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CAPÍTULO 17. Enea, René, Thiago y James versión Luigi Mansion.

Al día siguiente, René se despertó temprano sintiéndose un poco más fuerte. Decidió que no iba a permitir que la situación con Thiago arruinara sus vacaciones, esta se encontraba preparando el desayuno mientras peleaba con Harper algo que se sorprendió de ver Thiago.

Este se sentía fuera de lugar en la mesa, y más cuando René volteaba a verlo tan casual y le brinda una sonrisa, era una sonrisa a medias, pero era al final una sonrisa, sin dudas sus sentimientos estaban confundidos, pero la chica se encontraba peor, esta luchaba con sus propios pensamientos, iban a salir a explorar, pero toda la tarde se la pasaron limpiando las cabañas mirando como estaba cayendo algunas gotas.

Enea y René se sentaron en el patio a tomar algo de jugo. James casi tuvo que jalar a Thiago para que se sentaran los cuatro juntos, los cuatro en silencio miraban las gotas caer.

—¿Quieren hacer algo? — Pregunta René mirando a los tres, quienes asienten, esta golpea la pierna de James, mientras pide que la siguen a través del bosque, apenas tomaron unas linternas, y esta iba a su ritmo, cuando se da cuenta enfrente de donde estaban.

—¿Estas loca? No entraremos allí — Dice James mirando como René se ata su cabello sonriéndole —. Thiago, dile algo.

—No entiendo nada.

—Hace muchos años cuenta la leyenda que hubo una mujer que estaba perdidamente enamorada de un hombre, lamentablemente este murió en la guerra, y el padre para aprovechar de la belleza de su hija la vendió a un joven noble. Esta huyo pasando varias noches en esta cabaña hasta encontrar la solución a su destino — Cuenta René mirando a Thiago —. Se dice que la mujer se aparece aquí, para recuperar a su amado.

Este duda de la historia, pero mira como René entra a la construcción sin temer nada, este no duda en seguirla. Era una cabaña demasiado polvorienta, vieja y deteriorada que cruja con cada paso que estos daban, Thiago prendió la vela para mirar los muebles cubiertos con sábanas blancas. Un fuerte ruido resonó desde el piso superior que hizo que todos saltaran del miedo.

—¿Qué fue eso? — Pregunta Enea, tratando de no sonar muy asustada.

—Parece que vamos a averiguarlo. Enea y yo revisaremos la planta baja. Thiago y René, ustedes revisen arriba.

René miro a Thiago, incomoda por la idea de estar a solas con él, pero asintió sabiendo que no tenía otra opción. Juntos, subieron las escaleras, que crujían bajo sus pies, hacia el segundo piso.

La tensión entre ellos era palpable mientras avanzaban por el pasillo oscuro. Entraron en una habitación, donde la única luz que provenía era de sus linternas.

—Esto es surrealista — Dijo René, tratando de romper el silencio —. Siento que algo va a salir de las sombras en cualquier momento.

—Sigo diciendo que haz mirado demasiadas películas de terror — Respondió Thiago, mirando a René con una mezcla de preocupación y a la vez admiración. Parecía que era adicta a sentir la adrenalina —. ¿Podemos hablar sobre lo de ayer?

Antes de que René pudiera contestar miraron como una pelota cayó por sí misma delante de ellos, a pesar de haberlo visto descender el ruido los asusto, sabiendo que no había nada. Este tomo la mano de ella con fuerza.

—Creo que deberíamos seguir explorando — Ella la apartó sintiendose herida.

Continuaron recorriendo las habitaciones, pero estaban demasiado sugestionados que cada ruido los ponía nerviosos. Finalmente llegaron a una habitación al final del pasillo. Era una gran cama que parecía que el tiempo se había detenido, esta jaló a Thiago encontrando unas cartas sobre un escritorio.

"Mi querido príncipe, el reino no ha sido el mismo desde que te fuiste, mi hijo lleva tu nombre e incluso tu sonrisa, pero no lleva tus recuerdos ¿Por qué tomaste esa decisión?"

—Parece que alguien aparte de ti ha mirado demasiada ficción — Dice Thiago, pero en cambio René siente una gran melancolía.

Esto se mira interrumpida cuando la puerta de detrás de ellos se cierra de sopetón causando un gran ruido, quien se apresura a intentar abrirla dándose cuenta de que habían quedado atrapados.

—¡Genial! — Dice está molesta.

