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06 | fever


Maraton 1/2

Megan entró en la sala y observó como Elijah y Klaus leían pacíficamente, mientras que Rebakah se quejaba de que la chica muerta estaba manchando de sangre una alfombra de 200 años.

Hayley entró detrás de ella y se fue directamente a la cocina, Elijah la siguió. La loba menor casi rió cuando vio la cara de póquer que tenía Klaus ante la acción de su hermano mayor.

Megan sin poder evitarlo se sentó al lado de Klaus, dispuesta a molestarlo un rato. Su relación había pasado de no tolerarse a picarse el uno al otro, lo que era un avance según Elijah.

— ¿Celoso, perrito?

— De qué debería estarlo según tu.

— De que tu hermanito esté un poco bastante interesado en mi hermana. —dijo Megan llevándose una galleta a la boca.

— A Elijah le importa el bienestar del bebe y de Hayley, simplemente.

— Sí claro, y yo soy Lily Potter. —bufó la loba.— Si eso te ayuda a dormir...

— Me gustabas más cuando te estabas muriendo por inhalar esas plantas.

— Que lastima porque no las voy a volver a tomar, así que me tendrás que aguantar.

— Siempre puedo partirte el cuello y matarle.

— No puedes, Hayley se enfadaría, Elijah también por que tiene cabeza, y Rebekah también se pondría en tu contra porque le importo.

— Por que le importas o por que os besasteis.

— Era un beso para reforzar la amistad, pero ambas.

Rebekah entró en el salón para tirar el cuerpo de la chica, Megan se levantó para ayudarla, a pesar de que la rubia era una vampira original la loba insistió. Megan cogió el cuerpo por los pies y Rebekah por la cabeza y entraron a la cocina, interrumpiendo la conversación de Hayley y Elijah.

— Mi vida sigue unida a la de Sophie Deveraux. —le dijo la embarazada a Elijah.

— Si, ya va siendo hora de que nos ocupemos de eso.

— Estoy de acuerdo. —la rubia les interrumpió.

— Y yo. —se unió la lobita.

— En cuanto las desvinculemos podremos irnos de esta ciudad. —Megan frunció el ceño ante lo que dijo Rebekah. ¿Se irían de Nueva Orleans?

— ¿A quién hay que matar? —preguntó Megan saliendo por la puerta para tirar el cadáver.

Cuando la loba menor volvió a entrar Elijah le respondió:

— Es posible que a nadie.

— Te das cuenta de que es imposible que no hayan muertos ¿Verdad? —Megan alzó una ceja.

— Vale. Potencialmente a todos.

Megan sonrió antes de robar una cucharada de cereales del cuenco de Hayley.

. . .

Ambas hermanas se encontraban en la habitación de la mayor conversando tranquilamente.

— Al final todo no ha sido del todo malo ¿no?

— No, ahora que Elijah ha vuelto todo estará aún mejor.

Megan le envió una sonrisa característica a su hermana, quien negó de inmediato.

— Oh, si, nena. ¿Vas a contarme qué te traes con el vampirito de los trajes?

— No hay nada, paranoica. —Hayley esquivó la mirada de su hermana.

— Se que mientes antes de que empieces a hablar, querida hermana.

La embarazada le dio con una almohada a la loba menor, quien del golpe se cayó de la cama, pocos segundos pasaron antes de que ambas chicas se rieran a carcajadas.

— ¡Auch! —exclamó Hayley tocándose el cuello.

Megan se levantó y caminó hacia ella, le apartó el pelo y le miró que tenía en el cuello.

Sangre.

— Sophie. —murmuró la loba menor.

— ¿Qué ha sido eso? —preguntó la vampira entrando en la habitación.

— Y yo que sé. —respondió la embarazada.

— Tiene sangre en el cuello. —le informó Megan a Rebekah.— ¿Se sabe algo de Sophie?

Rebekah se acercó a mirarle el cuello a Hayley.

— He sentido como si me apuñalaran. —confesó la embarazada.

La loba menor se pasó la mano por el pelo y soltó un suspiro. Rebekah y Megan salieron de la habitación con el pretexto de ir a hacerle la comida a Hayley. Cuando estuvieron en la cocina pudieron hablar.

— No me fío de Sophie, estoy segura de que el pinchazo no traerá nada bueno consigo. —dijo la castaña.

— Sea lo que sea Klaus y Elijah se ocuparan, ten fe en ellos. —Megan levantó las cejas.— Vale, puede que como hermanos sean una basura pero resolver problemas es un don que ambos tienen bien desarrollado.

La loba asintió, cuando la comida estuvo hecha la pusieron en una bandeja y se la fueron a subir a Hayley.

— Es hora de que coma el engendro del demonio. —habló Rebekah entrando por la puerta.

— Preferiría que no la llamaras así.

