13 | full moon
— ¿Klaus? —preguntó medio temerosa Megan.
— Más vale que sea importante, bonita. —respondió el híbrido al teléfono.
La loba nunca lo diría en alto pero ,raramente, había extrañado que Klaus la llamara bonita. Ante ese pensamiento Megan enrojeció, suspiro volviendo al tema.
— Tienes un regalito esperándote en el complejo.
— Específica.
— El cuerpo de Papa Tunde está tirado en medio del complejo. —específico la castaña apartando la vista del cuerpo.— Sin decir que está en medio de un círculo con dibujos satánicos. —suspiró.— No sé si nuestros problemas de brujería se han acabado o acaban de empezar, Klaus.
— Voy de camino. —Klaus colgó.
Diez minutos después estaba Elijah revisando el cuerpo mientras Marcel, Megan y Klaus miraban.
— ¿Necesitas algo, hermano? ¿Una lupa o una pipa, tal vez? —pregunto sarcásticamente Klaus.
— ¿Tienes alguna hipótesis, Niklaus?
— Antes, si las brujas querían amenazarte te mandaban una gallina muerta. —comentó Marcel
— Ahora te mandan un cadáver degollado de un brujo obsesionado con las serpientes y a hacer dibujitos en la frente. —murmuró la loba.— Que divinas.
Klaus suspiró.
— Papa Tunde derrotó a Rebekah sin esfuerzo y casi pudo con nosotros dos. —se señaló a él y a Marcel.— Si supuestamente él era su mejor baza ¿por qué dejarlo muerto en nuestra entrada?
— Porque nos aprecian demasiado como para obsequiarnos un cuerpo muerto. —ironizó Megan.
— Vaya caras más largas. —habló Rebekah entrando en el complejo.— Escuchad esto.
— Ilumínanos, rubia. —La vampira le sonrió a la castaña.
— Una chica ha salido disparada de una tumba mientras Sabine hacía una visita guiada por el cementerio. —hablo llevándose toda la atención.— Era Monique Deveraux.
— ¿Qué? —el híbrido frunció el ceño.
— Los turistas pensaron que era fingido pero las brujas lo están celebrando como si fuera un milagro.
— Por qué lo es. —hablo Megan.— Habían perdido toda esperanza de que alguna chica de la cosecha reviviese, y ¡pum!. —hizo un gesto con la mano.— De la nada, literalmente, vuelve a la vida una de ellas. ¿No es raro que haya muerto este señor feo y que Monique despertase? —hizo una pregunta retórica levantando las cejas.
— Así recuperaremos a Davina, mataremos a la bruja que la reemplazó. —dijo Marcel decidido, la loba asintió en su dirección.
— Sospechó cuál de ellas podría ser. —Hayley habló desde las escaleras captando la atención de todos, como anteriormente había pasado con Rebekah.— Celeste. —concluyó enseñando un dibujo de Davina.— Tenía que ser ella. Davina intentó decírnoslo. Estuvo dibujando retratos de Celeste, nos avisaba de que se estaba avecinando un gran mal.
— Primero, Papa Tunde regresa para ajustar cuentas. —comenzó Klaus.— Y ahora la que fue tu amante. —comentó mirando a Elijah.— No solo son brujas atacando a vampiros. Es una declaración de guerra.
. . .
Megan casi se ahoga con su galleta al ver como Marcel tenía acorralada a Rebekah contra una pared, sin poder evitarlo una sonrisita se asomó por sus labios antes de esconderse al ver que la parejita se separaba. La loba puso una mueca, ella esperaba que se besaran.
— Tu, pequeña loba. —la llamo Rebekah. Meg dio un pequeño saltito del susto.— Ve a por tu hermana, nos vamos a la plantación.
Megan hizo lo que la vampira le pidió, un rato más tarde las tres mujeres se bajaban del coche para entrar a la casa.
— Pensaba que tendría que traerte gritando y pataleando. —comentó la rubia mirando a la embarazada.
— Bueno, es para protegerme a mí y al bebe, ¿no?
Rebekah y Hayley siguieron hablando, Megan no las escuchaba, la loba pensaba en lo aburrida que estaba y en el hambre que tenía. El tema del hambre era fácil de solucionar, pero el aburrimiento no, no había nada interesante ni entretenido que hacer en esa casa.
Solo una frase la llevó a la realidad.
— Esta noche hay luna llena, Rebekah.
Megan se llevó las manos a la cabeza. ¡Se había olvidado completamente! ¡Qué iba a hacer ahora!
