Semana 2 de vacaciones de Sana:

— ¡Jihyo jamás será Cupido! ¡Jamás! ¡Yo merecía ser Cupido!

— ¿Por eso hiciste todo esto? Jihyo no pertenece ahí con los humanos ¡No pertenece! ¡¿Por qué no entiendes?! — sus muñecas estaban amarradas al igual que sus pies.

— Me vale porque tuve un poco de consideración al dejarla viva.

— Igual así ella esté muerta, tú no serás Cupido ¿De acuerdo? — ¿Qué putas estaba la diosa Destino ahí? ¿Por qué no la ayudaba con sus muñecas amarradas? Ah no, olvídenlo. Con un chasquido de dedos hizo que las ataduras desaparecieran.

— D-Diosa Destino ¡Es una equivocación todo!

— Ay no manches tú solito te dejastes, pendejo — la Diosa Destino miró a Sana dando a entender a que se callara de una buena vez.

— No, no, no, ya lo sé todo ¡Gracias por la información! ¿Sabes por qué no eres Cupido? Porque no tienes el otro extremo de tu hilo rojo, porque lo mataste.

— Sana y Jihyo serán felices en el mundo de allá abajo ¿Quieres ser Cupido? Que pena que no pasará... Bueno ya veré qué hago contigo, Sana cuenta tres veces y despertarás pero tienes que volver a ver a Jihyo.

— ¡¿Qué?! Bueno... Ni quería estar aquí... Uno... Uno y medio...

— Sana.

— Bueno ya ¡Espérese! Dos y tres.

— No debo dejar que tomes en exceso otra vez, Sana — habló ella mientras salía de la ducha con una toalla alrededor de su cuerpo.

— ¿Hice algo?

— Solo diré que nunca que te había visto con un chico ¡En mi vida! — Sana se ocultó entre las almohadas, tenía demasiada vergüenza ¡Mucha vergüenza!

— Bueno ya pasó ¿Dormiste bien? — habló ella lanzándose a la cama quedando al lado de ella — Soñé algo muy extraño pero no importa.

— ¿Otra vez con tus dolores de cabeza Jihyo? — Jimin se movió con su silla de ruedas para alcanzar la mini mochila con una de sus pastillas que debía tomar.

Estaban en un pequeño jardín, ella se había sentado en una banca. Estaba vacío y el clima estaba nublado como siempre.

— Es que... Nos acabamos de conocer hace unos días pero hay algo que debo contar a alguien ¡Por qué no puedo tenerlo oculto!

— Cuéntame todo Hyo — ambos revisaron su alrededor, no había nadie. Jimin sacó una bolsa llena de papas para ambos — Siento que conozco a Sana de alguna parte ¡Yo lo sé y estoy segura! Por eso mis dolores de cabeza, quiero recordar pero ¡Ahhh! No puedo.

— No te duermes que puedes ponerte mal por es-

Se callaron cuando escucharon algunos reclamos de ¿Jungkook?

— ¡No es justo Taehyung! Todos piensan que solo somos amigos y que tú tienes planes con el doctor Han ¡Le voy a sacar un ojo! — guardaron rápidamente la comida y estaban impresionados, se veía la silueta de Jungkook detrás de un árbol junto al doctor Taehyung.

— Bebé es difícil para mí en estos momentos decirl-

— ¡¿Difícil qué?! ¿Acaso te avergüenza decir que yo tu novio durante estos tres años? — exclamó al borde de las lágrimas.

— Son pareja Hyo, me debes un jugo de la cafetería— Jihyo seguía con vista al árbol, quiso gritar cuando Jimin le jaló un mechón de pelo — El doctor Jung siempre te da un jugo, no fastidies ¡Ni me jales el cabello!

— ¿Qué hacen aquí? Oh... Deberíamos dejarlos solos, últimamente están peleando mucho y pues Kim es un idiota — Jimin fijó su vista hacia arriba como si fuera el mismísimo sol era nada más y ni nada menos que el doctor Jung, Jihyo palmeó la mejilla de Jimin haciéndolo reaccionar.

— Vamos a sus respectivas terapias chico y Jimin... ¿Por qué usas la silla de ruedas si puedes usar las muletas? — Jihyo quería reír, ella podía caminar normal aunque con un poco de dolor pero Jimin solo tenía una pierna fracturada por un accidente pero ambos se estaban recuperando muy bien ¡No le veía sentido!

— Es que es más cómodo, doctor.

— Pero tienes que acostumbrar tus músculos para que vuelvas a caminar como siempre.

— ¡Ih~ te calló de una, Jimin!

— Cállate Jihyo.