Megan entró a la habitación donde se encontraban Elijah y Freya con Hayden en sus brazos.
— No creo que este sitio sea una buena guardería. —murmuró Elijah mirando de reojo a Tristan, quien estaba inconsciente y atado a una silla.
— He recibido tu mensaje y he venido, deja de quejarte Elijah. —espeto malhumorada Megan. Después suspiró.— Lo siento. Mattia se ha ido de casa, no se cuando volverá, o si lo hará.
— Meg... —intentó decir Freya.
— No quiero hablar del tema, quiero hacer sufrir a ese malnacido. —miro a Tristan fijamente.— Así que, decidme, ¿quién se queda con vuestra preciosa sobrina?
Freya sonrió.
— Ven aquí, pequeña. —Freya la cogió antes de salir de la habitación.
Elijah se hizo a un lado.
— Que aproveche.
Meg le sonrió antes de morder el cuello de Tristan, haciendo que del dolor este se despertase gritando.
. . .
Megan se retorció en el suelo junto a un gemido de dolor.
— Vaya, has tardado menos de lo que pensaba. —dijo una voz que Megan detestaba.— Ventajas de ser un híbrido, ¿no?
Megan se intentó incorporar, dándose cuenta en el acto de que estaba encadenada por varias cadenas, y de que estaba muy débil.
— Me has secuestrado, maldita psicópata.
— No te sientas tan importante, también la he secuestrado a ella. —señaló a Cami.
— Aurora, secuestrar está mal. ¿No te lo ha dicho tu psiquiatra? —dijo Meg como si le hablara a un niño.
Aurora la ignoro.
— Dime, ¿no es aquí donde nació tu sobrina?
— Si ya lo sabes para qué quieres que te lo diga. —masculló molesta.
— Eso quiere decir que aquí es donde te mataron las brujas, bueno, a ti y a tu hermana.
— ¡10 puntos para la secuestradora!
Meg frunció el ceño cuando Aurora río.
— Esta iglesia no ha traído mucha suerte a tu familia, ¿no?
— Has estado investigando por lo que veo.
— Aja. —asintió.— También se que fue aquí donde Marcel te dejo de bebe, y que fue el padre Kieran, el tío de Camille, quien se encargó de conseguirte a ti y a tu hermana una familia. —relato.— Aunque no salió muy bien según tengo entendido.
— ¿Qué pretendes con esto? —murmuró frustrada la hibrida.
— Nik se preocupa por muy poca gente, así que te busque. Internet es una maravilla y las personas hablan mucho.
— Es triste que apenas te enteres de eso.
— El caso es, que me entere de todo tu pasado. La hermana loba se acuesta con el gran híbrido y se queda embarazada de un bebe milagro. ¡Alucinante!
— ¿Qué pretendes con esto? —repitió la castaña.
— Estoy buscando similitudes entre nosotras. —se sentó en la banca que estaba enfrente suyo.— Nik ha estado obsesionado conmigo durante siglos, y ahora esta colado por ti.
— Que te puedo decir, soy encantadora.
— Estoy hablando en serio, Megan.
— Yo también, Aurora.
La pelirroja bufó, Meg sonrió.
— ¿En qué crees que coincidimos tú y yo? ¿En que nuestros hermanos siempre nos tratan de tontos? La tuya no creyó que eras capaz de liderar a una manada, y el mío.... —suspiro.— Yo le quiero, pero puede ser un poco bobo a veces. ¿Sabías que le gusta encerrarme cada cierto tiempo esperando que me cure de mis predisposiciones más excéntricas? —pregunto mirando a Camille.— Gracias a él he sufrido baños de hielo, desangres de la melancolía y cinco, no, seis exorcismos. Y mi último diagnóstico es el trastorno bipolar. Me imagino que con tus credenciales, sabrás lo que es.
— Ha habido grandes avances en...
— ¡Cállate, Cami! No quiero que me trate con condescendencia alguien que acaba de sacarse el título.