— Estás embarazada, no puedes transformarte. —le recordó la rubia.
— Yo no, pero Meg sí. —hablo mirando a su hermana, que mantenía la vista en un punto perdido.— Y quiero invitar a algunas personas.
— Pues claro, esta noche todo hombre lobo será pieles y colmillos menos tu linaje maldito que será...
— Humanos. —respondió Megan con una mueca.
No era que no quisiera que volvieran a su forma, todo lo contrario, deseaba poder conocerlos, pero eso no sería posible. La loba suspiro, esa noche mientras que ella estaría atada con cadenas en el sótano Hayley disfrutaría de conocer a su linaje, su familia...
Sin poder evitarlo entró en la casa rápidamente, entró en su antigua habitación y cerró la puerta de un portazo. No quería ver a nadie en esos momentos, escuchar a Hayley hablar sobre la fiesta que iban a montar era como poner sal a una herida que llevaba años sin curarse.
Megan sabía que su hermana no lo hacía con mala intención, pero no podía evitar sentir envidia de ella, era inevitable. Hayley lo tenía todo a pesar de estar en la misma situación que Meg. Tenía a Elijah comiéndose su mano, a Klaus protegiéndola con su vida, iba a tener una hija, a Rebekah como amiga, y posiblemente se iba a convertir en la favorita de toda su familia lobuna porque había tenido la grandísima idea de hacer una fiestecita para conocerlos.
Y Megan solo era la hermana insoportable que tenían que aguantar sí o sí porque venía en el pack con la gran Hayley Marshall.
Quizá esa no era la realidad, pero Meg lo veía así. Ella se miró al espejo, una lágrima silenciosa se deslizó por su mejilla. La quitó lentamente mientras se negaba a dejar que la tristeza se apoderara de ella.
. . .
Megan podía escuchar la música gracias a su lado licántropo lo que le hacía poner una mueca. Rebekah le ajustó las cadenas, intentando no hacerle daño en el proceso.
— Cierra bien la puerta, Bekah, se que a los de mi especie no les haré daño, pero tú al ser una vampira...
— Vale, tranquila, no te preocupes de nada.
Unos minutos después la vampira se marchó, fue cuestión de segundos que a Megan se le comenzaran a romper todos los huesos del cuerpo. Hueso tras hueso se rompía, y su ira aumentaba al tener que escuchar como Hayley hablaba con la gente.
Megan dejó de mantener la coherencia cuando estuvo completamente transformada, volvió en sí horas después. La castaña no se movió, se quedó hecha una bolita en un rincón oscuro del sótano.
Tenía la respiración agitada, sudor por todos lados y el cuerpo entumecido. Se incorporó como pudo y quedó apoyada en una de las paredes mohosas. Puso una mueca al ver su ropa destrozada, no había traído recambio. Se levantó con todas sus fuerzas y subió las escaleras, para poder picar a la puerta y que le abrieran.
— ¡Rebekah! ¡Hayley! ¡Abridme!
Megan frunció el ceño al oler a quemado. ¿Quién demonios estaba cocinando? La loba volvió a golpear la puerta.
— ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Megan chillo cuando el sótano comenzó a quemarse.
— ¡Ayuda! ¡Hayley! ¡Rebekah! ¡Ayudadme!
Las llamas cada vez se extendían más, el calor comenzaba a ser insoportable y Megan no paraba de toser y de gritar, esperando a que alguien la escuchara y la sacara de ahí.
La castaña gritaba lo más fuerte que podía, pero sus pulmones no daban para mucho, el humo era tóxico y la hacía toser más que gritar. Golpeo incontables veces a la puerta pero nadie aparecía, y con cada golpe las esperanzas de que alguien apareciera desaparecían cada vez más.
Gasto todas sus energías en ello, hasta que no pudo más. Los ojos se le cerraban, no paraba de toser y dentro de poco el fuego la consumiría. Se deslizó por la pared hasta quedar sentada en la escalera, ella sabía que su pie se estaba quemando, pero no lo sentía, no sentía absolutamente nada.
Lo último que pudo vagamente notar fue como la envolvían en algo y la cogían al estilo nupcial, después se dejo llevar al lado oscuro.
Eirene's note:
Y así fue como Megan murió y se acabo el libro.
Pidoperdon.
Opiniones?
Opiniones sobre los celos de Megan?
Por cierto Issue ya ha llegado a los 9k!!!!!!
Os amo, besties.
Besitos en los pies.
Seguidme y votad.
EIRENEEVANSS - 04/08/2022
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