O1 - Chico de ojos esmeraldas
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El día estaba soleado, las calles estaban llenas de decoraciones de San Valentín y unas cuántas personas salían de locales con regalos en sus manos.
Era un día antes de San Valentín. Eso explicaba las calles repletas de personas enamoradas con materiales para hacer manualidades a sus parejas.
Jeongin miraba hacia los lados tratando de hallar a sus amigos en la distancia. Había quedado con dos chicos que conocían perfectamente a su pareja para que lo ayudasen a comprar un regalo.
Hyunjin y Jeongin son una pareja de enamorados que recién habían formalizado su relación. No se conocían hace mucho tiempo, pero estaban completamente seguros que sus corazones no les mentían respecto a sus sentimientos.
Así que, con ayuda de Jisung y Minho, podría hacerle un increíble regalo a su pareja, y esperaba que esté también le hiciera uno a él.
Las personas circulaban de un lado para otro, el lugar estaba lleno, por lo que se le estaba haciendo difícil encontrar a sus amigos entre todo el gentío.
Les informó a sus amigos a través de mensajes que se encontraba al lado de la cafetería Lover, por lo que, luego de unos minutos, Minho se encontraba delante suyo con una sonrisa y saludándolo felizmente.
—Solo falta que llegue Jisung y nos vamos a comprar el material -—omentó.
Ambos chicos se apoyaron en la pared de ladrillos para esperar al único que faltaba por arribar a la salida.
—¿Que manualidad le piensas hacer a Hyunjin? —preguntó Minho para matar el tiempo.
—Con lo que me mencionaste ayer, estuve pensando en hacerle una pequeña caja de música de papel junto con las canciones que le voy a dedicar escritas en esta —respondió Jeongin.
—Es una buena idea, quizás puedas acompañar el regalo junto con una carta de amor, sería bastante romántico.
Jeongin sonrió y asintió, si era bastante romántico.
Los minutos pasaban, el timbre de la puerta de la cafetería sonaba cada vez que un cliente atravesaba la puerta, los autos circulaban de un lado para otro, y todo como un día normal, pero había algo que le comentaba a la vista que aquel día no era cualquier día.
—¡Jeongin! —Jisung entró en el campo de visión de ambos chicos, corriendo a pequeños pasos con los brazos abiertos para saludar a su mejor amigo. Su sonrisa era realmente encantadora y contagiosa, cualquiera se fijaría en ella caería perdidamente enamorado, excepto por Jeongin, que ya había encontrado a su otra mitad. Vestía con unos pantalones claros y una camisa rosada con rayas rojas. Además, traía consigo su bolso de color blanco en el que cargaba las cosas más importantes para él.
Jeongin y Jisung se dieron un abrazo por unos largos segundos, para luego separarse y verse a los ojos.
—¡No te veía hace años! —dijo Jisung.
—Jisung, ¡me viste ayer! —se rió Jeongin, su amigo siempre era tan dramático.
—Ah, tienes razón, no lo recordaba —dijo con una sonrisa.
Se volteó hacia el otro presente, que ya le había puesto el ojo hace varios segundos, perdido entre los ojos verdes como dos esmeraldas. Le regaló una sonrisa que hizo que sus ojos se volvieran dos medialunas y lo saludó tiernamente sacudiendo su mano en el aire. El rubor que se había aplicado con anterioridad lo hizo lucir una imagen más pura e inocente, con su flequillo pelirrojo que tapaba parte de sus cejas.
Minho podía jurar por su propia vida que jamás había visto a alguien de su misma edad lucir tan tierno y perfecto. Podía jurar que cupido le había tirado una flecha un día antes de San Valentín.
El pelinegro le devolvió la sonrisa y el saludo, y aunque estos dos ya habían comenzado a caminar rumbo a su destino a la papelería, Minho en ningún momento pudo quitarle la vista de encima al pelirrojo.
—¿Minho? —la voz de Jeongin lo hizo volver a la realidad y esfumar la imagen de Jisung sonriendo en su cabeza.
—¿Ah?
—Entonces, ¿cuál se ve mejor? —preguntó una vez más.
—¿De qué? —Minho estaba confundido.
—Te pregunté si el café con color crema era una buena combinación o sería mejor el verde y rosa —le repitió por tercera vez.
—Mm, creo que el café y el crema estarían bien.
Jeongin asintió y procedió a coger los papeles que había elegido Minho de la estantería. Junto con otros blancos para hacer pequeñas decoraciones y escribir la carta.
—Minho, ¿puedes ayudarle a Jisung a coger las decoraciones? Yo iré observando el siguiente pasillo —pidió Jeongin.
—Claro —por supuesto que podía.
Se dió la vuelta y se dirigió al pasillo donde se encontraba el pelirrojo. Observando su perfil y su concentración en escoger algo que le agrade tanto a Hyunjin como a Jeongin para la manualidad.
Cuando Jisung se dió cuenta de la presencia de Minho en el pasillo, le regaló una sonrisa, pues era muy característico de él, y siguió buscando los papeles decorativos que mejor combinaran.
—Jeongin me pidió que te ayudara —comentó Minho.
—Está bien. Aún no he cogido cartulinas, son bastante necesarias para lo que quiere hacer Jeongin —informó Jisung—¿Puedes tomarlas tú? Están allá —señaló el lugar.
Minho inmediatamente caminó hacia donde estaban las cartulinas y cogió algunas de estas. Desconocía el número específico de cuántas utilizarían, así que simplemente optó por tomar dos paquetes de cartulinas.
Cuando iba caminando directo hacia Jisung, se topó con unos bonitos stickers que estaban en la tienda justamente por San Valentín, así que los tomó pensando que serían útiles y que le gustarían a Jeongin.
—Cogí las cartulinas que me pediste y también estos stickers —alzó su mano para mostrárselos.
—Son muy bonitos —sonrió, Jisung no se cansaba de sonreír, y eso a Minho le fascinaba.
Minho pensó en tomar otros para Jisung, así que se devolvió con la excusa de que iría a averiguar otra cosa del material. Se detuvo en frente de la zona donde se encontraban los stickers y tomó dos paquetes de estos para Jisung.
Jeongin se impresionó al ver todo lo que habían traído sus amigos, hoy si tendría que gastar un poco de dinero, pero estaba seguro que era para una buena causa.
Los chicos empezaron a pasar todos los objetos a la cajera para que los registrara y les pudiera cobrar. Jeongin quedó confundido al ver que el mayor de todos había traído tres paquetes de stickers, pero solo había pasado uno para pagar.
—¿No piensas pasar esos? —cuestionó el menor. ¿Acaso se los iba a robar? No, Minho no era así.
—Estos los pago yo —dijo él.
—¿Por qué? —preguntó Jeongin.
Minho no quería confesarlo, así que simplemente se alzó de hombros y pagó los stickers por separado.
Jeongin quedó confundido. Los tres chicos salieron de la papelería con todo el material en mano, yendo hacia la cafetería Lover para tomar algo y luego irse a la casa de Jeongin para iniciar con la manualidad.
—Jisung —Minho llamó al de ojos verdes—. Toma —dijo sin más y le entregó los dos paquetes de stickers a Jisung.
El pelirrojo no se lo esperaba, cuando dijo que le habían gustado, no fue con la intención de solicitar uno de ellos.
—Oh, Minho, no hacía falta —dijo Jisung.
—Pensé que te habían gustado mucho, y por eso te compré unos. —dijo el ojiazul.
Jisung agradeció e hizo sus ojos dos medialunas una vez más, para después seguir con su camino sin saber que había dejado hipnotizado al pelinegro.
Parece que la flecha iba con bastante potencia, eso pensó Minho.
Jeongin colgó la llamada y se puso al lado de ambos chicos de nuevo para seguir conversando con ellos.
—Espero que el regalo le guste a Hyunjin —dijo Jeongin.
—No te preocupes, él lo amará —aseguró Jisung mientras ponía su mano en el hombro del menor.
Un sonido de una pequeña bolsa al lado de su oido llamó la atención del rubio, que se volteó a ver de donde provenía el sonido.
Se encontró con dos paquetes de stickers en la mano derecha de Jisung, pues la otra la mantenía ocupada con la bolsa llena de materiales.
Ahora entendía la razón del porqué Minho decidió pagar esos stickers, y estaba extrañado por la acción del mayor.
Lo volteó a ver, este se encontraba sumergido en sus pensamientos, ajeno a la reciente conversación del pelirrojo y el rubio.
Pero decidió ignorar sus pensamientos y suposiciones, quizás solo había sido un acto de amabilidad hacia la persona que acababa de conocer.
Porque había que admitir que el pelinegro era una buena persona. Era amable y respetuoso con toda la gente, como debe ser. Era un chico de buen corazón, pero no le gustaba el contacto físico, en cambio, su lenguaje de cariño para la mayoría de personas se basaba en fijarse en pequeños detalles y, a base de eso, darle un regalo significativo a esa persona. Pero no sabía si realmente estaría toda su vida detestando el contacto físico, o habría una excepción para alguna persona en su corazón.
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© minsungfamily
2024
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