054 Judas
Estaba en el suelo entre sólo hojas y ramas. Con la luz solar quemando mi rostro. Con el aire seco de verano. Totalmente confundida.
No entendía nada lo que pasaba. Solo que estaba desnuda en medio del bosque con memoria perdida y apunto de enloquecer.
Me levanté para tomar el control. Me sentía indefensa y vulnerable. Odiaba estar sin ropa en medio de un lugar donde en cualquier alguien puede llegar. Que vergüenza que alguien me vea.
Suponía que había estado en mi forma licantropo, por que aún conservaba mi ropa interior, bueno, mi calzón. Era de elástico.
Pero la pregunta es...¿por qué?
No sabía dónde estaba. Me encontraba perdida y sin un maldito celular, pareciendo un cavernícola, gracias a Klaus. Cubriéndome los pechos con hojas y rezando para que mi mala suerte no salga a relucir.
Al ir moviéndome, sentí una presencia. Me detuve para esconderme entre los árboles para que nadie pudiera verme y morir de la vergüenza.
— Isobel.— fruncí el ceño — Traigo ropa. Es mejor que vengas por ella.
Me quedé en donde estaba. La voz no la reconocía. Era ronca y muy varonil. No la había escuchado antes.
— ¿Quien eres? ¿Y como sabes mi nombre? — interrogué y vi ropa volar por el aire
— Alguien que te encontró. Te han estado buscando como locos. Solo, que ellos no son tan buenos en su trabajo como yo.— alardeó y seguí igual de confundida
Divagaba. Ocultaba su identidad.
— ¿Quien ese ese alguien? — asomé la cabeza y mi mirada cruzó con la del hombre
— Soy Erik.— solo nos vimos — Vístete. Estaré por allá.— señaló y se dió la vuelta
¿Quien rayos es Erik?
Después de vestirme, fui a buscar al hombre misterioso. Tenía muchas dudas, y era extraño que supiera mi nombre sin siquiera conocernos.
— ¿Ya hablarás? — le pregunté mientras el estaba de espaldas
— Isobel Flemming, ¿cierto? — negué y se puso frente a mi
— Me llamo Izzy Sommers. Nadie me llama Isobel por que quiere vivir.— advertí y sonrió
Tenía unos brillantes ojos azules. Contaba con barba y pelo negro azabache. Su vestimenta era totalmente oscura.
— Bien, Izzy, ¿como terminaste en este bosque? — fruncí el ceño
— Yo hago las preguntas.— alzó su ceja — Si quieres seguir respirando, claro.— me cruzo de brazos y ladea una sonrisa
— Eres ruda, no lo negaré.— sólo lo observé — Soy Erik Petrova. El hijo de Genevieve.— me quedé inmóvil
— ¿Qué? — solté casi sin aliento
— Si, mi madre lucia exactamente igual que tú. Pero no la conocí.— retrocedí y se acercó — ¿Me tienes miedo?
— No. Pero algo me dice que no es coincidencia que estes aquí. Y que tienes un plan.— arqueó una sonrisa
— Me lo advirtieron. Que eras muy inteligente para ser una niña.— lo vi molesta
— No soy ninguna, niña. Y mejor empieza a ser más específico antes de que te arranque la lengua.— mostré mi rostro vampiro y alzó sus brazos
— Tranquila, napolitano.— arrugué las cejas — Sólo quiero respuestas de tú parte. Hablemos como gente civilizada.— me crucé de brazos
— ¿Por que me buscas? — acusé y se apoyó en un tronco
— No encontré a Katherine. Se sabe esconder. Huyó de Klaus por quinientos años, no debí subestimar su paranoia.— expuso — Pero, entonces, sólo quedas tú.— me señaló y sonreí
— Quieres a tu hermana, ¿cierto? — me vió sorprendido — No se necesita leerte la mente para notarlo. La respuesta, es no. Y, aunque quisiera negociar, le pedí a Katherine que no me dijera dónde puso el cuerpo.— relamió sus labios
— No quieres desatar una guerra.— advirtió y lo vi incrédula
— No eres rival para mi, Erik. Si tú te metes con lo mío, te mato mas rápido de lo que puedes parpadear.— amenacé y nos vimos fijamente
— Ella es mi familia.— indicó y asentí
— Y ella me mató y se metió con mi hijo. Me hizo la vida miserable. Si no está muerta, es por que físicamente no puedo matarla. Por eso la hice piedra.— expliqué — Ya no tengo nada que hablar contigo. No te daré lo que quieres.— di la vuelta
— ¿Y como piensas regresar? ¿Tienes auto? — me frené — Tal vez seas la trihibrida original. La intocable de los Mikaelson.— me giré — Pero todos tenemos una debilidad. Tú lo sabes.
— ¿Me amenazas? — expuse y me le acerqué molesta — Sólo lo diré una vez...— alcé mi mano y con magia iba cerrando su garganta — Te metes con los míos, es la última cosa que harás en tu patética vida.— se tiro de rodillas buscando por un poco de aire
Notaba como el estaba sufriendo. Su cara totalmente roja al sentir que los pulmones le podían explotar. Su agonía.
— No me tiembla la mano con mis enemigos. No te hagas uno.— me detuve y se dejó caer
Respiraba desesperado y sólo retrocedí sin importancia. Escuché su jadeo al alejarme
— Adiós.
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Narrador omnisciente
— Y seguimos sin encontrarla. Se que tú sabes dónde está y no quieres decirme.— le reclamó Klaus a Stefan
Todos estaban en la casa de los Salvatore. Tratando de dar pistas con la mujer del momento.
Ninguno había escuchado noticias, temían que algo le hubiera pasado o que hubiera apagado su humanidad debido a lo que vivió.
— No la estaría buscando como idiota.— se quejó el Salvatore
— No lo se, tu harías hasta lo imposible por separarla de mi. Eso significaría esconderla o mantenerla lejos.— sugirió
— Si, haría hasta lo imposible por mantenerla alejada de ti, pero no la voy a obligar a hacer algo que no quiere.— impuso Stefan y se vieron a la defensiva
Esos dos querían golpearse y ya nadie se los impedía. Era como esperar a que un globo reviente en calor.
— Te juro que si...
— Pueden, por favor, parar.— pidió Jenna y voltearon a verla — Peleando no vamos a resolver nada. Ustedes lo único que hacen es discutir, cosa que no provoca que aparezca mi hija, ¿cierto?
— Concuerdo con Jenna.— se acercó Ana — Se que ya te preguntamos esto Klaus, pero nada cuadra. ¿Discutieron? ¿Viste algo diferente en ella?
— No, no discutimos. Ella estaba triste, ¿si? La saqué del pueblo para que se distrajera. Se lo mismo que ustedes y no pienso con claridad.— se dejó caer en el sofá angustiado
— Conozco a mi hermana.— voltean a ver a Elena — Ella no apagaría su humanidad. Por más que todo este mal, no se rinde. Solo está sufriendo, ¿okey? Siempre se guarda el dolor para ella, no le gusta que los demás lo vean. Probablemente esté procesando su duelo.— el híbrido relamió sus labios
— Ella nunca ha necesitado de un hombre para que la proteja. No creo que esté en peligro.— añadió Ana — Ella puede con cualquiera.
— No creo que esté en peligro.— soltó el híbrido — Temo que apague su humanidad. No habría poder en esta tierra que la detenga. La perderíamos para siempre. Y no voy a dejar que eso pase.— se levanta
— ¿Qué harás? — cuestionó Stefan
— A mover el infierno si es necesario para encontrarla. No puedo seguir aquí sin hacer nada. Me esta carcomiendo la ansiedad y no tengo la mente tranquila. La necesito.— expuso y escucharon la puerta
— Oh Dios.— soltó Jenna al ver a su hija caminar por aquella entrada
— Hola.— habló tímida y Klaus se quedó sin aliento
Estaban en shock por qué venia sucia. Con sangre en el rostro y en mal estado.
Parecía que había estado en el bosque por días, que algo malo le sucedió.
— Izzy.— Klaus fue sobre ella checándola — ¿Que te pasó? ¿Qué te hicieron? Iré a matarlos.— la castaña tomó sus manos
— Estoy bien.— sus miradas chocaron — Estoy bien. Yo...No se que pasó.— me solté
— No hemos sabido de ti en dos días.— expuso Klaus — ¿Como no recuerdas nada?
— Desperté desnuda en un bosque, ¿tú dime? — frunció el ceño
— ¿Como que desnuda? — cuestionó Stefan
— Si, sólo se que...— se pausó — Yo quería ir a correr al bosque. Quería estar en mi forma lobuna, necesitaba respirar y...todo está en blanco.
— Necesitamos hablar.— pidió Klaus — A solas.
— No, ella nos debe muchas explicaciones.— se acercó Jenna — Ven, necesitas un baño y ropa limpia.— asintió — Elena, ayúdame.— le habla y ambas la toman de los brazos para llevarla
Se veía consternada. Klaus y todos tenían un gran signo de interrogación.
Ella estuvo desaparecida y actuaba como si no hubiera sucedido nada.
— Me preocupa.— soltó Stefan — Algo tiene, y no quiere decirnos.
— Necesito beber.— añadió Klaus — No puedo estar aquí. Dile que me llame.
El híbrido caminó a la salida con una angustia que no lo dejaba pensar o respirar. Sobrepensar lo estaba matando, y no podía no dejar de preocuparse por Izzy.
Siente que de alguna forma, no puede ayudarla, y lo hace sentir un fracasado. Sus miedos siempre fueron fallarle, y los está cumpliendo.
— ¿Qué piensas? — le preguntó Stefan a Ana
— Klaus siempre huye cuando está asustado. No tiene el control y lo odia. No sabe como ayudarla.— voltea a ver al vampiro — Somos dos.
— Tres.
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Isobel
Le había robado el auto a un conductor en la carretera. Solo lo tomé y conduje. Ni siquiera sabía cómo terminé aquí.
Mi cabeza estaba hecha un lío y no tenía el control de nada. No dejaba de pensar en Erik o el por que terminé desnuda en un bosque.
¿Será que enloquecí?
Solo quería correr libre por el bosque, y terminé desaparecida. No es normal. Es como si, simplemente, me esfumé.
Salí de la ducha y entré a la habitación de Elena. Ella y Jenna me estaban esperando con la expresión seria y molesta.
Se notaba a kilómetros que estaban inconformes y sin respuestas.
— Ya te duchaste y tienes ropa limpia, ¿puedes dar una explicación de que pasó la noche en que te fuiste? — pidió Jenna y suspiré — Por que Caroline no quiere verte, Tyler quiere tu cabeza y Carol Lockwood está muerta.
— Miren, esto es complicado...— me interrumpen
— Puedo hazlo fácil.— exigió Elena — Por que todo apunta a que perdiste la cabeza.— dejé la toalla en la mesa
— No hay una forma sencilla de decir todo lo que les contaré.— me senté — Hace meses, descubrí que estaba embarazada. Valeria me dijo cuando me tenía en su dominio.— se quedaron pálidas
— ¿Qué? — soltó Jenna
— ¿De quien? — relamí mis labios y bajé la cabeza
— Klaus.— expuse y las miré — El era el padre.
Me vieron como si un fantasma se les hubiera puesto enfrente. Estaban desconcertadas e inmóviles. Con la boca abierta.
Así estuve yo.
— No me pregunten como que ni siquiera yo lo sé. Lo único que se, es que era con el único hombre que había estado. El fue mi primera vez.— informé y se vieron entre ellas buscando lógica
— ¿Y luego? — pidió Jenna — Lo analizo.
— Pensé que estaba muerto por que Valeria me hizo creer eso. Luego descubrí que no lo estaba, y traté de ocultarlo para protegerlo. Si el mundo sabe que Klaus Mikaelson puede procrear, lo pondría en riesgo. Tiene muchos enemigos y alteraría a personas. Hice lo mejor que pude.— aclaré y mordí mis uñas ansiosa
— Izzy, ¿por que no confiar en nosotras? Lo hubiéramos mantenido en secreto y no tendrías que haber pasado por todo eso sola.— mencionó Elena y bajé la cabeza abatida
— No lo sé, siempre he sido así. Siempre he sentido que sólo yo puedo protegerme. Que debo resolverlo yo misma. Crecí así.— expuse
— Tu sigues alejando a todas las personas en tu vida. Te cierras a tu familia. No se supone que está faceta de ti sea la más oscura.— añadió Jenna
— No puedo manejarlo. No puedo evitar cerrarme. Solo puedo no hacerlo con una persona y no entiendo por que.— cubrí mi rostro frustrada
— ¿Klaus es todo para ti? — cuestionó Elena y bajé mis manos — El se mueve, tú te mueves. Como magnetos. No hay Klaus sin Izzy. Y parece que tampoco Izzy son Klaus.— me quedé en silencio
— Lo amo.— solté — Con cada parte de mi cuerpo. Algo tan intenso que no puedo explicarlo.
— Tampoco le dijiste, ¿por que?— interrogó Jenna
— El no quería ser padre. Temía que me lo dijera a la cara y dejara de amarlo.— expuse sincera — Que rompiera todo.
— Estamos para ti, lo sabes. Solo nos tenemos nosotros. Somos familia.— Jenna se me acercó y asentí — Nadie ni nada esta sobre ello.
Sonreí y me dio un abrazo. Uno que removió cosas en mi. Jenna siempre estaba para mi, en las buenas y en las malas.
— Perdí a mi bebé por culpa de Tyler.— se me rompió la voz — Y ahora no dejo de pensar en ello. No después de escuchar su corazón y ya no sentirlo.— baje la cabeza y me tomó con fuerza
— Ay, Izzy, ojalá tuviera las palabras correctas. Solo quiero que sepas, que no vas a estar triste por siempre. Vas a encontrar la forma de tener paz.— aconseja Elena y asiento abatida
— Quiero tener esperanza. Pero la perdí.— nos separamos — Sólo intento seguir adelante, aunque ya no sea la misma.— bajé la cabeza
— Puede que no seas la misma, pero no tienes que vivir en la oscuridad o el odio. Eso no te dará nada bueno. Como la venganza.— explicó Jenna y me levanté
— No, si necesito la venganza.— expuse — Haré pagar a Tyler Lockwood por lo que me hizo.
— Izzy, matarlo no va a traerte nada bueno. No te va a regresar lo que perdiste. Solo vas a hacer sufrir a Caroline y a nosotros. Lo conocemos de toda la vida, somos como familia.— expuso Elena
— ¿Y que hay de mi dolor? — me queje y Jenna se acercó — El solo lo hizo por su egoísmo y su patética obsesión con Klaus...— me interrumpe
— El no sabía que estabas embarazada. El no lo hubiera hecho, mira, Izzy...— la interrumpo con coraje
— ¿Estas de su lado? — los focos comienzan a parpadear — Lo pones sobre mi.
Sentía un enojo que no podía contener más. Mis emociones estaban disparadas.
— Todos lo eligen sobre mi.— retrocedí decepcionada y los focos explotaron
— Izzy, tranquila.— se me acerca Jenna para intentar calmarme — Hablemos.— negué con el nudo en el pecho
— Nadie me entiende. Necesito irme.— caminé a la puerta
— Izzy, espera.
Me llamaban, pero sólo quería salir huyendo de ese lugar. Sentía que el aire se me iba y que el lugar se hacía chico.
Me siento perdida y sola. No creí que volvería a sentirme igual que cuando era niña. Pero eso me gano por llegar en una familia que ya estaba construida sin mi.
— Hey.— me frena Stefan — ¿Podemos hablar?
Lo miré con los ojos apunto de llenarse de lágrimas. Con el nudo en el corazón y la tristeza en el pecho.
— ¿Sobre convencerme de no matar a Tyler? — inquirí apartando la mirada — No gracias.
— Sobre tu pérdida.— voltee a verlo — Antes de todo, éramos amigos. Se ve que necesitas uno.
— Necesito hablar con Klaus. El debe estar muy confundido, y más por que lo dejé en una cita que había planeado por mi cumpleaños y me siento terrible.— expliqué y me vio fijamente
— ¿Están juntos? — relajé mi rostro al notar que lo que salió de su boca, le era difícil
— Si.— solté sincera y sólo asintió como si fuera lo más doloroso que haya escuchado
— Haz lo que necesites. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti. Siempre.— sonreí
— Jamás he dudado eso. Solo quiero que intenten entenderme. Es lo único que pido.— expliqué y asintió
— Y tu trata de entenderlos.— alcé mis cejas — Lo conocen de toda la vida, no es fácil para ellos que tú busques su muerte. Y no digo que lo que tú sientes debe minimizarse, pero tampoco busques el apoyo de ellos para matar a alguien que aman. Así no funciona una familia. No sacrificas a una persona por otra.— relamí mis labios — No es lo que nosotros hacemos, y tú perfectamente lo sabes.
Odiaba que el tuviera razón. Odiaba que el siempre tuviera las palabras correctas para hacerme dudar de todo. Para hacerme ver un poco con más claridad todo. Es el poder que el siempre tiene sobre mi.
— Tal vez tengas razón. No debo esperar nada de ellos. Yo no crecí con Tyler y no lo veo como todos aquí. Así que no me tiembla la mano.— camine a la puerta
— ¿A que costó, Izzy? — me frené — ¿Estas dispuesta a perderlo todo? No te verán igual después de eso. Vas a romper lo que construiste.
Me quedé inmóvil sólo escuchando sus palabras. Esas que me queman la conciencia.
— No lo sé.— me giré a verlo — No lo sé.
Di la última palabra y salí de la casa. Caminé al auto con un peso en los hombros que apenas me dejaba avanzar.
Tal vez esté ya no es mi hogar. Tal vez lo mejor, es que me vaya y no vuelva. Aunque eso me destruya en diferentes aspectos.
Al abrir la puerta, sentí una presencia. Una que me dejó helada .
Me giré al instante y me quedé en shock. En un parpadeo, sus manos estaban sobre mi cabeza rompiendo mi cuello.
— La tengo. Es hora de mi juego.— alardeó Rebekah y apoyó su cuerpo en ella
Erik se acercó con una sonrisa asintiendo. Sacó algo de su bolsillo.
— Este veneno la mantendrá débil por unas horas. Es lo único que pude conseguir para inmovilizarla hasta que obtengas lo que quieres.— mostró el frasco y la rubia subió a Izzy al auto
— Hecho...— intenta tomarlo, pero Erik retrocede
— Me debes una, Rebekah. No la mates. No aún.— alzó sus cejas y le entregó el frasco
— Si la mato, Klaus no me dejaría de cazar por la eternidad. Prefiero ahorrarme tener que huir toda la vida. Ella solo es una pieza en mi rompecabezas.— expuso y el asintió — Tú la odias por la zorra de Valeria, y yo por ser una traicionera. Nos llevaremos bien...— se acerca a él — Pero si esto no funciona, no dudes que no te mataré.
— No creo, por que ella te mataría primero.— se burló y retrocedió — Adiós, Rebekah.
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Flashback, 1023
— ¿De quien es el bebé? — cuestionó Elijah a la pelirroja
— No tiene caso, el me abandonó, y no se que hacer.— bajó la cabeza con lagrimas y el Mikaelson se le acercó
— Valeria, no estás sola.— alzó su cabeza — Klaus no puede saberlo. Querrá matar al padre y es tu primer hijo. El primero de tu linaje y eso llamará su atención.— frunció el ceño
— ¿Por que será trihibrido? — mencionó confundida
— Por que con la sangre del bebé puede crear más de su especie. Sabes a que me refiero.— lo vio con miedo — Tienes que irte. Vete con tu bebé y protégelo.
—¿A dónde iría? No tengo como.— el tomo sus manos
— Yo te ayudaré. Es una promesa.— la pelirroja asintió y se acercó a abrazarlo
— Gracias, Elijah. Gracias por todo.— se separaron y el sobó su mejilla
— Perdí un hijo. No quiero que tú sufras ese duelo. No estás a salvo.— expuso y ella asintió
— Se con quien ir. Se quien me ayudará.
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Isobel
Desperté sobresaltada. Enfoque la vista y noté que estaba en una clase de biblioteca, la cabeza me estallaba.
— Hola, cielo.— me sorprendí al ver a Rebekah
— ¿Qué? — intente levantarme pero me sentí mareada al instante
Como si estuviera enferma.
— Oh, no te esfuerces, guarda tus fuerzas.— soltó hostil y la vi molesta — Será un largo día.
— ¿Donde estoy? — miré alrededor — ¿Qué me hiciste? — se sentó frente a mi
— Es impresionante la cantidad de enemigos que tienes para tan corta edad.— fruncí el ceño — El me dio una pequeña dosis de veneno para mantenerte débil por algunas horas.— suspiré
— Típico.— me lleve las manos a la cabeza
Su voz hacía eco, la luz me calaba y sentía la garganta seca, casi ardiendo.
— Necesito respuestas...— la interrumpí
— Y yo agua.— pedí bajando mis manos — Si voy a estar aquí, escuchando tu patética charla por que no tienes pasatiempos...
— Tú me traicionaste.— refirió molesta
— Hice lo que tenía que hacer para obtener lo que quería. ¿No fue eso lo que dijiste cuando lanzaste a mi hermana por el puente? — alzó sus cejas — Eso pensaba. No seas hipócrita. No conmigo.
— Isobel, ¿que te hace tan especial? ¿Sólo que seas la copia de todos los amores de este pueblo...?— se burla y sonreí
— No, que soy una maldita trihibrida a la que tienes que someter por que si no, ya te hubiera asesinado. Eso me hace especial.— alardee y asintió
— Cierto, tienes la arrogancia de tu familia. De Katherine, para ser exactos.— suspiré y me apoyé en la silla
— Llámame Isobel de nuevo, te reto.— advertí y se me acercó
— Andas muy a la defensiva para estar vulnerable. No puedes usar tus habilidades.— indicó y nos vimos fijamente
— No importa que me hagas, no podrás matarme. Puedes torturarme, lastimarme o lo que te venga en mente, pero seguiré aquí. Seguiré aquí y me voy a vengar. Por que eso es lo que hago, es mi cosa, ¿no sabías? — explique y sonrió — Es mi nuevo yo.
— Tu tienes una vulnerabilidad, Izzy. No es física, pero la tienes.— me tensé — Hay tres personas que amas, más que a nada.— se me bajó la sonrisa — Y ellos no son inmortales como tú...— me le acerqué con brusquedad
— Si los tocas...
— Miren quien despertó.— fruncí el ceño y voltee a ver
— Elena.— solté impresionada, Rebekah fue sobre ella y me levanté
— La asamblea terminó.— llegó April y Elena me vio con confusión
— ¿Qué está pasando? — pregunta mi hermana aturdida
— La escuela está casi vacía. ¿Cuantas veces me hipnotizaste? — me puse del lado de Elena — Las dos. Se que son vampiros, y que eres como de tres especies.— suspiré — No me mientan.
— Mira, bonita, no es hora de hacer drama.— me quejé
— Rebekah no es quien crees que es, April.— mencionó Elena
— ¿Qué? ¿No es una vampiro original de más de mil años? — fruncí el ceño y voltee a ver a mi hermana
— No, que es una perra.— solté con gracia y Rebekah me fulminó con la mirada
— Gracias por los halagos.— me tambalee y Elena me sostuvo
— ¿Qué pasa? — me pregunta preocupada e inhalé hondo tratando de tomar el control
Me sentía desajustada y adolorida. El veneno se extendía, lo podía sentir.
— ¿Por que no te sientas? — se le acerca an Elena para hipnotizarla — El resto de la clase llegará pronto.— me jala del brazo y voy con ella
Juro que le romperé el cuello tan pronto me cure. Me está sacando de mis casillas.
Nos sentamos en la mesa y Rebekah estaba en su teléfono. Yo veía a Elena y April algo ansiosa.
No tenía idea de lo que tenía planeado la loca de Rebekah. No cuando esta fuera de control.
— ¿Qué? — escuché a Stefan tras el teléfono, cosa que me sorprendió
— ¿Qué crees? Volví. Sin daga y tengo a Elena e Izzy de rehén en la escuela. ¿Te interesa?
— ¿Quien fue tan bobo para quitarte la daga? — me reí y vi a April
— Yo haré las preguntas. Nos vemos.— colgó y me vio con una sonrisa
— No necesito que un hombre me rescate, ¿por que lo quieres aquí? — pregunté con interés
— Por que necesito a todos los jugadores en la mesa. El jugó sucio conmigo, y yo es momento de que le devuelva el favor.— explicó y vi a Elena
— Klaus y yo hicimos todo, deja a Stefan fuera de esto, también a Elena. Si te quieres desquitar con alguien, hazlo conmigo.— mencioné
— No, Izzy.— se quejó Elena
— Tú y Klaus, siempre el dúo problemático.— se sentó — El te manipula y tú eres su noble sumisa, siempre tan patética.— aparté la mirada
— Si tú crees eso, será tu problema.— solté sin verle la cara — No me pondré a pelear con los mayores.— April se rió
— Siempre con ese humor tan dulce que te caracteriza.— sonrío y volteo a verla
— Justo con mi personalidad.— nos vimos fijamente — ¿Qué es lo que quieres? — suspiró
— Lo sabrás cuando todos los invitados estén aquí. No seas maleducada. Ya se verá.— impuso
— Esto no tiene sentido, Rebekah.— se quejó Elena
— ¿Dije que podías hablar? — la regañó y la fulmine con la mirada
— Cuidado como le hablas.— advertí — Tienes las horas contadas.— sonrió
— No hagamos más problemas.— añadió April tímida — No vine a eso.
— El esta aquí.— mencionó Rebekah y fruncí el ceño — El juego ya va a comenzar.— se va y veo a Elena
— Stefan ya llegó.— soltó nerviosa y me llevé las uñas a la boca
— Esto me da mala espina.— mencioné ansiosa — No me gusta para nada lo que planea. Ella quiere algo de nosotros, pero no se que.— suspiré
— Mencionó respuestas.— añadió Elena y me quedé pensativa
— Está buscando algo.— intervino April y voltee a verla — Aún no me dice que.— se me prendió el foco
— La cura.— solté impresionada, la puerta se abrió de golpe
— ¿Chicas? — vimos a Caroline — ¿Qué rayos está pasando? — suspiré
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Narrador omnisciente
— Es un milagro que me llames. Debes estar en problemas.— mencionó Elijah al teléfono con su hermano
— No se que hacer.— bebió su trago en el Grill — Siento que no se como ayudar a Izzy. Siempre me dijiste que la iba a arruinar y...
— No pienso que la vayas a arruinar, Niklaus. Pienso, que tú miedo por protegerla, va a provocar una ruptura que no podrás arreglar.— bajó su vaso
— Es que la amo tanto, la amo de una manera que no puedo creer. Jamás había conectado con alguien de esta manera. Una vida sin ella, me aterra. Su dolor, es mi dolor. Más ahora qué...— se pausó y jaló la botella hacia el
— ¿Qué sucedió para que estes tan mal? ¿Ya no estás con Izzy? — bebió como si aquella sustancia fuera agua — ¿Niklaus?
— El está bebiendo.— indicó Ana y el híbrido volteo a verla — Hola, Elijah.— se sentó junto a él
— Ana.— Klaus suspiró
— Te habló luego, hermano. Tengo asuntos que atender con mi suegra.— se burló y Ana lo golpeo
— Brincos dieras, igualado.— el sonrió y bajo el teléfono
— Estas atrasada en noticias.— el bebió de la botella y ella lo detuvo
— Apestas a licorería y te ves del carajo.— el alzó sus cejas ofendido — Sin ofender.
— Si me ofendo, gracias.— ella bebió — Si sólo querías beberlo, lo hubieras dicho.— negó y bajó la botella
— Vengo a que hablemos sobre Izzy.— el apartó la mirada — Quiero que te alejes de ella.— volteo a verla perplejo
— ¿Qué? — le ofrece la botella
— Vas a necesitarlo.— se quedó pálido — Todo lo malo que le pasa, es por ti. Tú familia atrae una clase de oscuridad que la arrastra.— se vieron fijamente — No quiero eso para ella.
— Ella es una mujer adulta, Anastasia. Tú no le puedes prohibir, que...
— Te estoy pidiendo, que si en verdad la amas, déjala ir. Sácala de tu oscuridad; que la chica que está ahí, no es Izzy.— expuso — Es su peor versión. Una triste y oscura.
— No es por mi.— se defendió — Yo sólo he intentado cuidarla, protegerla.
— Perdió a su bebé. Algo que para una madre es horrible, necesita superar ese dolor. Tú no sabes como, yo si.— el frunció el ceño — Tuve un hijo antes que Izzy, nació muerto. Fue un horrible trauma, y, quiero que sane a su duelo.
— También era mi hijo.— el se levantó — Y vivo un infierno. Uno, en donde, solo pienso en las millones de forma de vengarme. Iba a ser padre, y me lo negaron, supongo que es una clase de señal.— la castaña frunció el ceño
— ¿Señal de que? — se mostró confundida
— De que nunca debo ser padre.
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Isobel
Elena y yo estábamos con los nervios de punta. Cada vez me sentía peor, y contaba las horas para que pudiera salir de este lugar, me daban ganas de vomitar.
— El plan de Stefan falló. Rebekah me encontró primero y me quitó la estaca.— explicó Caroline y pasé saliva tensa
Ella y yo aún no estábamos en los mejores términos. Apenas me veía a la cara.
— Claro, los Mikaelson son demasiados paranoicos. Era imposible que ambos pudieran contra ella.— mencioné mientras tenía el tic de golpear la pierna en el piso
— Bueno, creímos que entré dos, podría ser mejor plan.— refirió hostil y nos vimos en seco — Parece que tú no tenías ninguno.
Se escuchó la puerta y todas volteamos a ver. Rebekah ya venía con la compañía.
— Stefan.— solté sorprendida y tuvimos contacto visual
— ¿Dije que te pararas? — le refirió Rebekah a Elena, ella se vuelve a sentar — La clase está en sesión. Están hipnotizados, a excepción de Izzy.— suspiré — Conocen las reglas. Respondan honestamente. Sin desobedecer. April querida, anota. Así se obtiene la verdad aquí...— aparte la mirada
— Es patético.— murmure y tosí, salió sangre
— Empecemos con historia. En 1114, mi hermano se enteró gracias a mi de una hermandad de cazadores cuyos tatuajes crecían con cada muerte. Los tatuajes revelan, ¿que? ¿Elena?— volteo a ver a mi hermana
— Un mapa.— responde entre dientes
— Que guía a, ¿Caroline? — le pregunta
— Una cura para el vampirismo.— expone y suspiro
— Perfecto, estamos al día. Stefan Salvatore, la última vez que te vi tenías un cazador. Pero para decodificar el mapa, necesitabas saber donde estaba una espada, que yo le dije a Izzy por que usó trucos muy sucios. Asumiendo que encontraron la espada, también encontraron la cura y aun siguen siendo vampiros. O sea que algo falló. ¿Que estás haciendo?...— se pausó y vio a April
— Me dijiste que anotara.— se excusó y sonreí con gracia
— No lo dije en sentido literal. Un diagrama estaría bien. Quiero fichas bibliográficas, tráelas.— le pide y April se pone de pie yéndose
— Comienzo a aburrirme.— mencioné fastidiada
— Desperdicias tu tiempo. No sabemos nada.—añadió Stefan
— ¿Te diste por vencido? Pensé que harías cualquier cosa por salvar a Izzy. Incluso tomar la cura también para envejecer con ella y morir.— frunzo el ceño y volteo a verlo sorprendida — ¿Por que se sorprenden? — aparté la mirada en seco
Ya sabía que iba a jugar a Rebekah. Sabría lo que usaría de nosotros.
