Gabriel Steven

No me gusta la idea de volver a esta casa, sin embargo, no me queda opción, lo hago solamente por Sara.

Entramos silenciosamente por las puertas corredizas que llevan al living, ya que esas no se las cierran con seguro hasta la media noche. Quiero que no me atrapen las empleadas porque harán preguntas y no sabré que responder, pero no sé qué sería peor si ellas o mi madre.

Agarro de la mano a Sara para dirigirnos hacia mi habitación, ella me lo permitió así que no hay presión, justo cuando vamos a entrar, siento los pasos de mi madre bajando de las escaleras, nos atrapó.

— Así que no me contestas el teléfono pero sí entras a casa a escondidas y con una chica que no conozco ¿ya olvidaste quienes somos? — Dice ella con tono alto, está enojada.

— Hola mamá, solo vine por esta noche, mañana me iré de casa para no molestarlos más — Le respondí y hice pasar a Sara a la habitación, para que deje sus pertenencias adentro y además no quiero que se sienta incómoda con mi madre.

— Yo no quiero que te vayas, con tu padre queremos que volvamos a ser una familia unida, te necesitamos en casa — Habló ella frente a la puerta del cuarto.

— ¿Para qué? ¿para ser infeliz con ustedes?  quiero manejar mi propia vida, entiende. — Me expresé.

— Podemos hablar con tu padre y llegar a un acuerdo que sea justo para todos, vamos hijo, acepta y vuelve con nosotros — Insiste ella, yo sé que eso no va a suceder.

— Dime ¿ella quién es?  ¿por qué la trajiste? — Me pregunta mi madre.

— Es mi amiga y ahora estamos ayudándonos mutuamente — Le respondí brevemente, no quiero decir más detalles de su vida.

— Me llamo Sara, un gusto en conocerla  — Se presentó ella, poniéndose al lado mío en la puerta.

— Igualmente — Mi madre tardó unos segundos en responderle, percibo que no le agrada mi amiga.

— Espero no molestar en su casa, los dejo hablando — Dijo Sara y se volvió a sentar en mi cama, quiere que arregle el tema a solas con mi mamá.

— ¿Acaso no tiene un hogar o también decidió alejarse de sus padres? — Comienza a preguntar la señora de la casa.

— Es algo que no te incumbe saber, solo estaremos aquí por esta noche, no quiero que la hagas sentir incómoda — Le aclaré.

— ¿Y qué harás si tu padre llega a enterarse que estás aquí con una desconocida?  seguro no le va a gustar para nada — Pregunta ella.

— No se va a enterar si tú no le comentas que me encuentro aquí, por una vez en tu vida, hazme ese favor, que tengas una buena noche mamá — Hablé seguro de mis palabras y cerré la puerta de mi habitación con llave, no necesitamos más problemas por hoy, solo descansar para mañana buscar un lugar para vivir.

— Gabriel ¿Estás seguro de que mi presencia no generará más conflictos con tu familia? no quiero que eso suceda — Habló Sara.

— Tranquila, eso no pasará, vamos ponte cómoda, yo dormiré en donde pueda — Le dije, sentándome a su lado en la cama.

— Tu cama es bastante grande para mí, no pasa nada si la compartimos y además te pertenece — Habla ella.

— ¿No te sentirás incómoda? Sino, yo me las arreglo — Pregunté.

— No no, es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte por esto — Me dijo ella.

— Estamos juntos para salir adelante ¿verdad?, así que no te preocupes que somos una dupla y nos ayudaremos — Hablo mientras le pongo una de mis manos encima de la suya, como muestra de sinceridad y para que siga confiando en mí.

Siento que me permite ser cercano con ella, como un amigo obvio, así que puedo contenerla o al menos mostrarle mi apoyo.

Busco en mi armario un pijama para ponerme y dejo a Sara que también se cambie al dirigirme hacia el baño que no está muy lejos de mi habitación, también pasaré por la cocina para llevar algo de comer, ya que no hemos cenado.

En el camino me cruzo con mi madre, discutimos de nuevo por lo mismo y le dejo en claro mi decisión, además advierto que si llega a contarle de esto al señor Steven yo no volvería a hablarle y que ya no sería más su hijo, sí, fue literalmente una amenaza pero no quiero más problemas por esta noche.

Al parecer me comprendió, dijo que espere unos minutos que trae algo para que comamos, no me esperaba que fuera a cambiar de opinión, aunque eso quiere decir que no dirá nada y me deja tranquilo.

