Capítulo 13
—Carajo, creo que comí demasiado —gimotea Tamara caminando.
—¿Crees? Yo estoy completamente seguro —Jano acomoda sus gafas en el puente de su nariz—. Dos baguetes, Tamara. ¡Dos baguetes!
—¿Dos? Pensé que había comido tres —Tamara palmea delicadamente su abdomen—. ¡Wow! Eso es un logro.
—De pronto ya no te sientes tan llena, ¿verdad? —suelto para unirme al juego.
—No, de hecho, siento un vacío aquí —apunta a un área alzar en su estómago.
Jano niega con la cabeza y yo suelto una discreta risa mientras los sigo. Acabamos de terminar el almuerzo en el que Tamara aplastó a sus colegas. Su hermana tendrá una niña.
Salir con ellos me ha caído bien. Pasé pena cuando Tamara no dejó de insistir en que cantara hasta que lo hice, fuera de ese momento, me he sentido parte del grupo.
Ya me voy acostumbrando a la forma de ser de Tamara, brutalmente honesta y sin miedo a hablar como se le viene en gana. También a la forma en la que contrasta con Jano. Pues este es tranquilo, cuidadoso y respetuoso al punto en el que pedir algo como mi perfil de Instagram le ha costado sudar frío.
—Oigan, tienen que esconderme del diablo —digo cuando estamos por cruzar las puertas hacia Rohdiamant.
De pronto recordé que posiblemente no debería estar aquí. Tamara suelta una carcajada alta que rompe con el silencio del vestíbulo semi vacío.
—Ya lo llamas diablo y no lo has visto realmente cabreado —niega con la cabeza—. Cuando lo está es un hijo de puta, pero un hijo de puta muy sexy.
—Masoquista —murmura Jano.
—¿No te gustaba la recepcionista? —susurro para no llamar la atención de la nombrada.
—Ponle una falda o un saco a una escoba y Tamara estará enamorada —contesta Jano en voz baja, meneando la cabeza.
—¡Por supuesto que no! —gruñe ella—. Bueno, quizás si la falda es lila y el traje negro...
Los ojos de Tamara me miran y hacen un bailecito raro de insinuación.
—La forma en la que mueves los ojos me dice que con ello te refieres a Derek y a mi —respondo.
—El diablo y un ángel, ¿por qué tener solo uno cuando puedes tener ambos? —se encoge de hombros.
Me preocupa que hable demasiado fuerte. Aparentemente a Jano también le preocupa porque la hace callar con un codazo.
—Él y la mayoría de los jefes de área entran desde el estacionamiento —Jano se gira para hablarme—. Así que no te preocupes. Seguramente ya está enclaustrado en su oficina.
De todos modos, decido quedarme detrás de Jano y Tamara, ocultando mi presencia con sus cuerpos.
Derek intentó ponerme incomoda sacando a relucir temas que son delicados para mí. Hablo de ellos desde la comodidad de su ignorancia, pero hizo que se sintieran demasiado presentes para mí.
Creo que maneje bien cuando menciono lo de Corea. Estoy orgullosa de no haber roto en un vergonzoso llanto con escurrimiento nasal al escuchar esa mención.
Mantener el enfoque en claro es algo que me cuesta mucho esfuerzo, pero por esta vez tengo que dar más allá de mi cien por ciento para lograr mi objetivo. Si tengo que enfrentar al diablo para vencer... necesitaré agua bendita y un crucifijo de plata.
Entramos al espacio reducido del elevador envueltos en una plática sobre música. Agendamos una reunió para ir a casa de Jano y escuchar los discos de Jazz que tiene mientras Tamara prepara carne a la parrilla.
—Este es mi piso —comenta la chica de azul al ver las puertas del elevador abrirse—. Fue un placer aplastarte nuevamente, Jan.
Le lanza un beso al aire. Jano finge atraparlo con la mano y soplarlo de regreso, pero esta vez, poniendo el dedo medio arriba. La seriedad en el rostro del moreno supera el sonrojo en sus mejillas.
