Cuarto capítulo
Salida a la aventura!
Ahora pasabas el tiempo obvserbando a los reclutas entrenar, habías hablado un poco con el sargento Caricias sobre ellos y masomenos podías identificarlos, digamos que te gustaba andar ahí y criticarlos junto al sargento.
Sabías que el azul era Azulín, el rosa Gordi, el verde menta Achuchones, el de blanco y negro Pandi, el amarillo Coco, los blancos eran los gemelos mimosín, el de la sonrisa Sonri, y el grandote Tedd.
Y por alguna razón el oso con el que habías chocado también estaba ahí, resulta que se llama Padre.
En el momento estaban los tres observando el último entrenamiento antes de la graduación que sería mañana.
-Vamos, vamos! Quiero verlos moverse y arrastrarse como la basura que son! - gritó el sargento.
Enfocaste tu vista en los soldados y se veían, pues no cansados, lo siguiente a cansados, exhaustos.
-Tranquilizate un poco si? - sugeriste.
El sargento te miro con cara de obligame, rodaste los ojos y este siguió exigiéndoles más.
Suspiraste y miraste a tu lado, sentado al lado derecho estaba el Padre, leyendo algo, qué cosa? quien sabe, pero parecía bastante enfocado en este.
-(Qué es lo interesante en ese libro?) -
Según tú volteaste disimuladamente tratando de alcanzar a leer lo que decía el libro.
Pero digamos que no te funcionó bien, el Padre de inmediato notó tu curiosidad y sonrió levemente.
Te pasó el libro, ofreciendotelo para que pudieras saciar tu curiosidad. Lo miraste por un segundo y lo tomaste.
Ambos seguían en silencio.
Lo abriste en una página al azar y leíste.
'He de aquel que beba la sangre del último unicornio, pues se volverá bello y eterno, y entonces será que Dios volverá al bosque... '
Miraste las páginas confundida, éste es el Dios del que la unicornio te habló? y porqué sangre?
El Padre te vió, claramente no sabías quién era Dios, ni la historia que habían contado en el libro sagrado, así que se propuso en enseñarte.
-Dios nos protege y ama a todos, incluso a quienes no le conocen- habló.
Lo miraste, aún confundida.
-Verás... - Tomó un respiro.
Y así fué como inició a hablar y hablar de Dios todo poderoso.
La verdad no te creías nada de eso, pero verlo hablar era bastante lindo, se notaba que a nadie le importaba lo que dijera de ese, y el se apasionaba tanto que era difícil decirle que no.
Pasó mucho tiempo en el que sólo escuchaste y hacías preguntas de vez en cuando, seguía y seguía que parecía no parar nunca que incluso empezó a anochecer.
-Que lindo fué hablar contigo Padre, pero ya me tengo que ir-
Este te sonrió.
-No hay problema, que bien que te hayas tomado el tiempo de escuchar- respondió.
Tal vez era tu imaginación, pero se veía bastante felíz de haber podido charlar.
-Que tenga buenas noches, nos vemos mañana-
El sonrió más.
-Buenas noches- respondió.
Te comenzaste a dirigir a tu cabaña, volteando y saludando otra vez a lo que él te respondió gustoso.
Esa conversación de horas te había drenado muchísima energía, pero de alguna forma te sentias felíz, el Padre realmente te agradaba.
Y era muy tierno.
Finalmente estabas en tu cabaña, mirándola atentamente. Te cambiaste a la pijama que por alguna razón parecía el uniforme y te recostaste en la cama, disfrutando de esta, quién sabe cuándo será la siguiente vez en la que puedas dormir en una.
(...)
De un momento a otro estabas al costado de la ceremonia esperando a que esta terminara y por fin se podrían ir.
-(Hemos estado aquí desde antes de que el sol saliera, como que se apuran no?) - pensaste irritada.
Porqué? Por el discurso barato motivacional que el coronel se sacaba de las nalgas para meterles un sentimiento patriótico y que vallan a matarse por su cuenta.
Suspiraste.
-Recuerden que aunque no estemos ahí físicamente, estaremos con ustedes siempre! - gritó, indicando el final de su discurso.
Todos aplaudieron y gritaron emocionados.
Rodaste los ojos.
Todos comenzaron a separarse, te estiraste un poco para alcanzar a ver a tu escuadrón a lo lejos comenzar a caminar hacia la salida donde estabas tú recargada en la fensa.
Unos momentos pasaron para que llegarán contigo.
-Holi! Se tomaron su tiempo eh- saludaste.
El sargento caricias paró en el hizo el saludo militar.
-Buenos días teniente! Estamos listos para salir- respondió.
