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O2 - Una manualidad para San Valentín

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Luego de haber pasado por la cafetería, los tres chicos caminaron directo a la casa del rubio para iniciar con la manualidad para Hyunjin.

Jeongin acomodó todos los materiales encima de su escritorio y les mostró la referencia que tenía para hacerle el regalo a su novio.

Hyunjin amaba la música y el baile, se lo había comentado Minho justo el día anterior. Así que Jeongin tuvo una idea casi de inmediato para hacerle algo que le gustase, junto a las canciones que le quería dedicar y, lo que fue idea de Minho, una carta de amor.

El color marrón y el crema eran una buena combinación, pensó Jeongin. La caja sería café, mientras que el vinilo sería color crema.

Los chicos empezaron con la manualidad; Jeongin se encontraba haciendo la forma de la caja, Jisung estaba haciendo el vinilo, mientras que Minho estaba haciendo pequeñas decoraciones y la forma de la carta.

Jeongin estaba agradecido con ambos chicos por haberles ayudado, no solamente en la manualidad sino que también a acercarse a Hyunjin y ser lo que eran en este momento, una linda pareja de enamorados.

—Minho, ¿me puedes pasar las tijeras? —preguntó el pelirrojo.

Minho tomó las tijeras negras que se encontraban en el escritorio y se las dió a Jisung. El pequeño roce de manos le hizo formar a su cara una pequeña sonrisa de enamorado. No podían culparlo, la flecha había ido tan rápido e impactó fuertemente contra su pecho apenas vio por primera vez al chico de ojos verdes.

Pero aunque la sonrisa pasó desapercibida por el pelirrojo, no lo fue lo mismo para Jeongin, que había notado el pequeño roce cuando Minho le pasó el objeto y la sonrisa escondida de sus labios.

Jeongin lo sabía, algo estaba pasando. Su amigo estaba extraño, aunque siempre era amable con todos los que conocía, ese acto estaba siendo en exceso cuando se trataba de Jisung. Minho no era bueno escondiendo sentimientos, pero el de los ojos de medialuna era tan despistado que no era capaz de darse cuenta de las acciones de Minho hacia él.

Pero Jeongin no lo era en absoluto, desde que Minho se ofreció a pagar galletas extra que Jisung anhelaba en aquella cafetería hasta ahora con la pequeña sonrisa lo hizo estar casi seguro de algo.

Pero tenía que confirmarlo, así que armó un pequeño plan en su cabeza para hacer que Minho y él se quedasen solos y así poder interrogarlo.

—Sung, ¿puedes ir por otras tijeras a la cocina? Solo hay dos y ahora estoy ocupado pegando esto —mostró el papel que estaba pegando.

—Sí, claro —Jisung se levantó de su asiento mientras los ojos de Minho lo perseguían hasta llegar a la puerta y salir de la habitación.

El silencio se adueñó de la habitación mientras Jeongin buscaba una pregunta directa y rápida para hacer antes de que Jisung volviera y perdiera la oportunidad.

—Minho, estás extraño —comentó.

El mencionado lo miró confundido, ¿por qué debería estarlo?

—¿Por qué lo dices? —preguntó.

—Siempre eres amable con las personas —aseguró—. Pero con Jisung eres bastante dulce, ¿no crees? —interrogó.

El pelinegro se quedó sin palabras mientras seguía recortando los corazones rojos de papel, pero al darse cuenta que su silencio hablaba y delataba sus sentimientos, no le quedó de otra que simplemente confesar lo que Jeongin ya había supuesto.

—Te diste cuenta, ¿no es así?

Jeongin asintió, claro que se había dado cuenta. Cualquiera podría haberlo pasado, pero él no.

La puerta de madera café se abrió y dejó ver al chico pelirrojo que había sido mencionado anteriormente en la conversación de los que se habían quedado en la habitación. Entró sin saber que el rubio y el pelinegro le escondían un secreto.

—Encontré estas —comentó sobre las tijeras verdes que había visto en la cocina, las dejó al lado de las tijeras rosadas y se sentó de nuevo en su silla.

Los tres chicos siguieron trabajando para terminar rápido la manualidad y tenerla lista para mañana que sería San Valentín.

—¿Que canciones le piensas dedicar a Hyunjin? —preguntó el mayor de todos.

—Hay un papel que tengo guardado en el cajón donde tengo apuntado todas. Pensé en hacer un tracklist tipo álbum de música, pero con las canciones que le dedicaré —dijo Jeongin.

—Que buena idea —comentó mientras sacaba el papel con las canciones apuntadas del cajón que Jeongin le había señalado.

Luego de unas horas, la manualidad estaba casi lista. Las decoraciones estaban pegadas en la caja de música junto con la tracklist de canciones de amor que Jeongin había hecho. Fue de gran ayuda tres personas en el mismo trabajo, porque la manualidad se había alargado debido a las risas y charlas que los tres chicos habían hecho de por medio, aún así, consiguieron terminar la manualidad antes de las nueve de la noche.

Ahora los dos invitados estaban despidiéndose del dueño de la casa para irse a sus hogares. Jeongin los acompañaría hasta la parada del bus, y luego ellos irían cada uno por su camino.

—Les agradezco mucho la ayuda, chicos —dijo Jeongin.

—No es nada, todo sea por nuestro amigo —dijo Jisung.

Jeongin sonrió y abrazó al pelirrojo.

—Si es algo, las ayudas no las hago gratis, así que espero mi dinero —dijo Minho—. No hay fecha límite.

Jisung rió. —Ay, Minho —el mayor se sintió feliz por haber hecho reír al pelirrojo, la sonrisa que sus labios mostraban era fantástica, y su nombre saliendo de la boca de Jisung sonaba tan perfecto.

Jeongin sonrió y se le ocurrió una idea. —Ustedes dos se llevaron muy bien, ¿no? Podrían intercambiar números y hacerse buenos amigos —sugirió.

Jisung y Minho hicieron contacto visual, esperando la aprobación del otro.

Minho apuntó el número de Jisung en su teléfono y prometió escribirle cuando llegue a su casa. Estaba agradecido con Jeongin por habérsele ocurrido una tan buena idea y haberlos acercado más. El paso era pequeño, pero algo es algo.

Jeongin estaba orgulloso de si mismo por haber ayudado, pero de ahora en adelante sería Minho el que tenga que pensar ideas para conquistar a Jisung. Él solo había aportado un grano.

O al menos eso pensaba.

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