Desde que era pequeño me encantaba disfrazarme, pirata, bombero, dinosaurio claro y por un tiempo serví de muñeca para mi hermana por lo que me llenaba de maquillaje y vestidos... y he de decir que me gustaba.

Incluso por un tiempo me entraba la duda si estaba en el cuerpo correcto, a veces creo que si y algunas veces no... pero en definitivo este vestuario lo odiaba.

Llevaba una toga blanca, con algunos detalles dorados a lo que le agregamos un par de mis artículos de arquería para hacerlo más cupido, claro no iba andar por ahí en pañal, eso si el traje era cómodo pero dejaba ver mis piernas flacas, la corona me quedaba bien y claro está mi arco.

—Me veo ridiculo —me quejé.

—Yo creo que te ves genial —asintió Gabo— y por lo que cobramos más vale que si.

Suspiré para negar, salí del baño luciendo patético pero al salir al parecer a todos les gustaba mi atuendo.

—Por cierto —me llamó Gabo— Feliz...

—No lo digas —me negué.

—Entonces me quedo con tu regalo —señaló el moreno
guardando lo que le había traído.

—No, es mío —gruñi extendí las manos para que me diera mi regalo.

Gabo sonrió para dármelo y abrazarme, gruñi un poco pero me lo quedé para ver qué era, una flecha artesanal hecha por el mismo, un buen detalle a decir verdad.

—¡Feliz cumpleaños! —exclamó una voz conocida abrazándome sin más.

Jess me abrazó para besar mi mejilla, me queje pero para mi mala suerte al parecer el abrazo de cumpleaños es obligatorio.

—Listo para tu fiesta —sonrió dándome mi regalo de cumpleaños.

—No habrá —insistí.

Cada año mis madres se esmeraban en darme las mejores fiestas... pero este año no había querido nada.

—No tenían algo planeado para hoy —insistí— ya saben para festejar.

—No, le cagaste la fiesta de enamorados a todos —gruñó Gabo.

Si, cumplir años el día de los enamorados era un fastidio, no solo por que todos los lugares estaban a reventar también les daba más razones para decir que era cupido.

Mi hermana pasó a mi lado para tomarme una foto.

—Mamá pagará bien por la foto —me molesto.

—Dame la mitad y esta bien —acepté.

La pelirroja puso los ojos en blanco para poner su brazo sobre mis hombros.

—No hay nada para mi hermanito —sonrió.

Mire a Gabo que miró la lista para asentir y sacar diez flechas de chocolate para dármelas, mi hermana tenía muchos admiradores.

Se las di como debía hacer.

—Vamos dilo —insistió Gabo.

—Cupido te a flechado —susurré molesto— ni mierda dire esto otra vez...

Mi hermana se empezó a burlar para irse.

—Acabemos con esto rápido —me quejé.

Fuimos de un lado a otro repartiendo flechas, los días así la escuela organizaba una especie de fiesta donde había de todo, comida, regalos de último momento y algunos otros amigos secretos que hacían lo que yo... aunque este año yo había arrasado con todos ellos.

—Ya me canse —gruñí.

—Venga solo estas y ya —dijo dándomelas.

Bufé para tomarlas y ver el nombre, entendía que hubiera una flecha para Caleb pero la segunda...

—¿De quien es la otra? —pregunté confundido.

—Ah nada de eso todo es confidencial —se negó Gabo riendo.

Le miré molesto para amenazarlo con la flecha de chocolate.

—Tranquilo asesino —me calmó Jess bajando la flecha— lo hicimos confidencial ellos escribían el nombre y lo ponían en la caja, nosotros solo los organizamos.

—¿Por qué?, celoso —guiño Gabo provocándome.

—Ahora si te mato —me aventé a él.

El cabron huyó pero yo tuve que acabar mi trabajo antes de quitarme este estupido atuendo.

Lo estuve buscando hasta que por fin lo encontré, ahí estaba él hablando con Kori, podía ver sus intenciones en mi compañera de casa... esos ojitos que lo miraban desnudándolo eran bastante obvios, no se porque sólo tomé las flechas para lanzárselas.

