XVI
La habitación estaba en silencio, solo se escuchaba el suave susurro del aire acariciando las plumas blancas de Taehyung, que se extendían por la cama. Jungkook, siempre tan atento, se acercó con una sonrisa traviesa en los labios, admirando cómo las alas de Taehyung brillaban a la luz tenue. Sabía exactamente lo que hacía cuando se trataba de cuidar esas preciosas plumas que, de alguna manera, parecían tener vida propia.
Con una mano, tocó suavemente la base de una de las alas, disfrutando de la textura suave bajo sus dedos. Taehyung cerró los ojos por un momento, dejando que el contacto lo envolviera. Su piel se erizó, pero no solo por la delicadeza del toque, sino por la forma en que Jungkook lo hacía. Había algo en su forma de tocarlo que siempre lo hacía sentir especial, como si estuviera probando cuán delicado podría ser con él.
-Esa ala de verdad necesita un buen cuidado -comentó Jungkook con una sonrisa pícara, sus dedos deslizándose lentamente hacia el borde de la pluma. -Tienes que dejarme hacerlo bien... ¿me dejas hacerlo?
Taehyung, con una sonrisa traviesa, asintió mientras sus ojos brillaban con desafío. -Tú siempre tienes algo que decir, ¿eh? Pero supongo que si lo haces bien... puedo dejarte.
Jungkook rió suavemente, disfrutando de ese intercambio de miradas llenas de complicidad. Con una mano más firme, empezó a masajear suavemente las plumas, sus dedos recorriendo cada centímetro de la textura suave y flexible. Cada movimiento era lento, pero preciso, como si realmente estuviera disfrutando de esa sensación más que cualquier otra cosa.
-Y eso que no has visto cómo se pone cuando realmente las cuido... -bromeó Jungkook mientras una pluma de Taehyung se movía bajo sus dedos.
Taehyung arqueó una ceja, viéndolo con una sonrisa de desafío. -¿Ah, sí? ¿Cómo lo harías, Jungkook? Quiero verlo... Hazlo bien.
Jungkook se inclinó un poco más cerca, con sus labios apenas a unos centímetros de la base de las alas de Taehyung. El aire a su alrededor se llenó de un nuevo tipo de tensión. Le dio un leve mordisco en el lóbulo de la oreja de Taehyung, causando que el omega se estremeciera ligeramente, y luego dijo en voz baja, como si le estuviera confiando un secreto:
-Cuando te dejo con las plumas de esta manera, no hay forma de que no me pierda en ellas... cada toque, cada caricia, me hace querer más de ti.
La respuesta de Taehyung fue un suave suspiro, aunque aún mantenía esa mirada juguetona. -No lo digas si no estás listo para cumplirlo.
Jungkook sonrió, disfrutando de ese tira y afloja entre ellos. Pero en lugar de seguir con las palabras, decidió demostrarle lo que significaba. Con sus manos firmemente sujetando las alas de Taehyung, comenzó a masajearlas con más intensidad, deslizándose por las plumas con una presión perfecta, asegurándose de que el omega sintiera cada toque como una mezcla de suavidad y poder.
El brillo en los ojos de Taehyung no pasó desapercibido para Jungkook, quien estaba tan absorto en el momento que la tensión entre ellos se convirtió en algo más palpable, algo que solo ellos dos podían entender. No era solo el toque; era cómo sus cuerpos respondían a la cercanía, cómo el calor se compartía entre ellos sin palabras.
-Puedo ver que te gusta -dijo Jungkook con una sonrisa satisfecha mientras sus dedos continuaban jugando con las plumas, ahora más cerca de la base, donde la sensación se volvía más intensa para Taehyung.
-Solo un poco -respondió Taehyung, aunque la forma en que sus alas se movían y su respiración se aceleraba no dejaba dudas.
Con una última caricia, Jungkook se retiró un poco, mirándolo con una sonrisa triunfante. Taehyung le devolvió una mirada traviesa, pero esta vez había algo más en sus ojos, algo que pedía más.
-Lo haces bien, pero ¿puedes hacerlo aún mejor? -dijo, su tono cargado de esa coquetería que solo él podía transmitir.
Jungkook, sin perder la oportunidad, se inclinó sobre él y susurró al oído de Taehyung, mientras sus manos seguían acariciando suavemente las alas. -Espera y verás, Tae... esto recién comienza
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro