025(Arañas)
Chaeyoung no le tenía miedo a nada, ni siquiera a las miradas que le lanzaba Mina cuando estaba enojada, ya se había hecho inmune a ese tipo de cosas, siempre siendo una guerrera que quería proteger a su princesa, en este caso seria la japonesa de cabello rubio, pero no contó con que la armadura que tanto tiempo le costó forjar se cayera ante aquel animal.
De ocho patas y ojos brillantes, su respiración se cortó y como toda buena chica, salió corriendo, desnuda cabe aclarar que estaba ñaunyo de bañarse, no es que se la pasa desnuda, bueno, no todo el tiempo.
Llegó a la habitación en donde Mina yacía acostada leyendo un libro, su respiración agitada y los golpes que le daba a la puerta para que la mayor le prestara atención fue lo que hizo reaccionar a la lectora que se levantó confundida por todo el alboroto.
Luego que le lanzará una toalla a Chaeyoung para que se cubriera fue al lugar en donde ocurrió tremendo desastre, Mina al entrar al baño sintió como su ojo derecho parpadeaba sin querer, todo estaba lleno de agua, papel, shampoo, era un total desastre, se adentró y con los brazos cruzados como toda una Myoui molesta se acercó a la pequeña criatura que era señalada por su chica.
No espero que aquella cosa tan minúscula saltará a su cuerpo ni que la primera reacción que tuvo su novia fue golpearla con la toalla para sacarle el animal rabioso, nombre que le puso.
Lo peor de todo es que Mina también le tenía miedo, así que habían dos chicas atemorizada por una araña del tamaño de una uña, miniatura e indefensa pero que para ellas era el monstruo más atemorizante de la galaxia.
Dos de tres, pero ¿dónde estaba Jihyo?, pues la hibirda de lobo veía la escena desde la puerta del baño, Mina llorando y quitándose la ropa mientras Chaeyoung la golpeaba con la toalla, al principio pensó que era esa clase de juego que hacían las parejas, previos a unir sus cuerpo, pensamiento erróneo por parte de la hibirda pero nadie la podía culpar, había visto cosas peores y creyó que esta se relacionaba a eso.
Porque Mina y Chaeyoung eran bastante escandalosas, y lo que siempre creía era que se golpeaban o aruñaban para gritar de esa forma.
Y ahora creía que se golpeaban con la toalla, Jihyo intentó ayudarlas, pero una pregunta surco su mente, su pequeña, tímida y muy descabellada mente, la idea de que si estaba uniéndose a los momentos previos de la unión eso solo significaba una cosa ¡ella también tenía que unirse a lo demás!, se apartó rápidamente y se fue corriendo a su habitación.
Las otras dos chicas no entendían el comportamiento extraño de la mayor, por esa razón, Mina se vistió y obligó a Chaeyoung a bañarse, sola, porque quería hacerlo con ella y no estaba dispuesta a dejarla en paz, un golpe basto para que sus planes se desvanecieran.
Abrió la puerta y entró, Jihyo la miró con temor y se rodó con sus talones hasta la otra punta de la cama— ¿Te pasa algo? —Preguntó con temor a la respuesta, algo tenía en la mente Mina, también le había comprado un teléfono a Jihyo, petición de su novia y como no podía decirle que no a aquellos ojos de gato con botas, lo compró y hubo una conversación que le llamó la atención.
Una llamada que la dejó un poco descolocada, que ocurrió días atrás.
Lo que escuchó fue gracioso, al punto de que tuvo que irse a otro lugar a poder respirar porque hasta roja se puso.
"¿Mina y Chaeyoung juegan a las luchas en la habitación?".
Esa fue la pregunta que la japonesa todavía no superaba, entonces pensó que algo se traía entre manos la mayor porque la mirada que tenía era bastante espeluznante.
— Nada, vete con Chaeyoung.
— Señorita no me hable así —Bromeó— Noostras no nos golpeamos en la habitación —Murmuró esperando una respuesta por parte de la contraria, cosa que obviamente recibió un codazo bastante fuerte en su brazo, estaba segura que eso dejaría un moretón además de que tenía que hacer que la contraría dejará de tener esa costumbre.
— Sabía que me habías escuchado —Chillo y cubrió sus mejillas— Es que eso parece, ¿te conté que conocí una chica?, no verdad pero es que he estado ocupada saliendo.
— Solo lo has hecho una vez y ya hasta conquista trajiste —Movió los hombros y sonrió— ¿Como se llama?.
— No lo recuerdo bien pero te puedo decir como es... —Aplaudió emocionada— Es que su nombre es extranjero, es castaña, sus ojos son, como dos luces de verdad, parece que brillan todo el tiempo, es de la estatura de Jeongyeon y es muy hermosa.
— ¿Por qué esa cara? —El rostro de Jihyo cambió por completo al recordar como la había conocido de verdad.
— Tenemos pasado...
— Entonces ya la conocías —La pelinegra asintió— ¿Que pasado?.
— Yo asesine a sus padres cuando no sabía como cambiar de forma —Suspiró y Mina acarició su espalda para que siguiera— Ella me vio y sabe lo que hice, me lo agradece porque sus padres la iban a asesinar en cualquier momento, pero algo en ella, aquel rechazo hacía tocarme, se que todavía tiene miedo a los híbridos y es mi culpa.
— Entonces debes hacer que vuelva a confiar en ti, se que ella lo hará —Alentó— Se que puedes Jihyo, solo tienes que dejar el miedo que tu también le tienes a los humanos y así todo será mejor, se que es difícil para mi no fue tan fácil ver como se transformaba Chaeng, pero luego del tiempo me fui acostumbrando y ella se acostumbró a mi.
— Lo haré —Se levantó y cuando estaba apunto de abrir la puerta la cerró— Cuando tenga tiempo —Cerró la puerta y se volvió a sentar.
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