Aurora se levantó de la banca y se agacho frente a Megan.
— Háblame de ti. —pidio.— Empezando por lo que sientes por Nik. Y ten en cuenta que me obsesiona la sinceridad.
. . .
Megan se acomodo mejor en el suelo.
— Ya te lo he dicho, no siento nada por Klaus. —repitió por quinta vez.
— Y yo te repito que no me lo creo. —bufo.— Vamos, solo hace falta miraros a los dos para saber que hay química entre vosotros.
— También se puede tener química pero en forma de amistad por si no lo sabías. —se cruzó de brazos.— Sino, ¿Por qué no le preguntas a tu novio?
— ¿Estás celosa? —se burló.— Parece que sí, y aun así, Nik y tu no sois amantes.
— Estoy casada, y tengo una hija.
— Se puede amar a dos hombres a la vez, aunque tu corazón no lo desee.
— Estoy completamente segura de que al único hombre que quiero es a mi marido.
— No es a mi a quien deberías aclararle eso, querida. —ladeo la cabeza.— Entonces... no estáis enrollados románticamente, pero el te importa y tú le importas.
Megan sonrió, Aurora estaba muy tranquila, y la castaña estaba dispuesta a darle drama a la situación.
— Actualmente no, pero si hubo un tiempo en el que estuvimos... como decirlo sutilmente... —actuó desinteresada.— Si le hubiera pedido la luna, Klaus me la había bajado sin rechistar. Ya me entiendes...
Vamos, para agregar drama e desestabilizar a Aurora había que exagerar a niveles sobrenaturales.
— Pensándolo, creo que de ahí viene la química de la que hablabas antes. Supongo que tener un pasado con Klaus ha hecho que le importe bastante. —sonrió como si no pasara nada. Aurora la miraba con mala cara.— Lo siento, ¿he dicho algo malo? Pensaba que querías que fuera sincera.
Aurora frunció el ceño.
— ¿Estás preocupada? —pregunto con falsa preocupación.— Si hay algo que a Klaus le gusta de mi, es mi honestidad, le digo lo que no quiere oír. ¿Y tú? Eres guapa y poderosa, y tenéis una larga historia juntos, pero te preocupa que no te quiera, que haya visto la verdad: que tu mente está...dañada, ¿verdad?
El golpe de Aurora a Megan resonó por toda la iglesia.
— Vale. Ya basta. Ahora...hablemos de ti, ¿vale? —la cogió del cuello.— Dime tu secreto más profundo y oscuro, y si me doy cuenta de que ocultas algo... Bueno, puede que no vivas lo suficiente para que Nik llegue aquí.
. . .
— ¿Por qué está Camí aquí? —preguntó Megan.
— Oh, si, la humana era mi primera opción para hacer venir a Nik, dado que es lo más próximo a una mejor amiga que tiene mi amorcito. —respondió sin pensarlo dos veces.— A Nik le importa la camarera, por lo que los hombres que están aquí tirados —señaló los cuerpos de múltiples hombres.— estan en transición, y pretendo, ya sabes, utilizar a Cami si las cosas no salen bien.
Sonrío a la rubia.
— Fue una verdadera alegría cuando me crucé contigo esta mañana, Megan. Creo que fue el destino. —reflexiono.— En casa de Lucien habían cientos de objetos de magia oscura, por si te preguntas porque te sientes tan débil, he utilizado uno contigo. Simplemente te absorbe las fuerzas y el poder durante un tiempo ilimitado, nada muy cruel.
— Fantástico.
— ¡A que sí! —chillo emocionada.— Estoy ansiosa de que llegue Nik.
. . .
— ¿No te lo volveré a preguntar. ¡¿Cual es tu mayor deshonra?! ¡Confiésala!
Megan se estiró completamente en el suelo.
— Y no te molestes en mentir, porque lo sabré, y después acabaré contigo.
Megan suspiró.
