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66 | the Hollow




Los Mikaelson entraron en lo que antes solía ser su casa, el complejo. Megan observó a su alrededor con una mueca, no parecía muy higiénico siendo sincera.

Todo estaba en ruinas, cosas rotas por el suelo, plantas crecían de las paredes e infinitas cosas más hacían del lugar una pocilga.

— Nuestro hogar... el orgullo familiar. Hoy, albergue para pobres. —dijo Klaus.

— Como caen los poderosos. —destacó Elijah.

Las mellizas se miraron. Hayley sostenía a Hope, al igual que Meg a Henrik, Hayden por su parte se encontraba en brazos de Elijah.

— ¿Dónde está Vincent? —Hayley preguntó.

— Aquí. —el brujo salió de las sombras.— He cumplido mi palabra. Ahora os toca a vosotros cumplir la vuestra.

Los tres adultos dejaron a los niños en el sofá.

— En cuanto haya curado a los niños, debéis salir de la ciudad.

— No pensábamos quedarnos. Tu ciudad ha perdido el encanto. —reprochó Klaus.

— Lo que quiere decir, es que estamos muy agradecidos. —intervino Megan.— Ayúdales y nos iremos.

— Danos lo que necesitamos y nos iremos encantados. —mencionó Elijah acariciando el pelo de su sobrina pelinegra.

Todos se alejaron de ellos, dejando solamente a Vincent frente a los niños. El brujo se sobo las manos antes de comenzar a recitar un hechizo mientras sus manos daban pequeñas palmas.

— Ya está. —informó el moreno dejando de recitar.— Los niños están purificados.

— ¿Mamá? —preguntó Hope.

Ambas madres se arrodillaron frente al sofá donde estaban sus hijos. Megan envolvió a Hayden y Henrik en un abrazo mientras trataba de no llorar del alivio.

— Gracias. —agradeció Klaus.

— La única gratitud que necesito de vosotros es veros abandonar la ciudad. —decreto Vincent.

Meg acarició las cabezas de sus hijos.

— Id a ver al señor gruñón de atrás. Estaba muy preocupado por vosotros. —les confesó divertida.

Hayden tomó la mano de su hermano y caminaron hacia Klaus. Hope se unió a ellos, pero detuvieron su camino de golpe.

Una paloma muerta cayó en el complejo, luego otra, y otra y otra. Los cuerpos de los animales crearon un círculo alrededor de los niños, quienes permanecieron quietos en su lugar.

— ¿Qué es esto? —preguntó Megan a Vincent entrando en el círculo.

— Mami. —la llamo Hayden.— ¿Oyes eso?

Meg negó con la cabeza.

— Son susurros. —indicó Hope.— Dicen un nombre. Una y otra vez.

Cre na han. —musitó Henrik mirando las palomas.

El niño quiso tocar una pero Megan lo apartó de un manotazo.

— ¿Vincent, qué es eso?

— Es un dialecto casi olvidado. —respondió.— Es criollo. Significa "el vacío" —el brujo miró seriamente a la familia.— Se acerca el Vacío.

. . .

Megan bajo las escaleras de complejo suspirando, acababa de dejar a sus hijos en la habitación con Hayley.

— ¿Cómo están?

— Tienen fiebre, pero no sienten dolor. —se acercó a Klaus y Elijah, los cuales recogían las palomas.— Los tres preguntan por ti.

— Pon una excusa. —Meg frunció el ceño.— Prefiero que mis hijos no sepan que he ido a matar brujas.

— No podemos ser imprudentes, Niklaus. —alegó Elijah.

— ¿Cómo quieres que responda? ¿Delegó la seguridad de mis hijos en otro?

— Déjame ver que puedo hacer. —pidió.

— Dejadme a mí a Marcel. —mencionó Meg.— De nosotros tres, es menos probable que me mate a mi al verme. No se a lo que nos enfrentamos, pero es problema de todos.

— ¿Y eso donde me deja a mí exactamente? —cuestiono Klaus.

— Aquí, protegiendo a los niños. —se acercó a el.— No dejes que nada ni nadie se les acerque.

Megan se encaminó hacia la puerta mientras que iba Klaus a las escaleras. Elijah la tomó del brazo.

— Una advertencia. El Marcel que conocías ya no existe, sea lo que sea ahora, no es un aliado.

La híbrida se soltó de su agarre.

— Tendré cuidado, Elijah. No te preocupes.

. . .

