La primera ves que tuve una hermana menor... no estaba emocionado, era un pequeño Tim que no le importaba nada de la vida más que las medusas.

Cuando Nini nació no es como que le tomara más importancia, pero si me aterraba que saliera de la panza de mi madre como alguna especie de extraterrestre... luego entendí que no salían del abdomen comiéndoselo pero si de la vagina de mi madre, algo un poco más asqueroso.

Y claramente la llegada con Kori había sido algo torpe pero esta vez... esta vez si estaba emocionado.

—Tranquilo Tim —me llamó Cal tomando mi mano.

Solía pellizcarme cuando las emociones eran demasiadas para mi.

—Que crees que sea, niño o niña —sonrió distrayéndome.

—Quiero un hermanito —asentí— sé que le llevo muchos años... pero sería lindo poder identificarme con alguien más en casa, además planeo que continue con mi legado y Nini no parece tener material para eso.

La niña no captaba ni la cosa más obvia en este mundo.

—Yo siempre quise un hermanito —contó— tengo un primito, es un desmadre pero es lo más parecido a un hermano menor.

—No me dijiste que tenías medios hermanos —mencioné.

—Ah si esos idiotas —bufó— son hijos de mi padrastro.

—¿Porque no te llevas bien con ellos? —pregunté confundido.

El chico lo pensó para suspirar.

—Me odian —susurro.

—¿Odiarte a ti? Imposible —negué incrédulo.

Las evidencias eran claras, nadie podría odiarlo.

—Gracias —sonrió— pero me odian por que su padre decidió criarme a mi y no a ellos... y yo los odio porque tras la muerte de mi padrastro... mi padre, mamá decidió cuidarlos en vez de a mi —explicó.

—Por eso te cuida tu abuela —dije insegura.

—No, ella me cuida desde bebito —explicó— Mi madre se embarazo joven, mi padre biológico nunca lo conocí así que me crió mi abuela, luego ella se juntó con mi padrastro y estaba bien... cuando él no estaba de servicio me quedaba con la abuela, y cuando estaba él se hacía cargo de mi...

Ahora entendía la manera de actuar con su madre y porque la pérdida de su padre le había afectado tanto.

—No tienes que hablar de eso si no quieres —mire ante su expresión.

—Está bien... mejor que verte perder los nervios —mencionó— ya casi llegamos —me sonrió— puedo preguntarte algo.

—Claro —murmuré.

—Has tenido... relaciones con otros hombres...

—Si —asentí.

—Y... como es —murmuró tímido.

—Mm es difícil de explicar pero te lo puedo enseñar —dije jugando con el llavero que me había comprado en el partido.

El chico se empezó a reír para verme.

—Es broma no es así —dijo burlón

—No, soy malo bromeando —murmuré— bueno en los chistes pero malo bromeando, pero eso no tiene que ver con lo otro

El chico solo me miró confundido

—No se si estoy listo aún para eso —susurro

—Todo a tu tiempo si —lo calmé.

El chico asintió, llegamos al hospital para bajarnos, en la sala de espera estaban mis hermanas ya esperando.

—¿Ya nació? —pregunté nervioso.

—Aún no tonto —dijo Grace en su teléfono— si es como tu o Nini se tardarán nueve horas.

Bufé para asentir y sentarme, Nini se acercó con cautela para ver a mi moreno.

—Lo que estés pensando en preguntar guárdatelo —la miré juicioso.

—Pero...

—Nada de peros —bufé.

La niñita se cruzó de brazos para irse, Cal se limitó a sentarse a mi lado y sonreír.

—No tienes que quedarte —mencioné.

—No tengo problema —asintió— además el día todavía no acaba así que aún estamos en nuestra cita no...

—Claro —asentí.

Deja me miró curiosa.

—¿Porque hueles alcohol? —preguntó riendo.

—Mamá te va a matar —se burló Jade que dibujaba en su tableta.

Asentí... creo que no les haría ilusión que recibiera a mi futuro hermana o hermano con olor alcohol.

—Ve a casa, báñate y regresa —ordenó la mayor

—Y si me lo pierdo, no quiero perdérmelo —me queje.

—Creo que se de alguien que nos puede ayudar sin que tengas que irte del hospital —sonrío Cal.

Le miré confundido a lo que asentí.

El moreno me llevó dando vueltas por todo el hospital hasta llegar a una gran oficina.

—¿Dónde estamos? —pregunté confundido.

—En la oficina del dueño del hospital—sonrió abriendo la puerta metiéndonos.

Una gran oficina, donde había un gran escritorio, la silla que se imponía desde la entrada empezó a girar lentamente como aquella películas de gangster que ama mi mamá.

—Nos conocemos hace muchos años y por primera vez  vienen a mí por ayuda —dijo Oti sentado— Ahora dicen Oti necesitamos tu ayuda pero no lo dicen con respeto.

—Déjate de payasadas Otoño —negó Cal riendo— morías por hacerlo verdad.

El otro moreno asintió feliz, le quedaba bien ese estilo.

—Hola Tim —saludó con la vibra de golden retriver que se cargaba.

—Hola Oti —salude— no estaremos en problemas por estar aquí.

—No, mi abuelo me deja jugar aquí siempre —asintió— vamos.

Mire a Cal sorprendido, que viviera en la montaña me hacía saber que era un niño rico... no me imaginaba cuánto.

El chico me abrazó para luego apartarse y negar.

—Ebrio —dijo burlón— vamos cupido.

Me llevó a una de las habitaciones de ricos para prestarme uno de los baños para que me pudiera bañar.

—Toma ropa limpia —me dijo dándome una pijama de doctor— solo devuélvela después.

—Gracias Oti, eres el mejor —agradecí.

