Tanto Mattia como Megan miraban a la cantidad de lobos que esperaban fuera de la casa del pantano, ambos estaban sentados en el porche. Hayley y Eve salieron.

— ¿Qué demonios hacen ahí aparte de darme escalofríos? —preguntó la embarazada.

— Practicar el espionaje. —respondió su hermana bebiendo su Colacao.

Mattia río mientras Eve rodaba los ojos.

— Han venido de todas partes, hasta la última manada. —respondió la rubia platinada.

— ¿Para qué? ¿Para ver un bebe que ni siquiera ha nacido aún?

— A lo mejor quieren sobarte la barriga y rezarle a la bebe como si fuera una diosa. —comentó Megan de broma.

Oliver salió de la casa, la menor de las Marshall puso mala cara, odiaba a ese tipo. Mattia contuvo las ganas de reír.

— Olvídate del bebe. —hablo cerrando la puerta.— Esos tipejos vienen a veros a vosotras. —señaló a las mellizas Marshall.— Dada la posición de vuestros padres en la jerarquía de manadas, tal vez crean que sois la mesías mujer, las lobas pérdidas o algo asi.

— Genial. No me siento para nada presionada. —musito Hayley.

Megan movió la cabeza, solo para comprobar que si ella se movía los ojos de los lobos la seguían, cosa que si paso.

— Me siento como la mona lisa. —murmuró la loba menor.— Pero mejor.

. . .

Megan miraba por la ventana con el ceño fruncido como su hermana, Oliver y Jackson hablaban con Elijah.

— ¿Y esa cara? —preguntó una voz en su oído.

Megan dio un saltito, el chico James se sentó a su lado en la cama.

— Tienes que dejar de aparecer de la nada.

— ¿Y si no quiero?

— Te pondré un cascabel para saber donde estas siempre.

— Uy, controladora. —Megan quiso decir algo pero el pelinegro se le adelanto.— Me gusta.

La loba abrió y cerró la boca un par de veces sin saber qué decir, mientras se ponía roja.

— ¡No me gusta que me dejen sin palabras!

— Conmigo vete acostumbrando, Lea.

Megan ladeo la cabeza, pensando.

— ¿Por qué me llamas Lea?

— Es tu nombre. —respondió simplemente.

— Técnicamente es Megan.

— ¿Quieres que te llame Megan?

La loba se quedó en silencio, él levantó las cejas.

— No lo sé. —confesó.— Se siente bien que alguien me llame, así me hace sentir más cerca de mis padres...—el chico no dijo nada, ella siguió hablando.— Sé que es una tontería... —murmuró arrepintiéndose de haber hablado.

Megan evito mirarlo, avergonzada.

— No es una tontería, es normal que quieras aferrarte a lo único que tienes de ellos. —Mattia entrelazo sus manos.— Sabes, Lea significa "aquella que es fiera como un león" —comentó.— Te conozco poco, pero estoy seguro de que el nombre te queda a la perfección y ellos lo supieron cuando naciste.

— ¿Si? —pregunto temerosa.

En esos momentos Megan se estaba mostrando débil, vulnerable, pero no le importo.

— Si

. . .

— Hayley es de los nuestros, merece saberlo. —escucho Megan que decía Jackson cuando salió de la casa.

— Eso también me incluye a mi. —hablo la loba acercándose.— Desembucha, melenas.

Jackson miró a las mellizas con cautela antes de contestar.

— Hemos formado una alianza que lo cambiará todo para los lobos.

— ¿Con quien? —exigió saber Megan.

— Klaus.

Ambas chicas miraron incrédulas a los dos lobos. Jackson vio el parecido de ambas en ese momento, pero se obligó a sí mismo a centrarse.

— Explícalo todo ahora. —ordenó Hayley a su prometido.

Megan solo suspiro, rezando al Dios de Remus Lupin que la gente dejara de hacer gilipolleces para que ella pudiera tener un día en paz sin problemas.

. . .

— Por el amor de Snape a Lily. —murmuro atónita Megan al ver el a Monique, Cassie -Megan creía que se llamaba así- y Davina estar sentadas en una silla que sujetaban hombres.

— Esto es... no se ni como describirlo. —confesó Hayley.

Después de subirse a una tarima las brujas hicieron una muestra de su poder. Megan sonrió orgullosa al ver a Davina hacer reventar unas luces.

Rato después la fiesta se trasladó a otro sitio. Las mellizas caminaron tranquilamente con los brazos entrelazados, cuando llegaron a la entrada visualizaron a Elijah, Megan puso una mueca que fue vista por el original.

— Pensé que vendrías con vuestros extravagantes amigos.

