Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra 1 (Capítulo 19)

Soy consciente de que estoy dentro de un recuerdo en forma de sueño. Recuerdo haberme ido a dormir en cuanto llegue a casa de Nana tras salir huyendo de Rohdiamant, tras haber soltado una babosada. Y aún con eso, sigo sintiendo que estoy viviendo el momento otra vez.

En mi tiempo en corea, tocar la guitarra y cantar en medio del salón durante las horas de almuerzo era una de mis actividades favoritas. Solamente, una vez al año se sentía extraño cantar, pero cada aniversario luctuoso de mi padre, canté y cantaré como un homenaje para él.

Ese día en especial me sentía más decaída que otros años, porque estaba lejos de Cameron, de Adrien, de Nana, de mi abuelo. Fue el primer aniversario luctuoso de mi padre que pasé sola.

—Adieu mon homme —rasgue con suavidad las cuerdas de mi guitarra—. Je dois vivre sans tes bras.

Me encantaba escuchar mi voz sonando en las paredes vacías. Tuve que tomarme un tiempo para respirar y poder seguir adelante sin que las ganas de llorar me envolvieran.

—Et dans les bras d'autres hommes —eleve mi tono, cerrando los ojos. Imaginé que estaba acompañada para que eso me permitiera continuar—. La nuit, c'est toi que je vois.

Ya había intentado cantar esa misma canción en otras ocasiones, y siempre me quedaba atascada en ese mismo lugar. Menos mal que ya había cantado otra. Papá siempre me perdonó no poder cantar algunas canciones porque no alcanzaba los tonos o tras desafinar vergonzosamente.

No sé en qué momento la sala fue invadida por otras dos personas, pero al abrir los ojos quede en una especie de Shock.

—Te lo dije, Soyeon. ¡Es una cantante increíble! —comentó con entusiasmo Eun-ji.

Solté el más grande de los gritos.

Nunca escuché llegar a Eun-ji, ni si quiera registré que ella y una manager joven de rostro serio se habían sentado frente a mí.

—Eso he escuchado —contestó la otra chica—. ¿Mallory, cierto?

—A-así es.

—Supuse que no habías comido y te compre algo de pollo frito. Pero no le digas a los entrenadores o me matarán —Eun-ji extendió hacia mí una caja de comida, de esas que vemos en películas o series estadounidense de forma curiosa.

Le di las gracias en voz baja y dejé con cuidado mi guitarra a un lado, para degustar con comodidad mi comida.

—Mallory, ¿en qué edificio estas? —preguntó de pronto Eun-ji con la boca llena de comida.

En la agencia, nos daba habitación que teníamos que compartir. El edificio A estaba cerca de la sede principal y era mixto, en él se quedaban principalmente los Trainees con mayor experiencia o próximos a debutar. El B era de uso exclusivo para varones y el C era para las chicas.

Aunque si podías pagar una habitación en el edificio A, podías quedarte, aunque no tuvieras mucho tiempo en la agencia. Pero, ¿por qué pagar cuando puedes tener una habitación gratis?

—Estoy en el C —murmuré no muy orgullosa.

—¿¡Tendrás una cama libre!? —gritó Eun-ji haciendo que me encogiera en mi lugar—. Lo siento, es que Soyeon lleva tiempo queriendo cambiarse de habitación.

—Mi compañera hace mucho ruido, no me deja dormir —informa Seoyon.

—Sí, de hecho, sí —dije—. No es como que muchas quieran compartir habitación conmigo.

—¿Por qué? —Soyeon se llevó una pierna de pollo frito a la boca con poca elegancia.

—Ah, es cierto. Soyeon, no eres de nuestra área —Eun-jin tomó un trago de una gaseosa sabor fresa—. A Mallory la conocen como la chica muerte.

En ese momento recuerdo que estaba poniendo salsa picante a mis piezas de pollo frito, y cuando Eun-ji soltó aquello sin filtro me hizo apretar de golpe toda la salsa del sobre.

—Pues, ¿a quién mataste? —la chica de rostro serio me miró con curiosidad.

Me quité la capucha de mi suéter y solté mi cabello rojizo. De las manos de Soyeon se calló la pierna de pollo y su boca quedo abierta.

En corea creen que cubrir el rostro de alguien con una cruz roja es desearle la muerte. Y una chica en mi primer día hizo la broma de que quizás mi madre me había deseado la muerte y por eso nací con el cabello rojo.

