Kevin no iba a ser adoptado por Christina.
Sí, como lo escucháis. Al principio ni siquiera iban a conocerse. No obstante, al ir escribiendo la novela, algo en mi interior me decía que Christina y él estaban destinados a conocerse. Y no me equivoqué.
Que Kevin fuera adoptado por Christina fue la mejor decisión que he tomado. Como bien sabéis, quería darle un final feliz. Kevin ya había sufrido bastante. ¿Cómo darle este final?, me pregunté a mí misma. Fue difícil, porque mis ideas eran las siguientes: que Kevin se quedara en el Moonlight y que Kara y Álvaro le dieran ese amor que a él le faltaba; que Kevin fuera adoptado por una familia.
No me gustaron mucho. Sentía que algo fallaba y que Kevin no iba a ser del todo feliz. Fue entonces cuando Christina entró en juego. El día que escribí el capítulo en el que se conocen, sentí que entre ellos dos se había dado una conexión. Lo comprendí todo. ¡Ellos dos debían estar juntos! Christina se había pasado dieciocho años buscando a su sobrina y no había pensado en ella. Porque ella quería ser madre. Kevin, por otro lado, buscaba ser amado.
Ya está, ya lo tenía. Christina adoptaría a Kevin. No veáis la felicidad que me dio escribir ese capítulo, si bien es ahí cuando Maddie se entera de una manera horrible que Christina es su tía.
¿Os gusta la idea de que Christina adopte a Kevin?