinco meses, y, ¿que harás luego? — voltea a verme y me quedo en silencio — Tú sabes que te apoyo en todo. No estás sola en esto. Somos hermanas, y eso para mi significa todo.— sonrío
— Y para mi también. En serio.— volteo a verla — Solo aún no he pensando lo que haré. Lo único que tengo seguro es que voy a hacer todo lo posible por proteger a este bebé, al coste de todo.— sobo mi vientre — Es una promesa.
— Y yo daré mi vida por el para protegerlo.— volteo a verla — Somos, tú, Jeremy y yo contra el mundo. Jamás estarás sola.— la veo conmovida — Es mi promesa para ti.— sonrío y suspiro
— Ojalá no le hubiera tocado unos padres tan complicados. Ambos con enemigos mortales, con destinos malditos. Sólo quiero que con mi bebé se rompa el círculo. Lo necesito.— mi hermana toma mi mano y la soba
— Haremos lo necesario para cuidarlo. No te preocupes por ello.— asiento
Estábamos de vuelta en Mystic Falls para dar con el paradero de Stefan. Parecía que el no estaba en aquella caja fuerte, y que, no teníamos idea de a donde se había ido o con quien estaba.
De lo que si estoy segura, es que no dejo de pensar en el y en que quiero encontrarlo. Debe ser horrible lo que vivió y quiero ayudarlo como el lo ha hecho desde el día que lo conozco.
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Narrador omnisciente
— Ella está muy preocupada por la seguridad de su bebé, Damon. Está aterrada de perderlo.— expone Elena mientras la ven dormir bajo el árbol del patio
— Es normal, sufrió mucho cuando perdió al anterior. Sólo hay que darle apoyo.— aconseja y la castaña bebe café
— No lo sé, todo es muy extraño. Siento que me oculta algo, y esto se va con Klaus. Ella no me ha dicho porque no lo puede ver ni en pintura.— se pone de nervios y el vampiro la toma de hombros
— Tranquila, mucha cafeína te altera.— le quita la taza — Izzy ha estado tranquila los últimos tres meses. Ha sido feliz de no tener que beber de ninguna vena y disfruta de hamburguesas de queso grasosas. Créeme, ya me hizo comprarle apenas llegando.— Elena suspira — Todo estará bien, si yo no me preocupo, tú menos.
— No, Damon, conozco a mi hermana. Ella se come todas sus preocupaciones para ella. No le gusta que los demás sepan que sufre, o que deben protegerla. El único con el que decía todo era el maldito de Klaus. Sin el, bueno, volvió la Izzy que llegó a Mystic Falls con secretos.— expone abrumada y se aleja de la ventana — Es muy misteriosa, aveces siento que oculta tantas cosas que ella ni siquiera es capaz de recordarlas.— Damon suspira y va a servirse un trago
— Izzy es una mujer que oculta cosas porque la han engañado muchas veces. Tú eres la que está obsesionada con arreglarle la vida.— opina y Elena lo ve ofendida
— ¡Oye! Tampoco soy así.— se acerca a él con molestia
— Eres la que vigila a su hermana dormir, no lo se, tú dime.— ironiza y Elena rueda sus ojos
— Ha sufrido mucho, sólo quiero cuidarla. ¿Qué hay de malo en ello? — afirma y Damon bebe
— Nada, sólo no te exaltes. Ella te dirá todo cuando esté lista.— aconseja y le ofrece un trago a Elena
— Bueno, eso si.— ella lo toma — Conocí a mi sobrino esta tarde. La hubieras visto, Damon, ella brillaba. Parece que ser mamá es lo que más anhela en el mundo, es hermoso.— bebe — Bonnie y ella son las únicas capaces de hacer bebés. Espero más sobrinos, una familia grande. Seremos los tíos buena onda.— Damon sonríe
— Sólo que si es niña, no la dejaré salir con ningún hombre, y si es niño, le daré su primer cerveza.— expone y Elena ríe
— Que tiernos, la familia perfecta.— aparece Valeria y voltean a verla — Casi no vomito.— se le baja la sonrisa Elena
— Y casi olvido que aún existes. Pero aquí estamos.— refiere hostil y Valeria sonríe
— Doppelgängers, siempre con el pésimo humor. Tatia me caía mejor.— alardea y Elena rueda sus ojos
— Y a mi nunca me has agradado, genial esa. Y también duermes en mi casa, así que cuidado como le hablas a mi novia.— deja Damon en claro y Valeria le quita el trago
— Lo siento, siempre la pobre, Elena.— bebe de su trago — Olvidaba lo delicada que eras.
— Ya cállate, si no tuvieras la cura, ya te habría hipnotizado para que te unas a un convento.— Damon ríe y la Gilbert se va
— Izzy se irá lejos si es tan inteligente como dicen. Ese bebé está más en peligro de lo que cree. La naturaleza no quiere más trihibridos, ¿quien crees que morirá por ello? — Valeria ve a Damon y este se pone tenso — Es Izzy o su bebé. Sabes a quien perderás, a quien perderán todos.
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Isobel
Despierto de golpe ante el sueño escalofriante que me dejó la piel erizada. Los lamentos de Stefan aún suenan en mi cabeza, como una clase de agonía infernal. El había atacado a una mujer en un bar y parecía perder los estribos.
Aún sentía el nudo en la garganta y el mal presentimiento recorrerme la nuca. Verlo quemarse a punto de morir, era algo que me tenía en angustia. No sabía que significaba aquella pesadilla.
Sobo mi cuello con incomodidad procesando todo lo que vi en mi sueño, uno que se sintió real.
— ¿Estás bien? — me pregunta Damon acercándose a donde estaba
Me había quedado dormida estudiando todos los grimorios que puedo para buscar la solución de traer a Bonnie de vuelta.
— Si, sólo no pude dormir bien.— recojo los libros del suelo — Últimamente sólo tengo pesadillas y no me agradan.— me levanto
— ¿Y de que son? Si puedo saber.— suspiro y caminamos a la casa
— Soñé con Stefan. Fue más que un presentimiento, fue real.— expongo y entramos — Fue como estar a su lado. Aún siento el calor del fuego en su piel.— dejo los libros en el sofá
— Bueno, es algo extraño. Elena parece tener también una extraña conexión psíquica con Stefan. O algo así.— frunzo el ceño— Tampoco lo entiendo, pero, ¿qué fue lo que viste exactamente?— pide e inhalo hondo recordando
— Fue tan vívido. Vi a Stefan mientras salía de un bar. Tenía el techo rojo y un letrero neón roto. Y estaba sufriendo.— expongo y me siento en el sofá
— ¿Viste algo más? Alguna dirección.— niego con desánimo
— En la Ruta 20c Joe's Bar.— escuchamos a Elena y volteo a ver confundida — Creo que tuve el mismo sueño.— alzo mis cejas con interés
— Eso es raro. ¿Por que tendríamos el mismo sueño? — divago levantándome del sofá
— No lo sé, pero puede ser una pista. No sabemos nada de Stefan, y bueno, este sueño sale de la nada.— explica mi hermana y suspiro
— Tiene razón, no debe ser coincidencia.— apoya Damon y suspiro asintiendo
— Pues, vamos a buscar ese lugar. Tal vez por fin demos con Stefan y podamos recuperarlo.— aviso y asienten
Después de aquel relajo, trato de localizar la ubicación en el mapa. Siempre fui buena con estas cosas. La escuela era lo mío, aunque diera flojera.
