Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 34

Hola, abajo esta el capítulo. Perdón por la demora pero soy de de Chile. Y estos últimos días son una pesadilla para mi y para el país pero también una protesta por todas las injusticias que hay en este país. Ayer no publique porque por primera vez en toda mi vida RECORRÍ TODA LA CIUDAD BUSCANDO ALIMENTO, cuando antes iba al supermercado y compraba pero ahora todo estaba desabastecido. No había nada, habían filas y saqueos.

También todas las noches hay disparos y nunca en mi vida había escuchado uno y es horrible. Y eso empezó por algo tan pequeño pero ahora se volvió una lucha social.

Les mando la foto para explicar. Y las personas que me trataron de mentirosa.  Chicas  antes de decir eso tienes que preguntar y no juzgar. Hay que sentir empata, tenemos que crear una mejor sociedad. Gracias.


Capitulo 34

—¿Tú que haces por aquí?— inquiero todavía sin poder creer.

Afrodita me mira con la ceja adelantada, creo que me expresé mal.

—Primero se saluda mortal, después se pregunta. –me regaña como madre— No puedo creer que no te mate cuando me hablaste así, debes tener consideración.

No hago ademan de regruñir, vaya que simpática.

—Lo siento ¿A qué se debe su visita?

—Te perdono esa falta grave mortal.

—Ehhh...supongo que digo que si.— respondo sin ganas de pelear— ¿A qué se debe su visita?

—Pero busco a mi hijo.

—Pues aquí no está. –respondo suavemente. Veo su cara y recuerdo a Cupido por sus facciones, son idénticos físicamente. Pero no psicológicamente y eso lo percibí, él es de otra manera, es más humano. Es más real, él sabe lo que pasa en el mundo, el conoce la gente a pesar que es más especial.

Estoy totalmente enamorada de él

Afrodita me mira con duda, como prensando que va a decir y como yo responderé.

—¿Dónde se encuentra?—pregunta tratando de sonar que desinteresada.

—Está en la guerra—murmuro

—Oh no—suspira tomándose las manos con nervios— ¿Y cómo paso esto? ¿Cómo Apolo pudo llegar con él?

—Apolo lo amenazó con dañarla más a usted y a todo los que quería. El decidió aceptar el combate. Hace cuatro semanas ha estado fuera. No sé cómo ni dónde están, pero es una guerra.

—Maldito Apolo—con un rechinar de sus dedos siento que para todo— Tenemos que ir y para esto. Ellos pelearan hasta el cansancio.

Un miedo dentro de mí y al parecer Afrodita se da cuenta. Con una ceja levantada, se ríe.

—Si piensas que puede morir así Cupido, es imposible pero torturarlo toda la vida tal como se hace a Prometeo.

Cierro la boca con fuerza, es lo que menos quiero que pase, menos ahora que tendré un hijo de él. No quiero eso, ni a una persona, ni a un dios, a nadie.

—¿Entonces que hay que hacer?—pregunto

—Ir para allá—suspira— a terminar con esto.

Miro a Afrodita sorprendida. ¿Estar en una guerra? Eso es nuevo para mí más cuando sé que en una guerra significa más muertes. Gente que se mata a otras solamente por los grandes ¿por qué lo hacen? Nadie sabe. Probablemente muchos de ahí tienen familias que quieren y que los esperan y solamente cumplen órdenes, nadie sabe.

Abro la boca para decir que no, para decir que no quería participar porque además estaba embarazada y ponía en riesgo mi hijo, pero era demasiado tarde. Afrodita había crujido los dedos y estábamos ya en el campo de guerra. Creo que todavía sigo impresionada y Cupido hacia lo mismo.

Veo a Cupido sorprendido y dándome una sonrisa, mientras que ve a su madre con alegría y preocupación.