-Espera, esa niña va a venir con nosotros?! - gritó Azulín de entre los reclutas.
Le sonreiste de forma terrorífica haciéndolo retroceder un paso.
Nueva habilidad desbloqueada, intimidación.
El sargento Caricias se volteó con una notable vena de enojo hacia él, ya que en tan poco tiempo ya eran bastante amigos.
Ya saben, comiendo, juzgando a los cadetes y organizándose se pasa bastante tiempo.
-¿¡Qué les dije sobre respetar a su superior eh?! -
Este se exaltó y retrocedió nuevamente.
-Ya, ya, ni es para tanto- dijiste para calmar un poco la situación.
No lo habías notado, pero otra nueva habilidad desbloqueada, calmar osos.
Este suspiro e hizo la señal para salir. Todos hicieron caso y se comenzó la mini aventura a pueblo oso, y de ahí al bosque mágico.
Todos caminaban en silencio, al frente lideraban tú y el Sargento, seguidos de los soldados acomodados en pares y el padre hasta al final.
-Disculpa nuevamente por lo que dijo el cadete Azulín- dijo el Sargento.
Sonreiste agradecida. A primera vista el Sargento parecía ser un tipo rudo, y lo es, pero no tanto como se cree, sí grita basura cada que puede pero por lo general es un buen oso.
-Tranqui, está bien-
Este te miró y desvío su vista rápidamente.
No lo sabías pero le dabas mucha ternura, no sabía porqué, pero tal vez tenía que ver con tu pequeña estatura comparada con la de él, o tu amabilidad, o que lo tratabas como un amigo en vez de un colega militar.
Quién sabe.
Varios minutos pasaron en los que nada importante ocurrió más que pequeñas paradas en las que entre tú, el Padre y el Sargento revisaban si hiban por el camino correcto ya que eran las figuras de autoridad.
A lo lejos se alcanzó a ver el pueblo, el cual en cuanto se dio cuenta de que habían llegado empezaron con la fiesta.
Sonreiste a más no poder.
-Han llegado! -
-Hola!!! -
-Hijo saluda! -
Esos y muchos más comentarios salieron, gritos y música sonando por todas partes.
Viste a los cadetes correr hasta sus seres queridos, haciéndote suspirar.
-(Ha de ser bonito tener un hogar como este) - pensaste.
Sentiste una mano en tu hombro. Volteaste y ahí estaba el Padre al lado tuyo mirándote a los ojos.
Esperas, porque quien sabe a donde este viendo.
-Hay algo que te preocupa hija?- dijo.
(((PLS NO PIENSEN COSAS RARAS 😭 EL TÉRMINO HIJA ES CON PROPÓSITO RELIGIOSO NO INSESTUOSO)))
-Pues, eso creo-
Este te miró atentamente, suspiraste nuevamente.
-Es que yo no tengo quien espere ni reze por que vuelva sana y salva- miraste tus botas con un poco de tristeza.
El Padre quitó su mano posada y dió unos pasos al frente hasta estar contigo para voltear a verte.
-Si quieres, yo rezaré por tu bien- te sonrió.
Lo miraste, sintiendo un poquito caliente el corazón.
-Casi me olvido-
Sacó lentamente un colgante dorado, era en forma de corazón con un ojo en el centro.
-Corazón mimoso para tí- dijo y te lo ofreció.
Lo miraste ligeramente sorprendida.
-Para mí? - lo tomaste con cuidado.
-Sí, para tí- contestó.
Sonreiste felíz.
-Me ayudas a ponerlo? -
-Claro-
Este lo tomó y colocó el colgante de corazón mimoso en tu cuello, avanzó y asintió sonriente para proceder a irse.
La tristeza que tenías antes se había ido por completo, ahora estabas muy felíz por el regalo.
(...)
Ya estaban saliendo del pueblo oso, los habitantes despidiéndose a gritos y los cadetes respondiendo con saludos emocionados.
Miraste tu colgante entre tus dedos felizmente, para dejarlo y mirar al frente.
El Padre sonrió, dándose cuenta de que este había sido el día en el que más lo había hecho, le agradabas mucho, supuso.
-Soldados! - llamó la atención el sargento, quién corroboró que estuvieran todos.
-Es hora de salir! En unas horas anochecerá así que habrá que apurarse!-
-Sí señor! - gritaron al unísono.
Así fué como volvieron a iniciar con el recorrido, en el mismo orden del general y tu al frente seguidos de los cadetes y el Padre.
Esta vez se escuchaba un poco de conversación entre los cadetes mientras se adentraban más y más en el bosque.
Reconocias ese lugar, en especial esa colina.
Sudaste frío por un momento.
Sacudiste la cabeza y volviste a concentrarse en las quejas.