—Eh yo fui el de la idea —estableció Cal jugando con la cama moviéndola de arriba abajo.

Me bañe hasta que deje de sentir el olor alcohol, salí para verlos con un montón de comida.

—Ayúdame Tim —se quejó Oti siendo golpeado en el hombro por su primo.

—Eso fue por tratar de robarte a Tim y llevártelo a tu escuela —bufó molesto.

Oti asintió burlón.

—Bueno yo los dejo tortolitos —sonrio burlón— cuando acaben cierran la puerta... y usen el cartel de no molestar si quieren hacer otras cosas.

El carita de Dios se fue riendo.

—Cena en la habitación —murmuré.

—Como toda buena cita no —sonrió.

Asentí mirando la comida... era muy desconfiado.

—Tranquilo es comida de hospital me aseguré de que no tuviera cosas que te pudiera matar —me calmó.

—Gracias —asentí.

Me senté a su lado para empezar a comer, tenía hambre y por suerte no había muerto.

Me quedé observando la ventana.

—Se puede ver todo no es así —sonrió feliz.

—Si... es muy bonito desde aquí —mencione.

Las luces brillantes dejaban ver una gran vista.

—Hace un rato nos interrumpieron... en algo —murmuro.

—Es verdad, quieres retomarlo —le miré.

El chico asintió para sonreírme.

—Si... quiero —aceptó.

Me giré para verle y acomodarme frente a él.

—Se siente raro... no se...

—Porque sabes que va a pasar, los besos son más fáciles cuando son espontáneos —explique.

—Entiendo —se quedó pensando.

Sin más el chico se abalanzó a mí para tomar mi rostro y besarme, un largo beso que se sintió bien.

Él se separó con una ligera sonrisa.

—Así —dijo ruborizado.

—Así tomatito— sonrei.

El chico asintió feliz, después de quedarnos un rato a solas volvimos con mis hermanas.

Nini ya estaba dormida sobre Kori.

Me senté a lado de Cal, quería quedarme despierto pero se me cerraban los ojos.

—Oye si debes irte esta bien —murmuré.

—Está bien —asintió recargándome en su hombro— me quedare un rato más.

—De acuerdo —susurré quedándome dormido.

No sé cuánto tiempo me dormí solo que desperté por el ruido de mi hermana, estaba recostado en su hombro aún... y el chico seguía a mi lado.

—Tim ya nació —dijo Ma acariciando mi mejilla— quieres conocer a tu hermanito.

Aún estaba medio adormilado y sin entender que pasaba, miré a Cal que también iba despertando.

—Anda ve —sonrió— conoce a tu hermanito.

Me levanté aún medio adormilado para ir con mi madre y mis hermanas.

Al entrar ahí estaba mamá, empapado en sudor con un bebito en brazos.

—Ah mis bebés —dijo Mamá cansada— están listos para conocerlo.

—No —dijo Nini celosa.

—Yo si —asentí.

Me acerqué para verlo... estaba horrible todo rojo e hinchado, ya lo habían bañado pues tenía su pijama puesta.

—Está horrible —murmuré— pero lo amo.

Mamá sonrió feliz y complacida.

—¿Quieres cargarlo?  —preguntó emocionada.

Asentí para recibir el retoño en mis brazos, estaba calientito y sube.

—Hueles bien —dije, una sonrisita se hizo de inmediato mientras acariciaba su mejilla.

Memorias en espejo claro, los bebés no sonríen porque nos entiendan, un dato de supervivencia pues a esta edad los bebés no ven ni escuchan bien.

—Mi turno —dijo Grace acercándose.

—No, consíguete el tuyo —bufé molesto.

—Tim no seas envidioso préstame a... ¿cómo se llama? —preguntó mi hermana mayor.

—Sugerencias — ofreció mamá besando a mi madre.

—Uh Uh Haruka o Chifuyu —murmuró Jade

—Obvio no nerd,  se llamará Harry o Louis —insistió Grace.

—¿Qué tal patata? —dijo Nini en brazos de Kori.

—A mi me gusta Randall —opino ella.

—¿A ti Tim? —me preguntó Ma.

—Angus —murmure— se le puede decir Auggie de cariño.

Mis madres sonrieron para asentir.

—Angus será —aceptaron.

—Perfecto mi pequeño Auggie —sonreí.

Angus también era el nombre del dios del amor, así que todo iba conforme al plan.

Al final mis hermanas lograron quitarme al pequeño Auggie para quedárselo ellas.

Incluso Nini aceptó cargarlo por un momento.

—Bueno es hora de que vayan a casa y descansen de acuerdo —nos corrio Mamá— los veremos al rato

Nos despedimos para vernos obligados a irnos.

—Ah Tim —dijo Mamá— como te fue en tu cita corazón

—Estupendo —sonreí.

—Muy bien amor —dijo Ma— nos alegramos por ti.

Asentí, al salir ahí estaba él con una torta y un vaso.

—Es bueno que sean latinos por aquí —sonrio— pero no había tamalitos.

Asentí para sentarme a su lado.

—Cinco minutos Tim, ya me quiero ir a la casa —se quejó Grace.

—Las veo en el coche —insistí.

Nos quedamos a solas.

—Feliz —dijo él comiendo tranquilo.

—Es un niño, se llama Angus —conté.

—Tiene nombre de hamburguesa —dijo riendo.

—Oh, no lo pensé —bufé— ni modo, y... gracias por quedarte.

—No hay de que —sonrió— ahora vamos, mi abuela seguro me regañara así que mejor me voy y tú ve a descansar que seguramente no lo harás por un tiempo

—Será tranquilo —asentí.

—Aja si —dijo burlón— buena suerte cupido.

El chico me dió otro beso para irse feliz.

Y yo... también lo estaba, porque hoy había nacido el amor.