— Voy a empezar a creer que te gusta alguno de ellos. —aseguró Megan antes de alejarse de su hermana y el vampiro.

Cuando Megan entró lo primero que quiso hacer fue ir a por una copa de champagne, bueno, una no, varias, pero sabía que debería mantenerse unos 20 minutos sobria para poder relacionarse con la gente, cosa que no quería, pero que debía hacer.

— ¡Megan! —hablo con emoción una de las voces que Megan soportaba.

— ¡Solecito! —respondió de la misma manera.

La loba y Davina se abrazaron, Megan le colocó el pelo con una sonrisa orgullosa.

— Has estado genial. —aseguro.— Estoy orgullosa de ti, mi pequeño solecito.

— ¿Algún día me explicaras por qué me llamas así? —preguntó la bruja, curiosa.

— Algún día, lo prometo.

Megan optó por cambiar de tema.

— El naranja te sienta genial, pareces una verdadera diosa.

Ella rió suavemente mientras se sonrojaba.

— A ti el verde te sienta de maravilla, te hace brillar el pelo.

La loba río por la declaración de la brujita.

— Mattia me ha ayudado a escogerlo.

Davina frunció el ceño.

— ¿Mattia?

— Es largo de explicar.

— Tengo tiempo.

Genevive dio golpes con una cuchara a su copa de champagne, llamando la atención de todos los presentes.

— Vete, luego hablamos. —dijo la castaña.

Davina dejo un beso en la mejilla de Megan y se fue junto a las demás chicas de la cosecha.

— Bienvenidos. —comenzó la pelirroja.— Como manda nuestra tradición...

— Parece que le caes bien a Davina. —susurro una voz en su oído.

— A ti que te importa, Klaus. —masculló medio molesta la loba.

— Uy, ¿y ese humor?

— Tú me pones así.

— Me alegra saber que causo algún efecto en ti.

Megan rodó los ojos y río sarcásticamente.

— No entiendo tu necesidad de molestarme cada vez que me ves.

— Le he cogido el gusto a nuestras agradables conversaciones.

— No son agradables. —le contradijo.— Y no son conversaciones. Tu me hablas y yo te respondo por cortesía.

— Eso define conversación, bonita.

Megan frunció el ceño viendo como Genevive no dejaba que nadie le diera un regalo a Davina.

— ¿Por qué la Voldemort pelirroja no deja que nadie le dé un regalo a Davina? —pregunto conteniéndose la loba.

— No lo se, cosas de brujas, no te preocupes por eso, bonita.

Lo único que veía Megan eran los ojitos tristes de Davina cada vez que le dejaban un regalo a sus compañeras.

— Si me preocupo, ella me importa mucho, no voy a dejar que le hagan esto, Klaus. —sentenció.

— ¿Qué vas a hacer?

— Mi regalo es para Davina, y se lo voy a dar. —la loba lo miró seriamente.— Y como la Voldemort pelirroja se interponga te juro que no saldrá con vida y eso no le conviene a nadie. O te encargas tú por las buenas, o me encargo yo por las malas.

— Me encargo yo, ahora vuelvo, bonita.

— Mas te vale. —sentenció

Klaus sonrió pero Megan no lo vio.

Los segundos pasaban y cada vez Monique y Cassidy, o como quiera que se llamará la chica rubia, tenían más regalos, al contrario que Davina.

Cansada de esperar Megan se puso a la cola para entregar su regalo, realmente solo Davina sabía su significado. Era un colgante de un sol, en honor a como llamaba Megan a Davina, y dentro de la caja había una tarjeta que decía:

"Para la chica que llego a mi vida para llenarla de luz como un pequeño solecito"

Ahí tenía Davina la explicación de porque la loba la llamaba así. Verdaderamente la castaña esperaba que a su solecito le gustara el regalo.

Cuando llegó su turno Megan camino con decisión hacia su bruja favorita, y con una sonrisa le tendió la caja, ignorando que la una bruja le decía que le diera el regalo a Monique.

— Ten cuidado de que no te lo quiten. —pidió Megan.

Davina asintió un par de veces, emocionada por tener un regalo. La loba se fue al baño, cuando regresó se encontró con Klaus sujetando a Josh mientras Davina los seguía de cerca.

Klaus soltó a Josh antes de subir por las escaleras y llamar la atención de todos.