— Mate a mi novio, Dean, a los 16 años, fue con él con quien rompí la maldición. ¿Contenta? —confeso.
— Sigue, esto promete.
— Estábamos en una fiesta, estaba bailando junto a unos amigos cuando Dean me agarró con fuerza del brazo y tiró de mí hacia una parte del bosque, él iba bastante borracho, lo olí al instante. Me comenzó a gritar, estaba fuera de control por lo que retrocedí, pero eso solo causó que se acercara a mí con rapidez. Lo empuje cuando me quiso arrinconar contra un árbol, pero por mi mala suerte Dean se tropezó con una rama y al caer al suelo se dio en la cabeza con una piedra.
— Continua. —pidió la pelirroja en voz baja.
— Me arrodille a su lado con miedo, pero la cabeza me comenzó a doler y los colmillos me salieron. —suspiro.— Me levanté y me fui de ahí sin mirar atrás.
— No te arrepientes de ello, te arrepientes de matar a la persona incorrecta.
— Nunca dije que fuera una santa. —Megan se cruzó de brazos.
— Ya veo porque Nik está tan pillado por ti. —admitió.— El problema es que mi creciente respeto por ti se ve superado por unos celos un tanto infantiles, así que supongo que hemos llegado a lo inevitable. ¿Verdad, amor mío?
Klaus camino hacia ellas, apareciendo en escena.
— Detén este juego. —ordeno.
— No es un juego, Nik. Es una intervención. —corrigió Aurora.— Corres peligro de perder al amor de tu vida. —Megan no sabia a quien se refería.— A mi. —aclaro.— Al fin juntos después de tanto tiempo separados, con todo el mundo ante nosotros. Solo necesitamos superar ciertos obstáculos, como esa molesta profecía, el confinamiento de mi hermano, la insufrible influencia de Elijah. —Meg gruño ante lo último dicho.— Pero lo que no puedo superar es tu afecto por otra mujer. He esperado mucho tiempo como para compartirlo ahora. Llámame celosa.
— Recuerdo perfectamente el alcance de tus celos, pero me sorprende que se extiendan a la hermanita irrelevante de Hayley. Aurora, no creerás que significa algo más para mi.
— Pues lo creo, Nik. Lo veo. —hablo con determinación.— Veo el miedo en tus ojos. ¿La amas?
— ¿Crees que amaría a una persona como ella?
— Quizá.
— Aurora, ella solo fue una aventura de una noche, o dos, nada relevante. Simplemente quería saber si podía tenerla, si era tan estúpida como para caer en mis engaños. Solo la use para divertirme. —rio.— Yo te amo a ti.
Megan apartó la mirada, con el estómago revuelto y un sentimiento amargo en el pecho. ¿Por qué demonios simplemente no le partían el cuello? ¿Por qué era indulgente con Aurora?
— Me alegra que lo reconozcas. —se acercó a Megan y le traspasó el pecho con la mano.— Quería que Megan lo escuchara antes de arrancarle el corazón.
Megan jadeo sintiendo el dolor extenderse con rapidez por su cuerpo. Vaya que el artefacto de magia oscura había funcionado, se sentía débil, humana.
— Sinceramente, Aurora, estas pequeñas exhibiciones son dignas de ti. Esta salvaje búsqueda del tesoro, amenazas contra personas inocentes...No te favorecen en absoluto. Los celos son más cosa mía.
Aurora bufo.
— Como si no tuviera motivos.
— ¿Porqué deberías tenerlos? Megan no es rival para ti. —aseguró.— Tus miedos son ridículos.
— Nik, no tengo ninguna duda de que me amas. Pero me duele saber que puedes rebajarse a esta distracción, sobre todo cuando no es más que una diabólica mentira. —miró a Megan.— Te sentiste atraído por ella creyendo erróneamente que es honesta. Te dice lo que no quieres oír, pero ella no es el rayo de sol que crees que es.