-Porqué hay tanto zancudo? - escuchaste al grandote llamado Fredd.
-Qué se yo, pero es molesto- contestó Pandi.
Reíste en voz baja.
Volteaste al cielo, notando que el sol se pondría en una o dos horas más.
-Ey Caricias- llamaste mientras seguias viendo al cielo.
-Sí? -
Paraste y le apuntaste al sol.
-Ya casi anochece, será mejor acampar aquí-
Este volteó a ver y asintió, se volteó y gritó.
-Cadetes! Comienzen a desempacar para acampar! -
-Sí señor! - respondieron y rápidamente comenzaron a hacerlo.
Notaste a Gordi casi que tirarse al piso para recuperar fuerza. Te acercaste a el disimuladamente.
-Estás bien Gordi? - te arrodillaste frente a él.
Este parecía transpirar, tomó una bocanada de aire y te miro con la sonrisa más amable que podrias imaginar.
-Sí señorita Tn, sólo estoy cansado- siguió respirando pesadamente.
Pensaste un momento y sacaste de tu bolsillo un dulce que te estabas guardando.
-Toma, es para que te dé un poco de energía- le sonreiste.
-Enserio? Gracias! - lo tomó e inmediatamente lo ingirió.
Reiste y te paraste.
-Recuerda que cualquier cosa me dices si? -
-Sí! -
Te fuiste caminando hasta donde parecía un buen lugar para poner tu casa de acampar.
Él se ve muy adorable.
Poco pasó para que callera la noche, las estrellas estaban afuera, algunas plantas bioluminiscentes brillaban y las cigarras dominaban el mundo auditivo.
Respiraste felizmente, hasta que algo olió horrible.
-Eww, qué Diablos es eso? - te dijiste a ti misma.
Saliste de tu casa de acampar y viste a Pandi y Fredd preparando la comida asquerosa que nos habían mandado.
Hiciste una mueca de solo pensar en comerte eso.
-Mejor busco algo mejor-
Te fuiste por tu cuenta a buscar cualquier cosa comestible.
Habían ballas por todas partes, te acercabas y si olian acidas no las tomabas, ya que lo recordabas del libro que te habían mostrado en el repaso de medicina, parece que tu nariz estaba adaptada a reconocer cuales eran o no ballas dañinas.
Poco pasó para que volvieras con tu casco lleno de una gran variación de estas.
-Ya está la cena! - gritaste, haciendo que los cadetes te miraran confundidos.
-De qué hablas?, si aquí está? - preguntó Achuchones.
Les mostraste tu tesoro hallado con orgullo, escuchando a los soldados emocionados.
-Esto SÍ es comida, tranquilos que estas ballas son seguras! - te acercaste hasta ellos y estos felizmente tomaron varias.
Todos se veían felices.
Sonreiste y tomaste lo que te comerias.
-Gracias teniente! - agradeció Sonri con su icónica sonrisa.
-Usted es la mejor! -
-Si! - gritaron los gemelos mimosin.
-Qué bien que trajo eso, esa porquería no es comida de ositos- siguió Achuchones.
-Que amable es usted teniente- dijo Gordi, el cuál estaba sentado al lado tuyo.
-Tienes razón, muchas gracias por salvarnos de tener que comer eso- dijo Coco, quien estaba a tu otro lado.
Sonreíste de lado a lado con los ojos cerrados.
- No es nada, un buen soldado debe estar bien nutrido- respondiste amablemente.
Tu pequeño plan de agradarles había funcionado.
-Y porqué parece que te preocupa tanto eh? - pregunto agresivamente Azulín quien estaba recostado en un árbol.
Lo miraste por unos segundos, segundos en los que había silencio.
Volviste a sonreír de ojos cerrados.
-No pienso volver a ver a mi aquipo morir, por eso me preocupa- respondiste haciendote la víctima.
Los cadetes se exaltaron, recordando que habías 'perdido' a tu equipo hace tiempo.
Notaste a los cadetes mirándole feo.
Después de un rato todos habían terminado e ido a dormir.
Estabas recostada en tu casa de acampar.
-(Ese Azulín parece tener problemas) - te volteaste y acomodaste para dormir
-(Quién sabe porqué) -fué lo último que pensaste antes de terminar dormida.
Fin del capítulo
He vuelto.
Perdon si tarde en actualizar, que los exámenes/proyectos/juntas me han consumido todo el tiempo Jajaja.
Pero vaya, alguna sugerencia de quien quieren que caiga primero por Tn?
Intereses amorosos:
Azulin, Gordi, Coco, Padre, Achuchones, Sonri, Sargento Caricias, gemelos mimosin.
Dibujos del capítulo:
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