Mientras escribía en mi libreta noto el anillo de Stefan. Bajo la pluma y lo tomo.
Jamás lo había visto en otro sitio que no fuera en su dedo. Se sentía tan frío y solitario, como alguien que ya no estaba y era lo único que quedaba. Odiaba sentir aquello.
— Encontré nueve bares en la veintinueve y ninguno se llama Joe.— informa Damon y se acerca
— Tuve un presentimiento todo el verano y lo ignoré. Y tenía razón. Soy una bruja, Damon. Mis sueños siempre significan algo.— explicó — Stefan estaba encerrado, debió matar a quienes lo encontraron. Se que suena loco seguir un sueño psíquico. Pero no tenemos otra cosa.
— No suena loco. Es una locura.— alzo una ceja y solo me observa — Pero soy de mente abierta.—sonrío
— ¿Encontraron algo? — nos pregunta Elena y volteamos a verla
— Aún no, pero creo que sería buena idea y a buscar varios bares a las afueras del pueblo.— informo y regreso mi vista al mapa — Se que tiene que estar cerca.— golpeo mis dedos sobre la mesa
— Pido adelante.— habla Valeria acercándose con una maletas — ¿Que? Me mareo si voy atrás.— frunzo el ceño — Otra debilidad humana que me regalaste.— suspiro
— Dime que ella no viene.— me quejo ante Damon apenas logrando mirarla
— Créeme, no tengo interés en su bienestar. Pero por alguna razón Silas la está buscando... y si Silas la quiere, yo la quiero más.— me responde Damon y ruedo los ojos
— ¿No podemos dejarla en el sótano? — sugiero irritada — ¿O tal vez en un pozo con un poco de agua? — suspira
— ¿En serio crees que quiero ir de viaje contigo? — me pregunta directa — ¿La trihibrida más aburrida y condescendiente del país? — sonrío — No lo olvides, Damon no tendría que ser mi guardaespaldas, si tú no me hubieras hecho tragar la cura.— suspiro con fastidio
— Tratabas de matarme.— le reclamo y ella se sienta — Y te lo mereces por todo lo que me has hecho los últimos años de mi vida.
— Debo admitirlo, me da mucho placer saber que desperdiciaste la oportunidad de tu hermana de tener una vida humana conmigo.— alardea y la fulmino con la mirada
— Pórtense bien o voy a pensar en la idea de pozo de agua.— interviene Damon y nos vemos entre las tres con tensión
— Bien, lo único que me importa, es encontrar a Stefan. Si tú haces algo para irritarme, juro por Dios que voy a asesinarte.— le advierto a Valeria — Ya hice suficiente con salvarte de Silas, no lo haré de nuevo, ¿entiendes? — me le acerco
— Cariño, tienes suerte de estar embarazada.— refiere con molestia y sonrío
— Oh, no, Cariño, tú tienes suerte de que lo esté. Ya te hubiera roto tu delicado cuello desde que mis ojos siquiera te vieron.— expongo y nos vemos fijamente — Trato de dar el ejemplo.
— Okey, leonas, el tren se va de la estación.— interviene Damon y tomo el mapa de la mesa
— Ya te lo advertí. Espero te quede claro.— le sigo el paso a Damon y Elena se me une
— Tú si que odias a esa loca.— suelto un largo suspiro
— No tienes idea.— sonríe y vamos al auto
Ya veremos a donde nos depara esta aventura. Aunque espero que no sea peligrosa, porque la vida de mi bebé depende de la mía y quiero que esté a salvo. Es todo lo que deseo.
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Narrador omnisciente
Stefan estaba en una cabaña en particular. La de una vieja bruja vengativa que había tomado al Salvatore menor. Su plan desde el principio, y eso, era para atraer a alguien más. El vampiro sólo era la carnada para un bien mayor.
El se levanta sobresaltado al ver a una mujer en una silla. Aun asimilaba que había salido de la caja fuerte y que estaba fuera de su tortura.
— No quiero herirte. Así que aléjate o te arrancaré la garganta.— le advierte y Qetsiyah da una sonrisa ligera
— Hola, a ti también.— lo saluda y el la ve con confusión — Te traje la cena.— le ofrece una bolsa de sangre y el la toma casi devorándola — Un doppelgänger vampiro que sufre por su conciencia.— el continua bebiéndolo —Ya lo vi todo.— baja la bolsa
— Me salvaste de morir quemado afuera del bar, ¿no es cierto? — ella asiente
— Y te saqué de la fosa antes de eso. Es decir, descubrí dónde estabas y le dije al ex dueño de esta cabaña que sacara la caja del agua.— el la ve con confusión — Tú le arrancaste la cabeza.— el asiente
— ¿Como sabes que soy un doppelgänger? — cuestiona con sospecha
— Porque he visto tu rostro. En alguien que no eras tú.— aclara y el eleva su mentón
— ¿Quien eres? — pregunta curioso
— ¿Qué sabes de Silas? — le pregunta la bruja con interés. Stefan suspira irritado
— Se que es un inmortal que ha matado a más de los que puedo contar.— explica — Y eso fue antes de que robara mi identidad, me encerrara en una caja y la lanzada hacia el fondo de una fosa.— Qetsiyah asiente
— Saliste bien.
— Apenas. Estuve cerca de apagar mi humanidad, pero no lo hice. Porque sabía que si lograba salir, quería ser yo mismo cuando lo matara.— confiesa y lo ve impresionada
— Fuertes declaraciones.— menciona Qetsiyah y el resopla.
— Es un monstruo.— el se levanta del sofá — Pero iré tras el.— camina a la puerta
— Vas a quemarte con el sol sin tu anillo solar.— el se frena y baja la mirada a su mano para confirmar;
Lo había olvidado. Y eso era algo que le causaba mucho conflicto.
— Silas no siempre fue un monstruo. Solía ser un hombre sencillo, enamorado de una chica sencilla. Su alma gemela.— expone — Ella era su verdadero amor. Ya sabes cómo es. Creyeron que su amor duraría para siempre.— Stefan la ve con confusión
— ¿Como sabes todo esto?
— Porque estuve ahí. En sus brazos.— confiesa con decepción
— ¿Estás diciéndome que tú eres el verdadero amor de Silas? — refiere incrédulo
— Habría hecho todo por el.— divaga abatida
— Es imposible. ¿Como estás aquí ahora?
— El amor dobla las reglas de lo imposible. Silas y yo éramos los más poderosos miembros con dones, llamados viajeros.— manifiesta — Cuando nos comprometimos, decidimos llegar aún más lejos. Quería encontrar la forma en que nuestro amor fuera para siempre...
— Si, yo conozco esa historia, todo iba bien para Silas, hasta que una bruja, Qetsiyah, o algo lo arruinó castigando a Atenea.— refiere con fastidio
— No. No conoces la historia.— lo corrige — Silas convenció a Qetsiyah de que la amaba para que lo hiciera inmortal. Pero cuando se enteró de que la usaba, lo metió en una tumba con la cura esperando que la tomara y muriera porque creó un limbo sobrenatural para atrapar su alma.
— Lo que cualquier mujer racional y bien ajustada haría.— ironiza Stefan y ella voltea a verlo
— Lo que nos trae hasta hoy. Ahora, Silas quiere destruir el limbo sobrenatural. Cuando el otro lado no esté, puede tomar la cura, volverse mortal y morir y finalmente podrá tener paz.— expone y el Salvatore arruga sus cejas
— Oye, si en serio eres el amor verdadero de Silas, y no estás muerta, ¿por que no nos hacen un favor y se van juntos hacia el atardecer? — sugiere
— Silas era mi verdadero amor. Jamás dije que yo era el suyo.— aclara y el Salvatore la ve con confusión — Soy Qetsiyah. La mujer cuerda, racional y bien ajustada de la que parecer saber tanto.— va haciendo un hechizo donde prende fuego — Esta claro que conoces la versión del hombre de la historia. En la que yo soy una lunática traidora que le arruina todo a Silas. Una bruja maldita obsesionada con vengarse de Atenea que la castigó con su amor y creó una dimensión de sufrimiento en la vida eterna.
— ¿Que estás haciendo aquí? Creí que estaba muerta y del otro lado.
— Así fue durante dos mil años. Pero volví. Por Isobel y por ti.— alza sus cejas
— ¿Como estas aquí? — pregunta con interés
— Yo estuve muerta durante dos mil años. Pero volví. Gracias a que la bruja Bennett bajó el velo. Vi una oportunidad de convertirme en una mortal con vida, y pensé, "¿por qué no?". Mis cazadores fallaron en su tarea de matarlo. Pensé que era hora de encargarme en persona.— explica
— Dos mil años es mucho tiempo deseando venganza.— opina sereno
— Está claro que jamás te dejaron en el altar. Como una idiota, creé un jardín para nuestra boda. E hice con una vieja conocida un hechizo que nos mantendría vivos para siempre, uno de inmortalidad, para jamás separarnos. Silas y yo beberíamos el elixir de la vida eterna como parte de nuestra ceremonia.— Stefan alza sus cejas — Pero entonces, todo a mi alrededor comenzó a morir. Mi ramo nupcial, nuestro jardín, la cosecha. Fue entonces que vi por que. Silas ya había usado el hechizo. Estaba bebiendo el elixir en otro lugar. Tomó lo que quería, y el bastardo me abandonó. Llámame despechada o perra vengativa o como quieras en tu historia, pero yo creí que era su único amor.— expone con nostalgia — Y rompió el corazón.— sus ojos se cristalizan
— Lo siento.— menciona sincero
— Merecía mirarlo a los ojos para que entendiera, lo mucho que me lastimó. Lo encontré en el bosque con la mujer a la que le dió mi inmortalidad. La mujer que eligió sobre mi. Y cuando creí que su traición no podía dolerme más, me enteré de que su verdadero amor era alguien cercano a mi.— alza mis cejas — La que me ayudó a crear ese suero en primer lugar y estaba de mi lado porque había jugado con su ella y hermana. La doppelgänger de tu amiga, Isobel, me parece.— se queda perplejo, casi pálido — Ella ayudó a su hermana a robarme al hombre que yo amaba. Ambas rompiendo el completo balance.— Stefan se queda procesando
— Entonces, ¿Silas fue mi primera versión y tus amigas la primera versión de Elena e Isobel? — cuestiona confundido
— Amara no era mi amiga. Atenea lo era y me traicionó. Ella me usó para que su hermana se quedara con el hombre que yo amaba, pero Atenea no contaba con que Silas la amara mas a ella, fue un buen triángulo en el que no estuve involucrada. Sólo fue traición.— Stefan baja su mirada pensativo
Un pequeño recuerdo le vino a la mente, algo que estaba puesto en su vida presente y que incluía a Elena e Izzy. Dos mujeres que perdió.
— Al beber elixir de inmortalidad violaron la ley natural de que todo lo vivo debe morir. La naturaleza buscó el balance. Creando dobles mortales.— suspiro asintiendo
— Doppelgängers.— añade y voltea a verlo
— Como tú.— el asiente — Y Katherine, Elena, Ana e Izzy. Causados por el efecto dominó del pecado de Atenea y Silas.
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Isobel
Estábamos en la carretera y yo ya me sentía demasiado fastidiada. Me había mareado de ver tanto verde y señales viales. Estar embarazada aveces apesta.
Habíamos parado en varios Bares de la posible ubicación. Nadie había visto nada y no se parecían a mi sueño. Algo nos faltaba.
— ¿Sabes lo que buscas? El último bar tenía un techo rojo y letrero neón.— me pregunta Damon y suspiro viendo por la ventana
— Lo reconocería al verlo. Tengo memoria fotográfica.— le aclaro y volteo a verlo
— Igual yo.— se asoma Elena en medio de nosotros
Quedamos en que ella fuera atrás para tener la ventana y vomitar si era necesario. Damon valora mucho su auto. Casi no me deja subir.
— Odio los viajes de carretera. No tienen nada interesante.— se queja Valeria
— No te pregunté.— le dice Damon déspota y ladeo una sonrisa.
— Solo trato de hacer plática. Lo que sea para no escuchar cascarones romperse.— frunzo el ceño y volteo a verla — Oye, Izzy, no pude evitar escuchar que has soñado con Stefan todo el verano. — doy un suspiro largo ignorándola — Al final lo que sentías por el era más fuerte que lo que tenías con Klaus. ¿O me equivoco? — relamo mis labios
— No sabes de lo que hablas. Y no eran sueños. Era un presentimiento. Algo no estaba bien con el.— aclaro y regreso mi vista a la ventana
— Si, seguro, claro, entiendo. Aún hay una conexión entre ustedes. Tal vez, en el fondo sabes que el es tu amor y que romper con el fue un gran error.— mete cizaña y mi mandíbula se tensa
— Ignórala, es lo que todo el mundo hace para fingir que no existe.— añade Elena y suspiro
— O Klaus trató de contactarte todo el verano pero Stefan te distrajo y no lo buscaste.— alardes y diento un coraje recorrer mi cuerpo
— Ya cállate, Valeria.— le pide mi hermana — Todos aquí sabemos la envidia que le tienes a Izzy y como sólo arruinas su existencia porque no puedes ser ella. Así que no tienes nada bueno que decir, cierra la maldita boca para que no lo haga yo.— sonrío con orgullo
Esa es mi chica.