— Damas y caballeros, préstenme atención. —Megan suspiró, sabiendo que eso iba acabar mal. La loba se acerco a Davina con intención de protegerla si pasaba algo, habiendo comprobado que su hermana estaba a salvo con Elijah.— Hoy estamos aquí reunidos para rendir homenaje a nuestras queridas brujas. Pero hay una muy especial a la que no se le ha hecho el menor caso. —Megan miro incrédula a Klaus. ¿En serio iba a hacer eso delante de todo el mundo? ¿Qué demonios se le pasaba a ese hombre por la cabeza?— A mi me parce un poco injusto. —Klaus le tendió un regalo a Davina.

Megan juraba que en algún momento iba a desmayarse. Por el amor de Voldemort a su calvicie, la gente tenía que dejar de hacer cosas estúpidas. ¡Tanto costaba!

— No. —Davina se negó a coger el regalo.

Megan se acabó su copa de champagne de golpe.

— No quiero tu ofrenda. —volvió a hablar la bruja.

La chica Marshall vio como Niklaus se controlaba de no hacer una estupidez.

— Comprendo tu impulso de rechazarme dada nuestra historia. —la loba casi río por lo dicho.— Muchos de los presentes hemos sufrido injusticias en el conflicto que el tratado de mi hermano ha zanjado. —señaló a Josh.— Tu amigo Josh estaba metido en un plan para matarme. Estaría en mi pleno derecho de ejecutarle aquí y ahora. —la gente comenzó a hablar en voz baja.— Pero...en aras de la solidaridad y para merecer tu favor, Davina, ahora mismo le perdono. —todos lo miraron sin creerse sus palabras.— Josh... de ahora en adelante no tienes por qué temerme.

Klaus volvió a tenderle el regalo a la bruja mientras murmuraba un "por favor". La chica miró con desconfianza el regalo para después mirar a Megan, quien asintió, finalmente Davina cogió el regalo.

. . .

Megan miró a su hermana hablar con el híbrido, parecían estar discutiendo. La loba se acercó.

— Está preñada de tu hija, no necesita verte más de lo necesario, Klaudio.

Klaus subió las cejas.

— ¿Klaudio? Ese es nuevo.

— Largo. —ordenó.

Klaus se fue soltando una risita. Ambas hermanas fruncieron el ceño al ver a señores bajar tocando el bongo, no se esperaban eso de las brujas. Elijah se acercó a ellas.

— Voy a buscar a Davina y a Josh, no me fio ni un pelo de Klaus dada la escena que ha montado. —dijo la loba al vampiro y la embarazada.

Megan comenzó a caminar por la sala, escuchando de fondo lo que decían aquellos hombres.

— Feliz Fête des Benedictions. Traemos un mensaje para todos ustedes...de Marcel Gerard. —Megan juro que su corazón dejó de latir por un segundo.

Los hombres sacaron unas navajas y se cortaron las venas. Los vampiros sacaron sus colmillos mientras los demás murmuraban.

— Controlaos todos. —Elijah se puso en el centro.— Solo es un vulgar truco. No vamos a incumplir nuestro acuerdo.

Las luces se apagaron y todo se volvió un caos. La gente gritaba, la sangre aromatizaba toda la sala y los vampiros atacaron a quien pudieron.

— ¡Megan! —escucho Megan que gritaba su hermana.

— ¡Hayley! —gritó Megan asustada.

— ¡Megan!

Segundos más tarde unos colmillos se incrustaron en su cuello y la agarraron con fuerza. El vampiro bebió mucho y con rapidez, dejándola débil. Cuando las luces se encendieron el vampiro la tiró al suelo, Megan no se movió, todo le daba vueltas y tenía sueño.

— Klaus. —murmuró en busca de ayuda.— Klaus.

La loba cerró los ojos, dejándose llevar por el cansancio. Unos brazos la agarraron y acercaron a un pecho.

— Megan, bebe. —pidió el híbrido.

La verdad era que la loba apenas escuchaba su voz.

— Megan, abre los ojos. —rogo el hibrido.— Vamos, bonita.

Klaus estaba asustado, los latidos de la castaña eran muy pocos y estaba muy pálida. Megan abrió un poco los ojos, lo que alivió al híbrido.

— Tienes que beber mi sangre.

Klaus acercó su muñeca a la boca de Megan, que la abrió con las pocas fuerzas que tenía y consiguió tragar un poco de sangre, después de eso cayó exhausta en los brazos del híbrido.

Klaus suspiro aliviado atrayendo el cuerpo débil de Megan hacia él.

Eirene's note:

Quedan 4 capítulos para acabar el acto!!!!

Opiniones?

Opiniones sobre la interacción de Klaus y Megan?

Amo la relacion de Davina y Megan

Opiniones sobre Mattia?

Votad y seguidmeee

Besos en los piessss

EIRENEEVANSS - 15/08/2022