¿Como nació Cupido? (parte 1)
Izquierda, derecha, izquierda derecha... Mareos, náuseas y vergüenza.
En el bosque, atados, colgando de la rama de un gran árbol, sin varitas, y sin ser suficiente castigo, eran tambaleados de un lado para el otro por un par de ardillas traviesas.
Los cuatro estudiantes, dos Lang y dos Orca habían pisado una trampa apenas había comenzado la práctica. Todos culpaban a Roy Forest porque usando su magia personal de detección pensó que lograrían encontrar su objetivo más rápido, pero tan pronto decidieron seguirlo, pisaron una trampa que estaba hecha para dificultar mas la tarea de los estudiantes.
"Se me olvidó avisarles de las trampas. Tengan cuidado". Dijo Elizabeth Valley, la nueva profesora de Zoología Mágica, antes de abandonar a los estudiantes colgados de un árbol. Habían pensado en usar magia para liberarse, pero las ardillas que residían en ese árbol comenzaron a molestarlos y, de alguna forma, les arrebataron la única forma de liberarse de aquella trampa.
El viento comenzó a soplar, las diferentes aves volaron hacia diferentes direcciones, las juguetonas ardillas observaron el cielo, temblaron soltando las varitas de los estudiantes dejándolas caer, bajaron de los árboles y desaparecieron entre unos arbustos.
Confusión absoluta dejaron en los estudiantes.
—¿Que fué eso?
—No sé y no me interesa—. La desinteresada respuesta del Lang fué interrumpida por el revoloteo entre los arbustos, que segundos después se quemó al ser tocado por llamas verdes.
—¡Calculamos mal!—. Gritó la fémina apunto de tirarse sobre el suelo y dar vueltas, y lo habría hecho de no ser por qué fué inmediatamente empapada por agua.
—Lo siento, no se me ocurrió otra solución rápida—. Avisó Domina ante la confusión de la pelirroja.
—No importa, gracias...
Se interrumpió a si mismo al notar que habían un par de varitas en el suelo.
—Oigan, creo que conozco está varita—. Murmuró completamente pálida. Entonces Lovie tocó su hombro llamando su atención, apuntando sobre sus cabezas. Ahí estaban, cuatro estudiantes colgados y completamente perplejos.
—¿Saben dónde está la profesora Valley? —Los cuatro estudiantes negaron—. Bien, vámonos.
—¡Milo, no hagas como que no nos viste...
(…)
—¿Las trampas son parte de la práctica?
Shuen asintió arreglándose el peinado, que lo tenía revuelto.
—Pierden tiempo al buscarla —respondió—, no va ayudar. Debe estar vigilando todo desde alguna sala llena de espejos.
—Pero no hay mucho que podamos hacer sin magia. Esa barrera es un completo estorbo.
—¿Pensaron en no usar magia?—. Preguntó Roy. —Burnedead no tiene magia, y siempre se las ingenia para solucionar sus problemas.
Todos guardaron silencio, se observaron las palmas de sus manos y llegaron a la rápida conclusión que aquello era estúpido, Mash contaba con fuerza sobre humana, no se podía comparar a Mash con simples mortales como lo eran ellos sin su magia.
Pero si tenían que sacar a sus compañeros de ese fondo foso en las ruinas, deberían hacerlo sin magia.
—Tendremos que buscar muchos metros de soga. Pero tampoco podemos salir del límite de territorio de la prueba.
—No tenemos que hacerlo—. Lovie interrumpió a Milo, que lo miró confuso y luego observó los árboles que el Orca estaba señalando. —Si mis ojos no me mienten, es probable que sean unos doscientos metros de soga.
Los árboles era muy altos, el sistema que había usado su profesora tampoco era muy sencillo, siendo que habían tardado mucho en encontrar toda la soga para liberar a los del otro grupo.
—¡Podria funcionar!
No perdieron tiempo para encaminarse hacia las ruinas, no podían teletransportarse por varias razones.
La teletransportación solo podía transportar a algún lugar en el que ya hubieran estado. Para devolver el favor, el grupo de Shuen los ayudaría para subir a Finn y Carpaccio. Ninguno del grupo se veía muy fuerte físicamente, así que aceptaron indignados.
El hechizo consumía demasiada energía magia, la cuál reservaban para alguna emergencia, aún no sabían que tipo de bestia podria haber cerca de esas ruinas, además aun no encontraban a su objetivo.
Tampoco pudieron ir por sus escobas porque estaba fuera del límite permitido de la práctica.
—Por cierto —Mili rompió el silencio en el primer descanso—. ¿Por qué su grupo está confirmado por cuatro estudiantes?
—Burnedead e Irvine no asistieron—. Respondió Forest. —¿Sabes algo al respecto? Creo que son tus amigos...—. Dijo ahora observando a Roseanne.
—Lemon enfermó, tenía mucha fiebre en la mañana, y bueno, Mash... Love lo durmió con un somnifero por accidente... A él, a Dot y Lance, los cuatro están en la enfermería.
—¿Por qué no me sorprende? Es una completa inútil—. Murmuró Milo.
—¿Intentaba hacer otra poción de amor?— preguntó Shuen. Aunque no esperó una respuesta, esa pregunta fue más para si mismo, totalmente incrédulo—. Es la tercera vez que se equivoca con pociones de amor.
—¿Tercera?—. Preguntaron al unisono. Milo y Shuen asintieron. La poción que Love había hecho para Roy no fué la primera.
—¿Love se dedicaba a hacer de Cupido desde antes?—. Preguntó demostrando interés el pelirosa. Pero ambos chicos negaron.
—¿Entonces cuando fué?—. Preguntó ahora Lovie, interesado por saber más sobre la primera amiga de su gemelo. Había oido mucho, pero oírlo de personas que la conocían y tenían más interacción con ella era más creíble que los chismes que circulaban por malas lenguas.
Milo suspiró, como si recordara algo.
—Como Cupido, es un hecho que es un completo fracaso. Pero no decidió jugar a ser Cupido solo porque despertó con la idea—. A excepción de Shuen, los demás se mantuvieron atentos, algunos disimulaban poco interés y otros no lo ocultaban. Milo continúo ante las curiosas miradas. —No es algo que yo debería contar, por eso será mejor que se lo pidan personalmente a ella. Estoy seguro que lo contará con mucho gusto si se lo preguntan.
—¿Que tenemos que preguntar exactamente?
—La historia de la primera pareja que Love Cute unió—. Completo Shuen con una sonrisa, con una pizca de orgullo.
(…)
Era gracioso ver cómo en los juegos de cartas Abel ganaba y el resto perdía, lo que realmente le daba gracia era la forma en que terminaba el juego siempre, con Wirth, Milo y Anser atacando a Abyss por siempre entrometerse evitando que puedan siquiera tener oportunidad de ganarle a Abel.
—¡No me mires con ese feo ojo! Maldito tramposo—. Exclamó Wirth arrojándole las galletas a Abyss.
—Mi bastón, lo necesito. Para convertirlo en una estatua de piedra...—. Murmuraba el mas bajo de cabellos verdes luchando contra la altura de Olore que impedía que Milo cogiera su bastón.
—¡Deja de redireccionar mi Shuriken!—. Exclamaba Anser, viendo que mientras Abyss usaba su ojo maldito para impedir que Wirth dispusiera de su magia, usaba magia para cambiar el curso del arma de Anser. Milo no podía atacar porque Olore lo detenía de cometer una locura.
Love Cute solo se reía junto a Shuen, quien solía visitar seguido la organización. Especialmente porque Shuen era amigo de Wirth desde la infancia.
En realidad, la relación de los 7 Colmillos de Magia Lupus no era la más cercana. En un principio, solo eran individuos con objetivos y ambiciones similares. Pero todo cambió cuando fueron derrotados por estudiantes de la residencia Adler.
Abel, el líder de la organización detuvo toda actividad durante un tiempo, los colmillos no tenían razones para quedarse más allá de gozar los privilegios que les ofrecía ser un colmillo. Pero si la organización no tenía propósito, ya no tenía sentido seguir existiendo como parte de Magia Lupus. De hecho, los cinco colmillos restantes asumieron que se disolverían.
Abel nunca dijo algo por el estilo, y con el cambio drástico de los primeros dos colmillos, la disolución era algo que se veían acercarse tarde o temprano.
Pero ahora estaban ahí, en medio de la sala común, jugando como si fueran amigos que no se reunieron con fines egoístas. Discutían, a veces no se entendían, muchas veces terminaban lanzándose hechizos, pero seguían juntos. Todo había comenzado con una extraña petición de Love Cute, una petición de que la acompañen en actividades.
Los cuatro chicos no entendieron al principio, la insistencia de la única fémina de l organización era extraña. Pero al final comprendieron, que ella quería algo más, Love quería amigos, su personalidad complicada se lo impedía, y justamente por eso ella tomó el poco valor que tenía y se esforzó por hacerse cercana a las personas que la rodeaban.
Love quería algo como lo que tenía el grupo de cabeza de hongo, lazos de amistad no se quebraban incluso si tenían perspectivas, pensamientos, valores, gustos, todo completamente diferente.
Nunca creyeron que realmente terminarían teniendo noches de juegos todos los fines de semana, en los que Love llegaba con un nuevo juego de mesa, muchos bocadillos y pijamas que nadie aceptaba usar a excepción de ella.
—Ya es tarde—. Avisó el primer colmillo observando que el reloj marcaba ya la media noche. La expresión de los siete presentes se volvió sombría al recordar el horario ocupado que tenían para esa semana.
Aunque los más ocupados serían los primeros tres colmillos, por supuesto que los más ocupados serían los que estaban a nada de graduarse.
Si bien ningún Colmillo había logrado ascender a Visionario Divino ese año, el cuál era el propósito inicial de la organización antes secreta, ahora se dedicaban a hacer de Lang un lugar mejor para sus residentes, asegurar el avance académico ayudando a los estudiantes que se iban quedando por debajo de la excelencia que consideraban era primordial para pertenecer en una Casa donde llegaban los estudiantes seleccionados por su habilidad y ambición. No podían exigir menos que superar al promedio.
Ese año, había sido el más agitado en la vida de unos simples estudiantes, pero el retroceso en el tiempo final de Innocent Zero les había dado poco más del tiempo que les quedaba para organizar la ceremonia de graduación de los de tercer año.
Usualmente las ceremonias de graduación eran planificadas y organizadas entre los tres prefectos. Pero Abel, fué un poco ambicioso y pidió al director que permitiese que él se encargue de la ceremonia. Sabiendo de sobra que los prefectos de Orca y Adler contaban con unas agendas muy ocupadas como para encargarse de la ceremonia de graduación, Wahlberg aceptó agradecido.
—¿Conseguiste los arreglos?—. Preguntó Wirth comenzando a recoger, con magia, todos los bocadillos que había aventado anteriormente.
Abel no tdndria ayuda de los otros dos prefectos, pero contaba con la ayuda de Magia Lupus, sus ahora amigos, eso eran manos suficientes.
—Si—. Respondió Milo dejando de forcejear y volviendo a colocarse su sombrero. —Fué complicado, pero me aseguré de que los tengan listos esa misma mañana.
—¿Volviste a amenazar de muerte a la gente?—. Preguntó con gracia Shuen. Pero el peliverde simplemente desvío la mirada respondiendo con una dudosa negativa.
—¿Enviaste todas las invitaciones?—. Preguntó Wirth ignorando a los de primero.
—Por décimo quinta vez, sí, lo hice. ¿Me crees tan inútil como para haberlo olvidado?—. El evidente silencio, las miradas compartidas y, por si fuera poco, el asentimiento de Milo hizo que Love se aproximará para tomar su bastón y poder lanzar un par de tornados. Pero antes de poder siquiera tocarlo, este se hundió en el suelo ahora lodoso. —Te odio Wirth.
—Eso no es lindo de tu parte.
—¡No uses mis frases, copión!
—¿Vieron a Abel?—. Llamó la atención Anser. —. Fuí en busca del cuaderno de propuestas que tengo para la entrada, pero cuando volví ya no lo ví.
Su madre era una de las mejores organizadoras de eventos, por lo que había pedido encargarse de la decoración. No estaban seguros de si la creatividad y el buen gusto de su madre lo había heredado Anser, pero aceptaron confiando en que tenía mejor gusto que frases filosóficas.
Y Anser, no del todo seguro había decidido presentar cada propuesta al primer colmillo para obtener una segunda opinión y no hacerlo demasiado ostentoso.
—Debió volver a su habitación—. Comentó Milo.
—Abyss tampoco está, deben estar juntos—. Añadió Love después de darle una patada a Wirth que inmediatamente cayó y comenzó a quejarse, mientras las pelirosa exigía que le devolvería su bastón.
La ausencia de los primeros dos colmillos no era sorpresa, Abyss desde el principio era la mano derecha de Abel.
—Vuelve a patearme y quemó tus tontos libros de romance, llenos de cliché y cursilerías.
—¡Con mis cursilerías no te metas! Se lo diré al señor Abel.
—Son como perro y gato—. Comentó Shuen observando la pelea entre la pelirosa y su amigo de la infancia. Shuen sabía que se conocían desde que tenían uso de razón, pero no estaba seguro de que tipo de amistad tenían, los veía seguido discutiendo. Milo a su lado asintió, indiferente.
Tanto el tercer como quinto colmillo desaparecieron entre discusiones, probablemente hacia la habitación de uso exclusivo de Abel.
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Se viene... Se viene... Se vino...
¡Marranos, no me refería a eso!
Yo hablo de que ya llegó la historia de como Love descubrió su gusto por unir parejas enamoradas.
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