— ¿Prefieres bebe milagro?

Hayley miró mal a su hermana antes de reír.

— ¿Ya has elegido nombre? —preguntó la vampira.

La embarazada negó mientras que Megan dejó la bandeja en la mesita de noche al ver como su hermana cogía una manzana.

— ¿Qué tal el cuello, Haly?

— Me encuentro bien, pero es raro. Seguro que está relacionado con Sophie.

— Pues hazme el favor de no morirte mientras estés bajo mi cuidado, no me lo perdonarían nunca.

— Ni bajo su cuidado, ni nunca. —corrigió Megan sentándose en la cama.

Hayley se giró hacia Rebekah.

— Cuando te conocí me pareciste una auténtica zorra.

— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

— Sigo pensando que eres una zorra, pero con el tiempo me ha acabado gustando.

La loba menor sollozo falsamente.

— Me remplazáis.

Rebekah río antes de pasar un brazo por los hombros de la loba y estrecharla en un abrazo.

— Recordad estos buenos momentos cuando me haya ido.

Megan se apartó un poco de la rubia.

— ¿Que?

— ¿A dónde te vas? —preguntó a su vez Hayley.

— Solo vine para asegurarme de que Elijah estaba bien. —suspiró.— Está bien y no ha castigado a Klaus por clavarle la daga, así que, como siempre serán uña y carne y me tocaría a mi limpiar sus estropicios. Prefiero volar del nido. —concluyó.

La embarazada se fue a llevar la manzana a la boca, pero un mareo se hizo presente, lo que llamó la atención de la rubia y la loba. Megan se acercó rápidamente y se agachó a su lado.

— ¿Hayley qué pasa? —le pregunto a su hermana.

— No lo sé, creo que son nauseas.

Rebekah le tocó la frente. 

— Diría que tienes fiebre.

Megan ayudó a Hayley a estirarse en la cama para que estuviera más cómoda, y suspiró rezando para que no le pasara nada.

. . .

— Estate quieta, Haly. —le pedía Megan a su hermana, quien no paraba de moverse en la cama.

— Elijah llegará enseguida. —garantizo la rubia.

— Me siento como si estuviera en un microondas. —dijo la embarazada.

La loba menor le pasó un paño mojado por la frente.

— Eso se puede mal pensar, pero como estamos en una situación seria no voy a comentar nada.

La vampira le dio un golpe en la cabeza a la menor.

— Solo por que esperes un bebe no te da derecho a comportarte como una cría. —ese fue el momento de pegarle Megan a Rebekah.— Mi sobrinita te estará curando mientras hablamos.

En ese instante Elijah entró a la habitación seguido de Sophie. Megan quiso ir directamente hacia Sophie, para hacerle algo para nada pacifico, sin embargo Rebekah la cogió de los hombros, impidiéndole hacerlo.

— ¿Qué hace ella aquí? —preguntó la vampira.

— Intento ayudar. —dijo la bruja.

La loba se removió intentando zafarse del agarre de la rubia.

— Oh, te aseguro que ya has hecho bastante. —ironizó Megan.

— Tú tienes la culpa de que estemos así. —añadió la vampira.— ¿Por qué no está desvinculada de esa bruja, Elijah?

— Rebekah, Megan —habló mirando severamente a la última mencionada, quien se sintió como si la regañase su padre.— dejadla hacer lo que pueda.

— Creo que conozco una forma de bajar la fiebre, pero voy a necesitar algunas hierbas. —miró a Rebekah.— Te hare una lista.

— Bien, me encanta ser la recadera.

La vampira soltó a Megan, le dio el trapo y salió de mal humor de la habitación. Hayley agarró de la mano a su hermana para que se acercara, ella sabía que en cuanto estuvieran desvinculadas Megan le haría algo a la bruja, pero por el momento no podía hacer nada.

. . .

La temperatura de Hayley se elevaba por momentos, habían salido al patio con la esperanza de que eso ayudará a la embarazada a soportar el calor, pero no había tenido éxito, lo que preocupaba a Megan profundamente.

— Elijah, está ardiendo. —comunicó Megan.

— Tenemos que hacerlo ya. —dijo él.

Elijah se quitó la americana y se acercó a Hayley.

— Métela en el agua. —le indico Sophie.

Hayley se quitó la manta de encima y dejó que el vampiro la cogiera modo nupcial.

— De qué va a servir el baño a medianoche. —preguntó Rebekah.

— Su temperatura está por las nubes y el agua con la ayuda de las hierbas nos enfriará.

Sophie entró al agua y le tendió algo a la loba embarazada para que se lo bebiera.

— Esto no funcionará. —negó la rubia.

— Davina romperá el vínculo. —aseguró Elijah mientras que Hayley se quejaba.