Marcel se plantó frente a un numeroso grupo de brujas. Megan lo observo desde lo lejos.

— Atención. —ordenó.— Hemos tenido una tregua de cinco años. No nos hemos metido en asuntos ajenos, cada uno ha ido a lo suyo. Pero ahora, vuestros problemas están convirtiéndose en los míos. —comento.— Alguien está secuestrando niños. Como sabéis, tengo una norma no negociable. Dejamos en paz a los niños. —señaló una pared, la cual tenía un símbolo. Un símbolo que Megan había visto antes dibujado por Hayden.— Habéis visto ese grafiti. Alguien sabe quien es el responsable. ¿Verdad? Dadme un hombre.

— No te debemos nada. —dijo una bruja, la cual tenía a su hija al lado.— No eres amigo de las brujas.

— ¿No confiáis en él? —habló Meg apoyada en la pared, llamando la atención de todos.— Lo entiendo. —camino hacia las brujas.— Pero dos de esos niños son mis hijos, y la otra es mi sobrina. Tiene siete, cinco y cuatro años. Les gusta pintar, coger luciérnagas e inventarse historias. —suspiro mirando a la multitud.— Solo sé que están enfermos. Ahora mismo, no me importa el pasado. Solo soy una madre que pide ayuda.

Los segundos pasaron antes de que la bruja que había rechistado contra Marcel hablara.

— Es una chica llamada Lara. —Meg asintió.— La vi dibujando ese símbolo en su ventana con sangre.

— ¿Dónde puedo encontrar a esa bruja?

La bruja negó con la cabeza levemente.

— No es una bruja. Es de tu especie. Una loba. —confeso.— Huyó al pantano.

Megan murmuró un agradecimiento antes de irse con Marcel siguiéndola.

. . .

— ¿Cómo están? —la preocupación desbordaba en las palabras de Megan.

— Dormidos. —contesto Klaus al otro lado del teléfono.— Freya llegará enseguida y preparará una de sus pócimas medicinales. Dime que tienes respuestas. —suplicó.

— Marcellus y yo tenemos una pista. —contestó.— Una loba que al parecer está metida en el asunto de el Vacío.

— ¿Una loba en asuntos de brujas?

— Es una locura, lo sé. —suspiró.— Quiero hacerle algunas preguntas.

— Al margen de sus excusas o tu lealtad, espero que enseñes a esa traidora el error de su proceder. Pero sobre todo, ten cuidado, bonita.

— No me pasara nada, Niklaus. Deja de ser tan romanticón. —colgó.

Guardó su móvil girándose hacia Marcel.

— No querrá hablar con un vampiro. Iré yo. —informo a hibrida.

— La última vez que me encontré con un matón de el Vacío, intentó matarme. —argumentó el vampiro.

— Si ves que tiene la mano en mi corazón o algo así, plantéate intervenir.

— De acuerdo, pero avisada estas.

La híbrida camino hacia el muelle, la chica estaba al final de todo, de espaldas a Megan, por lo que no podía verla, pero ella sí podía escucharla.

— ¿Lara? Me llamo Megan. No se si...

— Sé quien eres. Megan Marshall. —se dio la vuelta. Megan vio el cuchillo en su mano.— Se porque estás aquí. Has venido por los niños. —parecía arrepentida.— Lo siento. De verdad. No hay nada que hacer. Van a morir.

Megan inhalo y exhalo varias veces tratando de no lanzarse contra la loba.

— No hemos venido a hacerte daño.

— No podéis hacerme más daño del que me he hecho yo. —argumento.— No sabía que iba a pasar esto. No sabia que iban a involucrar niños,

— Tranquila, solo... dime quiénes son.

— Los que sirven a el vacío, los seguidores de la luz azul. Pensaba que hacíamos algo bueno. Tratábamos de recuperar la ciudad.

— ¿Recuperarla de quien?

Lara camino hacia Megan con el cuchillo alzado hacia Marcel.

— De él. De los vampiros. —dijo mirando a Marcel.— Hemos guardado silencio durante cinco años, viendo cómo gobernabas la ciudad como si fuera tuya.

— He pasado cinco años manteniendo la paz... —el vampiro alzó la voz.

— No es tu ciudad para que la gobiernes. —le gritó Lara.— Nueva Orleans es de todos nosotros. Y el Vacío nos ofreció el poder que necesitábamos si le prometíamos lealtad.

