Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Décimo capitulo

-Mgh...- soltaste al aire.

Aún no habías despertado del todo, pero sentías dos pequeños cuerpos pegados al tuyo, acurrucados lo mas que podían en búsqueda de confort.

Te levantaste de a poco, abriste los ojos y notaste a los gemelos mimosin a tus costados, en ese momento recordaste todos los sucesos del día anterior, un escalofrío paso por todo tu cuerpo al momento.

-Mimos, Mimoso arriba ya es de día- los sacudiste un poco.

-Mph!- ambos hicieron puchero, aferrándose mas a ti.

Suspiraste e hiciste círculos en sus espaldas, el día de hoy era incluso mas difícil levantarse, aun te sentías extraña por todo lo que había pasado.

Decidiste dormir un rato mas, no había ningún indicio de que alguien mas estuviera despierto ahora mismo, volviste a recostarte y cerraste los ojos para intentar volver a dormir.

Los cuerpos inertes y sangrientos volvieron a tus pensamientos, rápidamente abriste los ojos, ahora sudando y sin tener la posibilidad de moverte, era como si alguien te controlara, y en ese momento, no quisiera que hicieras un solo movimiento.

Escuchaste a los gemelos despertar de a poco.

-Tn?... Estamos despiertos- dijo mimoso mientras bostesaba.

-(Cuánto tiempo ha pasado?...) -

-Uh, si, vamos a desayunar pues- te levantaste de a poco.

Los gemelos te ayudaron a recoger las cosas y acomodarlas, ambos te agradecieron por haber estado con ellos y fueron a quien sabe donde. 

Escuchaste algunas voces no muy lejos, caminaste hasta estas encontrándote con el resto del grupo reunido en el clásico circulo comiendo en silencio. Te sentaste al lado del Padre, quien te dio un poco de las gachas que quedaban.

-Que asco...- susurraste para ti misma.

-Agradezcamos que tenemos comida el día de hoy- respondió igualmente susurrando.

-(Esto no es comida, es vomito de unicornio o algo así)-

Si hubiera vegetación cerca comerías cualquier otra cosa, pero en estos momentos se encontraban en un sitio merecedor de ser parte de un libro de terror, podías ver los arboles muertos y secos, el inexistente pasto siendo reemplazado por simple tierra infértil y seca, el ambiente frio, la neblina al rededor y uno que otro esqueleto de pequeños animales.

Terminaste tus gachas en un abrir y cerrar de ojos, así de perdida estabas de la realidad, en cuanto subiste la mirada todos se habían ido a empacar sus cosas propias para seguir con el camino de regreso a casa.

Volviste a suspirar, este día estaba siendo demasiado deprimente y eso a nadie le gustaba, necesitabas ocupar tu cabeza con otra cosa.

-(Oh, claro los rasguños del Padre)- pensaste después de un rato.

Tal vez tratar sus heridas podría distraerte un poco de todos estos acontecimientos.

Te levantaste de tu lugar y buscaste con la mirada a aquel oso. En ese momento pudiste notar con mas detalle lo muerto y frio que era el lugar, eso no te gustaba nada.

A los pocos segundos tus ojos hallaron el reflejo de los gigantescos lentes del Padre, sonreíste un poco, te hacían un poco de gracia siendo honesta.

Caminaste en su dirección, el parecía estar igualmente perdido en pensamientos suyos que ni cuenta se dio que ya estabas al lado suyo con tu pata en su hombro.

-Padre, estas bien?- preguntaste, un tanto preocupada.

Este mismo dio un pequeño salto.

-Eh, si..- se dio la vuelta y trato de sonreírte, dando una mueca.

Tomaste su barbilla con cuidado y diste un vistazo a las heridas en su cara. Tomándolo por sorpresa volvió a dar un salto e inevitablemente se puso nervioso, causando que un sonrojo se asomara.

-Creo que en un par de días estarás como nuevo- sonreíste levemente y te retiraste.

-(Dios mío, eso que fue?!)- pensaste, dándote cuenta de tus acciones.

Seguiste caminando hasta el resto de los osos, quienes ya habían terminado de empacar y estaban todos listos para salir.

Caminaste hasta el sargento, quien solo te asintió y comenzó a caminar de regreso a casa, los demás siguiéndolo en silencio.

Horas pasaron en las que no había sucedido nada mas que el cambio de entorno, habían vuelto al conocido bosque cálido y colorido, lo cual era un poco reconfortante.

El sonido de una rama rota sonó, al instante todos que quedaron quietos.

Sonrisas se atrevió a asomarse por unos arbustos, quedando inerte al instante. Los demás hicieron lo mismo y se acercaron a donde el estaba, en medio de un pequeño claro se encontraba una criatura cuadrúpeda, grande y de pelaje completamente negro.

-(Ella no es quien me dio vida?)- la viste de patas hasta cuerno, era ella definitivamente.

Por estar pensando no viste a tus compañeros comunicarse mediante señas, alejarse lentamente y de un momento a otro estabas sola. Volteaste a tu alrededor tratando de encontrarlos.

-(Qué está pasando?)- pensaste, un tanto preocupada por lo que podría pasar.

-AHHH!- volteaste a ver a Sonrisas, quién se había abalanzado a por la unicornio.

El cuadrúpedo rápidamente volteó y estuvo a punto de apuñalarlo con el cuerno, una flecha dio en su pata trasera, haciendo que chillara de dolor, deteniendo su ataque.