— Me falta algo ¿que cosa— insinúa Rebekah inquieta y nos quedamos callados
— Terminaron, ¿si?— contestó Elena y relamí mis labios incómoda
— Déjanos ir.— añade Caroline
— ¿Terminaron?— mencionó con burla — No, estoy confundida. Creí que Izzy era tu amor épico, Stefan...— Rebekah se sienta — Klaus debe estar involucrado en todo esto. Te pregunté qué pasó. Tienes que decirme.— Stefan voltea a verla
— Ella ama a Klaus.— soltó hostil
Me quedé impresionada, fue como si lo que salió de su boca, fuera la cosa más decepcionante que haya dicho; o sentido.
Está hipnotizado para decir la verdad, y no puede ocultar cuanto lo odia.
— Entonces, a la vampiro Izzy le gustan los chicos malos, por eso Stefan huele a alcohol.— indicó y suspiré molesta — Lo que no entiendo, es que la dulce e inocente Izzy trate así a su Stefan. No después del patán que fue Klaus.— se inclinó en mi oreja, me quedé en silencio
Stefan y yo nos veíamos como si nos quemáramos el uno al otro. Como si fuéramos desconocidos.
— ¿Como te hirió así? Contesta, por favor.— le pide Rebekah y bajé la mirada
— Ella solo estuvo conmigo por que se negaba a sentir algo por Klaus.— fruncí el ceño — Por que no quería admitir que un hombre como él, fuera alguien de su devoción.— negué decepcionada
— Eso no es verdad.— me defendí y sólo me observó sin decir palabras
— Fascinante. ¿Y que opinas de esto, Izzy? — sonreí y se sentó junto a mi
— Que estas triste y aburrida. Y que te hacen falta pasatiempos.— me burle y me vió molesta
— Escondes algo. Confiesa.— insiste y sólo la observo
— No puedes hipnotizarme, no te diré nada.— impuse y sonrió
— Bien.— fue tras Elena y me sobresalté — Tienes cinco segundos, o le arranco la cabeza.— mi pulso se elevó
— Bien. Estuve con Stefan por despecho de Klaus. El me rompió el corazón y sabía que el estaría para mi, y no me haría daño.— solté con el nudo en la garganta — Era comodidad.
Todos voltean a verme desconcertados. Podía mirar el dolor de Stefan y la decepción de Elena con la sorpresa de Caroline.
Me sentía horrible por haber dicho eso. Lo que dije, es lo más bajo que pude hacerle.
— ¿Esto que tiene que ver con la estupida cura?— se quejó Elena y Rebekah se apartó
— Es cierto , no viene al punto. Stefan, ¿cómo encuentro la cura? — le pregunta Rebekah — A menos que prefieras hablar de este drama todo el día.— mordí mis uñas ansiosa
— Hay un profesor que sabe donde esta la cura.— respondió
— Gracias, ¿y dónde encuentro al profesor? — cuestionó la rubia
— ¿Puedes ya parar esto? — intervine Elena — Sólo quieres hacer molestar a Izzy y lastimar a Stefan.— Rebekah sonríe y saca su celular
— Claro, por que ellos lo merecen.— aparté la vista con bochorno, Rebekah se alejó
— Estas sudando demasiado.— habló Stefan y voltee a verlo — ¿Qué te sucede? — suspiré
— Me envenenaron.— tosí y cubrí mi boca
— ¿Qué? — soltaron Elena y Stefan sorprendidos
— ¿Qué efectos tiene? — preguntó mi hermana preocupada y bajé mi mano
Otra vez había sangre, y comenzaba a ver algo borroso. No enfocaba muy bien.
— Estaré bien. Nada de lo que tenga pueda matarme. Solo dejo aguantar un poco más.— me apoyé en la mesa al sentir cansancio
— Esto es absurdo.— se levantó Elena — Déjala ir. Esta enferma y...— Rebekah la calló
— Siéntate y cierra la maldita boca.— lo hizo, estaba hipnotizada
— Si, pobre, Izzy.— ironizó Caroline y levanté la cabeza — Siempre la de las tragedias.
— ¿Cuál es tu problema? — alcé la voz y me vio molesta
— ¿Mi problema? Hace días trataste de sacarme el corazón. Querías matar a mi novio, y tu parásito, Klaus, mató a la mamá Tyler.— expuso y alcé mis cejas
— Bueno, el idiota de tu novio me clavó una estaca matando a mi...— me pausé y vi a Rebekah — El tiene suerte de estar vivo.
— Wow, no creí ver esto.— se burló Rebekah — Problemas en el paraíso. La gran pandilla y las chicas súper poderosas, están separadas.— aparte la mirada — Eso me sirve.
— Lo mismo que nosotras, ¿no? — voltee a ver a Rebekah y su sonrisa se bajó
— ¿Qué te hizo Tyler para que quieras matarlo? — la vi sin decir palabra
— Rebekah, no.— intervino Elena y nos vio a ambas confundida
— Habla.— pidió y permanecí en mi posición — No puedo creer que intentes matar a uno de tus amigos. No eres así.— suspiré — Dime, ¿qué te hicieron? — bajé la mirada sin hablar
Se escuchó la puerta y todos volteamos a ver. Nos quedamos helados al ver quien había llegado.
— Hermanita. Mira esto.— suspire al ver a Kol — Eres peor que Niklaus.
— Kol, al fin. ¿Trajiste lo que pedí?— le preguntó Rebekah y fruncí el ceño
El muestra al profesor Shane, lo tenia de rehén.
— Hola, Iz.— me saluda Kol coqueto y lo veo con seriedad
— Debes ser Shane.— inquire Rebekah
— Genial.— me quejé y crucé mis brazos
— Vamos, hay algo que necesito de ti.— menciona Rebekah tomando a Shane y se va con Kol
— ¿Por que matarlo? — me preguntó Caroline y cubrí mi cabeza — Sólo ódialo. Por que no...
— Tú no sabes lo que es ser madre.— bajé mis manos — No sabes lo que significa proteger a alguien sobre todo, sin importa nada. Alguien que estaba dentro de ti, esperando a darle vida. No sabes lo que se siente que te lo arrebaten. El sentimiento que te da, cuando te dicen la noticia. Tú vida tuvo sentido. Tu cuerpo creaba algo hermoso, a pesar de todo el dolor, había algo inocente, puro. No planeo que lo entiendas, pero déjame en paz.— pedí y me vió con lastima
— Lo amo. Por favor, no lo mates.— suplicó y noté el miedo en sus ojos — Si alguna vez me quisiste, o me consideraste tu amiga, no me lo arrebates.— sólo la miré, no hice algún gesto y dije palabras
— ¿Siguen pegados a sus asientos? — regresó Rebekah — Hay mucha tensión aquí. Vamos a hacerlo emocionante. ¿Verdad o reto, Izzy? — suspiré
— Ya nos cansamos de tus juegos.— se quejó Stefan — Esta enferma, solo déjala ir a ella.
— ¿Verdad o reto, Izzy? — insistió y me quedé callada — Recuerda, que tengo a tú incentivo.— apuntó a Elena
— Reto.— solté fastidiada
— Te reto a decirle la verdad a Stefan sobre Klaus. Mas te vale que no mientas.— fruncí el ceño y vi Stefan
— ¿Es en serio? — se quejó Elena e inhalé hondo
— Así no se juega.— reproché y me sonrió
— Responde.— insistió y relamí mis labios incómoda
— Estar con Klaus me hace feliz.— solté — Me siento yo misma, sin filtros ni ataduras.
— ¿Te hace feliz? — se burló — Más a fondo— la fulminé con la mirada
— Estando con el, es impredecible. Siento libertad. No me da miedo mostrarme como soy.— expuse sincera y noté el dolor de Stefan
— ¿Y como te sientes con Stefan?— pidió y negué
— Ya basta.— rogué y se puso tras Elena para dominarme — Mi vida amorosa no es un maldito reality show.— sonrió
— Déjala en paz.— pidió Caroline
— Responde.— insistió Rebekah e inhalé hondo
— Siento que soy su proyecto. Un problema que hay que arreglar. Creo que lo entristezco. Y no estaré con alguien así, porque, cuando me mira solo ve algo descompuesto.— el aparta la mirada, y yo siento que el pecho se me hunde — Estuve enamorada de él por mucho tiempo, pero hubo un punto, en el que...solamente era una ilusión. No iba a ser real. El ataba con mi hermana, y me negué a comenzar algo.— bajé la mirada culpable y el ambiente se puso más incómodo
— ¿Sigues amando a Stefan? — se me acercó y la vi fijamente
— Si.— respondí confiada
— ¿Sigues enamorada de Stefan? — me quedé con la palabra en la boca, solo hubo silencio
Un dolor me llegaba al pecho. Ese nudo en el estómago que hace que te cueste respirar. Que hace que quieras vomitar.