—Ganaste una de dos —contesta—. Estamos empatados.
La sonrisa diabólica que Tamara le dedica al chico a mi lado me saca una sonrisa de incomodidad. No conozco la segunda apuesta, pero a Tamara parece hacerle más gracia el hecho de haberla perdido que el de haber ganado la primera. Él le saca la lengua manteniendo su semblante inexpresivo.
—Bye, Mallory —canturrea justo al momento que se cierran las puertas.
Me despido moviendo las manos efusivamente.
Miro el indicador de piso. Tamara se bajó dos pisos antes de llegar al piso donde Jano y yo bajaremos.
—Creí que Tamara trabajaba en la misma área —digo mirando a Jano a través del reflejo de las puertas. Él niega con la cabeza—. ¿Y qué hacía en el área de Derek?
—Los de otras áreas suelen subir para robar cosas de nuestra Dulcería cafetería —mete sus manos en el bolsillo delantero de su Hoodie roja—. La nuestra es la mejor abastecida. Derek nos pide hacer una lista donde ponemos lo que sea que queramos encontrar en la Dulcería cafetería, luego él agrega esas cosas.
—Suena como un buen jefe —murmuro.
—Es porque aún no lo has visto lanzando cosas.
—Es broma, ¿no?
—Para nada —niega con la cabeza—. Una vez rompió el proyector de la sala de juntas, lo arrancó de la pared y lo estrello contra la puerta. ¡Fue genial!
—Suena como un comportamiento violento.
—Eso no es lo peor que ha hecho.
—¿A agredido a alguien? —no logro ocultar la alarma en mi tono de voz.
—No aquí —se encoge de hombros.
Me giro para poder verlo a la cara y corroborar que no trate de hacerme una broma de iniciación o algo por el estilo, pero me regresa una mirada serena y eso hace que la piel se me erice.
—En la universidad mandó al hospital a un hombre. Tamara estudio con él. Dice que nunca había visto el potencial violento de Derek a ese grado, ya había tenido un vistazo pero que no se comparan con lo que vio ese día —se encoge de hombros de nuevo—. El apodo del diablo es algo que carga desde entonces.
—Comienzo a reconsiderar mis ganas de trabajar con él.
—Lo sé, en su tiempo también lo hice. Y sé que está mal que te lo diga, porque te desaliento —me da una palmada en la espalda—. Nunca lo he visto agredir a nadie, puede ser algo cruel y asusta cuando arroja cosas, pero no es tan malo como aquí lo pintan. Dale una oportunidad, ¿quién sabe? Quizás lo puedas ayudar y contagiar del aura que te rodea.
—El sujeto que agredió... —las palabras se estancan en la punta de mi lengua.
No sé si realmente quiero saber a quién agredió, eso no cambiaría lo que hizo.
—Fue el padre de Tamara.
Las puertas de hierro se abren silenciosamente.
Mis pensamientos se nublan, de pronto escucho un pitido en el oído interno. Por la sonrisa de lado que me dedica Jano sé que me he puesto pálida como el papel. Ni si quiera tengo ganas de preguntar por qué Derek agrediría al padre de una de sus compañeras.
Jano me hace una señal para que sea la primera en bajar, cosa que hago con cierta timidez. De verdad me pone nerviosa encontrarme con Derek, aún más ahora que sé su historia de la universidad o al menos un fragmento de ella.
Me siento como una impostora al acercarme al cubículo que queda a lado de Jano. Posiblemente ya no tenga que ocuparlo. En el caso positivo, sería porque el escritorio dentro de la oficina del COO ahora me pertenecerá, en el negativo...
Froto mi cara con mis manos. Disfruto del saber que muchas mujeres en este edificio no pueden realizar una acción como esa porque arruinaría sus laboriosos maquillajes. Por fortuna —y pereza— a penas y tengo algo de bloqueador sobre la piel del rostro.
—¿Disculpa tienes un clip? —expresa una voz de pronto a mis espaldas.
Chillo antes de registrar el rostro del que ha venido la voz.
Una mujer de cabello lacio y rubio cortado al nivel de su mandíbula con una perfección envidiable y de gafas transparentes me mira con la misma sorpresa con la que la observo.
—Malika, ten —Jano estira la mano para pasarle un clip a la rubia.
—Gracias, Jan —ella lo toma a manos temblorosas—. Lamento asustarte, linda.
Malika es un nombre bonito para una mujer bonita. Y esta mujer es muy bonita. Que una mujer como Malika te diga linda es un verdadero alago.
Debo dejar de darle tantas vueltas a lo que pienso e ir directo al grano, lo sé.
—No pasa nada. Estaba perdida en mi mente —susurro.
Malika levanta una mano en mi dirección como si quisiera estrecharla en medio de su presentación, pero eso hace que la carpeta que lleva en las manos deje caer un par de hojas al piso.
Ambas nos apresuramos a levantar las hojas. Al levantar una me doy cuenta de que se trata de alguna clase de contrato redactado en Hangul, una vez más, con una traducción que deja que desear.
<<¿Por qué justamente he tomado las que están en Coreano?>>.
Le devuelvo las hojas a Malika, las recibe con una sonrisa de oreja a oreja. Y mi instinto me dice que el hecho de que las haya dejado caer no ha sido otra cosa que una acción intencionada. Cuando miro su gafete mis sospechas se confirman.
Malika Dachts, su foto y nombre van acompañados de tres palabras más que dejan claro que se trata de otra estrategia de Frederick para asegurarse de que cumpla con mi búsqueda de una esposa para su hijo.
Las tres palabras: Asistente personal, Presidencia.
Estuve a punto de reírme en la cara de Malika por lo obvio. Pero bien, esta vez la dejaría pasar solo porque de verdad me cae como anillo al dedo.
Las oportunidades nunca deben desperdiciarse. Ese será mi nuevo lema.
—Disculpa que lo diga, pero... tus documentos están traducidos de forma errónea —es la primera vez que agradezco a mi ex empresa por haberme hecho tomar clases de actuación hasta el cansancio.
Aquellas palabras salen tan naturalmente de mi boca que no quedará duda en Malika de que estoy haciendo esto como si me dejara llevar inconscientemente por los juegos de Frederick.
No pienso jugar al Quid pro quo con alguien como él, es demasiado arriesgado. Soy testaruda, pero no idiota. Jugar con Frederick sería el equivalente al atar una cuerda alrededor de mi cuello e ir ajustando el nudo poco a poco hasta causarme la asfixia.
Es una trampa clara a la que no voy a entrar. El único suicida en mi familia es Cameron. Pero, no puede cobrarme un favor si cree que no me he dado cuenta de que me estaba haciendo dicho favor. Tal y como él lo planeo.
—¿En serio? —Malika mira las hojas como si conociera el idioma—. ¡Maldición! Es que nuestro traductor se fue de viaje y de pronto salen con que esto es urgente. Yo no puedo hacerlo todo, ¿sabes de lo que hablo?
—Si quieres puedo ayudarte —su falso intento de fingir frustración me hace sentir incomoda.
Y por la cara que está poniendo Jano, él se está dando cuenta de que algo aquí no cuadra. Lo mejor es terminar con esto lo antes posible.
—Sería una gran ayuda —Malika suelta un exagerado suspiro—. Lo menos que quiero es entregar algo incorrectamente hecho. Gracias, linda. ¡Me salvaste la vida!
La rubia deja la carpeta en mis manos con delicadeza. Me sorprende dándome un beso de agradecimiento en la mejilla antes de despedirse de Jano e irse rumbo al elevador.
—¿Qué demonios acaba de pasar? —murmura Jano.
Es demasiado obvio que Malika no debería haberme dejado tocar un documento importante como el que sostengo. Es una ley básica en las empresas.
Muerdo mi mejilla interna para evitar hacer cualquier expresión que pueda delatar mi nerviosismo.
—No tengo ni la menor idea —contesto de forma pausada.