— ¿Dónde demonios está Klaus? —le pregunto Megan a la vampira.

— No tengo ni idea.

Hayley se llevó la mano al pecho.

— Me cuesta respirar.

— Vale, respira con calma y profundamente. —le indico Elijah.— Hayley, mírame. Coge aliento. Céntrate en el sonido de mi voz. —el vampiro la sumergió más en el agua.

De golpe Hayley empezó a retorcerse y a gritar. Megan quiso matar, gritar y llorar por ver a su hermana en ese estado, pero lo único que podía hacer era quedarse mirando mientras que Rebekah la sostenía para que no hiciera ninguna locura.

Hayley dejó de gritar y empezó a calmarse lentamente.

— Siento que se ha roto el vínculo. —declaró Sophie.

Hayley se alejó de Elijah mientras Sophie se hacía sangre para comprobar que no seguían vinculadas. Megan vio como se miraban Elijah y Hayley y no pudo evitar sonreír, miró a Rebekah y supo que ella también lo veía.

— Harían una gran pareja. —le susurró Rebekah.

— Quitando el hecho de que Hayley está preñada de su hermano, si. Harían buena pareja.

Elijah ayudó a Hayley a ir hacia la salida de la piscina mientras que Sophie se le acercaba.

— Elijah, en cuanto tu hermano se entere de que no estamos desvinculadas matara a Agnes.

— Que lo haga, a nadie le da pena... O quizá ya lo ha hecho. —comentó con malicia la loba menor.

Sophie le dio una mala mirada y se volvió hacia el vampiro. 

— Sé que no me debes nada pero por favor, no dejes que la mate.—Elijah salió a velocidad vampírica de la piscina.— Elijah, ella es el único acceso al poder que necesitamos para sobrevivir. Prométeme que le detendrás.

Elijah cogió su teléfono y marcó el número de Klaus, le dijo que no hiciera daño a la bruja, que iba de camino.

— Es la última promesa que te hago. —declaró.— No dejaré que mi hermano mate a Agnes. —dicho esto recogió sus cosas y se marchó.

Sophie quiso salir de la piscina pero Hayley la detuvo. — Sé que me has utilizado para salvar a tu clan pero si lo vuelves a intentar, te mato.

La embarazada salió de la piscina e inmediatamente Megan la envolvió en una toalla y después la abrazo. Cuando la loba se aseguró que su hermana estaba bien la soltó y fijó su vista en Sophie Deveraux.

Megan caminó lentamente y amenazadoramente hacia Sophie notando como cada célula de su cuerpo emanaba rabia. Megan sonrió macabramente.

— Te das cuenta de que ya nada me detiene ha hacerte algo ¿Verdad?

La loba no dejó que la bruja respondiera, su puño impactó contra la cara de Sophie rápidamente. La chica se dio la vuelta y caminó tranquilamente hacia dentro de la casa dejando atrás a Sophie y a su nariz rota.

. . .

Megan sonrió viendo las fotos que tenía con Rebekah y Hayley en la cámara. La loba no solía cogerle cariño rápidamente a las personas pero contra todo pronóstico la original se había ganado un trocito de su corazón.

La vampira entró a la habitación de la castaña con una sonrisa triste, cuando Megan la miró supo a que venía.

— Te vas ¿Verdad?

— Así es.

La loba se levantó de la cama para ir a abrazarla.

— Puedes venir a visitarme cuando quieras, ¿Lo sabes, verdad?

La menor asintió.— Quizá lo haga algún día, cuando me canse de ver a pulgoso de tu hermano y a la futura parejita.

Las chicas se separaron.

— Tienes mi numero, quiero que me llames cuando te apetezca y para contarme los chismes de nuestra familia.

— Lo haré si tú prometes hacer lo mismo respecto a tu vida ahí y sobre chicos... o chicas.

La rubia asintió y abrazó una última vez a la loba antes de irse de la habitación.

. . .

Picaron a la puerta por segunda vez, la primera había sido Josh diciendo que Marcel sabía que Klaus mentía, que lo llamara cuando pudiera, sin embargo las hermanas Marshall fruncieron el ceño al escuchar que volvían a llamar.

— Voy yo. —dijo Megan levantándose.— ¿Qué pasa ahora, Josh...? —se callo al ver que el hombre que estaba en la puerta no se parecía en nada a Josh.— Tu no eres Josh.

— No, no soy Josh. Hola, soy Marcel. —el moreno la miró de arriba a abajo.— Creo que no nos conocemos.







Eirene's note:

Holaaa!!!

Después de un mes volví!

Ya he acabado el instituto e intentare escribir lo máximo que pueda, lo juro.

Quiero cambiar el faceclaim de Megan así que necesito sugerencias!!

¿Opiniones?

¿Os ha gustado? ¿Qué os a parecido?

Adioss!!

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