Se saben los constantes altercados entre Ron McGovney y Dave Mustaine, pero no hemos hablado de los problemas con Lars Ulrich.

El batería solía llegar tarde a los ensayos y los conciertos, por lo que Ronald iba a buscarlo y nunca estaba listo, tampoco valoraba el hecho de que el ex-bajista pagara con su Visa las habitaciones de hotel y todo el alcohol que consumían, por lo que, sumado a las malas rachas de Dave, decidió abandonar Metallica y ahí, ellos tuvieron que arreglárselas para sobrevivir.