Todo era humor hasta que se enteraron del historial de tragedias que me rodean, desde ahí comenzaron a llamarme "la chica muerte".

—Bueno... —Soyeon limpio su ropa—. ¿Escuchas música a alto volumen?

Negue con la cabeza, ella mi miró con acusación y volví a negar con la cabeza.

—¿Te gusta meter chicos? —continuó—. ¿Bebes alcohol los fines de semana?

—No y soy menor de edad —dije.

—¿Lees manhwas?

—No.

—¿Cómo que no lees Manhwa? —contestó como si estuviera demasiado impactada—, necesito mudarme contigo urgentemente.

—Tranquila, Mallory —Eun-ji se estiró para tocar mi hombro—. Pronto aprenderás lo que es la buena vida.

Comenzamos a reírnos y seguimos comiendo con calma. Al final el recuerdo del primer aniversario luctuoso de mi padre no fue malo, gracias a Eun-ji, Soyeon y el muchacho castaño que entro a acompañarnos unos minutos después. Aquel que se convirtió en mi más grande confidente, con quien me quejaba, con quien siempre había una historia chistosa para un mal día...

Pero fue él que quien marco el principio y final de las personas que fuimos en esos años.

Me revolví entre las sábanas de mi cama, finalmente harta de no poder dormí, tomé mi celular para encontrarme con que casi eran las dos de la mañana.

Miré hacia la cama de Argos, él enseguida se levantó y le hice un espacio en la cama para que me acompañara.

—Tranquilo, es un poco de insomnio —acaricie su coronilla y él acomodó su barbilla en mi estómago—, pero gracias por la compañía, amigo.

Contesto mi comentario moviendo la cola.

Intenté cerrar los ojos para poder dormir, pero seguía repitiendo el mismo recuerdo. Sintiendo un extraño cosquilleo en el pecho. Sintiendo como si supiera que algo estaba pasando o estaba a punto de suceder.

Me moví hacia la mesita de noche, encendiendo la luz y tomando el libro que había estado leyendo antes de que decidiera que debía tratar de dormir.

—Nada que una buena lectura no arregle —abrí el libro en la parte en la que me había quedado—, ¿no lo crees, Argos?

Mi perro soltó un bufido. No sé si trato de decir que estaba loca por ponerme a leer tan tarde o que estaba loca por hablarle a un perro.

💕

SOMBRAS:

Derek Teufel se quedó quieto sobre su cama apenas su rubia cabellera toco su almohada. Se quedó dormido, sin ser consiente de cómo una sombra se deslizó desde la ventana abierta de su habitación, hasta el interior de su dormitorio.

La figura esbelta enfundada en un traje negro y pasamontaña echo un vistazo a su alrededor, corroborando de que las dos siluetas sobre la cama eran las únicas personas en la habitación.

La sombra movió hacia arriba la manga de su mano derecha, donde un reloj digital brillo tenuemente en la oscuridad.

El intruso se quitó los guantes de tela que llevaba para no dejar huellas, tomo impulso y... aplaudió con fuerza. Solo una vez, no fue necesario más, pues los cuerpos dormidos en la cama no se movieron.

Se puso de vuelta los guantes mientras caminaba hacia uno de los muebles cercanos.

No necesitaba luz, había pasado el tiempo suficiente en la sombra como para que sus ojos se acostumbraran a la penumbra y le permitieran anda con libertad.

Con cuidado de no desacomodar nada ni de hacer ruido fue revisando cada uno de los muebles en el dormitorio del famoso Teufel.

Se apresuro a esculcar entre la ropa, pero ni en los cajones llenos de pantalones ni en los sacos planchados y colgados dentro del closet encontró lo que buscaba. Así que, soltando un gruñido de irritación se aventuró hacia el resto del departamento.

La sala estaba más iluminada gracias al balcón central. Las sillas del comedor estaban montadas una sobre otra a un lado del pasillo hacia la cocina.

Fue hasta la mesa para televisión, la cual crecía del aparato, pero ya tenía marcos de fotos y algunos libros exhibiéndose. Al acercarse le llamó la atención que uno de los cajones parecía tener una cerradura.

<<Quizás ahí esté>>. Pensó arrodillándose cerca del mueble y sacando el mismo par de ganzúas que uso para abrir la ventana por la que había llegado.