Cuando salgo de cambiarme, ella me espera con una bandeja de comida, sencilla pero se ve rica.

— Por eso te quiero más que a papá, dejando de lado los conflictos obvio, no olvidaré esto —Le agradezco el gesto con un abrazo y nos despedimos.

Al entrar al cuarto observo que Sara que ya se cambió y sonríe cuando ve la comida.

— Tenemos comida — Dije, depositando la bandeja en la cama.

— La verdad ya tenía hambre, gracias por no olvidar ningún detalle para pase una buena noche, dejando de lado tus problemas — Me dice ella.

— Hemos pasado un día agotador así que nos merecemos una cena, además mi madre me la dió y como hablamos anteriormente, estamos juntos en esto — Comenté.

— Que buen gesto de su parte, seguro quiere mostrarte que te va a apoyar en tus decisiones — Se expresa Sara.

Disfrutamos de los sánguches de jamón y queso con jugo de naranja, nuestra cena en cama y hablando sobre lo que haremos mañana, tratando de mantenernos positivos.

— Gracias por la cena, me recordó cuando comía en mi cuarto  mientras veía recetas en Youtube, una comida simple pero satisfactoria — Comentó Sara cuando terminamos de cenar, también sentí algo similar, recuerdo los fines de semana con mis amigos en Colombia, nos juntábamos en un picnic para divertirnos y siempre había alguno que llevaba sánguches de jamón y queso.

— Me da gusto que disfrutaste de la cena, yo también recordé momentos simplemente por la comida, ahora llevaré la bandeja antes de que llegue mi padre — Dije retirándome de la habitación para ir a la cocina.

Al regresar al cuarto, cierro con llave la puerta para no tener interrupciones, Sara ya está acostada en la cama y mirando una foto que tiene entre sus manos, al parecer la nostalgia la invadió, lo noto en su rostro.

— ¿Estás bien? — Le pregunto, mientras me acuesto también.

— Sí, solo que extraño mucho a mis padres, pronto será mi cumpleaños y los pocos recuerdos que tengo de ellos me traen nostalgia — Se expresó ella mostrándome la foto, en la que está la pequeña Sara junto a sus papás con una torta en frente de ellos.

— Entiendo, no debe ser fácil pasar esas fechas especiales sin la gente que más quieres, aunque la vida sigue y debemos ser fuertes — Comenté, yo la comprendo, esos momentos importantes que para algunos no significan mucho, pegan fuerte cuando perdemos a un ser querido.

— Muchos dicen que hay que aprender a vivir con el dolor y eso lo entiendo perfectamente, sin embargo, me sigue costando — Comenta ella.

— Comprendo, se puede seguir adelante si tienes apoyo emocional y una vida soñada que cumplir, porque para sanar o continuar hay que luchar por nuestras metas o formar la persona que deseamos, para que ese ser querido nos vea desde lejos y esté orgulloso — Mi lado sabio salió a la luz, ya que nunca se me planteó estos temas con alguien que no sea de mi círculo social, sin embargo, ya considero a Sara como una amiga especial y quiero darle mi apoyo en lo que pueda.

— Es uno de mis propósitos cumplir con las metas que tengo para demostrar que pude lograrlo aunque pasé momentos duros, más lo haría para estar más orgullosa de mi misma, pero lo veo muy lejano —  Se expresa Sara.

— No te des por vencida, todo se puede si tenemos confianza en nosotros mismos y somos capaces de pasar los obstáculos de la vida sin que perjudiquen nuestros objetivos, yo sé que podrás — Le dije para levantarle el ánimo.

Seguimos hablando de cosas de la vida, el qué hubiera sido de nosotros si ese día en el aeropuerto no la ayudaba, mientras yo saco mi cuaderno para dibujar algo y ella para distraerse un rato ve videos de recetas, también hablamos de las comidas que nos gustan y los platos que quisiéramos probar.

Pasamos el rato compartiendo una charla agradable y sin pensarlo ya es hora para ir a dormir, guardo mis cosas y nos damos las buenas noches, cada uno dormirá en su parte para no incomodar.

Quizás fue el destino que nos unió para que sanemos nuestras heridas y logremos la vida que soñamos.

Ojalá tengamos un buen descanso, así mañana salgo a buscar un departamento y luego vamos a trabajar.