Hombres muertos
La sociedad... es una mierda, y era una lástima que por personas tan idiotas e intolerables dañaran persona que no lo merecían.
La intolerancia dicen que no es problema del intolerante si no de la causa, que son ellos los mismos que se deben adaptar a las normas, claro si yo como un yogurt sabiendo que soy intolerante a la lactosa, de quien es la culpa mía o del yogurt... hay que ser muy estupido para no entenderlo.
En el camino sentía un montón de emociones que no podía explicar.
—Tranquilo ya casi llegamos —besó mi frente Cal mientras me tenía sostenido en un abrazo.
—Hay agua en mi cara —me queje.
—Son lágrimas —explicó secando mis ojos.
—No me gusta —negué irritado.
—A nadie le gusta llorar por que lastiman a las personas que amas pero así pasa, y está bien puedes sacarlo —me calmó— llora, grita o golpea, puedes desahogarte no te juzgaré.
Negué para recargarme en su hombro cansado, al llegar al hospital ahí estaba mi amigo sentado con los ojos hinchados por llorar.
—Gabo —lo llamé llegando a su lado— ¿Cómo está ella?
—No sé... no me dicen nada, sus padres están adentro —dijo con tristeza.
Me giré para ver a Oti y Cal que mantenían su distancia.
—Puedes hacer algo —pedi nervioso
El chico asintió para irse con Cal, mi moreno me miró confundido
—Su abuelo es el dueño —conté— que... fue lo qué pasó.
—Al parecer la habían estado molestando unos chicos de la escuela, no pasaban de los típicos comentarios transfóbicos pero hoy saliendo de su trabajo se los topo, estaban ebrios y la atacaron —contó con un nudo en la garganta.
—A ellos... ¿ya los atraparon? —pregunté molesto.
El chico asintió.
Podía notar la tristeza e impotencia en su rostro.
—Gabo, Tim —dijo el padre de Jess— ya pueden pasar
Nos levantamos de inmediato.
—¿Como está ella? —preguntó Gabo de inmediato
—Tiene varios rasguños, un brazo y costilla rota, y un ojo morado pero lejos de eso está bien —asintió— venga los está esperando.
Seguimos al señor para entrar a su habitación de hospital... se veía mal, estaba hinchada y llena de vendas.
—Gabriel Máximo Díaz si vas a llorar mejor no entres —le ordeno ruda.
—Pero es que... —las lagrimitas empezaron a fluir de sus ojos.
—Cálmate si amor —le pidió ella— ve date una vuelta, tomate un refresco y cuando estes más tranquilo regresas por favor.
El chico sorbió sus mocos para hacer lo que su mujer le pedía, entré para sentarme a su lado.
—Debiste ver cómo quedaron los otros —dijo burlona.
Tenía una sonrisa en cara.
—Porque no nos dijiste —insistí
—Ys sabes como es Gabo de sobreprotector, además no quería una flecha atravesándolos —bromeó
—Quien dice que no puede llegar una flecha perdida cuando los trasladen —señale
Ella soltó una risita que le dolió, la chica tomó mi mano dolida.
—No entiendo Jess, como es que después de lo qué pasó estás así de tranquila —murmuré confundido— me explicas.
Ella sonrió para acariciar mi cabello.
—Porque estoy viva —señaló— podría tener miedo, odiar a todos por lo que me sucedió... pero que gano con eso, elijo estar viva y vivir la vida que tengo, rodeada de las personas que más me importan.
Asentí sin entenderlo del todo, pero tenía un punto.
—Además yo creo que fue la anestesia pero te juro que vi a un chico lindo entrar a mi habitación— contó riendo.
—Es Oti —asentí— no es la anestesia así de lindo es.
—Disculpa conoces a ese papucho—dijo intrigada— seguro que no te equivocaste con las flechas porque digo ambos son morenos y...
—Jessica Tremblay yo me estoy muriendo de la preocupación por ti y tu tratando de cambiarme—llegó Gabriel indignado
—Lo viste —señaló
—Eh... a quien engaño seguro que no lo confundiste para mi, digo es moreno... —dijo entrando por fin
Negué serio, era hombre enamorado.
Gabo se sentó a lado de su mujer para mirarla con sus ojitos llorosos.
—Lo siento, debí estar ahí y protegerte...
—Que insinúas que no puedo hacerlo yo sola —le señalo.
—Pues no mirate —dijo pasando su mano en su mejilla—debes apoyarte en nosotros también.
—No quiero eso... esto me pasó a mi y está bien, pero si los hubieran lastimado a ustedes yo... no me lo hubiera perdonado —afirmó
—Pero eso hacen los buenos amigos no, se apoyan incondicionalmente aunque puedan salir heridos —señale una de las reglas que me habían enseñado.
Gabo me miró para señalarme.
—Si Tim que no entiende las reglas sociales lo entendió porque tú no —la regaño— ambos nos partiríamos la madre por ti me escuchaste.
Mi amiga asintió con un par de lágrimas en sus ojos
—Está bien prometo contarles todo —afirmó.
Le dimos medio abrazo para evitar lastimarla.
—Muy bien Tim ahora pasemos a lo importante, como te fue —pidió cambiando de tema
—Ah bueno sus abuelos me adoran y todo iba bien hasta que llegó su madre, casi me mata con una comida con nueces y luego me atacó diciendo que era asombroso que un autista se enamorara —conté— así que me sacaste en el mejor momento.
Mi chica frunció el seño, con aquel ojo morado era realmente intimidante.
—Nada más se sana mi costilla y esa señora va a ver —amenazó.
Asentí, así era ella.