Ni bien había comenzado con su trabajo de forzar la cerradura, una extraña sensación invadió su cuerpo.

Ya no estaba solo.

Se puso de pie con la agilidad de un gato y lanzo a ciegas una patada en hacha hacia quien estuviera intentando atacarle por la espalda. Para su sorpresa, otra persona vestida de negro bloqueo con sus antebrazos la patada que había lanzado.

—No te acerque así —gruño la primera sombra en voz baja—.

—Ey, tampoco estoy muy feliz de estar aquí —contesto en el mismo tono—. Relájate un poco.

—La próxima vez te arrojare por una ventana antes de aceptar que me acompañes.

—Cascarrabias.

—Se quieren callar los dos, y darse prisa —una tercera persona se deslizo por la puerta ahora abierta del balcón—, por los cielos. Son un par de mocosos irritantes.

La primera sombra apuntó en dirección de la segunda y este le devolvió el gesto. La tercera sombra soltó un suspiro de exasperación.

—¿Cuánto tiempo nos queda, A? —pregunto en dirección a la sombra delgada.

—Quince minutos, quizás menos —se encogió de hombros.

—Es poco tiempo —reprochó la tercera sombra, quien tenía un tono de voz que indicaba que era mayor que las otras dos personas de negro.

—Tendríamos más si alguien hubiera hecho su trabajo —acuso la sombra delgada mirando en dirección de la segunda sombra—. Estuviste a dos pasos de él, Eve y no hiciste nada.

Eve dio un paso atrás en señal de ofensa, pero planto con fuerza los pies y apuntó con el dedo índice a A directo a la cara.

—¿Querías que me acercara a un completo desconocido en plena fiesta y lo drogara? —soltó con rabia reprimida en un susurro—. La próxima vez irás tú, A.

A se dio la vuelta regresando en dirección al cajón ignorando a Eve.

—Revisen el resto del departamento —ordenó A—. Ya revisé el dormitorio, en seguida reviso otra sección.

—No, tú regresa al dormitorio —mandó la sombra mayor—. Eve y yo nos encargaremos de registrar los alrededores, tú cuida de que no se despierte.

—No, claro que no lo haré —negó A con la cabeza—. No puedes ordenarme nada, tú no estás a cargo.

La sombra mayor se aproximó hacia A y lo levantó del suelo por el cuello de su chaleco negro sin mucho esfuerzo. A intentó no patalear pues sabía que no debía hacer ruido o despertarían a Derek.

—Se me ordenó mantener a salvo a todos aquí, con eso me pusieron a cargo —bramo—. ¡O haces lo que te ordeno o te arrojo por la ventana! Tú decides.

A intentó mostrarse molesto, aunque en la oscuridad eran a penas capaces de verse los ojos. Su cuerpo estaba tenso. Sabía que no debía desperdiciar tiempo.

Finalmente decidió que podría volver a registrar el dormitorio por su cuenta. Así que soltó un resoplido nada contento.

—De acuerdo —susurro con molestia.

La tercera sombra quien había estado sosteniéndolo por el chaleco lo soltó. Y A tuvo que regresar murmurando y farfullando al dormitorio.

A entro al dormitorio con ganas poner bocarriba todo hasta encontrar lo que buscaba. Miro brevemente a los cuerpos durmientes y se aproximó de nuevo a uno de los muebles para comenzar una nueva ola de registro de pertenencias de Derek Teufel.

Lo difícil era que estaban tratando con un hombre con un casi trastorno obsesivo compulsivo con el orden. Entonces, si querían que Derek no se enterase de que irrumpieron en su casa, tenían que tener mucho cuidado con sus movimientos.

A metió la mano debajo de una hilera de pantalones doblados en la esquina del closet, a pesar de llevar dos pares de guantes de diferentes grosores en cada mano, pudo sentir el cambio de material en el closet.

Usando las manos para levantar la pila de tela doblada, supo enseguida que había algo que no era madera oculta debajo. Con cuidado retiro los pantalones y pudo acceder a una carpeta gruesa.

—¿Qué será esto? —canturreo en voz baja.

Cerró la puerta del closet, sacó la carpeta de su escondite y haciendo uso de su celular iluminó brevemente los papeles que contenía aquella carpeta.

—Degradación de caza tesoros a niñera... y de niñera ascenso a rey de los ladrones —comentó par si—. Lo siento, chicos. No sirvo para trabajar en equipo.

