
53 | tulips
Hayley entró al despacho, donde ya se encontraban Megan y Elijah. En esos momentos Klaus estaba negociando con Camille, quien ahora tenía en su posesión el arma que podía matar a los originales.
Dicho arma era un caballo hecho por Klaus y de roble blanco, el cual era un antiguo juguete de Hope, y que anteriormente había pertenecido a Rebekah.
— Vale, ¿cuál es el plan?
— Mi plan tiene un paso, encontrar y matar a Camille. Bueno, en realidad son dos, pero sigue siendo igual de fácil. —hablo Megan.
Ya no quedaba rastro de la antigua Cami, ahora solo estaba su nueva versión. Y a nadie le agradaba como era ahora, o bueno, a Megan no le agradaba como era ahora.
— Niklaus puede manejar a Camille.
La menor suspiro.
— Confío ciegamente en Klaus, pero no puedo quedarme aquí esperando, Elijah. No estoy dispuesta a perder a más gente que quiero.
— Meg, nadie va a morir.
Megan prefirió no decir nada, simplemente apartó la mirada.
— Hasta que Niklaus vuelva, distraeré a Aya.
— ¿Por qué no la matas? —preguntó Hayley.
— Tuvimos una historia.
— Demonios, Elijah. —bufó Meg.— ¿En serio tuviste un lío con ella?
Eso último lo preguntaba más que nada por su hermana. Desde su lugar Megan podía escuchar las cientos de preguntas que Hayley quería hacerle a Elijah sobre el tema, pero no podía. Para la suerte de la mayor, Meg sí.
— Aya tenía una inteligencia imponente con una curiosidad insaciable. Era apasionada, valiente y, de algún modo, algo marginada. —miro solamente a Hayley.— Hace mucho, invite a unirse a una compañía bastante selectiva. Determine que estaba hecha para soportar la responsabilidad de una vida inmortal. La hice como yo.
— Fue una de los primeros Strix. —Hayley suspiró.
— Cuidábamos los unos de los otros. —se acercó a ella.— Juntos creamos una hermandad libre de la carga de los límites humanos. Buscábamos un nuevo mundo glorioso. Y entonces padre... —se sentó junto a Megan.— Dirigido por un deseo insaciable de matar a sus hijos, Mikael descendió. Acompañado por un ejército pequeño, destruyó lo que yo había construido. No tuvimos otra opción que escapar. Aya se negó. —sonrió levemente. Megan frunció el ceño.— Entonces, cuando Tristan la encontró, la rescató. Ella, por supuesto, lo vio como una especie de salvador. Y más tarde, bajo su dirección corrida, hicieron la Strix de hoy: un grupo de depravados ignorantes. —suspiro.— Y ella nunca me lo ha perdonado. Y tampoco creo haberme perdonado a mi mismo.
— No tienes nada de lo que culparte, Elijah. Siendo realistas, ella nunca podría haber entendido a la clase de peligro que te exponías si te quedabas. Y el hecho de que no te lo perdone solo la hace más egoísta de lo que ya es. —dijo Megan.— En mi opinión, solo hay cientos de razones para matarla.
. . .
Megan subió las escaleras a velocidad vampírica, dispuesta a gritarle a la persona que estaba haciendo tanto ruido que no dejaba dormir a Hope y Hayden.
— ¡Eh! —llamó la atención de Klaus, quien rebuscaba insistentemente en las cajas de los objetos oscuros de Cami.— ¿Puedes dejar de hacer tanto ruido? Las niñas se acaban de dormir. —soltó molesta.
— Lo siento. ¿La traición de mi terapeuta ha causado molestias a tu día apacible?
— Me da igual tu mal humor, pero a mi no me hablas así. —demandó.— Tanto Hope como Hayden están sensibles. Hope parece buscar a alguien con la mirada y Hayden apenas puede dormir porque no siente la presencia de su padre. —contó duramente.— Y lo único que calma a Hope es su juguete favorito, que Cami robó para vengarse de ti. Así que, si las despiertas con todo este ruido, te juro que Camille será el menor de tus problemas.
— Me duele que las niñas estén tristes. Lo añadiré a la larga lista de quejas que estoy sumando.
Megan suspiró, tratando de controlarse.
— Se que estas enfadado con Cami, Klaus. Pero ambos sabemos que no está en su sano juicio, si fuera así, te aseguro que ya la hubiera matado.
— Camille parece bastante lúcida escondida detrás del hechizo de barrera en la ciudad de los muertos mientras se mofa de mí con lo que puede eliminarme.
Megan rodó los ojos. Sabía de primera mano la frustración que causaba en Klaus el hecho de no tener el control, de que alguien pudiera mangonear, y sobre todo el hecho de estar en peligro constantemente.
— No voy a pelearme contigo, es una pérdida de tiempo. —murmuró antes de irse.
. . .
La híbrida contemplaba en silencio unos hermosos tulipanes, los cuales ella cuidaba, pero que estaban cerca del bosque. Megan no se movió cuando escuchó pasos detrás suyo, tampoco se movió cuando olió el aroma de Klaus.
— ¿Vienes a presentar tus respetos?
Klaus se sentó a su lado.
— Es fácil hablar bien de Mattia. Era un buen hombre. —confeso.— Aunque es un poco peculiar, ¿no? Enterrar su corazón debajo de unos tulipanes.
— En nuestra primera cita, me regaló tulipanes. —Meg sonrió al recordarlo.— Pensé que sería... no se, realmente ni lo pensé, siendo sinceros. Solo quería que Hayden tuviera un sitio donde pudiera visitarlo. No quiero que se olvide de lo mucho que la quería.
Klaus bajo la mirada.
— Siento mucho tu pérdida.
— Todo el mundo lo siente. Creo que honestamente, la gente piensa que eso te hace sentir mejor, que lo sientan, que te tengan lastima. Pero eso no cambia nada, ¿verdad?
— Quizá no. —murmuro.— Dicen que el tiempo cura las heridas, pero esa no ha sido mi experiencia. Me pregunto si mantenerte ocupada podría ayudarte a olvidar tu dolor.
La castaña suspiro mirándolo.
— ¿Qué tienes en mente?
— Aurora aún anda suelta, sin duda planeando su venganza. Uso a Camille para llegar a mi. Tal vez lo vuelva a hacer. Y Cami es bastante vulnerable. —contó.— Me gustaría proporcionarle algo de seguridad.
Los hechos habían cambiado bastante en las últimas horas. El caballo ya no estaba en manos de Camille porque una bruja que trabajaba con los Strix lo robó. Plot twist, la chica no trabajaba para la asociación de vampiros engreídos que Elijah había creado, sino para la lunática de Aurora de Martel.
— ¿No es ese tu trabajo?
— No. Ya no.
Megan observó como Klaus apartaba la mirada, en sus ojos algo se ocultaba. Miedo. Klaus tenía miedo de perder a más gente. A Camille en concreto, quien se había convertido en una buena amiga para él.
— Lo haré. —accedió la chica.
Klaus le sonrió con agradecimiento.
. . .
Megan entró al piso de Camille como si de su casa se tratara.
— El timbre de abajo está roto. —comentó la menor.
— Se me olvida hechizar al dueño para que lo arregle. La próxima vez, escríbeme. Podrías resultar herida si sorprendes a alguien con tantos objetos oscuros.
— ¿Ha valido la pena? ¿Arriesgar la vida de cada vampiro existente por tu berrinche de niña malcriada?
— Pensaba que venías por cortesía. —paso por su lado.
— He venido para hacer un acto de caridad, siendo sinceras. Últimamente no eres tu, Camille, y en los momentos más cuerdos que has tenido, has puesto en peligro a gente que me importa.
— Pensaba que había demostrado mi valía. Arriesgue lo que me quedaba de vida para salvarte. Y puede que quizás necesite un poco de espacio para lidiar con esto, no sé, esto de estar muerta, beber sangre, vivir para siempre. —la rubia caminó con furia hacia la híbrida.— Si has venido a sermonear, ahórratelo. Llevo semanas haciéndolo yo.