—Hola chicos, lamento interrumpir pero me llevo a Jess hacerle unos estudios más y luego la subiremos a otra habitación —dijo un doctor entrando
—¿Cómo que a otra habitación? —preguntó insegura
—A una arriba —sonrió lo que sabíamos que quería decir— al parecer tienes contactos chica.
Mi morena sonrió dichosa, al salir ahí estaba Cal con Oti esperando.
—Timmy —me miró Cal— ¿Cómo esta ella?
—Bastante bien a decir verdad —asentí cansado— Gabo, él es Oti —lo presente— Oti él es mi mejor amigo Gabo
Mi chico se acercó al moreno para agradecerle
—Gracias —dijo abrazándolo
Oti aceptó el abrazo con gusto para calmarlo,
—Quieres que te lleve a casa —mencionó abrazándome.
—No, nos quedaremos aquí para pasar la noche con ella —lo calmé— es una pijamada de hospital dice ella.
—Quieres que me quedé contigo —dijo inseguro
—No gracias, en estos momentos Jess solo quiere privacidad y Gabo me necesita y el...
—Me odia lo entiendo —asintió risueño
—No lo creo, es muy celoso solamente —lo calmé— además de que tu madre ya está en la lista negra de jess y sería incómodo tenerte ahí.
Cal asintió para besar mi frente
—Tranquilo está en la lista de muchos —asintió— llámame si necesitas algo de acuerdo.
—Está bien —asentí para besar sus labios.
Mire al mi amigo que seguía aferrado al otro moreno gimoteando
—Ya suéltalo Gabo —ordené.
—Ya lo hice —gimoteó sin soltarlo
Negué para jalarlo y mirar al moreno que sonreía
—Gracias Oti —agradecí sincero
—Oh no te preocupes es un gusto ayudar —asintió feliz— los dejamos descasar, llamen si necesitan algo.
—Muchas gracias Oti —dijo mi amigo aún gimoteando— y gracias por traerlo Cal
—No hay problema, le mandan mis saludos y buenos deseados a Jess por favor —sonrió.
Asentí para llevarme a mi amigo que seguía sentimental.
Nos quedamos esperando en la sala hasta que nos dejaron pasar a su habitación, mi mamá me llevó mis cosas para poderme quedar y de pasada aprovechar para ver cómo estaba.
Por suerte mi amiga no tenía nada de gravedad y la dejarían irse mañana.
—Pido sillón —dije tirándome en el.
—Seguro que podras —me miró mi amiga incrédula
—Me quieres cambiar —señale arqueando la ceja.
Mi morena solo negó divertida, me llamó para que me acercara y le diera un besito de las buenas noches.
—Solo porque estás malita —me quejé.
—Descansa mi niño —sonrió.
Me fui a sentar al sillón mientras se comían, al final Jess cayó rendida.
Cal sacó su juego de cartas pues aún era muy temprano para dormir.
—Gabo crees que sea verdad —murmuré.
—¿Qué? —preguntó confundido
—Ya sabes... que no me puedo enamorar por ser autista —mencioné.
Mi amigo suspiró para bajar sus cartas y acercarse más a mi.
—Digamos que llega un enamorado a pedirte el consejo y resulta que es como tú, que consejo le darías —señaló
—Bueno que no hay estudios que lo demuestren y que apesar de qué hay limitantes no hay nada que impida que pueda enamorarse—asentí
—Entonces cual es el problema—señaló
—No lo se —negué— siento algo raro aquí —señalé mi pecho
—Seguro que no es una alergia —arqueó la ceja.
Me quedé pensando para negar.
—¿Te gusta Caleb? —preguntó confundido
—Si... supongo, me gusta pasar tiempo con él, me siento agusto con él y besa bien —asentí
—Ya pero quitando los besos es lo mismo que sientes conmigo no —menciono
Me quedé pensando, si lo poníamos así pues si...
—No verdad —dijo con una sonrisa— Tim el amor no se piensa si no que se siente
—Por eso las personas terminan en relaciones tóxicas —señale irritado
—Ah si —señaló— pero no, creo que estas pensándolo demasiado y no te estas dejando llevar.
—Dices muchas cosas que no entiendo y hoy no es la excepción—negue.
—Cal es un buen chico, así que ahora solo ámalo, ama y permítete ser amado amigo, no tengas miedo —insistió
—Pero yo... no sé lo que es amar —susurré
—Si lo sabes —asintió con una liguera sonrisa— muy dentro de ti lo sabes, ahora sólo déjate llevar, es lo mejor que puedes hacer.
Asentí cansado para dejar las cartas en la mesa y recostarme mirando al techo.
—Que haremos respectó a los hijos de puta que lastimaron a Jess— señale.
—Venganza —asintió— tengo un tío que está en prision sabes y el...
—Gabriel —dijo Jess despertando
—Eh tú estás dormida no te metas —regaño
—No quiero que se venguen, y hablo de nada de flechas perdidas o parientes en prision —señaló— la justicia se hará cargo.
—La justicia es una broma cuando hay dinero de por medio —le recordé— pero la venganza no conoce de dinero.
—No te me pongas filosófico ahora Timothy Love—dejo muy en claro y cuando utilizaba mi nombre completo era señal de peligro— harán lo que yo ordené y yo les ordeno que no hagan nada me escucharon
—Si jefa —dijimos al unísono.
Ahora sólo teníamos que hacerle caso para no molestarla.
Me acoste a dormir recibiendo un mensaje.
Cal 💙
Buenas noches, descansa si necesitas algo llámame
Te amo
Tim 🏹
Descansa, también te amo
Ya era momento... tenía que dejarme llevar si o si, cupido se había enamorado
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