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83 | new wolfs


Klaus había encontrado una solución momentánea que ayudaba a Hope a controlar las voces del Vacío, y por consiguiente, a Hayden. Básicamente consistía en la violencia; es decir, cuando Hope concentraba su ira en herir a alguien, las voces cedían tanto de la cabeza de ella como la de su prima.

Apoyada en la barandilla, veía a su sobrina golpear con fuerza a su padre, una y otra vez, mientras que Hayden se mantenía sentada a unos metros, con la cabeza entre las manos.

— ¡Esto no funciona! —gritó la trihibrida frustrada.

— Te estás conteniendo. —dijo el adulto.

— ¿En serio crees que quiero sentirme así? Por mucho que intente sacarlo de mi, no me siento mejor.

— Mamá, ¿en serio creéis que encontrareis una solución?

La voz temblorosa de su hija la hizo salir de la conversación que mantenían la primogénita Mikaelson y su padre, haciéndola centrarse únicamente en su hija.

— ¿Tienes miedo? —cuestionó sabiendo ya la respuesta.

— Como no tenerlo. —murmuró seguida de un suspiro.

Se alejó de la barandilla y caminó hacia ella, luciendo más segura de lo que realmente estaba. No sabia que decir, la situación visto estaba que no estaba a su favor, pero quería remediar aunque fuera un poco el tormento que Hayden estaba sufriendo.

— Somos Mikaelson, siempre salimos de todo. Incluso de lo que parece imposible.

Hayden le dio una sonrisa a boca cerrada.

— Se que no estas segura de esto, pero ya veras que encontramos una solución permanente. Cueste lo que cueste. —añadió Megan.

— No quiero perder a nadie más. —susurró.— Anoche Henrik vino a mi habitación a dormir, está asustado. Trate de reconfortarlo, pero, mama, no se si puedo seguir siendo fuerte. Hope y Henrik me necesitan, pero ya no sé cómo hacerlo.

Megan exhalo, apretando las manos de la pelinegra entre las suyas, en busca de algo correcto que decir, pero parecía que nada se le ocurría.

— No debes ser fuerte. —comenzó.— Tienes 13 años, es normal que te sientas impotente, frustrada y sobre todo triste por lo que está pasando. Aunque te necesiten, tienes todo el derecho a sentirte mal, porque tú también los necesitas a ellos. Somos una familia, y debemos apoyarnos entre todos, Dina.

— Es más fácil decirlo que hacerlo.

— Lo se, cielo, lo se.

. . .

Megan observó apoyada en una pared como Klaus colgaba en el sótano a Roman, a quien Hope había declarado querer hacer daño, y como no, el híbrido le había concedido el pedido, con la excusa de que era para liberarla del Vacío.

— ¿Estás seguro que quieres hacer esto? —pregunto cruzada de brazos.

— Mató a Hayley, y Hope necesita esto.

— Hope no necesita esto, el Vacío si. Y el niño no mató a Hayley, su madre lo hizo.

— ¿Por qué lo defiendes? Da igual lo que hiciera, formó parte de la muerte de Hayley.

— Es un niño, Klaus. —respondió cansada.— Si yo le pidiera a nuestro hijo que matara a una docena de hombres por mi, lo haría, porque soy su madre. —expresó con claridad.— Roman solo fue un peón en una partida que llevaba jugándose años.

Cuando acabo de decir esas palabras, el rubio tiró un litro de agua sobre Roman, despertándolo, y no tardó en entrar en pánico bajo la mirada de ambos adultos.

— ¿Ya has decidido cómo vas a matarlo? —preguntó Klaus a Hope, que se encontraba en una esquina.

— Lentamente. —habló la pelirroja.

— ¿Hope? —cuestionó el secuestrado, buscándola por el lugar hasta que dio con ella.— ¡Hope! ¡Eh! —su emoción decayó cuando se dio cuenta de la situación.

— Quiero hacerlo sola. —declaro Hope.

— ¿Qué? —Roman jadeó.

— Se supone que me hará sentir mejor, ¿no? —los ojos de ella conectaron con los de Megan.

— Debería.

Roman miró a los tres, confundido.

— ¿Qué le pasa? —hablo hacia Klaus.

— Tiene una aflicción para la cual tu dolor es un alivio momentáneo. —explicó Klaus rodeando al adolescente, como un depredador a su presa.

— ¿Mi dolor?

Klaus murmuró un "mhm", asintiendo.

— Pero no quiero publico. —repitió Hope.

— Hope. —rechistó su padre.

— Si queréis ayudarme, iros.

Megan asintió, y al pasar por su lado dejó un beso en su frente, y se dirigió al piso de arriba.

. . .

Sentados en la sala principal, ambos adultos se encontraban en silenció, evitando mirarse el uno al otro. Bueno, mas bien era que ella evitaba mirarlo, y él la observaba de reojo.

— ¿Dónde está Drea? —preguntó repentinamente Henrik apareciendo.

— Torturando a alguien. —respondió Klaus.

— Guay. —sonrió emocionado.— ¿Puedo ayudar?

— No. —negaron sus padres al unison.

— Jo. —dijo antes de marcharse refunfuñando.

El silencio volvió a invadirlos, pero nuevamente unos pasos los alertaron.

— No, Henrik, no hemos cambiado de opinión... —la voz de Megan se fue reduciendo a medida que distinguía la figura —que no era de su hijo— mientras se acercaba.

— Esa es vuestra manera de educarla. ¿Dejar que torture sin piedad a ese chico?

— No estás en posición de juzgar a nadie, Elijah. —hablo con rapidez ella.— Decidiste matar a Davina para salvar a la familia, nosotros hacemos lo mismo con Roman.

Puede que no estuviera de acuerdo, pero no iba a dejar que Elijah viniese después de 7 largos años y opinase.

— Y ese chico la retuvo junto a Hayley, Megan y mi hijo. Casi mata a dos de mis hijos, a mi mujer y con Hayley lo consiguió. Así que si mi hija decide acabar con su vida, eso la convertirá en alguien que vence a sus enemigos, siguiendo los pasos de su padre... y de su tío.

— Se suponía que debían ser mejores que nosotros, Niklaus.

— Mis hijas están enfermas. Si esto las alivia de alguna manera, el resto no importa. —afirmó.

— ¿Y luego que? Cuando acabe con él y la oscuridad vuelva.

— ¿En serio, Elijah? Vuelves a nuestras vidas después de años y pretendes criticar la manera en que criamos a los niños? Lamento informarte que no tienes ningún derecho a hacerlo, porque no estuviste en sus vidas durante los últimos siete años. —Megan habló.— Cuando acabe con Roman, ya veremos qué hacemos. Pero, ¿estás seguro que te interesa el bienestar de las niñas y no el de Roman? —cuestionó mirándolo con las cejas alzadas.

— ¿Me estás acusando de algo?

Ella bufó.

— No soy idiota, Elijah. —bramó.— Si tanto quieres a esa mujer, vete con ella. Nosotros nos preocupamos por nuestra familia. —señalo a Klaus mientras lo decía.

— Y ese chico simplemente es un daño colateral. —añadió con simpleza Klaus.

— Estáis llevando a Hope por un camino que erradicara su humanidad. Y si pierde eso las consecuencias serán devastadoras para todos nosotros.

— ¡No la estamos llevando a propósito! ¡Nos hemos visto obligados porque mataron a su madre! ¡Así que para ya!

Su corazón muerto latía frenéticamente, y realmente estaba concentrando en contenerse y no saltar sobre Elijah para partirle todos los huesos del cuerpo.

— ¿De que? ¿De aconsejarnos contra vuestros peores instintos? —miro a Klaus.— Durante mil años he intentado desesperadamente guiarte hacia algún tipo de razón.

— Y durante mil años, he confiado en ti.

— ¿Y ahora qué?

El híbrido le echó una mirada rápida a la castaña a su lado, fijándose en el odio que permanecía vigente en sus ojos.

— Puede que vivamos eternamente, pero nuestra lealtad no.

Junto aquella afirmación, él tomó la mano su mano y tiró de ella escaleras arriba. En cuanto estuvieron fuera del ojo de Elijah, ella se soltó de su agarre.

— No lo quiero aquí. —habló.— No quiero que esté cerca de mis niños.

. . .

— ¿Qué está pasándonos?

Megan miró a su hija con notable preocupación, que aunque intentara ocultar, era incapaz. Sus brazos, pálidos, ahora estaban decorados por venas negras que cada vez alcanzaban más proporción.

Su mirada cayó en Hope, a quien le estaba pasando exactamente lo mismo. Finalmente lo miro, porque ella no sabía qué hacer, y necesitaba su apoyo.

— No lo sé. —admitió Klaus, junto a él, Hope suspiro.

— Es grave, ¿verdad? —dijo en un susurro.

Megan tomo una mano de Hope y otra de Hayden entre las suyas, sin ser capaz de añadir palabras reconfortantes, porque el peso de la culpabilidad la hacia incapaz de hablar.

Había sido por su culpa. Si ella se hubiese negado, las niñas estarían bien, a pesar de no poder juntarse con su familia, estarían bien y sanas. La había cagado, y las palabras de aquella disputa que tuvo con Klaus hacían eco permanentemente en su cabeza.

— Tienes que deshacerte de la oscuridad y...

— No puedo. No puedo matarlo. No lo haré. —negó en desesperación.

— Hope.

— Papa. Él no es más culpable o responsable que yo.

Y ahí estaba, la bondad de Hayley, la cual ahora poseía la única parte que quedaba de ella, Hope.

— Si no quieres hacerlo, no lo hagas, cielo. —comenzó Meg.— Pero tú no eres responsable de la muerte de tu madre, ¿de acuerdo? Quítate esa idea de la cabeza, porque no es cierto, Hopy.

Hope negó con la cabeza, bajándola en el acto.

— Tienes poder y aun así muestras compasión. Está claro que eso no lo has heredado de mi familia. —Klaus esbozó una leve sonrisa mirando a su hija para después posar la mirada en Megan.

— Los Mikaelson tenéis mas defectos que virtudes.

Los cuatro se giraron, con el ceño fruncido, hacia donde pertenecía la voz.

— ¿A ti quien te ha dado vela en este entierro? —preguntó Hayden a su hermano menor.

— Nadie. Puedo entrar porque soy genial. —sonrió como solo Kol podría hacerlo, destacando sus genes de parte paterna. Mientras se acercaba, sus ojos se posaron en los brazos visibles de sus hermanas, haciendo que su expresión cambiara a una desconcertada.— ¿Qué ha pasado?

— Nada de lo que debas preocuparte, Driki. —habló con rapidez la pelinegra.

— Eres un entrometido, ¿lo sabías? —le dijo su otra hermana.

— ¿Qué pasa si eran cosas de chicas? —añadió la primera.

— ¿Con papá delante? Ni en broma es algo de chicas.

— Subestimas mi capacidad para entender a las mujeres. —se entrometió el nombrado.

— Más bien la sobreestimas. —corrigió Megan, causando las risas de los tres descendientes.

. . .

Las palabras que Klaus había dicho parecían irreales, y le costaba trabajo no creer que se trataba de un plan que iba a salir mal, o que no se iba a llevar a cabo. La idea era buena, pero no le gustaba la parte en la que Elijah había sido el creador de dicha idea, porque no confiaba ni un ápice en él.

Cuando pensaba en el trajeado, la nostalgia la consumió, porque hacía años habían sido unidos. Él había cuidado de ella, y ella de él. Ahora todo aquello se había desvanecido, y no quedaba nada más que los recuerdos, aquellos que trataba de encerrar en su subconsciente con tal de no sentirse más débil de lo que ya era.

Hayden y Hope, que encabezaban la marcha, abrieron las puertas de la iglesia, revelando en ella una reunión de los seguidores de Greta, cuyos líderes eran Antoniette y Elijah.

— ¿Qué hacen ellos aquí? —preguntó uno de los vampiros. Hayden lo reconoció, era el que lideró a los vampiros que atacaron en el funeral de su tía. La ira la recorrió, deseaba que muriera lenta y dolorosamente.

— El camino a la redención es largo y sinuoso, pero digno. —hablo en trajeado.

Dicho vampiro corrió hacia él, pero Hope lo detuvo con magia, explotando un recipiente que hizo extender un líquido por el suelo. Los acababan de encerrar en la iglesia.

— Nos habéis traicionado.

— Os hemos dicho lo que mi madre pensaba. —se defendió Antoinette.

— No que estuviéramos de acuerdo. —añadió Elijah.