Megan miró a su alrededor con desinterés.
— Tienes razón. —admitió. La castaña cogió una chaqueta de la silla.— ¿Este es tu abrigo? —Camille asintió.— Perfecto. No necesitas un sermón, pero si voy a llevarte a clases.
. . .
— ¿Así que estas son las clases que quieres darme? —preguntó Camille.
Las mujeres se encontraban en la iglesia, que desde hacía tiempo era un gimnasio.
— Se acerca una lucha, Cami. Es lo que dice la profecía. —hablo Meg.— Y no serás muy útil al equipo local si te quedas parada con un puñado de antigüedades.
La rubia se rió antes de meter la mano en su bolso y sacar una caja.
— ¿Ves esto? Paralizara a cualquiera que intente tocarme.
— Genial. Pero ¿luego que? Tienes que aprender a defenderte.
— Todo el mundo sabe que un vampiro nuevo es casi inútil. Hasta Josh podría dejarme en evidencia. —dijo guardando el artefacto.— Los necesito.
— Cami, no te estoy diciendo que los tires. —la madre miró a su alrededor.— Esto antes era una iglesia, ¿verdad? Y luego fue clausurada. Si Marcel no hubiera visto las posibilidades, alguien la habría derribado y convertido en una tienda de ropa. —deambulo mientras hablaba.— Sigue siendo una iglesia. Pero también es algo más. —Camille la escuchó con atención.— Soy una hibrida, pero también soy madre. Y viuda. Y una alfa. —relato.— Tu eres psicóloga. Y camarera. Y, si, tienes un legado familiar increíble que viene con un montón de juguetitos, pero... Si no aceptas el hecho de que ahora también eres un vampiro, acabarás muerta. Y esta vez de verdad.
La rubia se mantuvo unos segundos en silencio.
— No estoy acostumbrada a ser la que recibe buenos consejos.
— Me has pillado de buen humor.
— Entonces, ¿qué?
— Vamos a entrar a ese ring y vas a intentar pegarme. —decretó Megan.
. . .
Cami, por primera vez, había logrado darle un golpe a Megan, quien rio.
— Sigue así y quizás puedas ponérselo difícil a Josh. —bromeó.
— Meg, no seas mala. —dijo una voz entrando a la iglesia.
— Haly, ¿has venido a ver el espectáculo?
Hayley rodó los ojos. Camille suspiro.
— Oye. Gracias por haber venido a verme.
— No te pongas sensiblera conmigo. Eres camarera. Agradécemelo con una cerveza.
— Trato hecho. —Cami rio.
El móvil de Megan comenzó a sonar, por lo que fue hacia su chaqueta a cogerlo.
— Hola, solecito.
— Megan, escúchame. —pidió Davina. Las brujas de Aya van a matar a Hayley.
— ¿Qué? —fue lo único que alcanzó Meg a decir.
Las puertas de la iglesia se abrieron estruendosamente, dejando ver a las brujas de los Strix entrando. Megan miró a su hermana, dándose cuenta que había escuchado la llamada, por lo que sabía que hacían ahí las brujas.
— Vete de aquí. Ahora mismo. —ordenó la menor a la rubia.
Una de las brujas levantó la mano, mandando a Hayley a volar. El siguiente golpe fue para Megan, quien estaba a un par de metros de ellas y pretendía matarlas.
Las hermanas trataron de levantarse, pero ninguna de las brujas se lo permitió.
Camille corrió hacia su bolso mientras las brujas caminaban hacia las castañas, quienes seguían en el suelo, inmóviles. La rubia dejó la caja que había enseñado a Megan antes en el suelo, y un segundo después un par de brujas estaban paralizadas.
La menor se levantó, dispuesta a darle una paliza a las brujas restantes para así darle ventaja a su hermana. Tras decapitar a una con una cuerda, las brujas le causaron dolor a Camille.
Eso no les bastó. Megan y Hayley gritaron, la menor bajó la vista a su pecho, viendo como su camiseta se teñía de su sangre y sintiendo como las brujas trataban de sacarle el corazón, tanto a ella como a su hermana.
