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053 Klazzy

*Notita de la autora

Este cap va a ser como un "extra" donde no se adapta a la trama en tvd. Bueno, en el capítulo de la serie. Ese vendrá después de este.

Solo verán Izzy y Klaus. Espero les guste. <3


────── ⋆⋅☆⋅⋆ ──────

Niklaus
Ella por fin estaba durmiendo mientras yo apenas podía pegar el ojo.

Izzy había llorado toda la noche y su dolor me dolía. No creí que fuera capaz de volver a sufrir tanto en mi vida. Es como si algo se encajara en mi pecho costándome respirar.

La amo con cada parte de mi cuerpo. Como si pudiera matarme. Imaginar una vida sin ella es como ir al infierno. No podría.

Ahora, saber que íbamos a ser padres, que nuestro amor iba a formar algo hermoso y no lo arrebataron, no sabía con quien desahogarme, con ella no podía.

Izzy vivía un infierno, y no quería que cargara con el mío. Con mi sufrimiento.

Salí a mi estudio a tomar un whiskey. Pensando en si hablar con Elijah. En si, escuchar un consejo o que alguien simplemente me escuchara.

No tengo a nadie después de Izzy. Estoy solo sin ella. Se volvió todo para mi.

Me armé de valor y tomé el teléfono. Busqué su contacto y mi dedo simplemente se quedó en la pantalla inmovilizado. No podía.

— ¿Qué sucede? — escuché su delicada voz y me giré — No te sentí en la cama. ¿Estás bien? — bebo de mi vaso

— No, Iz, no lo estoy.— soltó un suspiro y se puso frente a mi — Siento que me ahogo. Siento que no puedo respirar.— expuse sincero y acarició mi rostro

— Te entiendo, amor, lo hago.— la vi fijamente — La cabeza me va a estallar y siento que se me van a salir los ojos. No puedo dormir, sólo pienso en, pienso en muerte.— rodeé su cintura con mis brazos

— Deberíamos irnos de aquí. A dónde quieras. Pero lejos de este lugar lleno de oscuridad y muerte. Mereces algo mejor.— opiné y ella curveó una sonrisa

Como podía estar ahí, sólo viéndose perfecta con una de mis camisas como pijama.

— Me gustaría ir a Italia. Era mi sueño cuando era niña. Amaría ir contigo.— sonreí y la senté en mis piernas

— Bueno, noté algo.— arrugó sus cejas — Mañana es tu cumpleaños.— negó y se levantó

— Odio mi cumpleaños. No lo celebro desde los diez años, además, no envejezco. Voy a lucir como una chica de diecinueve años toda la eternidad.— bombardeó y pasé saliva

— La edad no sólo significa envejecer, también es cambiar. Nos convertimos en alguien diferente cada año. Una mejor versión, o una peor. Pero no somos lo mismo. Para un vampiro, los años no son nada. El tiempo no pasa. El mundo cambia, y nosotros con el. Pero te prometo que no serás la misma que en cincuenta años. Tu perspectiva será diferente. Madura, centrada, entre más cosas. Depende ti. — expuse sincera y se apoyó en la pared

— Odio cuando tienes la razón.— hizo puchero haciéndome sonreír

— Son pocas veces.— soltó un suspiro mientras no le quitaba la vista de encima

Siempre admire su belleza. Hermosa le quedaba corto. Ella irradiaba luz y perfección. No había nada imperfecto en ella, es como si la hubieran hecho los mismos ángeles. 

— Si lo pienso bien, antes creía que mi cumpleaños era el 22 de Junio, pero es el 21, así que, técnicamente, Isobel, no me abandonó en mi cumpleaños.— informó y sólo asentí — No hace al día trágico. Aunque sigo sin querer celebrarlo.

— Se te siguen sumando años aunque seas vampiro. No es como si el tiempo se detuviera de la nada. Mañana tienes veinte, luego veinte uno y luego, doscientos cincuenta...— me burle y se rió — Si no, yo no sería un vampiro de mil años.

— Omite tu edad. Siento que salgo con un anciano. Es creepy.— alcé mis cejas y me levanté

— ¿Me dijiste anciano? — retrocedió levantando sus brazos

— Tal vez.— asentí y fui tras de ella persiguiéndola

Su risa sonaba por toda la casa mientras se ocultaba entre las habitaciones. Fue como si la luz regresara a su cuerpo. Como si pudiera olvidar todo por un momento.

Es todo lo que quiero para ella. Algo de paz.

────── ⋆⋅☆⋅⋆ ──────

Anoche una idea cruzó por mi mente. Había un sitio donde me gustaría llevar a Izzy. Algo fuera de todo este drama y dónde no haya nada de problemas o que nos encuentren.

Que tenga más naturaleza y tranquilidad.

En la mañana, supe que debía poner el plan en marcha. Llevarla conmigo y tener algo lindo que nos quite la tristeza por unos momentos.

Entré a la habitación con su postre favorito. Las donas de vainilla. Había hecho una torre.

— Feliz cumpleaños, Belly.— ella sonrió ampliamente mientras esperaba que la vela no se apagara

— Dios, Nik.— me senté junto a ella en la cama y nos vimos fijamente — Es hermoso.

Se levanta para acomodarse y se apoya en la cabecera.

— No soy bueno en esto, pero se que debes pedir un deseo al apagar la vela.— expliqué y se rió

— Si, eso hacen.— cerró los ojos y sopló haciendo que una sonrisa se pose en mi rostro.

— Felices 20s, amor.— dejé el plato en la mesa y me tomo del rostro

— Te amo.— sonreí y nos dimos un beso

Uno que me provocó fuegos artificiales. Que aceleró mi corazón y abrazó mi alma.

Nunca nadie me había hecho sentir tantas emociones en un solo beso. Supongo que es lo que el amor hace cuando es verdadero.

— Te amo, pero necesito comer esas donas.— me aparta y sonrío

— Me pondré celoso si me cambias por grasas saturadas y glaseado.— me levanto y sólo tararea

— Reconoce tu lugar.— impone y me río mientras ataca a esa donas

— Tengo planes para algunos días. Tú estás incluida en ellos.— mencioné y fui al clóset

— ¿Qué harás? Bueno, ¿que haremos? — me saco la playera y busco otra

— Algo que se que te encantará. Es sorpresa.— volteo a verla y está cubierta de glaseado — En serio te encantan las cosas dulces, ¿verdad? — me sonrió luciendo tierna

— Jamás podría dejarlas.— asentí y me acerqué — Mi celular no deja de sonar. Me imagino por que.

— Empaca, nos iremos unos días.— ella negó con el celular en las manos

— Todos me están bombardeando el teléfono. Está completamente lleno de mensajes. Te leo uno.— aclaró su garganta — ¿Qué rayos está pasando? ¿Me puedes explicar la locura? Es de Elena; Izzy, debes volver a casa ahora mismo. Me debes una explicación, todo es un caos; Jenna...— le quité el teléfono

— Puedes por un minuto dejar de pensar en el resto y enfocarte en ti.— me vió fijamente — Pasaste por algo horrible. Algo que te cambió. Necesitas sanarlo. Necesitas salir de aquí.— teníamos contacto visual

— No van a dejar de buscarme. La mamá de Tyler está muerta y todos saben que fuimos nosotros. Dije que me iba a vengar, y lo hice.— soltó sin tacto

— Entonces, que mejor que salir del pueblo y no escuchar sermones.— sugerí y sonrió

— Tienes razón. No pensaré en los demás, sólo en mi. Necesito tiempo.— sonreí y se me acerco — Te ganaste esto.— me robó un beso y me bajo enseguida de la cama

— ¿A dónde vas? — camino a la puerta

Había escuchado un ruido, ella estaba distraída, así que supongo no lo notó.

— Empaca. No hay que tardar.— pedí y asintió

Iba por la casa para dar con quien andaba merodeando. Se quien vendría, sólo no quería que fuera el.

— Ahora entras sin invitación, es descortés.— mencioné ante Stefan

El estaba en la sala como si esta fuera su casa. Haciéndome entrar en coraje.

— Necesito hablar con ella. Jenna me pidió venir, no quería que esto se hiciera más grande.— expuso y mantuve la mirada firme

— Yo hice todo. Yo maté a los híbridos y a la mamá de Tyler. Izzy no tiene nada que ver. Dile eso.— pedí y asintió

— Izzy le dijo a todos que iba a matar a Tyler Lockwood. El está muy vivo, pero su madre no, todos piensan que ella la mató para vengarse, y necesita dar la cara.— exigió y alcé mis cejas

— Izzy no necesita hacer nada. Está pasando por una situación difícil, ambos, necesita espacio.— dejé en claro

— ¿Y desde cuando ella no tiene voz ni voto? Digo, ¿le prohíbes hablar? — me hace enojar haciendo que lo quiera golpear

Cuando estoy por hacerlo, me detengo al sentir una presencia. No quería que todo se hiciera grande.

— No, Stefan, no lo hace.— habló Izzy y volteamos a verla — No hablaré con nadie. Ya me cansé de que siempre deba justificar mis acciones.— se acercó

— Izzy, la mamá de Tyler está muerta. Tus amigos, nuestros amigos, están confundidos. Están preocupados por ti.— bombardeó y solté un suspiro

— Mi bebé está muerto, Stefan.— soltó molesta — Tú no tienes ni idea por lo que estoy pasando. Disculpa, si lo que menos quiero, es tener que ir a explicar cómo Tyler me encajó una estaca y mató a mi bebé. El dolor de una madre.— la vi con atención

Al momento su voz se quebró y notabas el dolor en su mirada. La fuerza con la que se mantenía en pie.

— Estoy preocupado por ti...— intenta acercársele y lo freno — ¿Es en serio? ¿Vas a dejar que su oscuridad entre en ti? ¿Qué su forma de resolver todo es matando personas? — reprochó y voltee a ver a Izzy

Yo quería partirle la cara ahora mismo y aquí mismo. Solo me detenía por Izzy.

— El no me hizo hacer nada que yo no quisiera. Yo le pedí que me diera la cabeza de Tyler. Ese maldito nos arrebató a nuestro hijo.— expuso y el se sorprendió — Dile que tiene suerte de seguir respirando mi mismo aire. No iré a hablar con nadie.

— ¿Qué fue lo que pasó? No te reconozco.— mencionó con nostalgia

Siempre haciéndose el mártir, ya que le den un premio al mejor actor.

— Morí. Me arrebataron todo. Si tú sigues creyendo que soy la misma chica que conociste, estás equivocado. Déjala ir.— dió la vuelta en seco y sonreí orgulloso

— La escuchaste. Ahora, es mejor que te...— me empuja contra la pared y lo aparto al instante

— Tú la arruinaste. La envolviste en tu mundo de oscuridad y muerte.— reclamó y lo tiré contra el suelo

— Yo no hice nada.— contraataqué y se levantó— Tú eres el único que no se da cuenta quien es ella en realidad. Estás cegando.— negó

— Tú la cambiaste. No es la misma desde que te conoció. Yo la conocí antes que tú, y la chica que es ahora, mató a la otra.— fruncí el ceño — Le haces daño, la envenenas. Cuando te des cuenta que arrancaste la luz en ella, verás lo que yo.— se dió la vuelta

¿Tendrá razón? ¿Le hago daño a Izzy? Será que la persona que soy, contamina a alguien como ella.

Siempre temí que se enredara en mi oscuridad. En mis demonios y que perdiera su esencia. Que se diera cuenta lo que soy.

Sólo de una cosa estoy seguro, y es que ella es todo lo bueno que hay en mi. De lo que me siento orgulloso. Ella siempre será la luz en mi oscuridad.

Regresé a la habitación y noté que no estaba. Fui enseguida a la suya y la vi terminando la maleta.

— ¿Qué? ¿Creíste que había huido? — arqueó una sonrisa y me apoyo en el marco de la puerta

— Aveces no creo que estés conmigo. Es como si, estuviera soñando.— expuse sincero y sonrió dejando la ropa

— Mi corazón me guía con quien quiero estar.— se me acercó — ¿Donde estoy ahora? — se puso frente a mi y sonreí ampliamente

Tuvimos un contacto visual en el que me ponía totalmente nervioso. Siempre quería verme serio ante ella, pero en realidad, me hacía sentir como un adolescente enamorado.

— Sabes que me tienes totalmente enamorado, ¿verdad? — me tomó la mano y la puso en su pecho señalando al corazón

— Te quiero hacer una promesa. Hasta que este corazón ya no esté aquí, soy tuya. En la eternidad y el la oscuridad. En el abismo y en la salvación. En cualquier circunstancia, estoy de tu lado, ¿lo entendiste? — la vi impresionado

Me quedé sin palabras ante esa declaración. Sus ojos marrones brillaban y su corazón palpitaba con fuerza. Le mío se me salía del pecho.

Solo nos quedamos en silencio viéndonos. Nadie antes me había prometido siempre estar conmigo. Pelear lado a lado. Permanecer juntos.

Fue como si, por primera vez en mil años, sintiera que no estoy solo en este mundo.

— No lo dudo, Izzy.  Somos tú y yo hasta el final.— me rodeó la nuca con sus brazos

— Hasta el final.— apoyó y se puso de puntillas para alcanzarme

Sus labios hicieron click con los míos. Como imanes que no desean soltarse. Una mezcla de emociones que me recorren el cuerpo.


────── ⋆⋅☆⋅⋆ ──────

Después de empacar, fuimos al auto. Ibamos en la carretera hacia una pequeña cabaña que tenía. Hace años, la compré para alejarme de Mikael y poder pintar con libertad y mucho silencio.

Me encantaba poder llevarla ahí. Aunque ella se notaba aún algo apagada. No quitaba la vista de su teléfono. Se sentía vacía, no veía.

— ¿En que piensas? — dió un suspiro y volteó a verme

— En lo que dijo, Stefan.— fruncí el ceño — ¿En serio cambie tanto? El me ve como alguien descompuesto. El no me reconoce.— bajó su cabeza apenada — Creo que yo tampoco lo hago.

— Izzy.— puse mi mano en su pierna — No eres nadie descompuesto. Cambiaste, si, pero fue por que has vivido situaciones muy diferentes. No eres la misma chica que solo era bruja licántropo. Hace un año aún no nos...— me pausé sorprendido

— ¿Qué? — me vió esperando una respuesta y a mi se me fueron las palabras

¿Que tal si todo lo malo que le pasó a Izzy fue gracias a que yo llegué a su vida? A que arraigué todos mis problemas en ella.

Antes de mi, era alguien diferente. Antes de mi familia. Todos la llenamos de nuestra oscuridad, y temo que ella no pueda salir de ahí. Que se pierda quien es. Siempre he temido eso desde que la conocí. No quiero dañarla.

— A lo que me refería, es que no eres la misma, y no es bueno quedarse estancado con alguien del pasado. Si, Stefan no entiende que te hiciste vampiro, que eres aún más poderosa que cuando te conoció, el del error no eres tú, es el. Todos cambiamos cuando nos hacemos vampiros...— me interrumpe

— Si, pero se supone que el vampirismo magnifica quien eres, no te cambia totalmente. Al menos, eso me dijeron. Ya no se.— se apoyó en la ventana desanimada y sobé su pierna

— Izzy, no te atormentes. Tú elegies quien quieres ser. No dejes que la paranoia de los demás te digan que hacer, o el resto te diga quien eres.— voltea a verme — No complazcas a los demás, siéntete bien contigo. El resto no importa.— me sonríe

— ¿Cuando te volviste un coach de vida? — se burla y sonreí — Gracias, Nik, me hiciste ver las cosas diferentes.

— No tienes que agradecer, estamos para apoyarnos, ¿no? — asintió — Bueno, mejor admira el paisaje.— se ríe — Extrañaba ese sonido. Es música para mis oídos.

— No he tenido motivos para usarla.— checó su teléfono y se lo quite — ¿Qué haces? — baje el vidrio y lo tiré — ¡Niklaus!

— Deja de preocuparte por lo que los demás dicen. Piensa en ti por una vez en tus veinte años de existencia.— pedí y dió suspiro

— Eres un mandón. Apréndelo.— meneo mi cabeza y pongo mi vista al frente

Noto que hurgaba por la radio. Como buscando una que poner. Arrugo su nariz molesta.

— ¿Ahora que pondré de música? No te ofendas, pero tienes música de cuando ni era planeada.— checó mis casetes

— ¿Que te pasa? Son joyas. Son clásicos.— negó dejándolos en la guantera — No pondrás Taylor Swift de nuevo. Te juro que...— agarro mi celular

— A menos que quieras que me baje del auto, me dejarás poner la música que yo quiera.— ordenó y apoyé mi cabeza

— ¿Que buscas? — curvea una sonrisa y conecta el celular a la radio

Carraspeo preparándome mentalmente para verla cambiar de animos con cada álbum de Taylor Swift. Pasa de llorar, a emocionarse y enojarse. Como una película.

— Aquí vamos. Aveces se me olvida que vivo con una...— me pauso al escucharla cantar

— Hey, I just met you. And this is crazy. But here's my number...— meneo la cabeza mientras se escucha a todo pulmón —...So call me, maybe. It's hard to look right. At you, baby...

— Izzy...— suelto una risa y le sube al volumen luciendo tan feliz — Vas a dejarme sordo.

— But here's my number. So call me, maybe. And all the other boys. Try to chase me...— me señala con una sonrisa y mis ojos se iluminan — But here's my number. So call me, maybe.

Bajó la ventana y asomó su cabeza dejando que el aire despeine su largo cabello.

Podías notar el brillo en su mirada. El resplandor de que había olvidado todo por un segundo. Era la chica dulce, carismática y llena de vida que había conocido. Ella simplemente, se deshizo del dolor.

Fue como renacer. Este recuerdo se quedará conmigo toda la vida. No me pude enamorar de nadie mejor.

────── ⋆⋅☆⋅⋆ ──────

Después del karaoke de la señorita, Sommers, llegamos a mi cabaña. Todo era tan tranquilo y sereno. Podías estar aquí toda una vida.

— Es hermoso.— expresó Izzy sin aliento — Mira lo enorme que es el campo. Los árboles y la vista desde aquí. Podría pintar miles de atardeceres.

Sus ojos castaños brillaban. Su sonrisa se marcaba en su rostro y la luz había vuelto. Podías verla.

— Me alegra que te guste. Es también tuya.— vino sobre mi y me abrazó provocando que ambos cayéramos al suelo — Definitivamente algo se rompió.— soltó una risa y comenzó a besarme

Fue rápido, pero pasional, como si ella supiera como hacerlo.

— Te amo...— murmuró y sonreí

Puse su cabello tras sus orejas al estar arriba de mi. Admiraba cada centímetro de su perfecto rostro.

— Pensé que nunca escucharía esas palabras en mi vida. Y luego te conocí.— me vió enternecida — Te amo, Izzy, Sommers.— se inclinó a besar mi mejilla

— Vamos, hay cosas que hacer.— se levantó y me ofreció su mano

— Soy un caballero, debí pararme antes.— sonríe y me pongo de pie — Es aún mejor por dentro.

Ambos fuimos con las cosas a la casa. Estaba como la recordaba. Había contratado a alguien para que limpiara y la mantuviera en orden.

Izzy se miraba enamorada de este lugar. Parecía que se imaginaba una vida aquí. Me gustaba verla feliz. Es lo que más me gusta de ella. 

— No soy buena cocinando, no me gusta.— expuso y se apoyó en la barra — Tú cocinarás para mi y yo te observaré.— alcé mis cejas

— ¿Qué te hace creer que se cocinar? — dejé las maletas en la entrada

— No lo sé, tienes mil años, algo debiste de haber hecho con tu eternidad.— soltó y me reí

— No tenía en mente pagar clases de cocina. Lo tomaré en cuenta para los siguientes mil años.— me burlé y se levantó sonriendo

— Quiero salir a pintar. Aprovechar que aún hay luz del día y capturar el amanecer.— informó y fue por sus cosas

— Si, yo, desempacaré y luego te alcanzo.— me dió un beso rápido y salió por la puerta

Me acerqué a la ventana y la vi acomodar todo. Era impresionante como emanaba tranquilidad. Como se veía en paz.

Su piel brillaba con el sol. Y su cabello le pegaba en el rostro haciéndola lucir perfecta. Cuando la veo, es como ver al sol. Siempre brillando.

Me alejé y comencé a sacar algunos cambios. Era poca ropa, yo quisiera quedarme más tiempo, pero, se con quien vengo. Izzy no huye de los problemas. Ella no es así. Es lo opuesto de su familia.

Sonó mi celular y vi el nombre, fue como arte de magia. Es como el destino lo supiera.

Elijah.— hablé sentándome en la cama

Alguien me habló preocupado. Dicen que Izzy está en problemas y eres el autor de todo.— rodee los ojos

Asumo que uno de los Salvatore fue a llenarte la cabeza de cosas en mi contra, como...— me interrumpe

Fue Ana.— fruncí el ceño — Esta preocupada por su hija, dice que la secuestraste, y que haga algo, o va a ir a meterte madera por el...— lo interrumpo

Izzy ya es mayor para tomar sus decisiones. No está conmigo en contra de su voluntad. Necesitaba alejarse de todo el drama. Su vida ha sido difícil desde que entró en transición. No era la misma.— expuse

¿Y tu eres el mejor maestro? — alcé mis cejas ofendido — Mira, Niklaus, tú eres digno de huir siempre de los problemas, y llevarte a Izzy, no va a resolver los que tiene aquí.

¿Ahora eres el padre de Izzy? Por que parece que quieres decirle que hacer, digno de ti. Te encanta tener el control de todo, y todos.

No te comportes como un niño celoso. Izzy es mi amiga, me importa, y te conozco...— me levanté molesto 

Si me conocieras, sabrías que no haría nada para lastimarla. Ya me cansé de que todo el mundo crea que arruino la vida de Izzy. Que mi oscuridad la está consumiendo a ella. Estoy totalmente harto.

Se que no le harías daño, Niklaus, pero no puedes evitar arrastrarla contigo. Eres el único que no lo quiere ver.— suspiré

Adiós, Elijah.— colgué molesto

Aveces quisiera irme lejos de todos y todo. En el fondo de mi corazón, siento que hago las cosas mal. Que aunque no quiera, saco lo peor de Izzy. Y me duele admitir que tengan razón.

Pero la amo demasiado para alejarla de mi. Es como perder una parte de mi que no podría recuperar. No se como ser mejor para ella.

Salí a verla y noté la hermosa pintura que iba haciendo. Estaba muy concentrada que no la quería molestar.

Izzy hace el arte con pasión. Entrega todo de ella en lo que hace. Impone sus sentimientos y de deja llevar. Es una gran artista.

Podría admirarla toda la vida y no cansarme.

— Se que no haces ruido, pero aún así te siento.— expuso mientras pasaba el pincel

— No quería distraerte.— ladea una sonrisa y me acerco

— Aprendí a no hacerlo. Imagina vivir en una casa donde no hay silencio.— bajó el pincel — ¿Qué haces? Te ves muy misterioso.— suspiré

— Siempre he sido así.— dejó las cosas en la mesa

— Algo te molesta, ¿qué es? — se me acerca y sonreí al verla cubierta de pintura

— ¿Por que no te pusiste algo arriba? Estás totalmente cubierta de pintura.— baja la cabeza para verse

— Esa no fue la pregunta.— levanta la mirada para verme  — ¿En que tanto piensas? No creas que no me doy cuenta, soy observadora.— relamí mis labios — Niklaus...

— No soy bueno para ti.— solté sin miedo — No quiero admitirlo, por que significa perderte y eso duele. Como nada que haya sentido.— se cruza de brazos

— Nadie es perfecto, Klaus. Tú no me dices que hacer o actuar, yo tomo mis decisiones, no soy un títere.— explicó — ¿Qué pasó con el que no te importen las opiniones de los demás? Estas así también por lo que dijo Stefan.— negué

— Es que no es sólo, Stefan, Izzy. Son todos. Y yo mismo lo noto. Tú vida era mejor antes de mi. Tú moriste por mi culpa. Yo te arrastré a esto.— tomo mis manos

— No es así, Klaus. No quieras arruinar esto por las inseguridades. Soy una mujer capaz de...— la interrumpo

— Niega que he hecho cosas horribles. — sus labios se cerraron — Niega que no atormenté a tus amigos, a tu familia, a todos en el pueblo. Que tu vida no se fue en picada desde que llegué.— bombardee y me soltó

— ¿Qué es lo que quieres que diga? ¿Qué es lo que quieres que haga? Por que no te entiendo. Siempre haces esto, me alejas cada que puedes por que te sientes mal contigo mismo.— me reprochó

— Por que estoy jodidamente aterrado de que...— me interrumpe

— Perderme.— asentí — No me pierdes, Nik, me alejas. Es diferente.— dió la vuelta

— No se como actuar.— se frenó — No se amar, Izzy, todo el tiempo siento que te quiero proteger de mi. Por que no quiero que vivas una vida miserable y llena de oscuridad como yo.— se giró para verme y sentí el nudo en la garganta

— No soy un ángel, Klaus. No soy la pureza e inocencia. La oscuridad también es parte de mi. Nací con un legado maldito, mucho antes de ti. Fui hecha por la avaricia y el poder.— se acercó — Tengo instintos explosivos y soy vengativa. Si no dejas de verme como algo que se va a romper, esto jamás va a funcionar.— aparté la mirada — Puedo ser fría, malvada e insensible, pero no es por ti. Es quien soy. Me hice así.— volteé a verla — Viví un infierno cuando era niña. Nadie me dio amor, mis abuelos me querían, si, pero ellos no deseaban la responsabilidad de una niña. Elena, Caroline y Bonnie vivieron una vida pintada de arcoíris y unicornios, el mío fue solo vacío y soledad. Lleno de sufrimiento. Una vida sin motivo. Ese es mi carácter, Klaus, y no todo es por ti.— suspiré

— No quiero que sufras más. Necesitas esto.— apunté alrededor — Estabilidad. Normalidad y tranquilidad.— puse mi vista en ella — A eso me refiero cuando digo que te hago daño. Yo no traigo esto a ti vida, necesitas alguien que si.

— Y sin embargo, terminamos aquí.— extendió sus brazos y fruncí el ceño — Me diste esto. Supiste que estaba ahogándome y me sacaste. Siempre me sacas del abismo, Nik. Ese es el hombre que quiero en vida.— sonreí — Tu no eres el monstruo del que todos hablan, es una máscara.— pone su mano en mi pecho — Conozco tu corazón. Veo tu alma. Veo al ser humano.— sentí el nudo en el pecho — Ante mi, jamás fuiste la oscuridad. Fuiste la ráfaga de aire que necesitaba.

La tome del rostro y aborde sus labios. Disfrutaba de cada roce en que su boca chocaba con la mía.

La besaba con pasión y lujuria impresionante. Los sentidos se agudizan, sintiendo la calidez, la suavidad y el sabor del otro.

Mis manos se mueven acariciando su rostro y la sostengo con fuerza para acercar aún más nuestros cuerpos. Para entrar más en calor.

Nuestra respiración se entrecorta y el tiempo parece detenerse, creando una conexión profunda y electrizante.

Una en la que estábamos tan excitados que nos queríamos sacar la ropa en este instante.

Sentía que iba a explotar y la subí a mis brazos y la llevé conmigo hasta la casa.

Fui a velocidad vampírica hasta la habitación y la recosté en la cama.

Comencé a sacarme la playera y ella inició a desabrocharle el cinturón. Se detuvo por un segundo. Solo se quedó inmóvil.

— ¿Qué pasa? — retrocedió y se bajó de la cama tímida

Como si nunca hubiéramos compartido intimidad. Su expresión se nubló completamente. Como si la pusiera triste, todo fue extraño.

Me quedé totalmente confundido.

— Yo...no puedo.— fruncí el ceño y la vi alejarse

— ¿Izzy? — la nombré y agarre mi playera — ¿Izzy?

Iba tras de ella por la casa mientras me ponía la ropa y acomodaba mi pantalón. La vi salir.

— ¿Por que me ignoras? — cuestioné y volteó a verme deteniéndose — ¿Hice algo mal?

— No quiero tener hijos, Klaus.— fruncí el ceño — No después de perder a...perder a nuestro hijo.

— ¿De que hablas?

— Si nos acostamos, cabe la posibilidad de que quede embarazada. No estoy lista.— expuso y suspiré

— No haremos nada que no quieras, ¿si? — me dedicó una sonrisa — Antes de compartir intimidad, te dije que para mi eras más que eso. Te respeto.— se me acerca

— Lo sé, y te amo por eso. Necesito sanar antes de, ya sabes.— asentí y rodeó mi nuca con sus brazos

— Bien, ¿que quieres hacer ahora? — sonríe

— Te mentí, si soy buena cocinera.— expresó con burla y asentí

— Me cocinaste una pasta, ¿recuerdas? — indiqué

— Podemos hacer de comer y...— se pausó — Yo...seguiré con mi pintura.— se alejo soltándome

Cosa que me sorprendió. Actuaba distinto.

Sus cambios de humor eran repentinos. Como si algo la arrastrara a un abismo.

La vi que se sentó y sólo tomó la pintura. Trazando, como si nada hubiera pasado.

Algo me dice que tiene que ver con la muerte del bebé. Ella no quiere seguir adelante, y me puedo dar cuenta. No se lo permite.

— Izzy...— la nombré y parece ignorarme

Estaba debajo de ese árbol sólo pintando. Como si estuviera sola.

— Iz, hey.— la toqué del hombro y volteó a verme

— ¿Qué pasa? — se mostró confundida — Intento terminar mi pintura.

— ¿Qué pasa contigo? — solo me vió por unos segundos y regresó a la pintura

Solté un suspiro apartándome. Era claro que ella no se iba a comunicar conmigo. Se cerró de la nada.

Es como si, algo dentro de ella desapareció, no era la misma.

Tal vez, Elijah tenga razón y ella debe de estar con su familia. Los necesita después de lo que perdió.

Me duele saber que mi bebé murió y no pude hacer nada para salvarlo, sólo vengarlo. Me duele que perdí la vida en la que sería padre junto a la mujer que amaba, pero la veo a ella, y noto que le dejó un vacío que nadie puede llenar.

Entré y la casa y vi la cocina. Comencé a cocinar su comida favorita, por que claro que se cocinar, soy bueno en todo.

Mantenía mi mente ocupada con esto de ser hogareño y hacer la cena. Es algo que no pensé que haría en mi vida. Pero me encanta hacerlo para ella. La vida que tendríamos.

Al paso de tiempo. Todo iba oscureciendo y decidí ir a buscar a Izzy, para verificar que todo estaba en orden.

Al salir, me quedé helado. No había nadie. El lugar estaba completamente solo.

— ¿Izzy? — la nombre con miedo y busque el auto con la vista

Estaba estacionado en el mismo lugar. El corazón me quería estallar.

— ¡Isobel! — los nervios me sacudieron

El lugar permanecía en un silencio aterrador. Solo podías escuchar las luciérnagas y mis paranoicos pensamientos. Estaba por volverme loco al no entender la situación.

Ella sólo había desaparecido. Como si jamás hubiera estado aquí. No dejó ni un rastro.

Como si la tierra se la hubiera tragado.

La angustia crecía y sentía una confusión que me hacía sobrepensar.

— ¡Izzy!

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