— La gente siempre trata de callar las verdades. Izzy siempre querrá más Klaus, pero sabe que quien la puede hacer feliz, es Stefan. Con el que podría criar a un bebé, tener una casa con cerca blanca, algo tranquilo...— confiesa y bajo la mirada pensativa — El es el prototipo de padre que quiere para su hijo. Pero le duele aceptarlo. Porque no lo ama lo suficiente.— siento el nudo en la garganta — Siempre será Klaus, y será miserable por eso.— volteo a verla furiosa
— Vete al infierno.— susurró un hechizo de sueño y cae inconsciente
— Por fin. Pensé que jamás se callaría.— intervine Damon y regreso mi vista al frente
— Y agradece que la deje con vida. Planeaba mandarla a dormir para siempre.— me apoyo en el respaldo con fastidio
— ¿Es cierto? ¿Quisieras una vida con Stefan si pudieras? — cuestiona Damon y ladeo la cabeza para verlo — ¿O que buscas?
— No quiero hablar de eso.— pongo mi vista al frente evitándolo — Ni siquiera yo lo sé.
— Izzy, está bien no querer una vida llena de sangre para tu hijo.— opina Elena — Eso es lo que las madres responsables hacen.— suspiro
— Este bebé tiene un padre, Elena.— volteo a verla — No puedo sólo fingir que no lo tiene. Mi hijo es producto del gran amor que le tengo. Y ocultárselo me está matando.— mis ojos se cristalizan
— ¿Y porque lo haces? — volteo a ver a Damon — ¿Por que si es tan difícil para ti no sólo lo buscas?
— Es complicado.— bajo la mirada a mis manos y juego con mis dedos — Hay cosas que no saben.
— Si nos dijeras, tal vez podría ayudar.— insiste mi hermana y niego
— Sólo los pongo en peligro. Es mejor así.— aclaro y veo por la ventana — Aveces el amor es hacer sacrificios, y si esto significa salvar a los que amo, tendré que aprender a vivir con ello.
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Narrador omnisciente. Nueva Orleans.
— Ha llamado mi atención que buscan a Izzy.— le informa Elijah a Klaus — Se preguntan quién es. Un infórmate me lo comunicó.
— ¿Y? No es mi incumbencia.— aclara a secas mientras se prepara un trago
— NiKlaus, deja de pretender que no hiciste todo lo posible para que ella sea un fantasma.— expone con frustración
— Yo tengo planes más importantes. Como haber descubierto que Sophie me usa para dar con Davina. La bruja poderosa del barrio francés. Poco a poco uno las piezas de mi rompecabezas.— bebe y Elijah suspira — Hayley se hace aliada de los licántropos y parece que lo demás se pone en su eje. Mi plan va perfecto.
— No cambies el tema...— Klaus le señala que pare
— Y tu deja de mencionarla cada que puedes. ¿Crees que no me duele? ¿Crees que no sufro por ella? — le alza la voz
— No lo se, Niklaus, pretendes como si no existiera. Haces toda una pared de hielo donde sólo tú lucha por poder y está tonta guerra con Marcel por un reinado que sólo te hará quedar vacío, es lo único relevante en los últimos meses.— le discute
— Es mejor que pasar la vergüenza de saber que la mujer que amo escogió a Stefan cuando me dijo a la cara que jamás lo haría...— reclama y Elijah ladea una sonrisa — ¿Qué?
— "La mujer que amo." Es una parte importante para mi, y lo dices en presente.— alardes y Klaus deja su vaso
— ¿Por que es tan importante para ti que piense en ella? ¿Qué ganas? — interroga y el original lo ve con atención
Elijah sabía la verdad de que su hermano sería padre, y que el presente repudio contra Izzy, haría que ella se alejara mucho más de él. Ella sabiendo que Klaus sale con una bruja, y que la superó rápido, haciendo que Izzy se decepcionara de él.
Ahora sólo debía tratar de juntarlos, para que Elijah obtenga hacía Klaus eso que siempre ha buscando alrededor de mil años; su redención. Y así, pueda conocer a la miembro más joven de aquella dinastía; su sobrina.
— Sin ella...¿Qué tienes? — le impone — Sabemos que Gabrielle no es la mujer con la que quieres pasar tu vida, te veo como la vez. Buscas algo en ella que no puedes tener.— Klaus aparta la mirada en seco — No estoy dispuesto a ver cómo tiras toda a la borda por tu orgullo. Se que la amas, se lo que ella significa para ti. Por Dios, Niklaus, si estabas dispuesto a dar tu vida por ella. Esa clase de amor no sólo desaparece.
— Jamás podré olvidarla.— camina a la ventana — Es como un tatuaje en mi piel. Cierro los ojos y la veo. Casi puedo escuchar su risa. Es como el ángel más hermoso que haya visto.— bebe con lamento — Y me enamoré de ella como un niño. Yo la amo con la fuerza del sol, y aún así, no fui suficiente.— siente el nudo en la garganta — Siempre fue Stefan, y lo sabía. Pero no quería perderla.— traga tenso
— Eres peor que un ciego. Tú si puedes ver, y no te das cuenta lo que está frente a ti.— lo regaña y el hibrido se gira a verlo
— ¡Ella lo besó en mi cara! ¿Dime que clase de imaginación es esa? Si ella cree que es el hombre de su vida, bueno, no seré egoísta. Que se quede con el, no puedo...
— Pensé que tu amor por ella era más fuerte que tu orgullo. Pero creo que me equivoqué al pensar que tú la amabas sobre todo y lucharías por ella.— confiesa y va a la puerta
— No sabes lo que dices, Elijah. No entiendes lo que significa amar tanto a alguien, que te duele su rechazo.— repudia y el original le da la espalda
— Créeme, lo sé.— expone y sale de la habitación, una bruja le pasa por un lado
— Hola, Elijah.— este la ignora — En serio que a tu hermano no le agrado.— se deja caer en la cama y el Mikaelson va a su pintura
— No debería importarte.— refiere a secas y este toma un pincel
Un recuerdo vago viene a su memoria, uno donde pintaba con la mujer que amaba a su lado. Donde ambos disfrutaban del amor al arte y de su compañía. En su burbuja perfecta.
— Izzy es tu ex, ¿no? — el hibrido voltea a verla ante el comentario — Escuché rumores de que Marcel la está buscando.— se le acerca
— ¿Qué rumores? — este la ve con preocupación
— Que es tu exnovia y la única debilidad que tienes. Es lo más importante para ti.— confiesa y Klaus se tensa — ¿Es verdad? Porque eres muy cerrado conmigo y casi no hablas de ella.
— Lo único que tienes que saber es lo que yo te digo. No tengo ninguna debilidad.— regresa a su caballete — Izzy no es nadie.
— Parece que te importa mucho. ¿Por que no sólo a mi me cuentas a mi de ella? — Klaus deja caer la pintura con molestia
— Parece que hoy es el día internacional de Isobel. Ese es su nombre. Todos tienen algo que decir al respecto sobre ella. Bueno, yo también. Es muy buena en la cama, mentirosa y sabe manipular como nadie en el mundo. ¿Feliz? Ella está muy lejos de aquí, terminamos mal y no quiero saber de ella en lo que resta mi inmortalidad, ¿entendido? — alza su voz y Gabby asiente — Tengo que hacer una llamada. Luego te busco.
— En serio la amaste.— el se frena en la puerta — Te cuesta mucho hablar de ella. Esas cosas sólo pasan cuando sufres por alguien.— se queda en total silencio — Si es tu debilidad, Klaus. Y ellos van a encontrarla y...— va sobre ella y la azota contra la pared
— Si le ponen una mano encima, me voy a encargar de colgar sus cuerpos en el barrio francés y crear un baño de sangre...— advierte y lo ve asustada — Ella es intocable. Nadie le puede poner una mano encima, jamás.— retrocede — O van a conocer a Klaus Mikaelson.
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Isobel
Después de un largo transcurso de paz y silencio, parece que Damon dio con un lugar. Estábamos cada vez más cerca de dar con su paradero.
Lo que me daba más esperanza de lograr regresarlo a casa y yo ir a la universidad y que la vida vuelva a su eje. Estar embarazada es agotador.
— Creo que es aquí.— informa y me asomo por el parabrisas; na sonrisa se posa en mi rostro.
Era el mismo que en mi sueño. Mis alucinaciones de bruja que se vuelven realidad. Eso es un poco de miedo, si me lo preguntas.
— Si se parece.— opina Elena y abro la puerta bajándome
— ¿En serio la dejaremos en el auto? — pregunto incrédula mientras vamos al Bar
Valeria seguía inconsciente por el hechizo que le puse. Era música para mis oídos, pero tenía la cura en su sistema, así que, es "valiosa."
— Sólo cierra la boca gracias a ese hechizo que le pusiste, no quería interrumpir la calma.— aclara y sonrío negando.
Me paro frente al lugar e inhalo hondo; este lugar podía estar lleno de pistas.
— ¿Dicen que es este? — sugiere Damon y asentimos
— Así es. Se ve justo como en el sueño.— afirmo y volteo a ver a mi hermana — ¿Eso no es algo raro?
— Si. Demasiado raro.— apoya y suspiro — Vamos a entrar de una vez.— asiento y vamos al sitio;
Damon nos abre la puerta y pasamos
— ¿Les ofrezco algo? — nos pregunta la bartender al vernos acercarnos
— Si, claro.— veo alrededor — ¿Por que no me dices que te pasó en el cuello, Jo? — Damon la hipnotiza y volteo a verla
— Un loco me atacó. Me mordió. Me dijo que corriera, lo hice.— responde aturdida — Y cuando volteé, estaba en llamas.— volteo a ver a Elena preocupada
— Debió salir el sol. No tiene su anillo.— insinúo con angustia
— ¿Y luego que paso? — interroga y veo con atención
— Una mujer lo metió en una camioneta y se fue.— frunzo el ceño
— ¿Conoces a la mujer? — pregunta con interés
— No. Tenía la camioneta de Cam Peterson. Vive unos siete kilómetros atrás.— explica y frunzo el ceño — Ten. Parece que lo necesitas.— le sirve un trago a Damon
— Es cierto. Gracias.— camino un lado a otro angustiada;
Escucho a Damon escupir y toser desesperado, volteo a verlo preocupada.
— Verbena.— expresa con la voz entre cortada y veo a la mujer
— ¿Qué hiciste? — le pregunta Elena molesta y va a atenderlo
— Le ordené servirle el trago o la mataría.— informa una mujer que sale de la nada; me apunta con un arma y arrugo mis cejas
— ¿Tu quien rayos eres? — pregunto confundida
La mujer era castaña y con aspecto de casa recompensas. Era atractiva, pero percibía que no era humana. Me atrevía a decir que tenía un parecido a Katherine.
Cambia la dirección del arma y frunzo el ceño
— ¿Que es lo que quieres? — cuestiono — Al menos qué sólo me apuntes por dinero.
— Izzy, no...— interviene Elena con miedo
Le preocupaba mi condición, por ya saben, el bebe del siglo, pero se manejar la situación.
— Quiero a Valeria. La necesito viva para que de la ubicación de alguien más.— informa y le apunto con mi mano bajando su arma con magia
— No nos conocemos, soy Izzy Sommers.— la lanzo contra la pared y volteo a ver a... — Valeria, ¡corre! — sale disparada
— En serio tienes el linaje Petrova.— frunzo el ceño y la mantengo contra la pared — La necesito.— me lanza algo distrayéndome y la suelto, sale huyendo
Elena se acerca para revisarme y tomo aire reponiéndome, no fue algo grave.
— No te arriesgues así, Izzy.— me toma Elena por los hombros — Es peligroso.— suspiro y me suelta
— Estoy bien, sólo me lanzo verbena, no la tragué, así que no tendré una reacción alérgica.— informo y suspira negando
— Maravilloso. Ahora tenemos a una cazarrecompensas vampiro.— se queja Damon — Déjame adivinar, la europerra no era aparte del sueño.— negamos
— Jamás la había visto.— aclaro — Pero me conocía, lo que era extraño.— veo a los tres
— Sea quien sea quiere a Valeria, debe ser una espía de Silas.— sugiere Elena — Yo iré a perseguirla. Busquen a Stefan.— asiento
— Cuídate.— nos damos un corto abrazo y trata de irse
— ¿Qué cosa? No, casi las mata.— la regaña y Damon la frena — Se ve que es mayor.
— No tenemos tiempo de esto. Damon, Stefan está herido.— le explica Elena y suena mi celular — Encuéntrenlo...— lo saco de mi bolsillo
— Espera, no. Alto...
Me alejo y los dejo lidiar con su dilema romántico, uno que me hace querer vomitar, pero seguro son celos. Aún no me los imagino juntos.
Mi corazón late con fuerza al ver el nombre en la pantalla. Cada vez que sonaba, era como una clase de tortura que me hacía temblar, un ruido insufrible.
— Hola, Niklaus.— saludo a secas y veo el panorama
Carretera, con árboles, tierra y nada...En medio de la nada, y con dos fugitivas.
— Pero que seca, esperaba algo más cordial.
— Oh, lo siento, esperabas que hiciera como si nada después de nuestra última conversación.— refiero molera está caminando de un lado a otro
— Pensaba que no te importaba. Ya que vives en la luna de miel con Stefan.— suspiro
— ¿Para que llamas? No tenemos nada de que hablar.— veo a Elena irse a velocidad vampírica
— No negaste lo de la luna de miel. Curioso.— ruedo los ojos
— ¿Ya terminaste de molestar o ya puedo colgar?
— ¿Donde estas? — frunzo el ceño
— No es de tú incumbencia. Pensé que no querías saber nada de mi, y que escogías un remplazo. Recomendaba una bruja que no sea de cuarta, pero sólo te has enamorado de un rostro toda tu vida.— escucho su risa — Vete al infierno.
— Tranquila, amor, tú eres mi favorita.— suspiro con molestia — No quiero que estés sola. Es peligroso.
— No estoy sola, y puedo cuidarme yo misma. Nunca te he necesitado para eso.— escucho que esta caminando — ¿Y de ahora y cuando me hablas tan coqueto? Me odiabas, ¿no? — nos quedamos en silencio — Si, me lo dejaste claro.
— Jamás podría odiarte.— una sonrisa se forma en mi rostro — No hablemos de nosotros, si no, de que me digas: ¿por que no estás en Mystic Falls?
— ¿Por que te importa, Klaus? Estoy haciendo una vida sin ti. Ahora voy a la universidad, trato de poner mi vida en orden, y controlo el nuevo curso de mi vida. No necesito al huracán Klaus.— aclaro — Estar lejos de ti es lo que necesito. No te dire donde estoy, ni donde estudio.— escucho su suspiro
— No necesitas ir a la universidad, yo te puedo dar lo que tú quieras. Tu lugar siempre será conmigo.— expone con imponente y alzo mis cejas — Yo siempre te voy a encontrar, no importa donde trates de esconderte de mi.— paso saliva
El sabe cuándo ponerse autoritario y le sale tan bien que por eso dormí con el muchas veces.
— Yo no quiero nada de ti y no te necesito. Sigue tu vida de fiesta y yo me dedico a la escuela. Suficientes problemas tengo ya.— me llevo la mano a la frente y veo a Damon esperando en el auto
— Sólo dime que estás a salvo. Lejos de donde cualquiera que me conozca pueda encontrarte.— veo alrededor
— Técnicamente, si.
— Te están buscando para llegar a mi, saben que eres mi debilidad.— resoplo con fastidio
— Eso es de lo que hablo. Huracán Klaus.— me cruzo de brazos — Mejor, evitemos el contacto. Lo hemos hecho bien los últimos cuatro meses.— bajo la cabeza — No he tenido que lidiar con ningún drama por, por ahora.— me rasco
— Sólo quiero que estes a salvo. A pesar de nuestros problemas, he tratado de cuidarte.— sonrío ligeramente — Nunca podría podría perdonarme si algo te pasa.— suspiro
— Estoy lejos del pueblo, y estaré bien. Lo mejor es tener distancia.— siento el nudo en la garganta
— Izzy, ya vámonos.— me habla Damon y alzo la vista — No tenemos todo el día.
— ¿Es el idiota de Damon?
— Si, bueno, me tengo que ir. Ya dejaste claro tu punto.— hay un silencio que nos lastima completamente a los dos — Supongo que adiós.
— Te extraño. Y trato de que eso no pase, pero no puedo.— bajo la cabeza con nostalgia — No puedes amar tanto a alguien y pretender que no existe.— inhalo hondo
— Pero si puedes. Y lo harás.— se rompe mi voz — Tengo que irme, adiós.— cuelgo y me quedo con el teléfono en la mano
Dejarlo ir, es tan difícil. Lo amo, maldita sea, lo amo. Y es tan doloroso para mi no ir a sus brazos, vivir este embarazo y ser feliz con el. Pero tengo que ser fuerte, porque mi vida ya no depende mis decisiones, si no la de mi bebé. Y se que el huracán Klaus no es digno de un padre y no quiero más caos. No lo necesito.
Voy al auto y me subo. Me pongo el cinturón con una expresión seria, una que dice que no quiero hablar.
— ¿Estás bien? — volteo a verlo con el nudo en la garganta
— Si, sólo conduce.— suspira y hace lo que pido
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Narrador omnisciente
— Quedarse viendo lo hace más lento.— le sugiere Tessa a Stefan mientras le hace un anillo solar
— Entiendo. ¿Cuál exactamente es tu plan? ¿Obligar a Silas a beber la cura? ¿Matarlo?
— Te estás adelantando. No podríamos con el poder mental de Silas.— el frunce el ceño
— Tu pudiste con el, ¿no?— menciona confundido
— Hace muchísimo tiempo. Antes de que el controlara masas. Con dos mil años consumiendo gotas de sangre de miles de personas le permitieron perfeccionar su habilidad. Lo prepararon para escapar de la tumba en la que lo puse.— explica a secas — Isobel es la única que puede estar a su nivel, aunque no se libra de su control mental.
— ¿Ahí es donde están Amara y Atenea? — cuestiona con interés — ¿Enterradas en una tumba? — ella niega
— No, Stefan, no están en una tumba. Atenea logró escapar y según creo, fue feliz. A Amara le corté la garganta y luego le saque el corazón. Después de darle la cura de la inmortalidad.— expone y la ve perplejo — Se la ofrecí a Silas. Que no se diga que no le di otra oportunidad.
— ¿A eso llamas segunda oportunidad? — sugiere sin aliento
Se dio cuenta de lo demente que se encontraba, y que Izzy podría estar en peligro cerca de ella.
— Soy una persona complicada.— expone — Le hubiera hecho exactamente lo mismo o peor a Atenea si no se hubiera ido. No tuve tiempo de vengarme de la maldita, pero aún así, la castigué de una forma cruel.— Stefan se tensa — Que por generaciones, no pudiera extender su familia. Una madre, o un hijo. No siempre ambos. Jamás lograría ser completamente feliz.— sonríe — En otras cosas, Silas sigue siendo sencillo. Creé el Otro Lado como una barrera sobrenatural entre Silas y la paz tras la muerte que deseaba. Y lo puse en esa tumba con la cura creyendo que eventualmente la tomaría. Y se mataría para estar con Atenea para luego entender que estaría conmigo para toda la eternidad.— se le quiebra la voz
— ¿Como te resultó ese plan? — menciona con ironía
— Ha sido un poco necio.— refiere con molestia y camina al caldero
— Yo creo que no estás haciéndome un anillo solar, ¿o si? — sugiere Stefan con temor
— ¿Crees que te daría lo que necesitas para irte de aquí? — expone incrédula y Stefan se queda en silencio
Esto no iba a para un buen rumbo.
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Isobel
Después de unos minutos tormentosos de silencio incómodo, llegamos a la dichosa cabaña. Parece que no estaba muy lejos de aquí.
Estábamos cada vez más cerca de dar con Stefan y regresarlo a casa. Todo estaría bien después de eso. Aunque debo lidiar con mi vida romántica.
En mi lista, el número uno dice;
1.— No enamorarte de un vampiro, hibrido o cualquier ser sobrenatural.
Y era todo. Es lo único que vale en mi mundo. Aunque realmente sea imposible, ya que parece que sólo eso nos atrae.
— Quédate en el auto. No sabemos que nos depara ahí dentro.— pide Damon y bufeo bajándome
— Claro que no. Puedo ayudar.— azoto la puerta y me da una mirada asesina
— Estás embarazada, trato de ser responsable.— caminamos a la puerta
— Y soy el ser sobrenatural más poderoso en la tierra. No tengo qué temer.— alardeo — Preocúpate por ti.— se ríe y el abre la puerta
Ambos entramos y siento que mi corazón se detiene. Un tibio sentimiento me invade por completo, uno de satisfacción.
Mis ojos simplemente se iluminaron y una sonrisa se posó en mi rostro al verlo por fin. Lo extrañaba, el es una persona muy importante para mi, y sólo quería darle un poco de lo que él ha hecho por mi.
Analizó la escena y me deja con escalofríos. El estaba atado en el centro de un círculo. Alrededor había hojas. Se miraba aturdido y yo solo imaginaba que lo alistaban para un buffet de bruja. Como en Hanzel y Grettel.
Nuestras miradas se cruzaron por unos segundos, comunicando una clase de electricidad visual.
— Izzy— expresa sin aliento y sonrío con alivio
Sus ojos me demostraban que estaba feliz de verme, y que le daba paz. Tenía esa expresión noble y cansada.
— ¿Stefan? — le habla Damon en voz baja y me doy cuenta que no había nadie — ¿No pudiste haber llamado? — meneo mi cabeza
— Gusto verte, hermano.— se queja y sonrío — Hola, Iz. Me alegra verte.— asiento
— Lo mismo, guapo.— sonríe y me acerco a el, lo inspecciono que no esté mal herido.
— ¿Que es lo que ocurre aquí? — pregunta Damon y bajo la mirada a las cuerdas.
No eran cualquiera, si no enredaderas con espinas. Y si mi lado bruja funciona, creo que estaban encantadas.
— Parece que un hechizo.— explicó y al tocar me pincho un dedo, suelto un quejido.
— Cuidado.— me llevo el dedo a la boca — La novia de Silas decidió volver del Otro Lado.— mis ojos se abren como platos
— Qetsi...Como sea.— divaga Damon e intento romperlas
— Es Qetsiyah.— lo corrige y escucho su voz a mi espalda — ¿Viste por qué lo cambie? — frunzo el ceño y volteo a verla — No podrás romper esas ramas. El hechizo lo liberará cuando yo esté lista.— me levanto y ella va hacia la chimenea.
Tenía consigo cacerolas, ya no agradaba. Parecía lunática, y eso que apenas la conozco.
— Supongo que el tumor es cierto. Eres una desquiciada.— alardeo y voltea a verme — Pregunta, ¿por que mi amigo tiene puesta tu composta? — suspira
— Mírate, si que eres igualita a ella.— refiere con desprecio — No te veo lo especial.— finjo una sonrisa
— Si, eso es por dentro.— refiero petulante — ¿Por que mejor no nos dices que es este teatro?
— Verte me recuerda a la venganza que perdí. A la traición por la que Silas le dió a Amara el suero.— se me acerca — Jugaste conmigo, me hiciste creer que estabas de mi lado.— frunzo el ceño y me toma del mentón — Recreaste el suero y lo hiciste para tu familia, por la maldición.— agarro su brazo y lo quito
— No soy Atenea, y no me toques.— le bajo la mano y sonríe — Sólo dinos que le haces, o esto se pondrá violento.— la suelto
— Lo siento, debía decírselo a alguien. Pero primero.— alza su mano y escucho un quejido
Me doy la vuelta y veo a Damon caer al suelo, corro hacía el para ver qué le sucedió.
— Estará bien, sólo un cuello roto.— me agacho y tomo su mano
— Solo vete, Izzy. Estaré bien.— pide Stefan y volteo a verlo
— No me iré sin ti.— dejo en claro y tenemos contacto visual — Jamás.
— Asco con la cursilería.— volteo a verla — Necesitaba al vampiro fuera de mis planes.— frunzo el ceño y me levanto — Voy a vincular a Stefan con Silas.— la veo perpleja — Un hechizo sobre su doppelgänger neutralizará sus poderes mentales.— se levanta con un cacerola en las manos — Al estar débil lo obligaré a tomar la cura.— relamo mis labios
— Que gran idea. Obligarlo a tomar la cura.— refiero con sarcasmo — Ya no hay cura, ya se ingirió.— me ve fijamente
— ¿Fue Valeria? Yo conozco su condición. Debía estar contigo.— confiesa y alzo mis cejas
Para eso nos dió los sueños. Para traernos a ella, como no lo vi antes.
— ¿Qué? ¿ Valeria bebió la cura? — me pregunta Stefan confundido
— Tienes que ponerte al corriente, Stef — el asiente algo aturdido — Tú plantaste esos sueños para que viniéramos. ¿Que es? ¿Un truco de fiesta? — ma quejo y suspira
— ¿Donde está? — ordena y hago una mueca
— Pues tuvimos contratiempos.— informo y mira molesta, alzo mis manos — Bueno, me retuve bastante. Es hora de irnos.— la lanzo contra la pared — Pues gracias por la hospitalidad pero tenemos que irnos para evitar el tráfico.— me acerco y suelta un quejido
— Si, tiene razón.— apoya Stefan
— Vuelve al infierno.— cuando estoy por girar mi mano para romper su cuello, ella me lanza al otro lado de la habitación
— No deberías ponerme de malas.— suelto un quejido reponiéndome
Ya no estoy para estos juegos, definitivamente.
— ¡Izzy! — expresa Stefan preocupado y me levanto del suelo
— ¿Te das cuenta de que no eres la única que se puede poner así? — alardeo y me acerco
— Que valiente. Sin los poderes mentales de Silas, es un inmortal sin poder. Podemos vencerlo. ¿No es lo que querías? — me pongo frente a ella
— Vamos a hacerlo, ¿quieren? — frunzo el ceño al escuchar a Stefan
— ¿Como dices que dijiste? — pregunto confundida, el de miraba débil
— Terminemos con esto ya. Hazlo.— insiste y me acerco a el
— ¿Estar casi drogado te dañó el cerebro? Stefan, ella está loca, y no sabemos si dice la verdad.— me quejo y solo me mira
— Confía en mi. Solo deja que lo haga.— pide y asiento no tan convencida
— Te juro que si estás mintiendo y haces algo más, te asesino.— le advierto y se pone tras de el, me llevo mis dedos a la boca.
Comenzaba a morderme las uñas de los nervios, toda la situación me ponía mal.
Ella empieza a recitar un cántico y pone sus dedos en la cien de Stefan. El suelta un quejido y me preocupo
— ¿Que pasa? — se veía que sufría
— Tranquila, Izzy.— pide y niego preocupada;
bajo los dedos de la boca y el círculo se prende en fuego; retrocedo sobresaltada
— ¿Qué le estás haciendo? — cuestionó alterada y me salgo del círculo por el calor
— Estoy friendo el cerebro de Silas.— la veo desconcertada — No dije que sería bonito.— niego al ver que le salen lágrimas de sangre
— ¡Stefan! — cae inconsciente y me quedo inmóvil.
El fuego se apaga y siento una punzada en mi pecho, el aire se me escapa con preocupación.