— Pero, Lara, eres una Media Luna. —intentó razonar Meg.— Esta la manada, no necesitas ese culto.

— Tú te fuiste. Elegiste a los Originales antes que a los tuyos. —la hibrida bajo la cabeza.— ¿No lo ves? Nuestra manada no significa nada. Tú no significas nada.

— Tienes razón. No estuve ahí. —aceptó abatida.— Pero ahora tengo dos hijos. Y son parte de esos niños. De esos niños que están en peligro. Así que, por favor, ayúdanos a salvarlos.

Lara río de manera histérica, causando desconcierto en los otros dos presentes.

— No podéis salvaros. El Vacío quiere poder, el que se obtiene de los sacrificios. —explicó.— Esos niños morirán para que pueda hacerse más fuerte. Y se alimentara, se alzara, y nos postraremos hacia el. —Lara se detuvo cerca de Megan.— La gran bestia. —miró a Marcel.— Hasta tu.

Meg lo miró por encima de su hombro.

— Lo único que me consuela es que no estaré aquí para verlo. —acto seguido Lara se clavó el cuchillo en el cuello.

Megan jadeo atrayéndola a sus brazos mientras se arrodillaba en el suelo.

. . .

Meg y Marcel caminaron a paso rápido, a lo lejos podían ver a Vincent junto a Elijah y Klaus.

— Genial, reunión familiar. —celebro la única mujer con ironía.— Ya veo que dejamos los abrazos y saludos para otro momento. —miró al brujo.— Vincent.

— El rastro lleva por aquí, seguiremos las migas de pan.

— Salvajes insensibles en una fiesta de fantasmas. Será mejor cortar por lo sano. Yo propongo...

— Nos dividiremos. —interrumpió Marcel.— Klaus, tú conmigo. No te perderé de vista.

— Y yo que pensaba que hacíamos buen equipo. —murmuró Megan caminando hacia Elijah.— Pero parece ser que te gusta más mi marido que a mi.

. . .

— Vincent, hay algo que no entiendo. —el nombrado miro a la hibrida, quién hablaba.— Hayden no es bruja, ¿cómo y porque la están utilizando?

— Las leyes de la naturaleza son muy complejas, pero como ya sabes, a veces se crean lagunas, y ese es el caso de tu hija. —comenzó a explicar.— Fue gestada mientras una medición recaia en ti y en tu manada, podría decirse que Hayden contiene magia. No puede utilizarla, pero si pueden canalizarla y eso es lo que el Vacío está haciendo con ella.

— ¿Está drenando su magia?

— Algo así básicamente. —murmuró.— También el hecho de que sea hija de dos híbridos unificados con un ritual antiguo ha desencadenado que puedan canalizarla. Como ya he dicho, la naturaleza tiene lagunas.

Los tres se quedaron en silencio durante un rato.

— ¿Conocías a esa chica? —preguntó Elijah tras un tiempo caminando.

— Si. Pero lo que sea que hemos visto hoy no era ella. —contestó.— Dijo algo de una luz azul.

— Es el fifole. —habló Vincent.— Según la leyenda, puede presentarse un espíritu en una brillante bola de luz azul.

— Estupendo. ¿Cómo lo matamos?

— Pronto lo averiguaremos. —respondió Vincent a Elijah.

. . .

La oscuridad los había alcanzado, al igual que la noche. Los tres cuidaron sus pasó al ver algo extraño a lo lejos, algo que no era normal.

— ¿Listo para mostrar tu lealtad al Vacío? —preguntó alguien.

Megan, Elijah y Vincent se escondieron tras una multitud de plantas, para asi observar lo que pasaba. Los tres se miraron.

En el centro había una especie de tarima de madera, donde cuatro cuerpos estaban envueltos en una sábana blanca. Habían brujos alrededor, también estaba el amigo de Vincent, que se había cambiado de bando.

— Sé lo que tengo que hacer. No tengo miedo. —habló el amigo de Vincent.

— Empecemos. —ordenó el brujo sacando un cuchillo.

Los tres jadearon cuando de pronto una rama se clavó en el pecho del brujo que anteriormente había hablado. Los brujos se pusieron alerta, y ese fue el momento en el que los vieron.

Klaus, Marcel y Elijah comenzaron a atacar a cada brujo con el que se cruzaban, mientras que Megan y Vincent iban a por los niños. Megan corrió con uno en los brazos, y con suma delicadeza lo dejó en el suelo en una parte alejada de ahí, donde ya estaban otros dos que habían.

Elijah se encontraba a su lado y Vincent acababa de llegar con otro niño en brazos. Megan miro a su alrededor en busca de Klaus, el cual vio que seguía donde estaba el ritual.

El híbrido, ignorando a Vincent, mató al amigo policía, Will. Un círculo de fuego se alzó, dejando en medio a Marcel y Klaus, quienes cayeron de rodillas. Elijah trato de entrar pero no pudo.

— Lo hemos entendido mal. —habló Vincent.— Querían que viniéramos.

— ¿Por qué? —interrogó el de traje.

— Quieren canalizar vuestro poder y anclar al Vacío al mundo de los vivos.

— ¡¿Qué hacemos, Vincent?! —cuestionó Megan presa del pánico.

Vincent se acercó a uno de los niños.

— Bien, están vivos, pero estos niños están ligados al ritual. No podemos liberar a Marcel y Klaus si no rompemos el hechizo.

— ¿Cómo detenemos esto? —preguntó Elijah.

— No lo sé. —confeso.— Es un ritual de sacrificio. Solo puedo romperlo matando a un niño.

— No, tiene que haber otra manera. —dijo Meg.

Vincent se quedó en silencio.

— Estos niños son el motor del ritual, pero podría haber una fisura si lo vinculo contigo. —señaló a Elijah.

— ¿Sugieres matarme?

— Sugiero que te clavemos una estaca. Morirás temporalmente. Y eso debería bastar para romper el hechizo.

Elijah se acercó al brujo, quien tomó una mano de un niño y la de Elijah, e inmediatamente comenzó a musitar un hechizo. Megan por su parte se acercó a un árbol y rompió una rama, quedándose con ella.

La castaña se posicionó frente a Elijah, esperando el momento en el que Vincent le indicara que debía clavarle el palo al vampiro.

— ¡Megan, ahora! —exclamó el brujo.

Meg hizo lo que debía y Elijah cayó en sus brazos muerto.

— ¿Ha funcionado?

— Si. —Vincent asintió hacia Megan.

La híbrida le quitó el palo del pecho a Elijah. Unos pasos cerca suyo hizo que girara la cabeza, a unos metros de ella venían de camino Klaus y Marcel, sanos y salvos.

. . .

Megan se encontraba en la parte de arriba de la iglesia, observando cómo las familias abrazaban a sus hijos, quienes estaban, finalmente, fuera de peligro.

— ¿Echando un último vistazo? —la voz de Marcel la sacó de sus pensamientos.

— Este sitio. Esta ciudad. Aquí han pasado muchas tragedias. Cosas de las que me arrepiento... pero Hayden nació aquí, como Hope, así que algo bueno salió de todo aquello. —se acercó a el.— Después de todo lo que ha pasado, la ciudad es tuya. Espero que te traiga paz. Te enviaré postales desde donde este. —bromeó con una sonrisa.— Adiós, Marcel.

Megan pasó por su lado.

— Hazme un favor. —la castaña se detuvo, volviendo a mirarlo con el ceño fruncido.— Dile a tus hijos que no tienen que tenerme miedo. No hay razón.

. . .

Megan camino hacia Klaus con una sonrisa, él se encontraba de espaldas a ella.

— ¿Sabes lo que me ha costado dormir a nuestro hijo gracias a que tu le has dado buñuelos a esta hora? Casi le salía azúcar por las orejas. —rompió el silencio ella.

Meg puso una mano sobre el hombro del híbrido, quien se giró lentamente. La castaña deseo no haber visto bien, pero los ojos de su pareja brillaban en un fuerte color azul.

La híbrida se incorporó en la cama, jadeante. Cerró los ojos tratando de normalizar su respiración. Solo había sido un sueño, bueno, más bien una pesadilla.

— ¿Mamá? —Hayden entró en su habitación con cara de miedo.— Está aquí. El Vacío esta aquí.














Eirene's note:

Ayyy que Meg ha llamado "mi marido" al perro con pulgaaaassssss

Creo que este ha sido uno de los caps que mas me ha costado escribir, pero aquí esta.

Btw, hay un nuevo fic en mi perfil, esta situado en la temporada tres de ha y es con el sabroso Jeremy Gilbert, pasaos a verlooo

Ah, y pronto publicare un fic con Elijah porque no me he podido resistir a sus encantos

Opiniones? Teorías? Cosas que querais ver?

Hasta el próximo cappp!!

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