— No.— solté con dificultad y el bajó la cabeza con dolor
— ¿Te dolió? — ella volteó a ver a Stefan — ¿Se siente como una daga clavada en el corazón?— suspiro
— Vete al infierno.— le reclama Stefan y se me resbala una lagrima
— ¿Te dolió? — le insiste con la voz alzada y un escalofrío recorre mi cuerpo
— Si.— responde con nostalgia y cerré mis ojos con culpabilidad
— Bienvenido a mis últimos novecientos años.—alardeó y cruzo mirada con Stefan
La puerta se abre de golpe y volteo a ver
— ¿Tyler? — preguntó Caroline sorprendida y crucé mirada con el híbrido
Mi pulso se elevó, al punto de llegar a la ira. Nuestro contacto visual era desafiante, ninguno de los aguantaba la presencia del otro. Era evidente que éramos dos bombas a punto de explotar.
La sangre me hervía sólo de verlo, sus cejas arrugadas demostraban su inconformidad con mi presencia. El coraje de ambos.
Sentía como iba a recuperando mi fuerza, eso era una gran desventaja para Tyler Lockwood. Por que es mi turno de jugar.
— Ah, ya llegaste, me estaban deprimiendo.— alardea Rebekah y frunzo el ceño
— ¿Que está ocurriendo aquí?— pregunta alterado y nos mira a todos — ¿Qué diablos así Izzy aquí?
— Contando los segundos para matarte.— murmure golpeando mis dedos en la mesa
— Ahora, escucha las reglas. Como ella te quiere muerto, y eso sirve para mi. Se quedarán en el edificio. No pueden correr como vampiros.— impuso y fruncí el ceño viendo al resto
— ¿Correr de que? — preguntó Caroline incrédula y volteo a ver a Rebekah
Ella se acercó a Tyler y nos puso los nervios de punta a todos. Tramaba algo, pero no sabía que era. El por qué, mi odio hacia el le serviría de algo.
— Transfórmate.— le pidió bajo hipnosis y alcé mis cejas
— ¿Qué? — soltó Elena perpleja y me volteó a ver
— No podrá tener control.— le reclamó Caroline
— Ese el punto.— expresó serena — Ya dijeron lo que saben, tengo al profesor para la cura. Son mi competencia. Quien la encuentre decide que hacer con ella. Usarla, compartirla, destruirla. Salvarla.—nos vemos entre todos sorprendidos — Y quiero ser yo. Izzy será su salvadora.— fruncí el ceño
— Si me convierto, los mataré.— añadió Tyler preocupado
— Si, exacto. Pero habrá una condición.— me levanté del asiento — Izzy irá tras de ti.— bajé la mirada y noté que mi fuerza regresaba
El veneno ya estaba saliendo de mi sistema. Podría hacer lo que yo quisiera. Kol y Rebekah ya no eran rivales para mi.
— ¿Qué? — soltó Caroline y levanté la cabeza
— Tyler perseguirá al resto de ustedes, pero también estará escapando de ella.— me apuntó y todos me vieron — No podrás salir del edificio si ella no te atrapa, o mata.— lo hipnotizó
— No, Rebekah...— pidió Caroline asustada y sonreí — Sabes que ella lo matará para salvarnos.
— Si, lo se.— suspiré — Ya sabes que hacer. Adiós.
Salió de la biblioteca y todos me vieron. Sabían que odiaba a Tyler y era mi persona menos favorita en el planeta.
— Izzy...— me habló Elena y mis ojos resaltaron en dorado
— Corran.— advertí y abrí las puertas con magia
— No dejaré que lo mates.— me exigió Caroline y voltee a verla, Tyler soltó un quejido
— Está bien, Caroline. Esto es entre Izzy y yo.— sonreí — Váyanse, que...— se tira de rodillas — Está empezando.
— Isobel.— me habló Stefan — Recuerda quien eras, no lo olvides...— camina a al salida y el resto lo sigue
— Bien, dijiste que entré tú y yo.— me agaché a su altura — Vamos, perrito, juguemos.— me vio furioso
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Narrador omnisciente
Kol torturaba a Shane por respuestas. Lo estaba ahogando, para conseguir la localización de la cura.
Rebekah llegó, y vio tal acto. Shane no cooperaba, y lo seguían ahogando.
— Eres humano. ¿Para que quieres la cura?l— cuestiona Rebekah y Kol saca la cabeza del agua
— Esto es lo bueno. Puedes tenerla, yo solo quiero a Silas.— expone Shane jadeante
— No.— lo toma de la camisa — ¿Que sabes de Silas?— se pone alterado
— Que es el primer inmortal. Y está atrapado con la cura. Y lo liberaré.— explicó y eso a Kol no le gustó
— ¡No! — lo lleva hacía la tina y comienza a ahogarlo, pero esta vez, sin detenerlo
— ¡Basta!— le ordena Rebekah y Kol saca su cabeza del agua — No sirve muerto.
— ¿Oíste lo que dijo? Silas nos matará a todos, hermana.— informó
— Silas no existe. Es un cuento de hadas para que los niños se coman los vegetales.— se queja Rebekah
— Silas es muy real.— aclaró Shane — Igual que los doppelgängers Petrova que estuvieron en su época.— se sorprendieron — Se donde esta la tumba. Y pronto tendré el hechizo para despertarlo. La bruja que ayudó a Qetsiyah, aun queda un miembro de su linaje.— los Mikaelson se vieron entre ellos
— Izzy.— murmuró Rebekah asombrada, Kol se alteró
— Un segundo, no es cierto. No puedes llegar a el.— reclamó
— ¿Sin su lápida? ¿Sin una docena muerta en un sacrificio? Créeme, lo sé. Lo he hecho. Las masacres son difíciles de ingeniar.— expuso y Rebekah lo vió perpleja
— Tú fuiste el que mató al consejo.— añadió la rubia
— Fue un sacrificio noble. Y temporal. Por que al encontrar a Silas, el levantará a los muertos. El traerá todas las almas, que murieron por él.— señaló
— ¡No! — Kol va sobre el y lo apuñala con un palo, cae al suelo inconsciente — Dame las gracias.
— Mataste a mi posibilidad de hallar la cura.— le reclama
— Silas traería un infierno. Y la verdad hermana...— se saca la estaca de roble blanco del bolsillo — no puedes con eso.
— ¿Como la obtuviste?— le pregunta nerviosa
— Fue fácil.— responde petulante — Ahora sólo debo ir tras Izzy.
— Klaus te mataría. Te cazaría por siglos si le tocas un pelo.— el sonríe caminando a la puerta
— El no tiene que saberlo. Yo te ayudé con tu plan, tú no le digas nada.— pidio
— ¿Y por que quieres matarla? — se mostró confundida
— Es la última del linaje de Atenea. Ella fue la bruja que ayudó a Qetsiyah a poner a Silas en la tumba y crearon el hechizo de la inmortalidad. La doppelgänger original de Izzy. Sin bruja, nadie puede liberar a Silas. Todos viven. Menos ella.— explicó y lo vio impresionada
— Ella es más fuerte que tú, o cualquiera de nosotros. No podrás con ella. Suerte.
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Isobel
Iba por los pasillos de la escuela buscando a Tyler. Seguía sus huellas y cualquier sonido.
— La puerta no va a detenerlo.— me frené al escuchar a Elena
— Sólo corran.— añadió Stefan y alguien me azota contra los casilleros
— Hola, cariño.— me sorprendí al ver a Kol — Hace mucho no nos vemos.— me lo quito de encima
— ¿Qué rayos? — lo vi confunda y me rodeó con la estaca, me quedé inmóvil
— Escuché que por ahí que quieren traer de vuelta a Silas. Y tu, cariño, eres la clave.— fruncí el ceño
— ¿De que rayos hablas? — me mostré molesta
— Eres la última bruja del linaje Petrova, claro, Valeria también, pero se que la tienes bien oculta.— nos estuvimos rodeando
— ¿Y?
— Tú tienes que hacer el hechizo para abrir la tumba. Y eso será una condena para nosotros.— viene sobre mi y lo freno con magia
— Kol, sabes que no tienes posibilidades contra mi. Harás que te mate.— lo lancé contra la pared, soltó un quejido — Aléjate, tengo problemas más grandes que tú.— di la vuelta
— No dejaré de perseguirte, Iz.— me frené — Ni siquiera Klaus va a salvarte.— me giré
— ¿Me amenazaste? — alcé mis dos manos y soltó un quejido
Le estaba hirviendo la sangre con sólo verlo. El tenía de agonía mientras yo no me detenía.
— No necesito que Klaus me salvé.— le rompo la pierna y se cae entre gritos — Puedo hacerlo por mi cuenta.— me vio aterrado desde el suelo
— Cambiaste.— jadea e intento acercarme, pero se va a velocidad vampírica
— ¡Carajo! — maldije al aire y vi alrededor
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Narrador omnisciente
Tyler estaba en el gimnasio, en su forma humana frente al altar su madre. Caroline estaba con el y le daba consuelo.
— Todo esto es mi culpa.— expuso entre los brazos de Caroline — Yo traicioné a la única persona que me ayudó en mi peor momento. Lastimé a Izzy.— corren lagrimas por su rostro
— No se que decirte, Ty.— ella lo abrazó con fuerza
— Mate a su hijo, a su bebé. Merezco todo lo malo que me ha pasado. Yo hice esto, y ella tiene razón de quererme muerto.— bombardeó
— No digas eso.
— No pude salvar a mi mamá y maté a un bebé, a un ser inocente por mi ambición.— se rompió en llanto — Cuanto lo lamento. Nunca quise lastimarla así, yo la quiero, es mi mejor amiga. Me quiero morir, Care. No quiero vivir sabiendo lo que hice.
— Tranquilo.— el híbrido estaba devastado
— Oh Dios, Izzy.
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Isobel
Me quité el cabello de las orejas para concentrarme
en los sonidos. Ya no escuchaba el mismo alboroto que hace rato. No escuchaba a Tyler.
Cerré mis ojos para obtener el sonido que quería.
— Bonnie, sácala de la escuela. Con cuidado, Tyler está transformando.— abro mis ojos de impulso y me muevo a velocidad vampírica
Voy por el pasillo y me encuentro con Bonnie y April. La castaña estaba herida y tenía sangre en la camisa. Se miraba alterada.
— Izzy.— mencionó Bonnie sorprendida y vi la puerta — ¿Que haces aquí? — volteo a verla
— Váyanse, no están a salvo.— pido y voy al laboratorio, entro y me encuentro con Elena y Stefan
— ¿Lo mataste? — se me acercó mi hermana y negué
— Me distraje, Kol intentó matarme.— fruncen el ceño y se ven entre ellos
— ¿Qué? ¿Por que? — preguntó Stefan confundido y suspiré
— Dice que soy la clave para abrir la tumba de Silas, mira, no entiendo.— me llevé las manos a la cava esa frustrada — Stefan, tenemos que hablar de esto. Por eso me detuve.
— ¿Hablar sobre que? — alzó su voz — ¿Cuantas veces quieres arrancarme el corazón? — lo vi sorprendida
— Lo lamento.— expuse sincera
— ¿Lamentas que pasara o que me enterara? — se mostró molesto
— Lo lamento todo. Stefan, no quería herirte, no quería eso.— sentí el nudo en la garganta y la puerta se abrió
— ¿Siempre sobreviven? — preguntó Rebekah y nos vio a los tres
— No las metas. Es ente tú y yo.— impuso Stefan y nos cubrió
— Aún la proteges. Te sacaré el corazón del pecho y te enseñaré la cicatriz que es Isobel Sommers.— alardeo y la fulminé con la mirada — Hay una solución para tus problemas. Puedo hipnotizarlo.— se me acercó — Borrar cada memoria que tiene de ti. Cada día que pasó contigo, cada beso, cada engaño, toda su pena. Puedo quitarle todo el amor que siente por ti. Una pizarra limpia. Solo dilo, y puedo hacer que tú y toda esta miseria desaparezcan.— negué
— Hazlo.— habló Stefan y lo vi perpleja
— ¿Disculpa? — fue había Stefan
— Bórralo todo, cada memoria.— fruncí el ceño decepcionada
— Stefan, no...— pedí preocupada
— Dije que lo hagas...— insistió ante Rebekah y sentí que el corazón se me hacía pedazos
— No.— Rebekah se rio y vi a Elena — Sería muy fácil. Me rehuso a hacerle olvídala como Klaus te hizo olvidarme.— volteó verme — Pero al menos sabes como se siente.— los vi con los ojos cristalizados y le pasé por un lado
Salí del laboratorio con un horrible dolor de estómago.
Quería que este día terminara, sólo quería estar en casa. Ya no quería mas venganza. No por hoy, ya me cansé.
Al ir en busca de la salida, escuché voces por el gimnasio, decidí ir.
Al entrar, vi a Tyler en el suelo. Estaba con Caroline en su forma humana. Se encontraban frente al altar de su madre.
— Terminaste aquí.— voltearon a ver verme, Caroline se levantó al instante
— Izzy, no...— señalé que no hablara con la palma, Tyler volteó a verme
— Quiero hablar contigo.— el se levantó cubriéndose con la manta
— De lo contrario, yo...— me interrumpió
— Lo lamento.— cerré mis labios y fruncí el ceño — Te juro que yo no sabía nada. Jamás te hubiera hecho esa brutalidad. De haber sabido que...— lo interrumpí
— Eramos amigos, Tyler. A pesar de no saber de mi embarazo, tú tenías pensando matarme para someterme, ¿que clase de amigo hace eso? Y yo soy la villana pintada por todos.— expuse y suspiró
— Trataba de ayudar an mis amigos. Eran esclavos, tú misma lo veías.— se excusó y negué
— Y yo era tu amiga. Pasamos tres meses juntos, nos cubrimos las espaldas y aprendimos a sobrellevar la licantropía juntos, tú me enseñaste.— me mostré decepcionada y noté que le afectó
— Izzy, en serio, de todo corazón, lo lamento.— se mostró sincero y negué con el nudo en la garganta
— No voy perdonarte para que te sientas mejor.— retrocedí — Tú y yo no somos amigos. Y si no te mato aquí y ahora, es por respeto a tu madre. Pero yo no siento nada por ti, más que lastima.
Me alejé de ellos para poder por fin salir de este lugar. Ya le dije lo que pensaba, y me sentí bien con eso. Me sentí mejor, sabiendo, que el conoce lo que siento, y que eso lo hace una terrible persona.
Que si su madre murió, fue por su culpa. Que viva un infierno sobre la tierra, eso me satisface.
Fui a casa de Klaus. Necesitaba hablar con él, Y Rebekah me distrajo del plan original. El debe estar muy confundido y preocupado.
Entre a la casa y escuchaba silencio. Cerré la puerta y me moví por el lugar
— Klaus.— lo nombré y me voz hizo eco
Pareciera que no había nadie aquí. Todo se sentía tan frío y solitario.
— ¿Klaus?
Entré a nuestra habitación y no estaba. Parece que no se encontraba en la casa, pero entonces...
¿Donde rayos estaba?
Caminé a la salida, y al abrir la puerta, me topé con alguien que me dejó impresionada.
— Nik...— me abordó con un fuerte beso en los labios
Me robó el aliento y me agarro con fuerza, con pasión. En un parpadeo estaba entre sus brazos siento besada como si fuera el último día de nuestra vida. Era fugaz.
— ¿Qué fue eso? — cuestioné tomando el aire que me había robado, me agarra del rostro
— Te amo más que a nada en este mundo.— sonreí
— Y yo a ti. Pero, ¿qué pasa con...?
— Perdóname.— fruncí el ceño — Tuve que hacerlo. Es por ti.
— ¿Por que? ¿Qué pasa? — retrocedí preocupada, se veía con culpa y eso era alarmante
— Quiero la cura para ti. Quiero que elijas tu camino y salgas de ti dolor.— divagó y me crucé de brazos
— Klaus, ¿qué hiciste? — pregunte molesta
— Dejé a Jeremy con un bar lleno de vampiros para hacer crecer su marca.— lo vi perpleja — El esta con Damon en la cabaña de tu familia.
— No puedo creerlo. No puede ser.— solté furiosa y le pase por un lado, me freno
— Izzy.— me solté de golpe
— Vete al diablo.— me vio sorprendido — Aléjate de mi.— me fui al auto
— Escúchame...— lo interrumpí
— Ya no quiero escucharte. Ya tuve mucho de la familia Mikaleson.— frunció el ceño — Tú hermana la aburrida sin pasatiempos y tu hermano el peón.
— ¿De que hablas? — se muestra confundido y abrí la puerta del copiloto
— Tú me vas a llevar, no conozco el lugar. Súbete al maldito auto, antes de que yo lo haga.— suspiró y vino hacia mi
Va a desear que pueda matarlo. Sabe que para mi, la familia es sagrada. Y si se mete con ella, se duerme en el maldito sofá.
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Narrador omnisciente
Stefan estaba con Rebekah, formando un tipo de alianza, para conseguir el objeto del momento, la cura. Eso colude hasta a los peores enemigos.
— ¿Aún quieres hallar la cura? — cuestionó Stefan a la rubia
— Mas que a nada en el mundo. Quiero metérsela a Niklaus por la garganta y mirarlo a los ojos mientras se da cuenta que es mortal de nuevo.— alardeó — Pero Shane está muerto y tú no sirves. Así que vuelvo al principio.
— Shane no está muerto.— Rebekah frunció el ceño
— Pero vi a Kol empalarlo.
— No debiste dejarlo solo. Bonnie hizo un hechizo y el está bien.— explicó
— No tenías que decírmelo.— se mostró sorprendida — ¿Por que me trajiste aquí?
— Tenías razón. Me espera una eternidad. Y enloqueceré si no se lo que Izzy siente por ti hermano.— lo vio con lastima
— Pues si quieres esa cura, debes saber que Shane tiene otro plane. Y son oscuros.— frunce el ceño — Organizó que una docena que murieran en sacrificio. El admitió haber hecho explotar al consejo. Y supongo que no es coincidencia que mi hermano matara a doce híbridos. Kol piensa que Izzy es la clave de todo. Por eso la quiere muerta, y tiene como.— Stefan baja la cabeza pensativo
— Doce.— se levanta — Canalizar la energía de una muerte en masa se usa en brujería para hechizos oscuros. Se llama expresión.— se le acerca a Rebekah — Shane admitió todo esto?— pregunta preocupado
— Orgullosamente, ¿por que?— alardea
— Supongo que tendremos que manejarlo a él cuando nosotros tengamos la cura. — ella se ríe
— ¿"Nosotros"? — pregunta incrédula — No hay "nosotros", Stefan.— aclaró
— Mira, yo odio a tu hermano y tu también. Pero Damon tiene a Jeremy. Klaus tiene a la espada e Izzy. Shane tiene a Bonnie. Tú y yo no tenemos nada.— lo ve con intriga — Tú lo has dicho, ¿verdad?. Quien primero encuentre la cura decide que hacer con ella. ¿Qué me dices? ¿Serás mi socia?
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Isobel
Estaba en el auto no soportando lo existencia en este sitio ahora mismo. Estaba furiosa con Klaus, y ciertamente, quería golpearlo y bajarme.
— Okey, casi te sale humo por la nariz.— no lo miré, permanecía viendo la ventana — Izzy, por favor.
— Te pedí exclusivamente, que no te metieras con Jeremy. Qué no quería que se volviera un asesino serial se vampiro.— alcé la voz
— Es un deber natural. Parte de su linaje, no e como que yo se lo haya metido a la cabeza.— se excusó y lo fulminé con la mirada
— Mejor cierra la boca, ni estoy para tus chistes o tus excusas baratas.— mencioné — No puedo creer que hayas hecho esto, sabes que, si lo creo. Estás enloqueciendo.— volteo a verlo
— Pero aún así me amas.— bufeo
— No ahora mismo.— solté y me crucé de brazos
— Mejor, dime, ¿que fue lo que hiciste en dos días? Solo desapareciste y me dejaste en el bosque, después de todo lo que compartimos.— pidió y me gire a verlo
— No lo se, no lo recuerdo.— aparté de la mirada en seco
— Izzy, ¿por que estás tan furiosa? Ya se que el asunto con Jeremy te tiene así, pero ahora mismo, parece que quieres quemar el mismo mundo.— suspiré
— Rebekah hizo que lastimara a Stefan. Me hizo decirle cosas terribles. Tu hermano, Kol, me amenazó con matarme, y...— me interrumpe y frena de golpe
— ¿Mi hermano, que? — exclamó furioso y me golpeé con el tamalero
— Auch.— me apoyé en el asiento — Dice que soy la clave para abrir la tumba y no se que, enloqueció. Y para acabarla, tu metiste a mi hermanito en problemas.— suspiró
— Matare yo mismo a Kol.— amenazó y me cubrí el rostro frustrada, puso en marcha — Lo mataré por siquiera pensar que puede ponerte una mano encima. Por haberte...— lo interrumpo
— Lo que quiero, es que me lleves con Jeremy. Kol no me da miedo. No debo preocuparme.— expuse
— Si, pero no el puede lastimarte. No dejaré que nadie te haga daño.— bajé la cabeza
— La única persona que me está haciendo daño, eres tú.— lo vi y alzó sus ceja — Haces lo que Tyler una vez me dijo.
— Ahora hablamos de ese bastardo.— se quejó — El no tiene voz ni voto. Aún no lo mato por que no lo he visto.
— El dijo que tú harías cualquier cosa por mi. No importa quien pague las consecuencias.— expuse y me miró — Y ahora, esa consecuencia, en la integridad de mi hermano.— vi a la ventana
— Haría cualquier cosa por ti sin dudarlo. Por que a mi solo me importas tú.— asentí sin dar palabra — Te amo, ¿lo sabes? Eres a la única que puedo decírselo. Con la única que lo siento.— sonreí por dentro — Y no me arrepiento.
Después de unos minutos, llegamos al bar. Nos bajamos y fui corriendo a la puerta.
Entré y vi a todos los cadáveres, las personas aún estaban muertos, no eran vampiros. Me dio algo de alivio.
— Es reciente.— mencionó y veo alrededor
— Si, lo hice antes de vernos, tenías que saberlo de mi y no de...— lo interrumpen
— ¿Qué demonios? — soltó Jeremy perplejo y voltee a verlo
— Jeremy.— fui hacia el, Matt y Damon estaban con el — ¿Como estás? — lo chequé
— ¿Tu los mataste a todos? — cuestionó Matt a Klaus, yo abracé a Jeremy
— Volviste a la tierra de los vivos.— me saludo Damon y sonreí apartándome de Jeremy
— No en realidad. Están en transición.— explicó — Matarlos es tu trabajo.— se le acercó Klaus
— Dijiste que lo convencería para hacerlo de otro modo.— me reprochó Jeremy
— Jer, yo no tenía idea, lo juro.— me defendí — Pagará por esto.— Klaus me guiñó el ojo coqueto
— Su idea es mejor.— vimos a Damon y Klaus sonrío bebiendo — Mami, Izzy, está aquí.
— No la llames así.— le dijo Klaus molesto
— Bueno, chicos, el no hará nada.— indiqué — Y el que me lleve la contraria...— mostré mis ojos dorados — Se enfrentará conmigo.
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