—A ver par de imbéciles por que están haciendo esto

—Afrodita— nombra todavía impresionado Apolo. Tanto que pierde un poco el equilibrio. Menudo idiota

—No me hables imbécil tengo memoria y recuerdo perfectamente lo que me hiciste. Creo que por lo mismo tendrás que hablar con Zeus, ya sabes.—sonríe mostrando los dientes— Nuestro padre no está nada de contento con la noticia ¿Torturas a una diosa? Van a tener una buena conversación, incluso hare galletitas.

Apolo la mira como si fuese un fantasma e la sorpresa.

—Oye, quiero una respuesta—dice molesta, Afrodita— Si hubiese sido un reallity esos de netflox estarías perdiendo. En fin, necesito explicaciones claras.

—Mamá...—empieza cupido

—Cálate, estos es conversación de adultos. Tú eres pequeño todavía

—Afrodita...—comienza Diana

—Diana, yo soy la madre

¿Recuerdan cuando eran adolescentes y pasaba eso? Bueno, exactamente Cupido hace lo que todo.

—Mamá estamos peleando por el mismo problema.

—Nop

Estos por un rápido momento tratan de alejar a afrodita pero rápidamente esta saca su vara y apunta a Apolo. Este sin mucho miedo se ríe y se acerca más a él.

—¿Qué me harás hermanita? Matarme imposible, si nunca moriré—responde riendo— Tampoco convertirme en mortal. Tú no tienes poder sobre mí.

—Probablemente no—apunta— pero si lo tiene Zeus. Creo que quiere hablar eso medio urgente cariño.

En un movimiento rápido, Afrodita nombra algo y la vara se ilumina completamente. Ella sonriendo lo mira directamente a Apolo.

—Dile que las galletas están en la cocina, no están calientes. No quiero que se quemen, bueno tú sí pero papi no—se despide, para después agregando— Mándale besos y cariños a papi.

Una luz dispara directamente a Apolo, este abre los ojos, todavía impresionado. Esto cobre a apolo y lo envuelve y en un monto a otro desparece y la vara deja de iluminarse.

—Vaya, estuve esperando 5 meses para hacerle eso al cabrón.—grita feliz abrazando a cupido— No sabes cómo me siento tener aquí y poder abrazarte.

—Siento lo mismo madre, porque estoy contigo. Odie cada minuto que vi como estabas torturada, también cuando me llamó Hefestos para contarme todo lo que pasó. Sé que esto es culpa mía, me he comportado todo este tiempo como un niñato contigo y con las mujeres en general.

Afrodita sonríe mientras toca su pelo, como gesto maternal. Mientras que yo estoy aguantando las lágrimas de la emoción.

—Está bien, también es mi culpa por ser tan provocativa contigo y con los demás. Mi rol de madre lo he abandonado muchas veces sabiendo que tu al igual que los demás mortales, deben tener valores y normas. Bueno, creo que igual me ha afectado comportándome egocéntricamente contigo y con demás.— lo toma y lo abraza para después decir— Perdón por el daño y el castigo, nos equivocamos y aprendimos de esto, al fin al cabo somos seres como todos.

Diana me mira y se acerca a mí con una sonrisa tranquila

—Las hormonas están fuertes.—comenta ella a mi oído.

La miro sin saber responder.

—¿Cómo sabes?—pregunto descolocada.

—Intuición femenina.—rie haciendo un gesto— No, en verdad estaba bromeando y ahora sales con esto. Felicidades

—Gracias, estoy algo nerviosa— confieso.

—Tranquila todo estará bien.

Cupido termina de hablar con su madre y se acerca corriendo a mi. Veo su cara toda sucia y ensangrentada, pero me encanta.

Me da un rápido beso y me mira con los ojos brillosos.

—Estás aquí.—dice él contesto.

—Yes.

—¿Me extrañaste?

—No, fue bastante genial estar sola, me recordó a los viejos tiempos, ya sabes— veo la cara de Kal triste— Obviamente te extrañe grandulón, sentía tu soledad. Solamente quería estar contigo.

Se alegra y me toma en sus brazo con un rápido movimiento me alza al cielo y me recoge con un beso en los labios.

—No sabes cuánto te amo—digo entre las lágrimas.

—Yo...

—Hijo, ahora que todo esto termino—interrumpe Afrodita con una mirada de súplica— ¿Podemos irnos al palacio?

—Claro, pero tiene que ir Emilie.

—Obviamente irá

—¿Entonces este es el palacio?— pregunto sorprendida.

Era gigante, sus terminaciones eran tan cultas tan ordenadas y tan hermosas. Hay muchas figuras como decoración todas estas finas, hechas a mano. Al ver todo limpio y ordenado me dan ganas de preguntarle a Afrodita como lo limpia, porque mi departamento es realmente asqueroso.

—Bienvenida a mi hogar— dice Afrodita sonriendo— También es el tuyo para que sepas.

Sonrío, me equivoque ella no es la persona que yo creí que era. Ella es cálida.

—Una de mis doncellas te guiará a la habitación Emilie.

Asiento, en ese momento aparece una bella mujer que me guía a una gran habitación.

—Están las toallas en el baño y la cama está hecha ¿necesita algo más mi dama?

—No, creo que voy a dormir ahora mismo. Estoy cansadísima.

—Está bien. Espero que duermas bien

Se fue y me empiezo a morir de hambre. Esto de ser embarazada me mata.

Mientras iba a la cocina por comida, noto que una de las habitaciones está con la puerta abierta. Me acerco más para ver quién era y eran las personas que creía Afrodita hablando con Kal.

—Algo que hiciste bien hijo—dice mientras le entrega el vaso que al parecer es wisky

Cupido la mira todavía sin entender tal cual levanta la ceja, su madre se ríe y niega la cabeza.

—Hablo por la chica—responde— Aunque debo admitir que si bien fue un poco mal al principio me cae muy bien hijo.

¿Yo? ¿Qué tengo que ver yo aquí?

Miro con duda, estoy confundida. Sé que no debo estar aquí y menos escuchando conversaciones ajenas tal cual me enseñaron mis abuelos.

—Cupido, recuerda

—¿Qué madre?—pregunta todavía más confundido.

—Recuerda que te mandé a la tierra para que enamorar a la chica y así ella volvería a creer en el amor.—sonríe— Enamoraste a la mortal, lo hiciste. Ella esta híper enamorada de ti.

No puedo creer lo que acabo de escuchar.

No, no puede ser.

Abro la puerta de un estruendo. Miro a Cupido sin expresión, él abre la boca para hablar algo o explicarme pero es demasiado tarde, mi mano golpea con fuerza su mejilla, provocando que este se tomara por el dolor.

—¡Tú! Sabias lo que estaba pasando—indico con rabia.

Las lágrimas salen con fuera, todo este tiempo he vivido en una mentira, él solo estaba jugando conmigo como todos los demás. Le abrí mi corazón, mi historia con mi pasado y mis secretos y así me lo paga. Nunca debí confiar el día.

—Pensaba que era otra chica.—dijo él— Pensabas que te equivocaste.— mira a su madre buscando ayuda

—Hijo, nunca me equivoco de persona

—¡¿Entonces sabias?!—gritó más fuerte— ¡Eres un idiota!

—Déjame hablar por los dioses. No fue mi intención.

—Entonces lo sabias— lamento mientras lloro con más fuerzas— Creí en ti, por una vez, y así lo haces.

—Emilie, no fue así—trata de explicar pero con la rabia, no lo dejo.

—Lo sabias

—No fue así—defiende él mirandome a los ojos. Pero es demasiado tarde.

—¡Jugaste conmigo!

—No, no fue así.

Intenta agarrarme pero me suelto fuertemente.

—No me toques

—Emilie.

—Si en verdad me quieres, déjame sola y dame tiempo. Si consigues pruebas te creeré, pero antes no.

—Si lo pruebo, me darías una oportunidad.

—Lo pensaría.

¿Por qué dices eso Emilie? Malditos sentimientos.

—Pero hay un porcentaje verdad.

—Está bien, pero ahora déjame en mi apartamento. No te quiero ver más.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro