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La muerte de cupido

La anafilaxia es una reacción alérgica aguda que de no tratarse es completamente mortal... segundos son los que pasan para que tu garganta se cierre y termine por matarte, pero esta no era mi primera reacción.

—Tranquilo Tim —dijo Mamá corriendo al botiquín de la cocina.

Ma se acercó a mi para calmarme.

—Vas a estar bien cariño —dijo ma tratando de calmarme y no alterarse ella por su embarazo.

En esos momentos... la desesperación era grande en mi, pero para todos los demás la mejor opción era tomarlo con calma y sin alterarse.

Gabo me ayudó a sentarme en el piso dejando libre mi muslo lo que implicó que mis bóxers de tiburón se vieran, a este punto sentía que mi cuerpo ardía y respirar era difícil, se podía escuchar entre mis intentos de respirar con mis manos en mi cuello ante la picazón.

Mamá llegó corriendo arrodillándose a mi lado para destapar el tapón de la EpiPen.

—Ahí va cariño —me anunció ella para sin más inyectarme.

Ese golpe en mi muslo para luego sentir esa sensación de poder respirar, un ataque de tos seguido de un respiro.

—Ya está, respira si —dijo Grace a mi lado— respira.

Asentí realmente cansado, con un gran dolor de garganta y era probable que estuviera en ronchado, habían pasado no más de tres minutos que había sentido eternos.

Me recargue en Gabo mientras me recuperaba, esperando que me dejaran de ver con lastimas las dos personas que nunca me habían visto así.

—¿Kori que le pusiste a la comida? —preguntó Ma tranquila.

—Yo... no use nada de la lista lo prometo —dijo ella aterrada.

—Está bien cariño estas cosas pasan pero necesitamos saber que le pusiste, es importante para saber cómo lo van a tratar —le pidió Ma tratando de calmarla también.

—Am el pollo, sal, pimienta, harina y altramuces —dijo recordando— no hay nada de la lista yo... me aseguré bien yo...

—Debieron ser las altramuces —dijo Mamá tomando las llaves del coche— es un tipo de legumbre no está en la lista porque no se comen aquí pero debió ser eso.

Mamá era chef por lo que sabía mucho de comida, yo en mi vida había escuchado esa cosa.

—Ay dios yo... lo siento no sabía —insistió ella con lágrimas en sus ojos— yo no... no fue mi intención... yo

Cal la abrazó para calmarla, y otra vez sentía esa cosa extraña en mi estómago... seguro era una reacción secundaria del medicamento.

Mi amigo me ayudó a levantarme, con mi hermana y mi madre nos fuimos al hospital de inmediato.

Mi primera anafilaxia fue cuando tenía un par de semanas de vida y mamá había comido maní que me pasó por su leche, ese fue el inicio de mis alergias, idas y venidas al doctor, miles de exámenes y acoplarme a una dieta especial... fue demasiado.

Las anafilaxias no siempre terminaban con mi garganta cerrándose, podía iniciar con la inflamación de mi rostro, una tos, urticaria entre otros síntomas.

Aún así siempre terminaba entrando por la puerta de emergencias en cualquier situación, oxígeno, una intravenosa y estaba mejor.

—Te ves gracioso —se burlo mi hermana tomándome una foto.

—Tu lo haces todo los días sin necesidad de tener alergias —ataque.

Mi hermana mayor puso los ojos en blanco para enseñarme la foto, no me veía tan mal para mi suerte, estaba un poco rojo y las ronchas solo estaban en mi cuello, pero la inflamación no era tan grande.

Mamá regresó con algo de la máquina para que comieran pues ni siquiera habían podido terminar de comer.

—Ya nos podemos ir —me quejé.

—Un par de horas más si cariño —dijo mamá— ¿Cómo estás?

—Pues ya perdí mi reservación —me quejé mirando el reloj.

Mamá suspiró para tomar mi mano.

—Supongo que este a sido tu peor cumpleaños —murmuró mamá.

—He tenido peores —la calmé— para la otra solo comida ya aprobada por mi de acuerdo.

Mamá asintió para revolver mi cabello.

