Shino Aburame cerró la puerta de la habitación que había adquirido para el, dejando sus cosas a un lado.

Sabía perfectamente que era casi invisible para sus amigos, así que decidió usarlo a su favor, escabullendose al hotel.

Miró por el balcón, las puertas del mismo abiertas de par en par, en uno de los futones había un bolso y supo que ya había llegado.

Caminó con sigilo hasta el lugar, de espaldas a el, una castaña descansaba los antebrazos por el barandal, suspiró cuando estuvo detrás de ella, dando, esperando que alguno empiece la conversación.

-Llegaste. - dijo cuando el silencio reinó

La castaña se dio vuelta, mostrando sus ojos perla, sonrió divertida por el comentario del Aburame, quien seguía serio.

-La caballería llegó, mi amor...- le guiñó un ojo y soltó una risita

-Ya te he dicho, que no soy tu amor, Hanabi, eres muy menor - dijo intentando ser gentil

Se recostó de igual manera a su lado, mirando los cerezos del lugar floreciendo, a lo lejos, se podía ver como una feria era montada, cerca de la salida del pueblo, hacia las montañas.

-Soñar no cuesta mucho, dicen - le sonrió coqueta y el otro rodó los ojos -Pero ya en serio, Aburame, tenemos trabajo que hacer, así que en marcha, que si mi primito se entera de que le quiero conseguir novia me mata. -

-Correcion, nos mata. A ti por metiche y a mi por dejarme convencer. -

Shino podía verse muy serio con todos, pero por alguna extraña razón, con Hanabi Hyūga, la hija menor del líder del clan, la hermanita de su mejor amiga, se sentía en mas libertad.

La castaña soltó una risa a la vez que el viento soplaba.

-Confía en mí, Shino - pidió

Por otro lado, Neji Hyūga había llegado al hotel en cuestión de minutos, la preocupación se agitó en su pecho, como si fuese a él lo que le estaba sucediendo algo malo.

Simplemente estaba preocupado, Tenten su Tenten estaba en sus brazos, la cargaba estilo nupcial, sentía su chakara débil, mil y un escenarios maquinandose en su cabeza.

La simple idea de que alguien la hubiese atacado... o de que esté en mal estado, hacia que su corazón se estrugase en su pecho dolorosamente.

No podía perderla, no ahora que se había admitido a si mismo sus sentimientos por ella.

¿Quién diria que Neji Hyūga, el genio de su clan, se preocuparía tanto, demasiado por su única compañera de equipo?

¿Qué debía hacer? ¿Un hospital? ¿El hotel? ¿Una enfermería? Tal vez debería llevarla con un especialista en chakra.

Oh, esperen.

¡Él era un especialista en chakra!

Debido a la habilidad de su clan, el no solo podía ver y manejar perfectamente el chakra, conocía todos sus secretos. Por lo que se decidió por llevarla a la habitación del hotel.

Llegó a la habitación que compartían, cuando ella fue abriendo sus ojos poco a poco, sus sentidos se activaron, sentía el calor del cuerpo ajeno, acompañado de un suave olor a girasoles, con un toque masculino.

Definitivamente estaba en brazos de Neji, podía sentir el latido desenfrenado del corazón de su compañero, se sonrojó rápidamente, logrando que su músculo cardíaco se acelere en un santiamén.

La dejó suavemente sobre un futon, cuando vio que ella estaba consciente, se sonrojó cuando la vio con su nuevo look, no se había fijado en eso cuando la vio desvanecerse en medio del camino, pero ahora que prestaba atención, se veía... hermosa.

Tenten se sonrojó ante la mirada sin pudor alguno del ninja, que con sus ojos recorría su cuerpo, fue ahí cuando reparó en que no llevaba su cómoda ropa holgada, entonces recordó el porqué de toda esa situación.

-Oh, por Kami, voy a matar a Ino. - susurró

Neji enarcó una ceja divertido, le parecía divertido el hecho de que prácticamente la había visto caer al suelo, pero se preocupaba por algo tan banal como la venganza.

Y ahí lo entendió, Ino había usado su jutsu en ella.