— Bueno, terminamos.— ordeno y me acerco
— Así es. Terminamos.— añade a secas —Funcionó.— voy con Stefan y tomo su rostro
— Stef. Stefan.— no reaccionaba — Stef.— el miedo recorre mi cuerpo — Demonios.— lo suelto y volteo a verla — Lo que hayas hecho, deshazlo.— le ordeno
— Tranquila. Quemé su menté consciente. Despertará. Eventualmente.— responde directa y la veo fijamente, empiezo a desatar a Stefan — ¿Seguro que quieres llevarlo? A ti y a Klaus les iba tan bien cuando no sentías remordimientos.— relamo mis labios molesta
— ¿Nos espiabas del Otro Lado como una loca sin nada que hacer? — ironizo y tiro las cuerdas
— No es un halago. Era como ver una telenovela. Pero aburrida o sin control de volumen.— se burla y ruedo los ojos — Había algo peor que estar del Otro Lado viendo a Silas resistir la cura.— tiro mas de ellas
— ¿Si? ¿Qué cosa? ¿Darte cuenta de lo malo de tu plan? — me burlo y suelto un quejido al pincharme con una espina
— Siglo tras siglo vi versiones de ti y Stefan encontrarse. Como imanes, siempre la misma historia.— tiro las cuerdas — Conquistando todo, enamorándose.— paso saliva tensa — No creíste que Stefan era el primer doble de Silas.— suspiro — El destino ha tratado de reunir a los doppelgängers por siempre. Pero hice que jamás pudieran estar juntos. Que el terminara con la doble de Elena, para castigarte.— dice con desprecio y asiento sin paciencia
— Escucha, loquita, ¿por que no dejamos de hablar del destino un poco? ¿Quieres? — pido con fastidio y continuo con Stefan
— No quieres oírlo, pero el universo trabaja en tu contra.— resoplo — Siempre van a amarse, pero jamás a estar juntos. Siempre tendrás un vacío en tú pecho al sentir que no estás completa.— alardea y me tenso — Ese es tu destino. Jamás ser completamente feliz, siempre a medias.— asiento
— Si tratas de perder tu reputación de estar loca, podrías dejar de decir que hablas en nombre del universo.— ironizo y sonríe
— Klaus y yo somos iguales. Los obstáculos que hay entre dos destinos. Silas tenía a su amor y Stefan te tiene a ti. El y yo somos el conflicto que lo hace interesante.— expone y mi mirada se endurece
— No me conoces, ni conoces nuestra historia. Así que mejor cierra la boca.— ordeno — No hables por Klaus ni te compares con el. No sabes nada.
— Al contrario, lo sé. El siempre dudará de tu amor, no importa que.— la fulmino — Y todo es por Stefan. El siempre te va a amar y tú a él, pero el no puede estar contigo, sólo con Elena.— volteo a verlo con nostalgia — Tú eres mi castigo, su penitencia. Eres lo que jamás podrá tener. Y eso lo carcomerá por siempre.— siento el nudo en la garganta
— ¿Y ese es tu venganza? — volteo a verla — ¿Condenarlo con el amor? — repudio y sonríe
— Siempre el ángel, nunca un Dios. La naturaleza y mi maldición no los quiere juntos. Por eso jamás lo están ni estuvieron.— confiesa y la veo con tristeza
— Felicidades, obtuviste lo que quisiste.— refiero con odio y regreso a Stefan
— Aún no.— frunzo el ceño y siento que pone sus manos en mi cabeza — Pero, ahora si.— suelto un quejido de dolor ante el hechizo
— ¡Basta! — gimo de dolor y me caigo de rodillas por el sufrimiento
— Tus recuerdos es lo más valioso, ahora te los quitaré.— el fuego se enciende y los focos se rompen
Siento como sangre se derrama de mis ojos, como todo se nubla y el dolor es algo que me abraza todo el cuerpo. Como una manta que no me soltaba.
Mis gritos sonaban por todo el cuarto, mi agonía era un lamento tan vacío que no podía luchar.
— Está es mi venganza.— se me va el aliento y de pronto todo se ve oscuro, no había luz ni señales
Era como si estuviera ahogándome en un océano sin fin. Rodeada de agua con recuerdos que se iban borrando. Que me consumían desde adentro y que me quemaban por completo.
Como si estuviera desapareciendo y no quedara nada de mi. Como una bomba explotando y arrasando con todo a kilómetros.
— ¿Stefan? ¿Izzy? — los nombres Elena entrando por la puerta — Oye, Izzy. Oye.— se tira de rodillas y la revisa — Izzy. Hola.— sacude su cuerpo y la nota inconsciente
Un miedo recorre su cuerpo, comenzaba a aterrarles que algo malo le hubiera sucedido.
El rostro de la Sommers estaba cubierto de sangre, justo como el de Stefan.
— ¿Izzy, me escuchas? — insiste desesperada — Izzy. Despierta. Ay, Dios.— se le quiebra la voz y la abraza con preocupación — No me hagas esto.— sus ojos se humedecen — No de nuevo.
— Estará bien.— interviene Tessa — Sólo le hice un pequeño ajuste.— voltea a verla — El hechizó no funcionó, no tenía suficiente poder.— Elena se levanta — Solo olvidará lo que vivió hoy, no fue el tiempo suficiente.— la castaña frunce el ceño
— ¿Qué?
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Narrador omnisciente
Después de unas cuantas horas, estaban el pueblo. Qetsiyah los dejó ir, pero no todo fue de maravilla.
Valeria estaba perdida y ahora Silas podría encontrarla en cualquier lugar. Quería la cura que corría por las venas de la pelirroja.
Lo que arruinaba algunos planes. Lo único que les daba alivio, era que Stefan e Izzy estaban a salvo.
Los habían recostado en el sofá. Elena estaba a su lado esperando a que su hermana despertara, no podía dejar de preocuparse por lo que la bruja podía hacerle. Más en su condición.
Damon le puso el anillo solar a Stefan y luego le dio un trago a Elena mientras esperaban.
— ¿Crees que esté bien? — se levanta — Ha pasado horas inconsciente. Me preocupa.
— Tranquila, mamá, oso. Ella es más fuerte de lo que crees. Seguro sólo descansa.— informa para calmarla — Es poderosa.
— Ya no quiero que vaya a misiones riesgosas, la pone en mucho peligro.— exige y Damon le toma la mano
— Tienes que dejarla respirar. Ella sabe lo que hace, si la saturas, se alejará de ti.— aconseja y la castaña suspira — También me preocupa, pero la conozco, y se que nadie puede vencerla.
—Si, mi hermana es fuerte.— voltean a verla, y de pronto una de escucha una respiración agitada
Una de un despertar; ambos se sorprendieron al ver a Izzy levantarse.
— Izzy.— Elena la nombra aliviada y ella mira alrededor como confundida; se levanta
— Bienvenida, sunshine.— se une Damon con una sonrisa complacida
— ¿Estás bien? — le pregunta la castaña con preocupación e Izzy solo los observa sin emitir palabra
Parecía que analizaba la escena, como si no reconociera dónde estaba parada, o con quienes se encontraba.
Izzy se mostraba aturdida y asustada. Le confundía no comprender donde estaba o porque le hablaban tan familiar.
— Lo siento, no tengo idea de quienes son.— soltó para romper el silencio y todos se quedan en shock
Vaya que es un verdadero giro.
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