—Es tu culpa por ser alérgico a todo —me culpo mi hermana— Kori solo cumplió con la estupida regla de regalos hechos a mano.

—Grace —regañó mamá— esos regalos valen más que cosas ostentosas y vacías que el dinero puede comprar.

—Ya pero así acabamos aquí —señale.

Mamá se cruzó de brazos para comerse la barrita derrotada.

Mi doctor vino a revisarme después de casi ocho horas en el hospital.

—Bueno Tim te voy a dar el alta —vió mis exámenes— hay que tener más cuidado con lo que comes de acuerdo.

—Fue un intento de asesinato Doc —negué— se quieren apoderar de la casa y excluir al único hombre.

—Es verdad, lo podemos dejar aquí de una vez —le siguió mamá ayudándome a poner mi suéter.

El doctor negó divertido dándome mis medicamentos extras y una paleta en forma de corazón por el día de san Valentín.

Me fui a casa, ya eran cerca de las dos de la mañana por lo que ya se había acabado mi cumpleaños.

Al llegar ahí estaba Ma esperándome.

—¿Cómo estas mí Niño? —dijo Ma abrazándome.

—Cansado —contesté— pero bien, me iré acostar.

—Si ve —dijo Ma besando mi frente.

Si estaba cansado pero no como para dormir, tomé mi teléfono para ver los mensajes.

Don Gabo 🫡
Aún vivo?

T.L 🏹
Para tu desgracia 👍🏼

No era el único que me había mandado mensaje.

Jess 🏳️‍⚧️
¿Como sigues nene? Ya mejor.

T.L 🏹
No morí... por desgracia

Pero el que más me importaba estaba ahí.

C.B 💙
Tim... estas bien?

C.B💙
Tu hermana dice que si, espero estés mejor.

C.B 💙
No te molestes porque hablé con tu hermana... sólo quería saber que estabas bien, me espantaste cabron

C.B 💙
Avísame cuando estés mejor y perdona tantos mensajes

T.L 🏹
Estoy bien no te preocupes.

Me tiré en cama viendo las bolsas de regalo que había ahí, Jess me había regalado unos nuevos audífonos pues Nini los había tirado a la piscina.

Mire el otro regalo, esa bolsa de regalo con un dibujito de balón me hizo saber de quien era.

Era un nuevo guante, se había fijado que el viejo ya estaba algo desgastado.

Mi teléfono sonó, el nombre Caleb apareció en la pantalla de mi teléfono.

—Vete a dormir Caleb estoy bien —dije de inmediato.

—Es que me preocupaste mucho —señaló triste— te pusite mal y...

—Y me viste el trasero, fue vergonzoso —negué — podemos dejarlo así.

—Vi tus calzones de tiburón —corrigió riendo después de suspirar— solo quería asegurarme de que estás bien.

—Sigo en ronchado y rojo pero estoy bien —lo calmé— no es la primera vez que me pasa y desgraciadamente no será la última así que tranquilo.

—Bien —se calmó— te dejaré descansar.

—Duerme tu también si —mencione— y gracias por el regalo.

—Feliz cumpleaños Tim —me felicitó— y no seas tan rudo con Kori, no fue su intención lastimarte.

—Lo sé —mencione.

Y la verdad era que aunque me había arruinado el cumpleaños sabía que no era intencional.

Salí al balcón para tomar algo de aire fresco.

—Así que... no moriste —dijo Kori sentada en su parte de balcón.

—Bueno pues tu intento de asesinato veo que no funcionó —mencioné mirándole.

—Yo no inten...

—Tranquila sé que no —la calmé— no serías la primera en intentar matarme.

La chica me miró confundida para arquear la ceja.

—Grace me lanzó de las escaleras a los cuatro años —dije mostrándole la gran cicatriz de mi pierna— Jade en su etapa de voleibol me tiro una pelota a la cabeza y me provocó una contusión y Nini... me amenaza con un maní cada que tiene oportunidad.

Una pequeña risa que aligero el ambiente.

—Tus madres me dijeron que se deban regalos hechos a mano por los cumpleaños... te iba a dar una tarjeta pero Caleb dijo que algo más elaborado sería mejor —bufó molesta— no le vuelvo a creer nada.

