Noveno capítulo
Los cadáveres apestan
Era un nuevo día, te estiraste y sentaste aún con los ojos cerrados, evaluando si era necesario interrumpir tu sueño.
-Ughh- te tallaste los ojos con flojera.
Como siempre recogiste tus cosas de antemano para estar lista al momento de salir y continuar su búsqueda de pesadilla.
-(Malditos los de la compañia búho solitario) - pensaste irritada.
Al terminar soltaste un bostezo, escuchaste una risilla detrás tuya y volteaste a ver quién era.
Un oso grande y robusto de color amarillo se encontraba ahí, sonriendo de lado y con los ojos igual de cansados que los tuyos.
-Hey Coco buenos días-
-Buenos días Tn- respondió y procedió a estirarse, haciendo que relucieran sus músculos.
-Epaa, no presumas heh- te reiste de tu propia broma.
El otro igualmente río mientras hacía poses de fisicoculturismo para continuar con la broma.
-Ya está el desayuno! - dijo mientras flexionaba los brazos.
-Ya, ya míster increíble, que me sonroja- reiste mientras hacías como que te apenabas hechandote aire con la mano.
-Bueno pues, hay quienes no aprecian la buena vista- hizo voz de ofendido y empezó a caminar hacia donde se escuchaba al sargento.
Rodaste los ojos y aceleraste el paso para alcanzarlo.
-Ya cálmate princeso-
Este rió e hizo un gesto de desaprobación con la cabeza mientras sonreía cansadamente.
-Buenos días sargento- saludó Coco al ver el oso mayor.
-Buenas- saludaste.
Este volteó a verlos extrañado, sacudió la cabeza y sacó un mapa.
-Buen día, qué bien que está por aquí tenien- mjh! Tn- corrigió al instante.
-Enserio es tán difícil decir mi nombre? - sonreiste de lado.
-Es sólo la costumbre- rodo los ojos mientras se rascado la nuca.
Tú y Coco se rieron de el en el mayor silencio que podían, como cuando tu amigo y tú se aguantan una carcajada en plena clase.
Cómo lo sabias? Quién sabe.
-En fin, recluta Coco, vaya y despierte a los demás quiere? - ordenó.
-Sí sargento! - respondió y se retiró de inmediato.
-Entonces qué sucede Caricias? - dijiste en cuanto el oso amarillo estuvo fuera de vista y te acercabas a él.
Caricias puso el mapa en el pasto e indicó que te acercaras.
-Todo apunta a que estamos por acá- indicó con el dedo una parte del mapa, en la que los puntos de referencia coincidían.
-Y por acá está es donde se supone que está la compañia búho solitario- señalo otro punto circulado con marcador rojo.
Y así comenzo su plática de que camino era mejor tomar, había uno que sería más rápido pero peligroso, y uno largo pero seguro.
Ambos debatían en los pros y contras de cada uno en lo que los demás cadetes se acercaban.
-Y sí... Pasamos por acá? Por en medio- señalaste un camino que pasaba por una zona menos densa en vegetación que hiba más directamente a su destino.
-Con menos árboles es más fácil ver si viene un unicornio- seguiste.
Notaste cómo Caricias se revolvia al escuchar el nombre de este animal.
-No es el camino más rápido, pero tampoco el más lento, si nos apuramos podríamos llegar hoy llegaríamos hoy- continuaste.
-Mmh, bien pues por ahí será- tomó el mismo plumón rojo y trazó el camino que tomarían.
Escuchaste como los demás ya estaban acercándose listos para salir.
-A buena hora cadetes, hay que salir! - ordenó.
-Eyy, y el desayuno? - se quejó Achuchones.
-En el camino, que no llegamos- contestó firmemente, dando a entender que no había cambio de planes.
-Venga! Que esperan?! A recoger! - gritó al ver que nadie hacia nada.
-Si señor! - respondieron al instante, retirándose rápidamente.
Fuiste a buscar al oso gruñón e irritable de color azul, en estos momentos él estaba en tus prioridades y tenias que revisar como estaba.
-Hola Gordi- sacudiste su pelaje de la cabeza al verlo recogiendo sus cosas.
Este rio ante la acción y un claro sonrojo se asomaba por sus grandes mejillas.
-Buenos días Tn- sonrió hacia tí.
-Quieres que te eche una mano? - te agachaste a su lado.
-Oh, no no no, no te molestes- movió las manos de un lado a otro.
-Debes tener algo mejor que hacer- se rascó la mejilla mientras desviaba la mirada.
-Que dices, si me encanta estar contigo- le sonreíste a ver si dejaba de auto despreciarse.
Gordi se sorprendió por esto, paso la mano que tenia en la mejilla hacia la boca a ver si disimulaba el claro sonrojo que lo adornaba, aunque su pelaje rosita no ayudaba mucho.
