Capítulo 18: Un nuevo despertar
Sara Castillo
Al despertar lo primero que veo es a Gabriel en frente mío y que una de mis manos está tocando la suya, sin pensar mucho reacciono inmediatamente y retiro mi mano.
"Se ve tan tierno con su pelo algo desordenado mientras duerme" pensé.
Aunque no debería hacerlo, razono y me doy la vuelta mirando el techo.
¿Qué estoy haciendo? No es el momento para pensar ese tipo de cosas.
Me levanto de cama para ver la hora en mi celular, lo dejé en la mesa de luz que tiene Gabriel.
Son las 7:10hs, tenemos el tiempo justo de alistarnos para el trabajo.
— Buenos días ¿dormiste bien? — Me pregunta él al despertar, justo a tiempo.
— Buen día, descansé super bien ¿y vos? — Le respondo.
— Que bueno, yo también, a pesar de todo dormí como un niño sin preocupaciones — Responde él.
— Eso es importante para que hoy tengas mucha energía, cambiando de tema ¿Habrá problema si me ven tus padres? porque si es así puedo quedarme aquí hasta que tu padre se vaya a trabajar — Me expreso, no quiero generar un conflicto más.
— Seguramente sí, aunque si confías en mí podremos salir de la habitación sin miedo a que pase algo, además debo ir a buscar un departamento y necesito un tiempo para eso por lo que esquivar a mis padres no sería la mejor opción — Responde Gabriel.
— De acuerdo, aunque sino te molesta puedo acompañarte, prefiero evitar inconvenientes en esta casa o esperarte en la entrada del restaurante — Comento, de verdad si pasa algún conflicto con sus padres por mi culpa no me lo perdonaré.
— Lo mejor sería que me acompañes porque sé que mi madre puede ser preguntona o de pocos buenos tratos a gente desconocida y no quiero que te sientas incómoda, además estamos justos de tiempo así que preguntaremos en los lugares cerca del restaurante y luego vamos directo al trabajo — Dice Gabriel, yo acepto su acuerdo y empiezo a buscar ropa para cambiarme.
— Iré al baño y si veo que todavía no están desayunando te guío hasta allí así puedes cambiarte y evitas inconvenientes hasta que estemos listos para salir — Me dice él mientras tiende la cama y luego busca algo de ropa en su armario.
— Muchas gracias, ahora buscaré mi ropa y acomodaré mis cosas para irnos — Le digo.
Tras salir Gabriel del cuarto, abro mi maleta para sacar las prendas de vestir, luego espero sentada en la cama, pensando un poco de mi despertar en este lugar y lo que nos espera del día, ojalá encontremos un departamento así no pasen momentos de tensión.
Al regresar Gabriel minutos después, me acompaña a la entrada del baño, dijo que sus padres pronto bajarán a desayunar porque ya las empleadas están acomodando la mesa principal.
— ¿Qué le dirás de mi a tu padre? seguro se podrá serio al ver a una extraña en su casa y además de que ya me vio el otro día— Le pregunto al entrar a la habitación ya cambiada de ropa.
— Diré lo que le dije a mi madre pero no sé si sea lo mejor porque no quiero hacerte sentir incómoda si hacen preguntas— Me responde.
— Quizás no tenga problema en eso, o sea responderé brevemente sin dar detalles de mi vida — Hablo mientras guardo mis cosas en la maleta y acomodo mi mochila.
— De acuerdo, yo solo diré que somos amigos y necesitabas ayuda, si ellos hacen muchas preguntas, lo mejor será retirarnos e irnos, no tengo nada que perder si los enfrento — Me dice Gabriel seriamente, yo acepto lo que comenta y salimos de la habitación.
— Buen día joven Gabriel ¿va a desayunar? así le preparo su lugar en la mesa — Pregunta una de las empleadas cuando nos cruzamos con ella en el pasillo que va hacia la mesa principal.
— Buenos días, así es y también prepare una taza para mi acompañante — Le responde él.
Al llegar veo a los padres de Gabriel ya sentados en la mesa principal, el señor en la punta y la señora al costado.
— Buenos días, espero poder compartir el desayuno con ustedes, si así lo permiten también quiero presentarles a mi amiga que nos acompañará en la mesa ¿Algún problema? Si lo hay nos retiramos, sin necesidad de discusión — Habla claramente Gabriel frente a sus padres.
— Hola hijo, claro, tomen asiento, no hay problema. — Responde su madre mirando también al señor Steven, como una señal de que esté de acuerdo con nuestra llegada a la casa.
— Veo que te importa mucho su bienestar ¿es más importante que tu familia? hablaremos luego del tema, ahora estoy apurado, tengan un buen día — Las palabras del padre de Gabriel sonaron muy duras, se sintió como un rechazo hacia su hijo, de verdad esto es un grave problema familiar.
— Aún no terminas tu café, espera unos minutos más — Dice la señora, pero ya es tarde, el hombre se levanta de la mesa y pasa por nuestro lado con una expresión de enojo.
— Ahora te puedo comprender, se siente una tensión fuerte cuando se enoja — Le susurro a Gabriel, luego cuando llega la empleada con dos tazas de café nos sentamos al frente de la señora.
— Buen día, disculpe por generar molestias, estoy en una situación complicada y Gabriel me ha ayudado un montón, tiene un hijo muy bondadoso — Me expreso, necesitaba decirle esas palabras a ella, no quisiera quedar mal por entrar a su casa a escondidas.
— Tranquila, te puedes quedar el tiempo que necesites, mi hijo es de buen corazón y seguro quiere que estés bien hasta que soluciones tu problema — Comenta ella.
— Gracias mamá pero no será necesario, hoy buscaremos un lugar para quedarnos, sé perfectamente que aquí no soy más bienvenido y honestamente tampoco quisiera estar conviviendo en un ambiente de discusión — Habla Gabriel, entiendo lo que siente cuando se torna una situación de mucha tensión y vivir eso frecuentemente es agotador.
Su madre, al parecer entiende la decisión y sin hablar de más nos ponemos a desayunar.
Al menos evitamos una discusión entre padre e hijo y con ese alivio puedo tomar mi café tranquila y aliviada de que no habrán preguntas por responder, por ahora.
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