Hacerme la desentendida es uno de los mejores métodos de supervivencia social que tengo, ¿ya lo había mencionado?
Mis músculos se relajan cuando veo a Jano hacer una mueca como si quisiera decir que no le importa mucho.
—¿Qué haré si Derek sale por esa puerta? —cuestiono en dirección a mi vecino de cubículo.
Él está de nuevo ocupado con lo que sea que esté haciendo.
—Te haces bolita debajo de tu escritorio —contesta sin despegar los ojos de la pantalla de su computadora.
La luz artificial se refleja en sus gafas como dos pequeños rectángulos en cada uno de los cristales y en sus ojos, lo que lo hace parecer como un robot completamente diseñado para hacer su trabajo sin descansar.
—Hablo en serio, Jano.
—¿Qué podría hacerte? —se lo piensa un momento—. Necesito dejar de salir con Tamara.
Por poco le pregunto a dónde se han ido sus pensamientos, pero decido que mejor me quedo callada. De la chica de cabello azul puede salir cualquier cosa subida de tono.
Aunque, no pierdo la oportunidad de negar con la cabeza mientras le lanzo una mirada juzgándolo y hago la señal de la cruz.
—Bueno, lo máximo que te podría hacer es sacarte con ayuda de la seguridad del edificio.
Tuerzo los labios como suelo hacerlo cada que algo no me gusta.
—Si me arrastran a la salida voy a aferrarme a tu cabello, Jano.
—No puedes —me mira—. ¡Lo necesito!, recuerda que hicimos una apuesta. Una decoloración a que Tiffany no volvía, unos Cannolis de frambuesas a que sí. Y no volvió, yo gano.
—¿Qué? El día aún no termina y la decisión de Derek aún no ha sido revelada. No cantes victoria todavía.
—Solo estás buscando pretextos, Leblanc.
Le lanzo una mirada de pocos amigos, él la responde por unos segundos, después me saca la lengua y regresa su atención a su trabajo, así que también me pongo manos a la obra.
Corregir y traducir cada clausula será el peor trabajo de todos, será repetitivo en algunas palabras, complicado en otras y bastante molesto al escribir las instrucciones para que Malika pueda acomodar el texto como corresponde.
Es una total locura que tenga que explicarle eso a una secretaría con mayor experiencia, pero entiendo que esto sucedió porque no sabe el idioma. O bueno... así lo ha hecho suceder Frederick.
Por constantemente estar lanzando miradas furtivas en dirección a las puertas de la oficina de Derek me arden los ojos y mi cerebro está cansado de intercambiar entre dos idiomas.
Estiro las piernas sin abandonar mi asiento. Mi celular vibra sobre mi regazo. Al ver la notificación la sangre se me hela.
Mensaje Nuevo:
Chase: Derek ha tomado una decisión. Preséntate en su oficina.
¡Suerte, pecosa!
Intento tragar saliva, pero mi boca se ha quedado seca.
— — — —
¿Qué? Espérate, ¿qué está pasando? AH, SII ¡He vuelto!
Holipias, bella gente. ¿Qué tal estuvo su fin de semana?
Yo me la pasé escribiendo y durmiendo 😴. Pero así soy feliz.
Bueno, bueno... ¿Eskiusmy Derek? Óyeme, aunque a veces la gente si se lo merece no significa que debas golpearlos. Te perdono solo porque cuando comience el verdadero drama a la que van a odiar es a mi, jajaja.
No me extiendo más con esta nota. Les agradezco a los que me apoyan votando, comentando o haciendo ambas cosas.
¡Recuerden que hay un Instagram donde subo cosas dedicadas a CDD! De hecho subí un edit antes de publicar este capitulo, así que corran a verlo, denle ❤ y compartan para que podamos llegar a más personas y hacer que esta pequeñita familia de Diablillos crezca.
¡Lindo inicio de semana! ♥ 🔅
Nos vemos el próximo domingo.
P.D: Probablemente aproveche para editar los errores del cap 12, no se asusten si ven que se vuelve a subir o algo, jejeje.
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