El moreno me miró.

—Auch —se quejó— y eso porque.

—Pues te las mandan —levante los hombros.

El chico negó riendo para recogerlas, me revolvió el cabello.

—Pensé que cupido llevaba pañal —dijo Kori poniendo los ojos en blanco.

—No iba a usar un pañal —me negué.

La chica negó para chocar los puños con Cal para irse.

—Te ves muy bien — sonrió él.

—Eso dicen —asentí— al parecer tienes admiradores.

—Seguro fue Mati y Padi haciendo bromas como el año pasado —se burló.

Asentí, el chico sacó de su casillero unos chocolates para lanzarmelos.

—Eso es por el día de la amistad —me regaló.

El chico se acercó para golpearme el hombro con fuerza.

—Y eso por no decirme que es tu cumpleaños —se cruzó de brazos.

—Todo el mundo lo sabe —me queje sobando el golpe.

—Pensé que era broma —dijo incrédulo.

—Te olvidas de mi cumpleaños y yo soy el de la culpa —me queje.

El chico suspiró para sobar mi brazo.

—Perdón, pero me hubiera gustado darte algo —murmuró triste.

—No tienes que —insistí.

El chico negó pensando.

—¿Que harás hoy? —preguntó emocionado— escuché que la fiesta de cupido se canceló.

—Pues mis madres me obligarán a una comida especial según ellas —me queje— después de eso tengo mis planes.

—Mm bueno ya celebraremos después —insistió.

—Puedes venir —me adelanté.

—¿De verdad? —dijo emocionado.

—Claro no veo por qué no —asentí— por mi esta bien, pero ve bajo tu riesgo.

—Me parece bien —aceptó.

—Bien, a las seis ya sabes dónde vivo —dije raramente feliz.

Cal asintió para revolver mi cabello e irse.

—Así que se nos une —dijo Gabo saliendo de la nada.

—No te había corrido —me quejé.

—Si, pero olvide que te mandaron esto —me dió dos flechas de chocolate— no es el único con admiradores.

Me quedé observándolas, no entendía porque o que significaba.

—Y varias chicas te mandan esto —dijo Jess tirándome una bolsa enorme llena de regalos.

—Eso tiene más sentido que esto —mire las flechas.

—No te rompas la cabeza con eso —me calmó Gabo— anda ve a prepararte para tu fiesta.

—Comida —remarque.

Gabo bufó, claro que querían fiesta, en mi cumpleaños solía rentar el viejo hotel, alcohol gratis y un lugar libres de padres en san Valentín... era la mejor fiesta del año en palabras de muchos.

Sin embargo este año me había negado, odiaba esas fiestas pero con tal de darle gusto a mis madres y amigos las hacía.

Al llegar a casa fui recibido por Nini quien saltó a mi para abrazarme.

—Feliz cumpleaños —me felicitó.

La bajé con cuidado para recibir su dibujo que me hizo por mi cumpleaños.

—Gracias enana —asentí.

Mis madre me abrazaron otra vez, como si no me hubieran despertado con la canción de cumpleaños.

—Mamá viene uno más a la comida —dije robándome un panquesito.

—Uhh será ese chico lindo —me guiño el ojo.

—Si, él es un amigo —le di la razón— no me avergüencen

—Si no querías que te avergonzáramos no lo hubieras invitado —señaló Ma dejando las compras— ahora ve a tu habitación cumpleañero en lo que nosotros nos organizamos aquí.

Asentí, me bañe y vestí pero como tenía tiempo extra decidí ver todo lo que me habían dado, demasiados chocolates y uno que otro peluche.

Y si era algo popular, pero todos los chocolates y obsequios no eran más que regalos en agradecimiento de parejas felices por ayudarlas.

Mire las flechas de chocolate, traían solo una notita con letra de máquina para que no identificar la letra.

Una de ellas solo decía "te quiero" y la otra "me gustas"
Dos mensajes nada claros.

Mi hermanita entró al cuarto para darme un regalo de cumpleaños, una pulsera tejida a mano, y es que era tradición en esta familia regalar algo hecho por nosotros mismos.

—Gracias Jade —dije mientras me ayudaba a ponérmela.

—No fue nada —asintió para enseguida empezar a ver qué chocolate se iba a comer.

Claro denle chocolate al intolerante a la lactosa.

—Oye me puedes flechar con alguien —me dijo comiéndose ya uno de ellos.

—Si me vuelves a pedir que sea...

—No, esta vez no es ni Bakugo o Hinata —señaló a los dibujitos que le gustaban— su nombre es Karla, aunque Alex también me gusta, o a los dos estaría bien.

—Decídete por uno niña —puse los ojos en blanco.

—Porque uno si existe el poliamor —dijo segura.

No podía debatir contra eso.

—Aún eres muy joven —le recordé— y me niego a emparejarte con cualquiera —bufé.

Mi hermana solo sonrió para asentir y abrazarme fuerte.

—Eres mi hermano favorito sabes —dijo la niña.

—Soy el único —señalé lo obvio.

Ella asintió para robarse otra caja e irse, en esta casa nunca faltaban chocolates pues siempre me sobraban de todos los san Valentínes.

El tiempo se me fue rápido y sin pensarlo ya era la hora de comer.

Bajé donde ya estaban llegando mis amigos, Nini abrazando a Gabo como de costumbre y Jess solo riendo.

—No tenían que venir —me quejé— no iban a festejar.

—No digas eso tontito —me regañó Jess abrazándome.

—Además nos vas a correr después de comer así que no te preocupes, tenemos una cena para los dos después —me calmó Gabo cargando a mi hermanita.

—Bien pero Jess no está invitada solo tú y yo —asintió mi hermanita.

—Nini tú no estás invitada —señale negando— se va Gabo con su novia.

—Y yo que —se quejó mi hermana.

—Para la próxima lo prometo— la calmó Gabo.

Era más fácil darle el avión a tratarle de explicarle.

La niña se quedó contenta, un par de minutos después tocaron a la puerta.

—Yo abro —se adelantó Mamá seguida de mi Ma.

Para que lo había invitado...

El moreno entró para presentarse amablemente con mis madres.

—Ella es mi Mamá Talia y mi Ma Amber —presenté— él ya les dijo su nombre.

—Mucho gusto —se presentó— gracias por dejarme venir, se que fue de último minuto.

—No te preocupes cariño, en esta casa siempre hay lugar para uno más —sonrió Ma feliz.

—Pues a comer que tengo planes —apure.

Nos sentamos a comer, mis madres eran expertas cocinando con pocos ingredientes por mis alergias, pero todos los demás comían otro tipo de comida pues en sus palabras mi comida "no sabe rica"

—Hoy tuve ayuda extra —dijo mamá— Kori preparo algo especial para ti Tim.

Mi madre ánimo a Kori la que asintió.

—Es una receta de familia —mencionó orgullosa.

—Gracias —dije confundido.

Si bien ya no me atacaba tanto aún podía ver su odio al hablarme, claro cuando no había nadie.

Mi mamá me pasó una especie de pollo empanizado, no era muy fan de esa textura además de que era muy raro que pudiera comer algo así.

—Ttanquilo lo hice sin nada de la lista —aseguró.

No quería, pero el pequeño golpecito en mi pierna y con la mirada de Cal asintiendo para que lo hiciera me terminó de convencer.

—Se ve bien —acepté.

Tomé el pollo para darle una mordida, como dije no era muy fan de la textura.

—Rico —me sorprendí procesándolo.

La chica sonrió complacida y mis madres se veían contentas así que era un punto ganado para todos.

Pero como a la vida le gusta joderme empecé a sentir esa picazón en la garganta, traté de tomar un poco de agua para ver si se me pasaba pero cuando no pude pasarla sabía que estaba fregado.

—Tim... —me llamó mamá— estás bien.

—No... puedo... respirar...

Al final creo que si me intentaba matar...

Pido perdón por la tardanza ya entré a clases 🥴 y la muerte de cierto personaje me tiene en depresión 🤧