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Olimpiadas

Auggie era lindo... o lo fue las primeras veinticuatro horas hasta que descubrió que puede llorar tan fuerte como para destrozar los tímpanos de alguien.

Eran algo de la madrugada y usualmente tiendo a estar despierto pero en esta casa ya no se podía dormir.

—Donde están tus otros audífonos —dijo Grace entrando quitándome los míos haciéndome escuchar los chillidos.

—Creo que mamá los robó —me queje— o alguien de esta casa.

—Tengo un examen mañana y necesito dormir —se quejó— dame tus audífonos.

—No, largo —gruñi.

Mi hermana salí molesta.

—Callen a ese bebé —gritó Nini.

Bufé para ponerme mis audífonos de nuevo, mañana eran las olimpiadas Inter escolares y tenía que dormir bien.

Desperté temprano pues debía irme muy tempranito, para mi sorpresa el bebé seguía llorando.

Entré a su habitación para cargarlo.

—No podemos seguir así Angus —lo regañé— debes dejarnos dormir.

El bebé se calmó en mis brazos, besé su frente... era raro la confianza que se creaba con una personita que acababa de conocer.

Escuché el sonido del clic para ver a Ma con el teléfono.

—No me disculpare tenía que tomar la foto —señaló— ya te vas amor.

—Si son mis olimpiadas —aclaré— toma al chillon —se lo entregue.

—Cierto mucha suerte mi niño —besó mi mejilla— aunque no la necesitas.

Asentí para despedirme, Gabo ya estaba en la entrada con su café.

—¿Cómo está mi niño favorito? —pregunto con muchos ánimos.

—Cansado, Auggie no me dejó dormir —bufé.

—Me refería a él no a ti traidor —golpeó mi hombro.

Seguía molesto porque no lo había llamado para ver al bebé nacer.

—Ya me vas a perdonar —bufé poniendo los ojos en blanco

—Nunca —dijo herido.

Negué, al llegar a la escuela ya había mucha gente pues nos iríamos a la montaña para las "olimpiadas"
Un evento que se hacía cada años con las escuelas más fuertes.

—Cuando vere al bebito —insistió.

—Cuando estén seguros de que no tiene alergias como yo —me queje.

Gabo suspiró para asentir y rodar los ojos.

—Vamos prometí ver a Jess antes de irnos —señaló.

—Bien —asentí— pero te espero acá las porristas siempre me atacan, ademas no quiero cruzarme con Talia.

Gabo asintió riendo para irse.

Me quedé guardando las cosas cuando sentí un pellizco en mi mejilla.

Me giré para mirar al dueño de la mano que iba a morder.

—Perdón, no me mates — dijo Cal algo nervioso.

Suspiré para asentir y sobar mi mejilla.

—¿Cómo estas cupido? —me preguntó— te sienta bien ser hermano mayor.

—Agh la hamburguesa no deja de llorar —bufé— pero cuando no lo hace ciertamente es lindo.

Cal sonrió para asentir.

—Yo... estaba pensando qué tal vez tú y yo... podríamos ir en el autobús juntos... solo si tú quieres —dijo nervioso.

—Si quiero —asenti— pero porque lo pides tan nervioso.

Una risita  más nerviosa salió de él.

—Es que no se como... llevar esto o si es amm voy muy rápido —explicó confundido.

—Ya nos besamos lo olvidaste —le recordé— puedes compararlo con eso, si es más que el beso podemos hablarlo y ponernos de acuerdo, abajo de eso estoy de acuerdo con todo.

El chico asintió.

—Ya vine... no me digas te irás con el —bufó Gabo cruzándose de brazos.

—Ah está bien si quieren ir juntos yo...

—Está de celoso déjalo —negué— además él se irá con su novia no.

—La traición —negó Gabo modo víctima.

Los entrenadores de todas las disciplinas empezaron a llamarnos para que entráramos a los autobuses, me senté a lado de Cal mientras Gabo claro ya había huido con su chica.

—Muy buena decisión Timbo —dijo Padi acostado sobre las piernas de Matt— tienes más futuro en el basketball

—No me he cambiado de equipo —contesté— y estadísticamente soy mejor en el arco.

—Pero en el arco estas solito —señaló Padi— aquí nos tienes a nosotros.

—Deja Timbers en paz —dijo Matt golpeando la cabeza  del castaño con los dedos.

Se empezaron a pelear pero terminarían comiendo algo juntos de eso estoy seguro.

—Sería genial tenerte en el equipo—asintió Cal.

—Probablemente, o deberías probar con el arco —añadí.

—Ya pero eso probablemente terminaría con alguien con una flecha en el cuerpo —bromeó.

Eso nunca había pasado... por lo menos no aquí.

Durante el camino nos pusimos a ver una película de acción en su tableta.

El camino no era tan largo pero había algo de tráfico, al llegar mi trasero me dolía, la escuela de la montaña... era para chicos ricos claramente, tenía unas grandes instalaciones de primera.

Nos dieron nuestros horarios al llegar, la inauguración era todos juntos sin embargo posteriormente los grupos se dividían.

—Me tocó en la zona C, área libre —dije mirando mi horario.

—Zona B —se quejó el moreno— ¿Me iras a ver?

—¿Quieres que vaya? —pregunté confundido— probablemente los destrozaran.

—Eso... es cierto, pero si, te quiero ver ahí —asintió.

—Trataré, aunque no tienes que irme a ver, ya sabemos como terminará —asenti.

—Bastante arrogancia en un chico tan pequeño —dijo uno de mis adversarios.

—No es arrogancia si lo compruebas con resultados, son afirmaciones— aclare.

El chico solo puso los ojos en blanco para irse.

—Si que tienes enemigos —dijo mirando al chico con molestia.

—Está bien, puedo con ellos —lo calmé— vamos.

Recorríamos los pasillos asombrados de la escuela hasta que sentí unos brazos rodeándome para  levantarme  por los suelos.

—Hola Oti —Saludé.

—Hola Tim —dijo bajándome— me alegra que estén aquí, les daré un tour cuando acaben si gustan.

—Desde aquí veo tus sucias intenciones Oti, no te lo vas a traer aquí —regaño Cal.

El chico sonrió negando, me percate de lo adorable que era al sonreír, se hacían unos grandes hoyuelos en sus mejillas además de que sus ojitos se hacían chiquitos.

—Joder eres muy lindo —afirmé.

—Oye —dijo Cal confundido— ya se lo dicen bastante no se lo subas mas.

—Aw gracias Timmy tu también estas lindo —sonrió revolviendo mi cabello.

Unas voces llegaron, aquellos gemelos se acercaron con él para abrazarlo.

—Chicos el es Tim, Tim ellos son Chip y Dale —los presento.

—Como las ardillas —mencione.

—Así es —dijo uno de ellos— tú eres cupido no

—Es verdad que nos puedes juntar con cualquier persona —agregó el otro emocionado.

—Porque hay una gemelas...

No conocían lo que es el espacio personal pues ya estaban sobre mi.

—Dejenlo tranquilo si —dijo Oti quitándomelos de encima— los veo después.

—Encantadores no es cierto —agregó burlón— quédate más de una hora con ellos y querrás arrancarte los oídos.

—Oti tiene suerte —sonrei.

—Es verdad, ese cabron si no te quieres escuchar solo se quita sus implantes —gruño divertido— anda vámonos.

La ceremonia fue bastante aburrida pero al final me tuve que ir a mi zona.

—Te veo después —dijo él nervioso para darme un beso en la mejilla.

El chico se fue mientras Gabo nos miraba.

—Así que ya son novios —dijo Gabo emocionado— me parece bien cupido pero que no se te olvide que yo voy primero.

—¿Y yo voy primero antes que Jess? —señale.

—Claro... pero que no se entere —asintió— vamos tienes que patear traseros ricos

Asentí, era la escuela de la montaña, la del centro que es la nuestra y los del sur.

Mientras practicaba Oti estaba a un lado corriendo con las ardillas.

—A los ricos si que no les importa su seguridad —negó Gabito— el viernes es mi cumpleaños irás verdad.

—Claro —asentí.

—Puedes llevar a Cal si quieres —añadió.

Lo miré sorprendido.

—Seguro —dije no muy convencido .

Mi moreno asintió.

Una sonrisita se hizo en mi rostro, Oti llegó.

—Vengo a desearte suerte —sonrió.

—Espero que no te dé una flecha —asentí— ya te vi correr así que no creo que necesites suerte.

