Pasaron los días y después esos días se convirtieron en semanas que se convirtieron en meses, todo hasta que la gente dejó de ver la relación del antes mujeriego y seductor Minho ahora oficialmente declarado gay como algo maravilloso, dejó de ser espectacular a ser normal. Ahora Jisung y Minho se encontraban en Italia de vacaciones bastante tranquilos y felices, enamorados y libres.

Jisung siempre sonreía mientras admiraba su mani entrelazada con la de Minho, el Minho siempre suspiraba al admirar la sonrisa de Jisung, tan brillante y hermosa, rodeando todo su rostro e iluminándolo por completo. Ellos caminaban todas las tardes siempre encontrando algo nuevo para ver, comían un helado o bebían algún café frío y simplemente se amaban. A veces la prensa les tomaba fotos mientras miraban alguna tienda o cuando Jisung decidía besar a Minho amando la forma tan italiana de la gente para felicitarlos, les gustaba el lugar porque a nadie le importaba que fueran dos hombres besándose, ellos sólo veían a dos personas amándose y eso estaba bien, más que bien de hecho.

El sexo se había vuelto más frecuente, en las mañanas o por la noche cuando Minho volvía de la oficina, a veces el fin de semana preferían quedarse en casa a hacer gemir al otro que salir, a veces Jisung iba al trabajo de Minho y tenían sexo sobre el escritorio.

En sus vacaciones Minho amaba hacer a Jisung correrse con sólo sus dedos. Todo estaba bien.

En las vacaciones Minho le pidio a Jisung que fuera su esposo. Ellos estaban caminando tranquilamente en un viñedo, nada del otro mundo sólo tomados de la mano mientras admiraban las uvas crecer en enormes árboles, el calor los envolvía pero era agradable, sus manos estaban entrelazadas fuertemente y ambos tenían enormes sonrisas en sus rostros. Comieron ahí admirando el ancho terreno verde y violáceo, Minho se removía en su asiento y Jisung lo miró con preocupación.

Nada fue como estaba planeado, Minho no pudo más y se lo dijo, no esperó el postre ni el vino ni al violinista que había contratado, lo cual fue bueno porque el violinista no llegó de cualquier forma, Jisung lloró mientras asentía y parecía que eso era lo único que sabía hacer. Se besaron tan frenéticamente y Jisung lloró más cuando admiró la delicada pieza de joyería en su dedo, brillando y viéndose tan hermosa que parecía que había sido específicamente creada para él, lo había sido. Minho había mandado a hacerla con tres meses de anticipación y se la había dado a Changbin quien no sólo le había dado el visto bueno sino que la había guardado. La joya era única en su clase y era preciosa.

Cuando volvieron de su viaje los medios estaban vueltos locos con la noticia del compromiso, Minho le decía a cada reportero que de le acercaba a preguntar "que de hecho ellos estaban juntos desde hace bastante y si. Jisung era definitivamente el amor de su vida, que lo había amado desde los 18 y que era perfecto para él en todos los sentimientos posibles" Jisung se sonrojaba cuando escuchaba todo eso y solamente lo besaba y pegaba más a él.

Por que todo eso era lo mejor que le había pasado. Minho era lo menos que había sucedido en su vida y estaba tan feliz de que fuera suyo, de que lo amara.

Iban a casarse e iban a prometerse amor eterno el uno al otro y Jisung sabía que no era el hecho de firmarlo en un papel, él realmente estaba seguro de que estarían juntos siempre, que su amor era real, ellos eran verdaderamente el uno para el otro y estaba bien porque así se suponía que debía ser ¿no? Ellos siempre habían amado al otro, sin importar cuanto intentarán pretender que sólo se querían como amigos o que simplemente tenían un infinito sentido de protección, ellos nunca habían sido amigos, podían ser muchas cosas pero amigos no Y Jisung recordaba que de hecho Minho había sido su primer beso y viceversa, sin importar que sólo tenían 12 en aquel momento, todo había comenzado ahí y no terminaría, cambiaría de rumbo pero nunca terminaría, porque su amor era realmente fuerte y Minho era su hogar. Sin importar nada.