035(El gran día)
El suspiró de Nayeon daba inicio a su día, del brazo de Mina dio el primer paso y lo primero que vio fue la gran sonrisa de la persona que amaba.
Las personas las veían, sonreían y nadie lloraba más que Momo y Sana, demasiado sentimentales para este tipo de cosas.
Jeongyeon se sostuvo del brazo de Tzuyu que la ayudó a estabilizarse, sentía que en cualquier momento se iba a desmayar y es que, entiendanla, tenía años esperando este momento.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y por más que uso la técnica que le dijo Sana.
"Sube la cabeza y espera a que desaparezcan".
Tampoco le había funcionado a ella que no se estaba casando, obviamente a la llorona de Jeongyeon no le iba a funcionar.
La señora se levantó y todos lo hicieron, Chaeyoung miró a Mina que estaba la lado de Nayeon y le decía lentamente como debía decir los votos, y verla haciendo eso hizo que pensara en algo.
¿Como se sentiría cuando Mina estuviera diciéndole eso?.
Tal vez faltaba mucho o muy poco pero esperaba ese momentos más que nada en este mundo y pensar que en algún momento eso llegaría, hacia que su corazón se agitara emocionado.
Sentia que se iba a desmayar, se agarró de Tzuyu que ya no sabía como mantener a dos personas de pie.
— Las declaró...
— ¡Híbrida! —Gritaron las japonesas.
— Y ¡humana! —Los aplausos no se hicieron esperar ni el beso que compartieron, tampoco como Jeongyeon levanto a Nayeon y le dio una vuelta para luego bajarla. Y verla a los ojos, demostrándole todo el amor que se tenían.
— ¡Tzuyu está llorando señores y señoras! —Dahyun siempre rompiendo los momentos tiernos.
— Dahyun —Regañó su novia y miró a las chicas— ¡A bailar!.
— Demasiado hermosa para mi —Murmuró Jeongyeon viendo a su, ahora, esposa bailar con Mina.
— Demasiado hermosas para nosotras —Corrigió la peli rosa.
— ¡Momo deja de comer tanto! —Todos rieron por las cosas de la japonesa que sonrió y se metió un trozo de queso en la boca.
— ¡Sana estoy cansada! —Tzuyu se quejaba de la energía exagerada que tenía su chica.
— Parece que las únicas tranquilas son Mina y Nayeon —Chaeyoung suspiró y asintió mientras tomaba de su bebida— Es raro que estén así de tranquilas —Jeongyeon no confiaba mucho en la tranquilidad de las mejores amigas.
Nayeon y Mina bailaban abrazadas, como si fueran ellas la pareja, pero no se crean, se aman como hermanas nada más, además de que les encantaba ver las expresiones que ponían las personas al verlas tan tranquilas.
—Felicidades —Nayeon sonrió.
— Espero que el ramo te caiga a ti —Mina se quedo un tiempo pensando y luego negó con la nariz arrugada— ¿No quieres casarte?.
— No lo necesito, espero que me ayudes para pedírselo —Pidió— Creo que se lo voy a pedir dentro de poco —Comentó y antes de que la contraria gritará curbio su boca— Solo lo sabes tú, luego le diré a las demás, no te emociones tanto, te esperaré luego de la luna de miel —Levantó sus manos y luego las bajó para hacerle cosquillas a la mayor que soltó una potente carcajada— Espero que no traigas un mini Nayeon —Guiño, Nayeon se quedó con la boca abierta y las mejillas sonrojadas.
— ¡Es imposible! —Gritó con los puños cerrados— ¿Quien es? —Preguntó cuando unas manos cubrieron sus ojos.
— Alguien que te ama muchísimo —Besó su cuello provocando que la nipona temblará.
— ¿Soy yo misma? —Jeongyeon bufo molesta y se apartó— ¡Jeongyeonnie! —Celebró y le dio un beso— ¿Como está la esposa más hermosa de todas?.
— Muy bien por lo que veo —Una vuelta de Nayeon que la descolocó un poco— ¿Estas bien? —Cubrió su boca y salió corriendo.
— ¿Que le ocurre? —Mina llegaba del brazo de Chaeyoung que no entendía muy bien que sucedió después del beso que le había dado.
— Ire a ver —Torció los labios y entro al baño, Nayeon se veía en el espejo, su rostro pálido fue lo primero que logró ver y luego las manos temblorosas de la híbrida la asustaron aún más.
— Me maree, definitivamente no tuvimos que hacer esto.
— ¿Hacer que?—Sonrisa traviesa siginifacaba peligro.
— Tu deberías ser la embaraza no yo, no sabes lo que me costó acomodar todo para que creyeran que no estaba gorda, que no estaba más sensible, que ¡era cerveza lo que estaba tomando! —Enumeró con sus dedos y se apoyó de Jeongyeon— Tenías que ser tu.
— Hay muchas posibilidades de que este bebé sea híbrido y eso era lo que queríamos ¿lo recuerdas? —Un "si" a regañadientes salió de sus labios— Va a salir hermoso como tú.
— El próximo lo tendrás tu... —Acomodó su cabello y salió a la fiesta.
— ¿E-el próximo?.
— Nos vemos dentro de dos semanas, las voy a extrañar —Otra vez el llanto de las híbridas solo que esta vez se les unía Mina que no estaba acostumbrada ni preparada para ver como su mejor amiga se iba.
Cuando lanzaron los ramos uno le cayó a Dahyun por mera coincidencia, justo cuando Nayeon lo lanzó paso a buscar a Momo que seguía comiendo y golpeó su cabeza, como reflejo estiró las manos y lo sostuvo con los ojos muy abiertos, y el otro a la jirafa de Tzuyu nombre que le puso Chaeyoung porque ella quería agarrar el ramo, luego de todo ese desastre de insultos, celebraciones y una que otra lágrima, lograron llegar al auto que las llevaría al aeropuerto para irse de luna de miel.
Chaeyoung seguía lamentándose de no llevarse un ramo a su casa pero Mina la calmó diciéndole que ellas no lo necesitaban.
Que su amor era más grande que todo lo que habían lanzado y mucho más grande que aquellos ramos que a la final se iban a marchitar, hasta creo una historia en donde la protagonista era una chica muy parecida a ella y la otra muy parecida a Chaeyoung.
Las menor se lo creyó y consistía en que agarraron un ramo de flores, y su amor se acabó luego de los días, lo peor de todo es que se las contó a las dos híbridas japonesas, cabezas huecas que tenían como amigas y lloraron con más fuerza que la vez que Mina les contó la historia del patito feo.
Por mucha insistencia por parte de las chicas, Mina tuvo que contarles a las mayores que era mentira la historia y que debían ocultar el secreto de Chaeyoung para que no se sintiera mal.
— Y se fueron —Jihyo apareció con una botella de jugo de naranja, a ella no le gustaba el alcohol y se la tomaba con un gran mohín.
— ¿Estas llorando Hyo? —Sana tenía la mala costumbre de llamarla así, sabiendo que no le gustaba.
— Las voy a extrañar —Sana la abrazó y acarició su cabeza como un intento, fallido, de que dejará de llorar sin saber que lo haría más fuerte.
— Jihyo, vamos a la casa —Asintió y se apartó de la mayor para estrelazar sus manos con sus compañeras— Les voy a preparar chocolate caliente ¿qué les parece?.
— Si las ves de esa forma...
— Parecen una familia —Completó con el ceño fruncido.
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