El chico negó, estaba nervioso por alguna razón.

—¿Quieres preguntarme algo? —insistí ante su mirada.

—Estoy enamorado —confesó.

—Sería un halago que fuera de mi pero creo que no es así —susurré— es alguien que conoces no es así.

—Es mi prima —confesó.

—Ah la endogamia no es un tema en el que yo...

—No, no — negó— es hija del mejor amigo de mi papá, por eso decimos que somos primos pero no estamos emparentados.

Asentí, su carita me lo decía todo estaba flechado, pero muchas veces esas flechas no atravesaban a las dos personas.

—¿Está aquí? —pregunté.

—Es la morena de haya —señaló.

Otra chica con cara de Diosa... una piel morena con un gran cabello rizado.

—Linda —asentí.

—Entoces —dijo nervioso.

Mire al chico, ya me había percatado de ella cuando Oti corría.

—Te puedo dar una respuesta, pero la verdad es que sea cual sea nunca será suficiente por ti —palme su hombro.

— Ya me los suponía —suspiré— pero la esperanza muere al último no —dijo con otra sonrisa falsa.

—Yo... creo que cada uno estamos destinados a encontrar el amor, solo hace falta esperar y no estar cerrado a el —lo calmé.

En realidad creía que teníamos que hacer un Match biológico y listo pero no sonaba digno de un cupido.

El moreno sonrió para asentir e irse, veía amor entre ellos, pero no todo el amor es igual.

Lo vi ganar su competencia para iniciar la mía.

Yo solo competía en los individuales así que era la última competencia.

—Ve por ellos campeón — me animó Cal con la nalgada obligatoria.

Negué para salir y empezar con esto una vez por todas.

En papel la competencia no perjudicaba en nada a los torneos oficiales pues esta sólo era una competencia "amistosa" pero cupido no fallaba en sus flechas y tampoco yo.

Uno a uno fui eliminando a los contrincantes hasta el último dejando a Dylan al final.

—Sabes...

—Ahórratelo... la última vez quedaste como pendejo por anadarme retando —señalé.

—Suerte Tim —sonrío burlón.

Me había hecho enojar este cabron, ya iba a ir tras él cuando me jalaron del arco.

—Tranquilo, derrótalo como sabes —me calmo.

Bufé para asentir e ir a la línea, tiros fáciles pero este cabron me seguía muy de cerca y odiaba admitirlo, era bueno.

En el último tiro su flecha llegó al ocho, sonrei porque ya era algo ganado.

Me dispuse a tirar respirando tranquilamente pero justo en ese punto un grito de aliento me distrajo y mi flecha fue a dar en el nueve.

¡Nueve! Mi flecha nunca había dado en ese número a menos que yo quisiera.

El cabron a mi lado se empezó a reír.

—Fallaste —señaló.

—Aún así te gane —le recordé.

—No, no, fallaste ese tiro y así como lo veo el que gano fui yo —sonrió burlón para irse.

Cal llegó contando el dinero.

—Estuvo cerca —susurró Gabito— aún así ganaste.

—Yo... falle —dije irritado.

Gabo me miró, me estaba alterando un poco.

—Venga vamos —dijo jalándome— te compraré una paleta de hielo, de seguro aquí son buenas.

—Me quiero ir a casa —gruñi.

Mi amigo asintió, mientras investigaba cómo volver Cal llegó a mi.

—Estuviste asombroso —dijo abrazándome

—No —me aparté algo molesto.

—Que ocurre —dijo confundido.

—Me distrajiste y por eso me equivoqué —me quejé,.

—Yo... sólo intentaba apoyarte —murmuró dolido.

—Pues no lo hagas si me harás perder —me cruce de brazos.

El chico me miró confundido.

—Según recuerdo ganaste —señaló

—Falle y yo nunca fallo —me queje.

—Tim fue un punto en un partido que no vale —expresó— cálmate si no fue nada.

Y sus palabras me hicieron enojar... porque si quería ser el mejor no podía pensar así.

—Por eso siempre pierden... porque no se lo toman en serio —me queje para darme media vuelta e irme.

—Tim espera —me llamó.

—No —dije molesto— ve a tu partido, a perder como siempre.

En esos momentos solo estaba enojado... aunque tal vez mis palabras lo habían lastimado.

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