—No te preocupes, encontraremos una manera de salir — Dijo Thiago, acercándose a ella —. Mientras tanto, quizás esto sea una oportunidad para hablar.

René se dio la vuelta para mirarlo, y en la oscuridad sus ojos se encontraron. Había una intensidad en la mirada de Thiago que siempre la hacía sentir vulnerable.

—Thiago no creo que sea este el mejor momento...

—¿Entonces cuando? Se que te iba a esperar, pero toda la noche he pensado en ti, en el daño que te hice, y el que te sigo haciendo. Me he dado cuenta de cuanto significas para mí y de lo mucho que me importas...

Las palabras de Thiago resonaron en el silencio de la habitación. René sintió una mezcla de emociones, pero antes de que pudiera responder, Thiago se acercó más a ella, colocando suavemente una mano en su mejilla, alzando la cara de ella, el chico la miraba con una ternura que hacía a René más vulnerable.

—Dime si quieres que me detenga — Solo susurro esto antes de inclinarse por completo y besarla. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, todos sus sentidos se activaron permitieron sentir hasta el propio aire.

El beso era suave al principio, una exploración tímida de sentimientos reprimidos. Los labios de Thiago eran cálidos y reconfortantes, Y René sintió una oleada de emociones sobre ella y más al sentir la mano de Thiago en su cintura acercándola más a él.

Esta invadida de los sentimientos respondió, subiendo sus manos al cuello de Thiago hasta entenderse en su cabello, tirando suavemente de él, como si temiera que, al soltarlo, el momento se desvanecería.

Por un momento, se permitió olvidar todo el dolor y la confusión, entregándose por completo al beso. Pero justo cuando empezaba a perderse en el torbellino de emociones, la realidad la golpeo con fuerza. Él ni siquiera sabía lo que quería y esta se estaba entregando en bandeja de plata. Consciente de sí misma, aparto bruscamente a Thiago, quien lo estaba disfrutando demasiado.

—No... — Retrocedió colocando una de sus manos en sus labios que no paraban de temblar —. Esto no está bien Thiago... Tu estas saliendo con Enith, y yo no seré... No seré eso.

Thiago intento acercarse de nuevo, su rostro lleno de desesperación.

—Cuando vuelva hablare con Enith, lo que importa es que arreglemos esto...

—No puedes simplemente besarme y esperar que todo se solucione. No puedes jugar con mis sentimientos a tu antojo. No más, Thiago.

—Te escojo a ti René, lo quiero todo contigo.

—Ese es el problema, que tú crees que eres tú quien debe de escogernos a alguna de las dos, y en este caso, crees que con escogerme harás que todo se olvide, pero no.

—Renata...

Justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe haciendo que Enea y James entren con preocupación en sus rostros.

—¿Están bien? — Preguntó James, mirando a ambos demasiado tensos —. No podíamos abrir la puerta.

—Nosotros tampoco — Agrego está limpiándose las lágrimas —. Fue mala idea venir aquí, hay que irnos.

Los días en la cabaña continuaron, cada vez los padres de René y Thiago estaban más unidos, pero sus hijos más alegados que nunca. Estos intentaban seguir adelante y disfrutar sus vacaciones. Una mañana, se dieron cuenta de que necesitaban provisiones, por lo que de nuevo el cuarteto fueron los seleccionados.

Manejaron de regreso a la ciudad, iban a ir a un mercado, pero encontraron a mitad el camino una feria que parecía vender muchas cosas más orgánicas. René, Thiago, Enea y James se separaron momentáneamente para buscar lo que necesitaban. Mientras René seleccionaba algunas manzanas, miro como enfrente de su vista se ponía una caja de fresas, reconoció esas uñas al instante, pero era demasiado diferente ver a Aaron con el aspecto de un buen chico.

—Que gran coincidencia encontrarte aquí — Le dice Aaron sosteniendo las frutas que había tomado.

—Lo mismo digo. ¿Estás trabajando?

—En contra de mi voluntad. Mi mami es fan de tener su propio huerto, pero jamás mide la proporción entonces mi mamá decide que es mejor venderlas — Esta sonríe a las mujeres que habían detrás de este —. ¿Cómo has estado? ¿Estás sola?

—Ha sido bastante complicado... Vine aquí con dos amigos y Thiago, estamos en un viaje familiar.

—Oh ¿Entonces sigues con él?

—No, las cosas terminaron, solamente que ahora de pasar a fingir para James fingimos para nuestros padres — Se ríe está llenando más la bolsa de cosas.

