— Bueno, veamos que sabéis hacer. —ánimo Freya.

Al día siguiente, se encontraban nuevamente en el muelle, con la intención de que Freya ayudará a Hope y Henrik a controlarse en caso de que algo pasara.

Hope trepó por el muelle mientras su prima y su hermano hacían lo mismo por otro lado, demostrando la agilidad que el gen lobo les otorgaba.

— Mola, ¿eh? —le preguntó Hope a su hermano menor, quien no era mucho de trepar árboles o cualquier cosa.

Los tres saltaron hacia abajo, haciendo temblar el suelo.

— ¿Qué te parece? —preguntó Hope,

— Que me gustaría tener unos músculos como los vuestros. —respondió Freya.

— Yo tengo una daga. —comentó el menor inocentemente.— Y se usarla.

Las tres mujeres lo miraron.

— ¿Driki, porque tienes una daga?

— Me la compró el tío Kol cuando cumplí los diez.

— ¿Y quién te enseñó a usarla?

El menor se quedó en silencio.

— El tío Kol.

— Si tu madre se llega a enterar, lo mataría. —dijo Freya.

— Lo sabrá. Se lo contaré en cuanto vuelva. —intervino el Mikaelson.— Pues eso no es nada comparado con lo que haremos cuando activemos el lado licántropo. —mencionó Henrik cambiando de tema.

— Ya...Oye...¿Vuestras madres os han hablado alguna vez de la transformación?

— Un poco. Aparte, tenemos amigos licántropos. —destacó Hayden.— Sabemos que la parte de matar a un humano es fuerte, pero...

— ¿Y la parte en la que se te rompen todos los huesos de tu cuerpo? —la interrumpió la rubia.— ¿Sabes? Cuando vuestras madres me hablaron de ello, hace unos años, cuando... me lo describieron, sonaba peor que cualquier cosa que pudiera imaginar. Y creedme, ellas no querían eso para vosotros.

Henrik frunció el ceño.

— Quieren. —corrigió el menor.— No es lo que quieren para nosotros.

— A eso me refería. —balbuceo.

. . .

Hope y Henrik estaban mostrándole a Freya lo que sabían hacer con magia, mientras que, por otro lado, Hayden miraba aburrida las paredes del muelle en busca de algo más interesante.

— ¿Y yo porque tengo que estar aquí? ¿No puedo irme?

— No. —negó Freya.— Un pajarito me ha dicho que Hope te hizo una pulsera que te permitía usar la magia, canalizándote a ti misma.

Hayden bufo.

— Ya no la tengo. Se la devolví a Drea cuando nos distanciamos. No se si la tendrá aún. —miro levemente a su prima

— Aun la tengo.— se apresuró a decir la castaña rojiza.

— Perfecto. Hope, devuélvesela, por favor. —celebró Freya antes de mirar a la pelinegra.— . Es conveniente que te enseñe a defenderte con magia en caso de... de que algún día lo necesites.

Hayden se cruzó de brazos.

— Mamá me lleva enseñando a pelear desde los siete años. Sé defenderme, tía Freya.

Freya les ordenó a los niños Mikaelson que siguieran probando hechizos antes de sentarse junto a Hayden.

— Sé que sabes pelear, Dina. El problema es que no podrás hacerlo de esa manera frente a un brujo. Porque la única manera de vencer a un brujo, es, o ser mar rápido y matarlo, o contraatacar y ganar.

— La pulsera está en el primer cajón del mueble junto a la ventana, dentro de la caja donde guardo fotografías que hizo la tía Meg. —murmuró Hope.— Es toda tuya.

Freya sonrió, palmeando el hombro de la pelinegra, quien se despidió de ellos con la mano, rumbo a la escuela Salvatore.

. . .

— Será doloroso.

— No me importa.

— Podríais morir.

— Me da igual.

Freya miró a sus dos sobrinos descendientes de su hermano menor.

— Estamos hablando de quitaros una parte fundamental de quienes sois. —hablo seriamente.

— Que según tú, nuestras madres no querían que activaremos. —contra ataco Hope.

— Quería que fuera decisión vuestra,

— Y estamos decidiendo. —dijo el menor.— ¿Para que nos lo dices si no vas a respetar nuestra decisión y no nos vas a apoyar?

— Porque no deberías decidir así, chicos. Escuchad. Se lo que es que te quiten algo en contra de tu voluntad, ¿vale? Para mi fue el tiempo. Me pasé años durmiendo por culpa de mi tía Dahlia mientras el mundo giraba a mi alrededor. —contó.— Créeme, cuando te das cuenta de todo lo que has perdido, te destroza.