-Lo dices enserio?- dijo sin voltear a verte, tratando de calmarse un poco.
-Por supuesto que si Gordis- le sonreíste nuevamente mientras le abrazabas por los hombros con el brazo izquierdo.
Se exalto ante el contacto, pero le gustaba, y mucho, hacia tiempo que alguien le había mostrado un afecto tan sincero, y no iba a dejar que volviera a esos tiempos.
-(Le gustaran los chocolates?)- se pregunto en su cabeza.
Apenas y se dio cuenta ya estabas recogiendo sus cosas por el.
-Eh! espera que te ayudo- se levanto rapidamente.
-Pero si yo te estoy ayudando a ti- respondiste y soltaste una risita.
-Es verdad...- sonrió.
A los pocos minutos ya estaban listas todas sus cosas, secaste la gota de sudor bajando por tu frente con el brazo y fue en ese momento que recordaste a que era por lo que ibas.
-Cierto! Gordi sabes donde esta tu hermano?- volteaste la mirada y lo viste poniéndose ya la mochila.
-Uh, creo que estaba mas para allá- señalo hacia detrás de unos arbustos.
-Gracias!- dijiste y te fuiste hacia esta dirección no sin antes revolver su pelaje nuevamente, el cual era muy suave, casi como terciopelo.
Caminaste un poco entre estos arbustos con cuidado de no espinarte hasta que llegaste a un pequeño claro en el que estaba Azulin terminando de guardar sus cosas, estaba sudando un poco y notablemente nervioso.
Porque habías preguntado por el? si, había estado viéndolos desde su pequeño escondite.
-Ahi estas, que tal?- dijiste mientras te acercabas a el.
-Hey- respondió al instante y sin mirarte a los ojos, era la primera vez en mucho tiempo que estaba así de nervioso por solo hablarle a alguien.
-Que tal esa herida?, te duele?- te agachaste para estar a la altura de el.
Oh claro, eso tenia mas sentido, no era como si le importaras fuera de lo que es tu trabajo, fue lo que pensó al instante.
-Esta bien, supongo- susurro lo ultimo.
-Entonces voy a echarte un vistazo va?- dijiste sonriente, este asintió y levanto su camisa de tirantes.
Removiste el parche con cuidado e hiciste lo de siempre, desinfectar y volver a parchar.
-Ya esta, apúrate a terminar de guardar que ya sabes como se pone Caricias- te levantaste y comenzaste a caminar en direccion contraria antes de que Azulin se dignara a responderte.
-Bayyy- te despediste sacudiendo la mano al aire sin voltear a ver.
-Mmh- soltó mientras te veía irte.
Caminaste hasta donde recordabas haber visto al sargento antes, había pasado un rato desde que el estaba impaciente de que salieran, y ahora, no querías saber como estará, o tal vez si.
-Que les pasa?! Son mas lentos que una abuela con las piernas rotas!- claro que sabias quien era.
De por si la voz rasposa de el era inconfundible, y un poquitín atractiva para ser honesta, pero si a parte se la pasa insultando al aire como si fuera su pan de cada día, es simplemente imposible no saber al instante quien esta desgarrándose el pulmón a gritos, lo bueno es que podías seguir estos mismos para encontrarlo.
Al llegar al claro mas grande ahi estaba el gritón refunfuñando de alguna cosa a los cadetes que ya estaban presentes, a excepción de Azulin, claro, su hermano Gordi y Coco.
-Ya cálmate Caricias- llegaste y saliste de repente por detrás haciendo que se exaltara dando un brinco a un lado.
-Eh, Tn has visto a los tres que faltan?- dijo tras aclararse la garganta.
-Ya vienen para aca, pero de Coco no se nada- respondiste.
Y justo dijiste eso y salieron los tres de la alcantarilla, así de repente como si hubieran sido invocados de alguna forma.
-(Si eso se puede hacer tengo que sacarle provecho heh)- pensaste.
-Bien, ya vámonos- ordeno Caricias.
Aceleraste el paso para quedar junto a el en el mero frente para empezar con la caminata del infierno, pasaban horas sin descanso casi y nadie se dignaba a decir algo, así que si, eran horas muy aburridas las cuales no ibas a extrañar en lo absoluto cuando regresaran de la misión.
Si es que regresaban, claro.
Y ahora te ponías a pensar, porque era que te habían puesto en este grupo?, no tenían otro enfermero antes o que?, quien sabe.
Ahora volvías a pensar, que demonios se supone que estas haciendo? porque todo el sentido de que te colaras en este lugar era para detener la guerra entre osos y unicornios, tal vez podías tomar estas horas para pensarlo.
Pero de que forma? los osos odian a morir a los unicornios, y dudas mucho que los altos mandos decidan por sus huevos dejar de matarlos aunque hallan vivido toda la historia de la misma raza de osos en esta guerra.
Necesitabas un motivo tan fuerte que los obligue a dejar de cazar, dejar de dañar al bosque y si se puede, vivir de una forma en la que nunca mas se vuelva a dañar.
O ocultar a los unicornios? no, obvio no, ellas están para proteger al bosque, nunca se irían de este.
Suspiraste, a quien se le había ocurrido ponerte esta inmensa tarea a ti?, claro, a esa unicornio de la cual no sabias ni su nombre, la podrías llamar mama?, porque ella te creo, eh...
-(Estoy pensando demasiado)- te dijiste a ti misma dándote cuenta de que no estabas llegando a ningún lado.
Un olor repugnante inundo tus fosas nasales, al instante te tapaste al igual que los demás.
-Que puta mierda es esa? UGH!- dijiste, sacando de onda a los cadetes quienes no te habían oído hablar de esa forma.
Que se acostumbren.
-No lo se, pero se supone que ya llegamos al campame-... nto...- dijo Caricias, cortando sus palabras mientras caminaban a un despreciable claro.
Todo ahi presente estaba muerto y en descomposición, a excepción de las larvas e insectos que se alimentaban de los cuerpos putrefactos tirados e incluso encajados en los arboles.
Caminaron lentamente al campamento destrozado, claramente habían sido atacados cuando dormían, destrozados, mutilados y pisoteados sin ningún rastro de piedad.
-Ven hijos míos?! ven lo que hace LA BESTIA?!- empezó el padre, caminando junto a ustedes señalando su biblia.
-Miren como ataca! esos monstruos no tienen piedad!- apunto a un cuerpo sin ojos y con las tripas de fuera.
Escuchaste como alguien vomitaba, volteaste a ver para encontrarte a ambos gemelos recargados en un árbol desechando lo que habían comido antes en el dia. Caminaste hacia ellos y les diste palmaditas.
Son prácticamente niños aun, no deberían de estar viendo esto. Nadie debería.
-Sniff... snif- oíste a ambos tratando de calmarse mientras lagrimas bajaban por su rostro.
-Esta bien, solo... no miren por ahora- los abrazaste con cuidado, estos al instante se abalanzaron hacia ti escondiendo sus caras del horror del que estaban rodeados.
Palpaste sus espaldas escuchando como el Padre seguía con sus acusaciones bélicas hacia la raza de los unicornios.
Un tiempo paso, Mimos y Mimoso ya estaban tranquillos, ambos te miraron y asintieron en agradecimiento, era probable que aun tuvieran un nudo en la garganta.
-Dios mío, que asco...- dijiste mientras pasabas por los cuerpos inertes.
Por alguna razón no sentías ninguna empatía por ellos, ni siquiera lastima, solo asco hacia el escenario, probablemente porque ellos también emboscaban unicornios después de todo.
Suspiraste justo cuando Padre dejo de insultar al aire, volteaste a tu alrededor viendo como tu y el eran los únicos medianamente estables, los demás se veían traumados de por vida.
Escuchaste a alguien sugerir que quemaran los cuerpos.
(...)
Estabas al frente de un enorme fuego compuesto de los cadáveres que habían podido encontrar y juntar en la inmensa pila de muerte.
Escuchaste un leve sollozo, volteaste y ahi estaba Gordi alejado de los demás.
El estaba hincado en el suelo viendo a un punto fijo del cual no estabas segura que era, sus ojos expresando el horror que vivía y que pensaba cosas que eran probablemente mucho peores. Caminaste hacia el quedando a un lado suyo, luego te pusiste de rodillas y lo abrazaste.
Al instante se dejo llevar y soltó las lagrimas que tenia guardadas, eras la única a parte de su hermano con la que sentía que podia expresarse tal y como era, se sentía seguro.
Volteaste a ver nuevamente el fuego, horrorizada, de que? no estabas segura, de todo, supusiste.
Después de un tiempo se retiraron a un claro alejado de los cuerpos y acamparon, todos estaban en silencio tratando de procesar lo que habían vivido.
Esa noche los gemelos durmieron contigo.
Fin del capítulo
Uffff, medio fuertillo eh?, al final si alcance a actualizar esta semana, y voy a cambiar la portada uwu, buenas madrugadas.
Recuerden q cualquier HC o escenario me lo pueden decir, me ayuda mucho enserio.
Si, intente hacer un estilo diferente, lo ando cambiando últimamente de hecho jajs.
Me puse medio loquilla y... Gender swap AU! hice a Tn hombre y aparte cadete, su tono de morado es mas azulado y hay tantito NSFW censurado.
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