Thiago y James regresaron cargados con bolsas de provisiones, pero ambos no pudieron evitar la cercanía de René con Aarón, un nudo se le formo en el estómago a Thiago, mientras observaba la interacción entre ellos, su mente estaba llena de dudas y emociones encontradas.

—¿Cuánto va a ser por todo Aaron? — Este lo lleva a la parte de atrás con sus madres, mientras acomoda las cosas en una caja, agregando más cosas.

—Es un regalo para un corazón roto — Esta sonríe agradeciendo el gesto —. Recuerda que en dos semanas tenemos cita para las uñas.

René agradeció esa sinceridad de Aaron, aunque no pudo evitar notar la mirada de Thiago clavada en ella. Giró hacia él, encontrándolo con los brazos cruzados y una expresión difícil de descifrar en su rostro.

—¿Todo bien? — Pregunto él. René asintió, intentando parecer indiferente subiendo al carro. Thiago se quedó un momento apoyado en el carro, por fin entran los mensajes a su celular dándose cuenta de que era Enith, si quería arreglar las cosas con René, tenía que deshacerse de esta.

Camino hacia James, quien estaba junto Enea comprando carne.

—¿Qué pasa? — Pregunta este mirando a Thiago consternado.

—Tengo que ir a algo antes de volver con ustedes — Agrega este mirándolo seriamente. Enea hace la que no entiende, pero sabía a donde iba, levanta su rostro para toparse con la mirada de Thiago.

—No le hagas más daño.

Este pidió un taxi a la casa residencia de mujeres donde se estaba quedando Enith, esta lo miro desde su habitación emocionándose como si fuera una adolescente e incluso presumió con sus amigas, al abrir la puerta casi salta sobre él, pero el ambiente le dijo que no era algo que debía de hacer.

—¿Y tú moto? — Pregunta está intentando hablar mientras le tomaba la mano.

—Yo estaba fuera de la ciudad, y necesitaba venir a ser honesto contigo — Esta asiente con la cabeza, mientras se sientan en la banqueta —. He estado pensando mucho sobre todo esto, sobre mis acciones y el daño que le hice a René.

—Thiago... Ella fue un tonta que se creyó que tu estabas siendo real — Ella intenta tomarle el rostro, pero él la aleja, mirándola molesto.

—Fui tan ciego, y un estúpido... Pensé que si justificaba todas mis acciones en base a que todo lo hice por el plan, dejaría de sentir todo lo que siento por ella, pero solo era mentirme a mí mismo. Me he dado cuenta de que no puedo seguir así, viviendo de algo que no fue nada, cuando lo tuve todo.

—No lo entiendo... — El rostro de esta se tensó llenándose de lágrimas.

—Me he decido por jugármela por René, ganarme su perdón — La chica comienza a llorar.

—Thiago, por favor... dame una oportunidad más... — Suplico, tomando de la camisa a Thiago —. Por favor, no me dejes.

—Enserio, no puedo seguir así. Sería injusto para todos, especialmente para ti. Amo a René, enserio amo como sonríe, como se enoja, amo cada parte de ella desde el primer momento que me metí en esto — Este intentaba ser lo más claro posible, aun sabiendo que la iba a lastimar.

—¿Y qué pasa con todo lo que pasamos? ¿No significa nada para ti?

—Significa mucho para mí, pero no de la manera que debería. No es justo para ti.

Las manos de ella temblaban, se acerca a la cara de él, dándole un beso, que le confirmo a Thiago lo que ya sabía, que no estaba enamorado de Enith, pero este se pone de pie, sabiendo que todo iba a acabar aún peor.

—Cuando todos descubran la verdad sobre tu relación falsa con René, te quedaras solo Thiago, nadie les va a volver a creer que lo que pasa entre ustedes es verdad y perderás todo lo que tienes. Por qué este juego de la familia perfecta es gracias a ella — Le dice con rabia contenida —. Sin ella volverás a tus viejos hábitos, a tus malos hábitos.

—Es un riesgo que tengo que correr, y si es por ella, soy capaz de hacerlo todo. Ella me hace mejor persona.

—Cuando todo se derrumbe y te des cuenta de que has perdido todo, yo estaré esperando, Thiago. Te estaré esperando, porque sé que volverás, siempre volverás.

Thiago la miro una última vez, mientras camino sin mirarla una vez más sabía que había hecho lo correcto.

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