— ¡Me da igual! ¡Me da igual perder una parte de mi mismo, porque si no lo hago perderé a otra! No puedo perder a mi madre, tía Freya. —estalló el menor.

— Si así podemos salvar a nuestras madres, queremos hacerlo. —dijo Hope.— Por favor, tía Freya. Coge todo lo que necesitemos y hagámoslo juntos.

. . .

Hope pasó la afilada hoja por la palma de su mano y vertió la sangre que goteaba de ella en un recipiente antes de agarrar la mano de su hermano menor y hacer lo mismo.

— Debe haber un método más fácil. —jadeo Hope tras volverse a abrir una herida.

— Vuestra sangre es la clave. Solo necesito suficiente para bañar la piedra lunar.

Freya sacó la piedra de una caja de madera, la introdujo en el bol lleno de sangre, y la rubia comenzó a recitar.

— Esa palabra. —la detuvo Henrik.— "Marcam" ¿Qué significa? —Freya evito mirarlos.— ¿Marcar?

— La piedra bañada se calienta y se utiliza para marcar al afligido. —explico.

— ¿Marcarnos? ¿Dónde? —preguntó Hope.

— En las palmas de las manos, en las plantas de los pies y en el chakra del tercer ojo. —señaló la frente de Hernik como ejemplo.

Henrik miró a su hermana, aterrado, la cual comenzaba a hiperventilar. ¿Dónde estaba Hayden cuando se la necesitaba?

— Hope, Henrik, escuchadme, no podéis desmayarse ni dejar de respirar, ¿vale?

— ¿Y si lo hacemos? —preguntó el menor.

— Vosotros...no lo hagáis. Si queréis que pare...

— No. Hazlo. —intervino Hope.

— Chicos, yo...

— Hazlo. —pidió esta vez Henrik.

Freya asintió, volviendo a recitar, mientras que con unas pinzas de hierro agarraba la piedra barnizada en sangre. La bruja calentó la piedra poniéndola sobre fuego y volvió donde estaban sus sobrinos.

Henrik vio lo nerviosa y lo rápido que respiraba Hope, por lo que se puso frente a su tía, ofreciéndose a ser el primero.

— No. —negó Hope.— Yo soy la mayor, yo debería...

— Estoy bien, Drea. Así verás que no duele tanto.

Una sonrisa llena tiró de los labios de Hope ante la ternura con la que su hermanito le había hablado, y la valentía que mostraba.

La piedra estaba a escasos milímetros de la frente de Henrik cuando alguien le arrebató las pinzas con la piedra a Freya.

— No dejaré que mi pasado sea vuestro futuro, ¿me habéis entendido? —anunció Klaus.— ¡¿Me habéis entendido?! —repitió con brutalidad.

Agarró a Freya y la alejó de ellos, encarándola.

— Marcel te lo ha contado. —dedujo la rubia.

— No ha hecho falta. Mil años de familia me han enseñado a esperar la traición de los que más quiero. —señaló a sus hijos.— ¿Inhabilitarlos? ¿En serio? —pareció calmarse un poco.— ¿Cuántas veces me has oído maldecir la vergüenza que me dieron nuestros padres?

— ¿Cuántas veces me has oído llorar por haber vivido la vida sin mi madre? —replicó Freya.

— Nosotros no somos vosotros, por si no os habéis dado cuenta. —soltó Henrik enfurecido causando que los adultos lo miraran.— Me da igual si tus padres te hicieron pasar esa vergüenza arrebatándote esa parte de ti, porque para nosotros no significa eso, significa salvar a nuestras madres. Y ya estamos haciendo más de lo que tú has hecho en lo que llevas aquí.

Mientras que el silencio tras el discurso del niño Mikaelson, las plantas del lugar comenzaron a morir.

— Tienes que irte, Klaus. —señaló Henrik.

En contra de lo que su hijo dijo, el rubio se acercó a su descendencia.

— Escuchadme. —pidió.— Esto se acaba ahora. —decreto agarrando el bol de sangre y yéndose a velocidad vampírica.

Eirene's note:

Este cap es corto, pero tratare de actualizar lo antes posible para, finalmente, acabar el fic que llevo escribiendo desde 2022!!!

Este capitulo ha ido enfocado en mi bebe Henrik, el cual merece mas protagonismo porque es una joyita.

Opiniones?

Recordar votar y comentar porfavorr!!

AHORA SI, HORA DE LOS HUMILDES MEMES.

ES POCO PERO ES TRABAJO HUMILDE
AHORA SI, HASTA EL PRÓXIMO CAP!!!!