Los vampiros comenzaron a enfadarse.

— Dejádnoslo a nosotros. —Megan alzó la voz.

En un segundo, ambos habían desaparecido, dejando a los vampiros bajo las manos de los Mikaelson. La castaña frunció el ceño al ver aparecer a Marcel, quien se posicionó a su lado. Lo interrogó con la mirada, pero la furia lo dominaba.

— Cómo lo voy a disfrutar... —murmuró el moreno.

— Adelante, chicas. —las incitó Klaus.— Sacadlo todo.

Las adolescentes se miraron antes de avanzar un poco. Con seguridad, se tomaron de las manos, y antes de procesar lo que iba a pasar a continuación, una cantidad descomunal de magia negra salió de ellas.

Los vampiros cayeron al suelo, sus ojos sangrando, sus gritos llenando el espacio. Nada de eso importaba, porque estaban haciendo venganza. No había culpabilidad, ni remordimiento, ni compasión. Solo venganza.

Cuando todos estuvieron muertos, ellas se detuvieron, jadeando.

Hope caminó entre los cuerpos, Hayden los rodeó, observándolos.

— ¿Están todos muertos? —preguntó la menor.

— La inmortalidad no es para todos. —respondió Klaus.— Considerad lo que habéis hecho un acto de servicio público.

Hayden se alejó, refugiándose en los brazos de Marcel, mientras Megan avanzaba hacia Hope, que no hablaba.

— Hope. —la llamo.— ¿Estás bien?

— Estoy... aturdida. —respondió segundos después. — Aturdida.

Klaus se posicionó junto al moreno, dejando un beso en la cabeza de la pelinegra.

— Marcel, ¿por qué no reunís tú y Josh a los vampiros para que limpien esto antes de que alguien lo vea? —pidió el rubio.

Al no escuchar respuesta, la castaña se giró hacia Marcel.

— ¿Qué pasa? —pregunto al mismo tiempo que Klaus.

— Mañana os lo cuento, ¿vale? —murmuró antes de soltar a Hayden e ir a la salida.

La iglesia se sumió en el silencio tras su partida.

— ¿Van a volver? —preguntó Hope mirándose el brazo.— ¿Las marcas y...?

— ¿Los susurros? —complementó Hayden.

Los adultos se miraron.

— No lo sabemos. —admitió esta vez Megan.

Un golpe en la parte de arriba de la iglesia hizo desviar su atención. Megan se encaminó hacia allí con Klaus rozando los talones y las niñas tras de él. Pero en cuanto vio a la persona, se detuvo en seco.

— Madre mía. Declan. —jadeó.

Klaus se acercó a él, viendo como Meg no lo hacía.

— ¿Sobrevivirá? —pregunto la pelinegra.

— Yo me encargo.

— Papa. —murmuró Hope.

— Salid de aquí. —Klaus le hizo un gesto para que se fueran, y sin rechistar lo hicieron.

Mientras bajaban, Hayden se aferró a la escalera, sintiendo su corazón latir mas rápido y mas fuerte que de costumbre, casi lastimosamente, y su respiración tampoco ayudaba.

Se sentó en un bordillo de la iglesia, su cuerpo se sentía pesado y no entendía la razón. No le gustaba esa sensación que tenía, y no sabía a qué se debía. Un grito salió de ella cuando una punzada de dolor en el estómago la atravesó, haciéndola encogerse y ponerse completamente en el suelo. No fue la única, porque Hope a su lado se encontraba igual.

Y cuando sus ojos brillaron de un color dorado, supo que estaba pasando.

Habían activado la maldición.









Eirene's note:

Poco se habla que he tardado menos de tres semanas en actualizar

Quedan aproximadamente 3 capítulos, por lo que en final se va acercando!!

Tengo demasiadas gafas de acabarlo y centrarme únicamente en EYRA, porque asi tardare menos en actualizar aquella historia, y capaz subo otra mas.

Btw, me ha gustado mostrar un poco la dinamica familiar, ja que ha tantos problemas que mis bbs no pueden pasar tiempo en familia, y es una lastima.

¿Opiniones?

RECORDAD VOTAR Y COMENTAR ALGOOO! (plis)

hasta el proximo cap!!



EIRENEEVANS - 13/12/2024


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