Capítulo 19: Nuevo hogar
Gabriel Steven
No quería discutir con mis padres frente a Sara así que menos mal que el señor Steven se fue, aunque me gustaría que alguna vez me escuche y entienda las decisiones que tomé para no estar tensos cuando nos veamos.
— Cuéntame Sara ¿de dónde vienes? ¿vives aquí hace mucho tiempo? — Comenzó a preguntar mamá a mi compañera.
— Estoy acá hace poco, soy de Argentina — Le responde Sara.
— Que lindo país, he escuchado mucho sobre el equipo de fútbol y también de la gastronomía, Argentina tiene buenos platos para degustar — Comenta mi madre.
— Así es, tenemos muchas cualidades que nos ponen orgullosos de ser argentinos, como cualquier otro país con sus culturas y de más — Dice Sara.
— ¿Viniste acá con tus padres? — La pregunta más incómoda que no quería que haga mi mamá.
— Perdonen pero no charlen mucho que tenemos que irnos a trabajar — Interviene para que Sara no tenga que dar explicaciones, sé su historia y hablar de ella la pone sensible.
— Disculpa, una última pregunta respecto a lo que acabas de decir, ¿de qué trabajan y adónde? me gustaría saber en qué lugar para visitarlos — Habla mi madre con otra pregunta.
— En un restaurante que necesitaba meseros y es un lugar agradable para ambos — Le responde Sara.
— Me pone contenta que estés siendo independiente aunque mi recomendación es que no olvides a tu familia, te queremos mucho Gabriel y no queremos perderte— Se sincera mamá.
— Gracias por apoyarme mamá, te prometo que estaré para tí, aunque sea lejos de esta casa — Le digo tomando una de sus manos como muestra de cariño.
Terminamos de desayunar, nos despedimos de mamá y salimos rápidamente de la casa, son las 7:40hs, tenemos que darnos prisa para no llegar tarde al trabajo.
Decidimos tomar un taxi hacia el restaurante, mi madre nos dió algo de dinero para no atrasarnos y en cuestión de minutos llegamos a nuestro destino.
— Preguntaremos en los locales cercanos si conocen lugares para alquilar y si no dejaremos la búsqueda para después del trabajo, ya que tenemos solo 10 minutos — Le digo a Sara, ojalá encontremos un departamento.
— De acuerdo, espero que tenemos suerte — Habla ella y comenzamos a caminar por la vereda en donde se encuentra el restaurante.
Consulté a tres locales comerciales y nada, entonces nos cruzamos al frente para preguntar a un local de joyería.
— Bonjour — Saludo al entrar y después consulto.
La chica que nos atiende en el local dice que justo en la siguiente cuadra una señora pone en alquiler un departamento, lo sabe por un cartel que está en dicho lugar. Ojalá lo tenga accesible para nosotros, le agradezco la información a la joven y salimos del comercio.
— Espero que se pueda llegar a un acuerdo con la señora, tenemos poca distancia con el restaurante así que sería beneficioso para nosotros — Se expresa Sara ya en la vereda.
— Manifestemos que sea así, ahora vamos a trabajar y luego cuando termine nuestro horario iremos a ver el alquiler — Le digo, estamos a poco tiempo de la hora de entrada al restaurante y no conviene llegar tarde.
— De acuerdo, vamos — Habla ella y cruzamos al frente para entrar al restaurante.
•••
Mientras cumplo mi puesto como mesero decido hacer una consulta a nuestro jefe sobre el tema del sueldo, ya que en el contrato está escrito que se paga mensualmente, entonces me surgió la duda si nosotros por ser nuevos nos podrían brindar un adelanto, al menos por el primer mes, que lo necesitaríamos para pagar el alquiler. Le comenté la situación de Sara y mía al jefe, él sin problema me responde que no habría inconveniente en hacer un adelanto en el momento que sea por este primer mes, para solventar gastos del departamento, eso me dió un gran alivio y alegría porque así podremos estar cómodos alquilando sin molestar a mis padres.
Al terminar nuestro horario de trabajo, nos dirigimos hacia el domicilio de la señora.
Toco la puerta, esperamos unos minutos y atiende una señora de unos 50 años.
— Bonjour Madame — Di los buenos días a la señora en francés y le pregunté si aún sigue disponible el alquiler.
Me dijo que sí, cobra un precio no tan alto y como lo pedíamos, es mensual, así que sí conviene esta oferta.
Le comenté a Sara y sin dudar me respondió que tenemos que aceptar. La dueña del departamento, quiere mostrar el lugar antes de firmar papeles, entonces caminamos con ella al lugar de al lado.
— Es muy lindo — Se expresó mi compañera al entrar al hogar, también me gusta su interior, tiene lo necesario para vivir cómodamente en él.
Pregunta la señora si nos gustó después de dar un recorrido por la casa, Sara asintió con su cabeza que sí y yo le respondí en francés lo mismo.
Firmamos el contrato por tres meses, es lo mínimo por el comienzo del alquiler que nos propone la dueña, también le comenté que ahora no tenemos para dar el primer pago, le podríamos darle en alguna semana del mes porque recién empezamos a trabajar, ella entendió la situación y no hubo problema con ese tema, por suerte.
Nos pareció bien la cantidad de meses, aunque mi compañía se puso a pensar lo que va a pasar en los siguientes meses, traté de que no piense en eso ahora y que aceptamos porque lo necesitábamos.
La señora le entrega a Sara la llave del lugar y dice en francés que disfrutemos de nuestra estadía y si tenemos algún inconveniente que avisemos sin problema. Yo le agradecí, comenté que iremos a almorzar en un lugar cercano y luego volviéramos con nuestras cosas, la dueña solo sonrió y luego se retiró del departamento.
— ¡Se pudo! — Dije sentándome en un sillón del living.
— Así es, espero que estemos cómodos aquí — Habla Sara que también se sienta en el sillón conmigo.
— Haremos de este lugar nuestro hogar, no te preocupes— Comenté sonriendo para que sepa que tengo la mejor intención con ella y no pretendo hacer algo que la incomode.
Días mejores vendrán, lo sé, ahora que tenemos un lugar para vivir y seguir adelante con nuestras metas que nos unen.
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