Si Megan pudiera rodar los ojos en esos momentos, lo haría.
— No. Hay oscuridad en ella. ¿Por qué sino iba a atraerle la oscuridad? ¿Por qué sino le atraerás tú? —hablo mientras reflexionaba.— Mira, puede que tenga defectos, pero al menos no soy falsa, mientras que Megan... solo es una ilusión. —estrujo el corazón de Meg.
Megan comenzó a chillar del dolor.
— Aurora... —intentó intervenir Klaus.
Megan cogió aire antes de impulsarse hacia atrás y liberarse del agarre de Aurora. Klaus aprovechó para agarrar a Aurora y a velocidad vampírica llevársela de ahí.
La híbrida se tumbó en el suelo tratando de respirar cuando una mano se posó sobre su hombro, como reflejo estampo a la persona contra el ring.
— Oh por dios, Cami lo siento. —murmuro Megan al ser consciente.
La rubia se tocó la frente.
— No te preocupes, solo es un poco de sangre.
Las mujeres prestaron atención a un vampiro en transición el cual se acababa de despertar y miraba fijamente a Cami.
— Cami, ponte detrás mío. —ordenó Meg.
El vampiro camino hacia ellas.
— Soy una hibrida, sí no quieres morir te sugiero que te alejes. —mostró sus ojos de hibrida.
— Estás débil, puedo notarlo. No será difícil hacerte a un lado.
Los demás vampiros comenzaron a despertar.
— ¿Ah sí? Atrévete. Pero como advertencia te digo: no vas a ponerle un dedo encima a mi amiga.
A los primeros cuatro fue fácil vencerlos, eran novatos, inexpertos, pero para cuando los dos últimos se enfrentaron Megan ella ya casi no tenía fuerzas. La hibrida rodo en el suelo para impedir que uno de ellos le clavara un trozo de madera en el pecho mientras que el otro trataba de atraparla por algún sitio.
Los cuerpos de los vampiros cayeron al suelo como si de un objeto se tratase. Klaus levantó a Megan del suelo antes de envolverla en sus brazos, disfrutando de esa cálida sensación que se producía en él cuando ella estaba cerca.
. . .
— ¿Cómo te encuentras? —preguntó Klaus entrando a la habitación con Hayden en brazos.
Megan sonrió al ver a su niña.
— Mejor, estoy recuperando la fuerza. —respondió.— Odio los artilugios de magia oscura. —rio.
Tomo a Hayden de los brazos de Klaus.
— Me gustaría que os quedaréis hoy aquí, para poder protegeros.
— Puedo protegernos a las dos, Klaus.
— Bonita... —rogó.
— De acuerdo, Dinita y yo pasaremos la noche aquí.
Klaus suspiro
— Megan... sobre lo de hoy...
La castaña puso una mano sobre la de él.
— Olvídalo. No ha sido culpa tuya.
— He acabado con Aurora. Definitivamente.
La castaña se sorprendió.
— Oh. —murmuró.
El ojiazul sonrió.
— ¿Oh?
— No se que decir. ¿Felicidades? ¿Qué lástima? ¿Feliz cumpleaños?
Klaus río.
— Lo que quería decir es que Aurora ya no podrá hacerte daño.
— ¿La has matado?
— Lo haría si me lo pidieras.
Megan tardó unos segundos en responder.
— No lo hagas. —pidió.— Solo es una mujer enamorada del chico equivocado.
Megan acostó a Hayden en su cuna.
— Buenas noches, Klaus.
— Buenas noches, bonita.
Eirene's note:
Queridos, queridas, querides, bienvenidos a un nuevo capitulo de Cursed blood.
¿Opiniones?
Amo a Klaus y Megan, ya quiero que entren a su lover eraaaaa
Los pequeños celos de Megan por Aurora<<<<<
¿Algo que querais ver?
NO OLIVEIS VOTAR Y COMENTARRRRR
ADIOOOOSS
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