Bueno, no se quejaba, había hecho quedar espectacular a su Tenten, mas femenina, pero también su estilo, se veía genial.

-¿Estás bien? - le preguntó él aún preocupado

-Sí, solo fue su tonta transferencia de mente - rió despreocupada

De pronto Neji se sintió un tonto por haber pensado que ella estaba orillada a la muerte, o siquiera por haber sentido ese susto de que le dejaría.

Asintió con la cabeza, ahora no sabía que decir, o cómo actuar ante ella, si, se había enamorado, pero ¿Y ahora qué? ¿La tomaba de la cintura y la besaba en ese mismo lugar?

Ay, si, como si las cosas fueran tan fáciles.

Por primera vez, Neji sentía que tenía un reto que no podía manejar a la perfección ante él, y ese reto, tenía unos hermosos ojos chocolate, cuándo la cargó, pudo sentir la fragancia de su cabello.

Violetas, las flores favorita de su amada.

-Oye, Ten - esta la miro -¿Que tal si vemos una película? -

Se sentó junto a ella, en el futon.

-¿De las que hay en estas cintas? - señaló unas cintas frente a una televisión, el genio asintio -¡Claro! ¿Porqué no? -

Neji sonrió agradecido, conquistarla no sería fácil, pero sabía que tampoco imposible.

Shino parpadeo un par de veces, confuso, ante lo que recientemente le había explicado la Hyūga, obviamente el parpadeo no fue notado por la joven, gracias a sus lentes oscuros.

-¿Qué Neji qué? - le preguntó

-¡Sí los vi! - comentó ella feliz -El la cargaba estilo nupcial, por algo existe el Byakugan, Aburame -

-Mm, bien...-

Hanabi tenía algo, trataba a Shino con demasiada confianza, aunque claramente le coqueteaba, cosa que era ignorada por el Aburame, a quien en realidad no le interesaban ese tipo de cosas

-¡Mi trabajo aquí es casi nulo! - comentó ella mientras volvía adentro

-Nuestro trabajo. - la corrigió

En realidad a Shino no podía importarle menos la vida amorosa de Neji, simplemente había sido arrastrado por la chiquilla, quien quería un cómplice, bueno ella queria que el fuese su cómplice, y Shino, el no tenía nada mejor que hacer en esos momentos.

-Si, si, ¿ya te pusiste a pensar lo bien que suena "nuestro" en tu boca? - le sonrió coqueta

A Hanabi no le importaba Shino, en realidad ningún chico, simplemente quería molestarlo, o generar alguna reacción en él, le parecía extraña su extrema seriedad, hasta su primo se reía a veces. 

El mencionado rodó los ojos -¿No te han dicho que eres muy joven para el amor? ¿Cuántos años tienes? ¿Nueve? -

Ella bufó -Para tu información, tengo 12. -

-Vaya, gran diferencia.. - dijo con sarcasmo

Hanabi sonrió para sí misma, por fin comenzaba a generar alguna emoción en su cómplice.

-Nuestro trabajo aquí, es observar que tus amigos idiotas no lo manden todo a la mierda -

-¿Tu padre sabe que empleas ese lenguaje? -

-No, pero tú sí, estaremos muchos años casados, así que mejor vete acostumbrando, mi amor - le guiñó el ojo

-Tsk... - apartó la mirada -Tienes razón, Naruto es mi amigo, al igual que Kiba, pero ambos son idiotas -

Mientas tanto, precisamente para ser exactos en un bar, mientras el atardecer se iba por completo, Kiba y Lee conversaban tranquilamente bebiendo té verde.

-¿Así que se te acabaron las ideas? - preguntó Kiba confundido

-Así es. - dijo el otro -Ya hice gran parte, creo que te toca hacer lo siguiente. -

-Uhm, está bien..-

De pronto un grupo de músicos hizo acto de presencia en el pequeño escenario, mucha gente comenzó a disfrutar de la música.

-¡Me encantaría que ese cantante me dedique una canción de amor! - dijo una chica que pasó por su mesa

Esas palabras le dieron una idea al Inuzuka, una o muy buena, o muy mala, ya veremos cuál de las dos.

Ojalá les haya gustado!

Los amo!