Megan cayó al suelo a la par que su hermana. Las brujas les estaban rompiendo los huesos. Contra lo que su cuerpo le pedía, Meg trató de levantarse, pero tuvo que volverse a encoger.
— ¿Queréis mi corazón? ¡Venid a por él! —escuchó que decía su hermana.
Por alguna razón extraña, las brujas chillaron antes de caer desmayadas en el suelo. Megan se deslizó gateando por el suelo hacia su hermana, y aun, jadeante, la abrazó con fuerza.
— Yo valoro tu corazón más que esas perras. —bromeó.
Aya entró con rapidez a la iglesia. Hayley y Megan se levantaron.
— Ya decía yo que olía a arrogancia. —dijo la mayor.
— Creo que querías decir "confianza"
— Mejor dicho, a cadáver en descomposición. —Megan trató de ir a por ella pero Hayley la detuvo.
— Entiendo que la gente sin estudios no entienda ni el significado de las palabras.
Las hermanas rodaron los ojos simultáneamente.
— ¿Me quieres decir por qué quieren tus drones ciegas mi corazón? —Hayley se cruzó de brazos.
— No es nada personal. Solo valoro mi vida por encima de la tuya.
Sin más, Aya atacó a Hayley, pero Megan impidió que la tocara. La pelea era buena, eran dos híbridas contra una vampira de más de 500 años. Ellas tenían más fuerza, pero Aya tenía técnicas de batalla y astucia.
Tras un golpe, Aya dejó inconsciente a Hayley y se encaminó hacia Megan con quien pretendía hacer lo mismo pero alguien la detuvo. La castaña sonrió al ver a Marcel.
La híbrida observó como Marcel peleaba con Aya, mientras que ella cogía el cuerpo el cuerpo de Hayley y se lo ponía en el regazo. Tras una mirada hacia las hermanas, la vampira se marchó.
— Gracias. —murmuró Megan.
— Te lo dije hace unos años, Meg, tienes mi lealtad.
Megan sonrió.
— Añoro aquellos tiempos. —murmuro.— Pero ahora, me vas a explicar porque la loca esa ha intentado quitarle el corazón a mi hermana y porque la que es como nuestra hija está en una secta.
. . .
— Los Strix vendrán a por ti en cualquier momento.
— Que vengan. No seré un blanco fácil. Aunque les seria mas fácil encontrar una alternativa. —dijo Hayley.
— A no ser que ya la tengan. —susurró Elijah mirando a Meg.
— Mattia. —murmuró comprendiendo todo.— Cuando nos casamos, no solo nos casó, sino que también hizo su corazón un reflejo del mío. Un híbrido sin haber consumido sangre de ningún original, justo como Hayley.
Los Mikaelson se mantuvieron en silencio.
— Tenemos que desenterrarlo. —dijo Klaus.
— Klaus. —dijo Hayley como advertencia.
— La bala de Aurora casi mato a Elijah. Cuando vuelva, y lo hará, prefiero que los vampiros de Nueva Orleans se vean obligados a protegernos y solo lo harán si nuestras vidas siguen vinculadas a las suyas. —determinó antes de pasar por su lado.
— Niklaus tiene razón. El vínculo debe permanecer intacto.—dijo Elijah.
— Lo sé, pero me estáis arrebatando lo único que me queda de él y a Klaus no ha parecido importarle lo más mínimo.
. . .
Megan observó con lágrimas en los ojos el agujero donde debería estar el corazón de su marido y los tulipanes rotos alrededor.
— ¿Quién robaría su corazón? —cuestionó mirando a su hermana mayor.— Era lo único que me quedaba de él, Haly.
— Encontraremos a quien ha hecho esto. —prometió Elijah.
— Y se lo devolveremos multiplicado por diez. —dictaminó Klaus.
Eirene's note:
Tras dos semanas, he podido actualizar!!!!
¿Qué os ha parecido?
Pobre Meg, la amo tanto :(
ADIOSSSSSSSSSSSSSSSS
besitos en los pies
EIRENEEVANS - 29/05/2023
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