No me esperaba ese intento de asesinato indirecto... lo dicho me hizo pensar que al menos lo está intentando.

—Sé que no es fácil tratar conmigo, sé que no a muchos les gusta mi encantadora personalidad —afirmé la realidad— y el autismo no me lo hace más fácil pero... quiero que sepas que aunque fallaste en matarme no te culpo.

La morena suspiró para levantarse y recargarse en el barandal más cerca de mi.

—No solo eres tú, las figuras varoniles en mi vida tienden a decepcionarme o herirme así que puede que llegara un poco a la defensiva contigo —contó.

Era perfectamente razonable... no sabía nada de cómo había sido su vida antes de llegar aquí.

—Y yo... lamento haber arruinado tu cumpleaños —se disculpó.

—Es solo un día lleno de estrategias para vender más regalos —la calmé— tendré más si no termina de matarme alguna de las mujeres en esta casa.

Una vez más otra risa que calmó más el ambiente.

—Sabes tú no sabes nada de mi y yo no sé nada de ti —te parece si empezamos de nuevo.

Quien diría que casi matar a alguien podía arreglar la relación fraternal.

Extendí la mano desde el lado de mi balcón para darle la mano.

—Soy Tim Love —me presenté.

—Kori Pearson —me estrechó la mano— espero conocernos mejor.

Asentí para soltar su mano.

—Puedo preguntar porque Caleb te dijo que hicieras algo más elaborado para mi cumpleaños — pedí confundido.

—Bueno sabe que no somos muy cercanos y dijo que hizo galletas para ti y bueno una cosa llegó a otra así que me recomendó hacerlo —murmuró— se ve que se llevan bien.

—Supongo —asentí.

—Siempre habla de ti —me sonrió— y de su equipo de baloncesto.

—Más del baloncesto —aclaré la verdad.

—Si ese chico tiene un problema —aceptó riendo.

Asentí para bostezar, ya empezaba a sentirme cansado.

—Deberías ir a dormir —me miró.

—Tu igual —me froté los ojos.

—Descansa Tim —sonrió— y tranquilo aún rojo y con ronchas te veías bien.

—Lo sé —asentí— descansa.

Me metí a la habitación para acostarme sintiendo todo el peso, después de todo había sido un día muy cansado.

A la mañana siguiente desperté temprano para convencer a mi mamá de que me llevara a cumplir mi regalo de cumpleaños.

—Tenemos la venta de la casa hoy Tim —dijo Mamá llevando sus cosas al auto.

—Ayer ya no pude ir... quiero ir hoy —insistí.

—Vas a cada rato Tim —me calmó Ma— puedes ir mañana, además quiero que descanses.

Gruñi para cruzarme de brazos, Ma suspiró para ver a Kori quien venía bajando.

—Si quieres ir que te lleve Kori —aceptó.
—¿Manejas? —pregunté confundido.

—Claro, tengo mi licencia desde hace meses —afirmó.

Mamá me miró, pareció más amenaza pero accedí, me preparé para irnos... esto avanzaba demasiado rápido.

Puse el navegador para que me llevara a mi lugar favorito... el acuario.

Algunas personas en mi espectro les obsesionan los pingüinos, algunas las ballenas y los insectos pero a mi... a mi me encantan los acuarios, aquella oscuridad con luces y una gran calma... era mi lugar especial.

—Llevamos veinte minutos viendo una medusa hacer nada —se quejó Kori— podemos avanzar, no sé ver los tiburones o el show de los delfines.

—Puedes irte adelantando si quieres, yo me quedaré aquí otro rato —la anime.

—Por eso dijo Grace que me deseaba suerte —comprendió— iré por comida.

—Aja —asentí.

Ella se fue dejándome con las medusas... mis favoritas.

Mientras me quedaba viendo las medusas una discusión llamó mi atención... atención que iba a pedir que guardara silencio cuando me percaté de esa cara conocida... era Caleb acompañado de su madre o así la había llamado.

Era una discusión al parecer, sabía que no debía chismosear pero era interesante, además de que Gabo siempre dice que el chisme siempre gana.

—Tim... —me llamó la voz conocida.

Me habían cachado...

Cupido acorralado 😰😰

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