Todo pasó tan rápido, tus compañeros salieron de los arbustos y torpemente trataban de acuchillar al unicornio como podían.

Estabas perpleja viendo cómo se desangraba aquel unicornio.

-MATENLO!- gritó el Sargento.

No podías ver, volteaste la mirada, solo podías escuchar el sonido mojado y crudo de carne cortada y el olor a metal en el aire. 

Era cómo si el mundo se hubiera vuelto silencioso de un momento a otro, todo se volvió borroso a excepción de aquella unicornio quién estaba ahora en el suelo, soltando desgarradores chillidos e intentos para respirar.

No podías moverte. No podías ni respirar o pensar.

-Eso es equipo!

-Lo hicimos!

-Toma esa unicornio! HA!

No distinguías quiénes hablaban, pero eso no importaba mucho, en este momento todo era tan... confuso.

Hace dos minutos estaban completamente normal, ahora tenias sentimientos bastante confusos. Claro que no te habías encariñado con aquella unicornio por el poco tiempo que pasaron, y por lo tanto realmente no sentías su muerte, pero al mismo tiempo sí, a fin de cuentas ella fue quién te dio vida.

Y ahí estaba ahora, su cuerpo yaciendo en el pasto, probablemente ya frío del tiempo que había transcurrido. Sangre derramada por la zona y sus ojos abiertos de horror no te dejarían en paz por un rato.

-(Hay dios mío)

Habías salido de tu trance, seguías bastante incómoda y ni cuenta te habías dado de que habían vuelto a salir caminando.

-(Esto-... no tiene sentido- fue muy rápido, o fue sólo mi percepción del tiempo?- eh....)

Sí, así de perdida andabas.


(Timeskip)


Unas horas habían pasado, habías podido medio superar el traumilla de antes y estabas más normal y tranquila.

El entorno había cambiado a uno más lindo y tranquilizante, habían árboles de colores vibrantes y de toda la gama de colores, el ambiente era húmedo y cálido a la vez, el lugar estaba hasta el tope de vida animal y vegetal. Era un lugar bastante bello a decir verdad.

-Nos acercamos a casa- soltaste al aire, el Sargento asintió ante tu afirmación.

-Es verdad, parece que dentro de poco estaremos de vuelta- dijo, sonaba aliviado de esto.

Los soldados siguiendo su liderazgo sonrieron ante esto, empezando a hablar entre ellos.

...

-(Estos mataron un unicornio...)- achinaste los ojos.

...

-(Y ahora qué hago?)-

...

Sacudiste tu cabeza, podrías hacerte preguntas después, ahora tenías que concentrarte en el camino.

Okey, a quién engañas? sólo querías evitar ese problema, pero hagamos como que no. Hagamos como que eres una osita responsable que sabe exactamente que hacer en una situación tan específica como esta.

Yes.

Siguieron caminando, siguiendo un estrecho camino que casi ni se alcanzaba a divisar, todos en silencio, caminando todos sudados y traumados, que chido.

Ibas a necesitar terapia después de todo lo que había sucedido este día.

Los minutos pasaron bastante lentos a tu parecer, luego las horas pasaron igualmente, tus patas dolían de tanto amino que se echaron de una, el sudor bajaba por tu frente, por tus mejillas, cuello, espalda- dios, por dónde no sudabas?

-(No vuelvo a salir de expedición)- gruñiste en lo bajo, estabas de malas ahora.

Sólo se escuchaban los pasos de los soldados sobre las hojas secas, más algunos sonidos de pájaros a lo lejos y la ocasional ventisca.

De un momento a otro el sargento paró, y lo hiciste tu igual, Caricias no dijo nada pero dio la orden con la mano, era hora de descansar, era mediodía y tenían que comer pronto.

Soltaste un suspiro al sentarte a la sombra de un árbol, finalmente dándole un respiro a tus pobres patitas cansadas.

Después de un rato de estar sentada, son los ojos cerrados sentiste la presencia de alguien al lado tuyo, volteaste la cabeza y pudiste ver a cierto oso azul cielo.

-Azulín?- ladeaste la cabeza.

Este frunció el seño, rodó los ojos y te volteó a ver de regreso.

-Vas a curarme o no? que por algo te trajimos- dijo, igual de grosero que siempre.

Suspiraste cansada.

-Sí, sí, ya pues- respondiste, tomando tus cosas del bolso.

Pasaron los siguientes minutos en silencio, mientras tu desinfectabas la heria que tenía de antes, y para qué mentir? la verdad es que fuiste tantito bruzca.

-Agh- gruñó.

-Perdona- respondiste.

-(Nocierto haha)- sonreíste.

Al terminar de desinfectar este soltó un agradecimiento en susurro y se fue.

Nuevamente estabas sola a la sombra del árbol, observando a los demás osos igual de deprimidos que tú.

-(Qué horror con esto...)- suspiraste.

Decidiste cerrar los ojos, dormir un poco te haría algo de bien.


Fin del capítulo

holi- perdonen por no actualizar je- también perdonen si la escritura est'a un poco rara¿

Bueno- ya

Escriban a quiénes osos quieren para el harem, por el momento están:

Azulín

Gordi

Achuchones

Coco

Padre

Caricias

Pompón

Sonrisas


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro