— Hijo de puta — susurró Jungkook viendo como Yoongi y Hoseok se estaban besando.

Quería dejar el apetito de gomitas de ositos e irse a llorar debajo de un puente.

Giró y vió el rostro serio de Taehyung, puso su brazo alrededor de su hombros en manera de un abrazo.

— ¿Quieres gomitas de ositos? — preguntó viendo cómo Jungkook asentía sin mirarlo a los ojos.

Taehyung ocultó a Jungkook con su abrigo mientras pasaban al lado de la pareja. Al menor le gustaba la calidez que se sentía al lado de Taehyung.

— Dame dos de gomitas de ositos, sin las de color verde por favor.

¿Cómo sabía? ¿Cómo sabía que a él no le gustaba las gomitas verdes? Sus pequeñas manitos se aferraron más a la camiseta negra de Taehyung cuando sintió la mano grande acariciar su cabello como si fuera algo tan delicado que podría romperse con mínimo contacto brusco.

Jungkook sintió frío al despegarse de Taehyung para recibir sus gomitas pero de inmediato le colocó su abrigo en sus hombros volviendo a entrar en calor.

Taehyung se agachó un poco para quedar a la altura de Jungkook, tomó el rostro del pequeño y lo acercó demasiado al de él juntando ambos labios formando un dulce beso que fue correspondido.

Claramente Jihyo lo estaba haciendo todo.

— Sería una pena si Yoongi lo ve ¿No? — unos segundos después el pálido vió aquel beso de ambos. Jungkook tenía las manos entrelazadas en el cuello del mayor profundizando más el beso de ambos.

— Se supone que esto sobre mí no sobre ustedes dos, se ven lindas como pareja — habló Taehyung golpeando suavemente el hombro de Sana.

— Nos vemos chicas, tengo que hablar de unas cosas con Jungkook ¿Sí? — Taehyung le guiñó al ojo a Jihyo para irse con Jungkook abrazándolo.

Jihyo estaba abrazando el torso de Sana, no tenía planes de soltarla. Le encantaba pegarse a su pecho y escuchar el corazón de ella latir a mil.