A se apresuró a tomar fotos de las páginas que tenía entre manos, una vez que terminó guardó todo en su lugar, tal y como estaba.

Abrió la puerta del closet para darse cuenta de que Derek Teufel no estaba en su cama.

Una corriente de adrenalina casi causa que A corra en dirección a la ventana, pero en cuanto puso un paso fuera de su escondite, la silueta del hijo menor de la familia Teufel se abrió paso desde la puerta del dormitorio.

Contuvo el aliento permaneciendo en silencio, intentando no mover ni una minúscula parte de su ser mientras observaba a Derek caminar con pereza por el dormitorio sin camisa y con la cremallera del pantalón abierta.

<<Solo ha ido al baño. Debe seguir medio dormido>>. Razonó.

Al ver a Derek acurrucarse de regreso a su cama se relajó, tuvo el cuidado de esperar a que el rubio comenzara a roncar con suavidad para apresurarse a ir a la sala por Eve y la sombra de voz grave.

—Ey, hora de irnos —llamo con cautela.

Vio a Eve deslizase del interior de una habitación lejana, fácil de reconocer por su figura larguirucha. La sombra mayor apareció desde el espacio que debía ser la cocina.

A señalo con la cabeza en dirección al balcón. Sus compañeros captaron la silenciosa orden y las tres sombras se apresuraron al espacio del balcón.

Eve y la sombra mayor se encargaron de cerrar en silencio la puerta del balcón.

—Encontraron algo —preguntó la sombra de voz madura.

Eve negó con la cabeza enseguida y ambos voltearon en dirección a A, quien se encontraba sentado sobre el barandal del balcón, ya listo para marcharse.

—Nada —mintió sin que se notara.

Eve chasqueo la lengua con frustración, sin decir nada más fue hasta el barandal del cual se colgó y usó como ruta de escape hacia las escaleras auxiliares por las que llegaron. A estaba a punto de seguirlo, pero la sombra mayor lo sujeto del brazo impidiendo que se marchara.

—¿Encontraste algo? —insistió.

—Ya dije que no.

—No confió en ti —acuso.

—Nadie lo hace —A se encogió de hombros—. Quizás hagan bien.

—Sé que acostumbras a hacer el trabajo por tu cuenta, pero aquí hay demasiada gente involucrada, que no se te ocurra ir por tu cuenta. ¿Está claro?

A sonrió debajo de su pasamontaña negro.

—Claro como el agua —contesto con humor—. Tranquilo. Seré yo quien le informe todo al jefe si eso es lo que te preocupa.

S lo pensó un momento, pero asintió con la cabeza, más calmado. No quería ser él quien hablara sobre una operación peligrosa que resulto en un rotundo fracaso.

—Relájate. Voy a encargarme del resto, Sr. Marc. El jefe sabe cómo dar conmigo si lo necesita —A fingió que su mano era un celular, pegándolo a su oreja—. Nos vemos.

Dicho eso, saltó de ese pasamanos hacia uno en dirección opuesta al que llevaba a las escaleras de emergencia.

M observó a A irse brincando y balanceándose por el costado del edificio. Con la ligera sospecha de que esa sombra mentía, había encontrado algo. Que decidiera guardárselo le hizo pensar en que quizás no era útil para ellos, ¿o sí?  

—          —          —          —

¿Se acuerdan que les dije que me gusta el drama? Pues también me gusta el suspenso. 

Hoy hubo actualización doble porque estoy festejando la nueva portada que acompaña a nuestra historia. En ella pueden ver a la bella Mallory con el disfraz de cupido y una foto de Derek de espaldas, con el detalle de los cuernos y cola dibujados por la misma Mallory. 

Espero que les hayan gustado estos dos capítulos. Y aunque este cuenta más como un extra que como un capítulo, quise subirlo para que conocieran el detrás de dos cosas. La historia de Mallory avanza en corea, en su tiempo pasado, claro. Y un evento que tendrá lugar más adelante. 

Muchas gracias a todos los que están siguiendo esta historia desde que se comenzó a subir, y a los que van llegando, ¡gracias por quedarse!

Ojalá juntos podamos llegar hasta el final de esta historia y al comienzo de nuevas. 

¡Por cierto! La canción que canta Mallory está en la multimedia.

¡GRACIAS!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro