Capítulo Único
Nueve de mayo.
Flower se sentó en el sillón con un vaso de café en una mano y el control de la televisión en otra.
Todo parecía normal, los canales daban la misma programación y ella cumplía al pie de la letra la rutina de todos los días. La diferencia era que ese día no iría a trabajar.
Quería darse un gustito el día de su cumpleaños.
Sonrió mientras miraba la televisión. Un cartoon tonto la hacía reír.
Pero no la hacía olvidar su ansiedad.
Se levantó estresada. Ya llevaba dos vasos de café y su ansiedad no paraba. ¿Qué le pasaba? Estaba bien, tranquila, había dormido y desayunado bien. ¿Entonces?
Caminó a su cuarto, buscó en su mesa de noche y tomó sus cigarrillos.
"Odio que fumes".
Volvió a la sala, apagó la televisión y se sentó en el sofá. Otro café y un cigarrillo. Se sentó de piernas cruzadas, su pierna no dejaba de moverse, la bajó. Dio un sorbo, fumó. Nada, no podía calmarse.
Apagó el cigarrillo y dejó el vaso de café de lado.
No podía seguirlo negando, por supuesto que todos estaba mal. Terriblemente mal. Y que fuera su cumpleaños lo empeoraba.
Apoyó los codos en sus rodillas y llevó sus manos a su rostro.
Ese era su primer cumpleaños sin ella.
Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas y maldiciones comenzaron a salir de su boca. Luego un golpe a su almohada. Maldiciones a sí misma, a sus sentimientos, a su apartamento, a el olor que aún creía sentir en su almohada y que no desaparecía aunque la lavara mil veces. Maldiciones a todos esos recuerdos dolorosos con ella. Cuando era la primera en levantarse, en despertarla con un beso, cuando ocultaba sus cigarrillos y la obligaba a mojarlos en el lavabo, cuando se acostaban a altas horas de la noche viendo películas... su cuerpo cuando la hacía suya.
¿Qué había salido mal? ¿Cómo la había perdido?
Recordaba sin parar esos cumpleaños junto a ella. Donde Akari siempre le horneaba un pastel. El primero fue horrible, el último exquisito. Y sus felicitaciones... esas eran las únicas que quería escuchar. Quería escucharla decir que la amaba.
Todas las llamadas y mensajes que había recibido ese día... de todas esperaba que ella fuera el remitente.
Pero no.
Volvió a encender otro cigarro, otra jarra de café. Perdió la cuenta de cuanto había fumado y de cuánto había bebido. Solo se percató de que ya no había cigarrillos en la caja.
Tenía que ir por más.
Le importó poco su horrible aliento a cigarro y la posibilidad de que tuviera sus dientes amarillos de tanto beber. Tomó su chaqueta y ocultó su cabeza con su capucha, buscó el dinero, su celular y las llaves. No le importó nada más. Pero cuando abrió la puerta su corazón se detuvo.
—H-hola... Flower... e-es... te hice un pastel... ya sabes para comer... por tu cumpleaños.
Era ella, no podía ser su imaginación. Su flequillo ocultaba su rostro y sus manos parecían temblar tras el tambaleante pastel.
Flower no podía articular palabra. Su boca no respondía, mucho menos sus piernas lo harían. Se recargó en el marco de la puerta respirando de forma agitada mientras la observaba.
—Entiendo que estés molesta... peleamos horrible el día que nos dejamos... p-pero yo prometo dejar de ser tan celosa... y-y no sé, todo lo que a ti no te guste —empezó a decir mientras su voz se quebraba con cada palabra que decía. Flower pudo observar las lágrimas que brotaban de sus ojos—. Y-yo... realmente te extraño... y hoy, era tan importante que no podía ignorar tu cumpleaños...
¿Por qué habían peleado? Ni siquiera lo recordaba. No lograba hacer memoria de la razón por la que terminaron. Solo la recordaba tomando sus cosas para irse.
—Las flores... en mi cumpleaños... sin tarjeta, sin nada, solo las flores. Mis flores favoritas... ¿fuiste tú, verdad?
Flower no dijo nada. Aún no podía responder.
—D-dime algo. S-si ya no me quieres trataré de reconquistarte. Aprendí a cocinar cosas ricas, incluso buscaré trabajo, no tendrás que mantenerme.
—Yo...
Finalmente dijo algo, pero no lo que quería.
Akari la observó expectante a que terminara su frase, aún entre sollozos.
—Yo... yo y mi departamento apestamos a cigarro —dijo. Apartó la mirada ante su respuesta tan mediocre, pero no había logrado pensar en otra cosa.
Akari sonrió. Dejó el pastel en el suelo y se acercó a Flower para abrazarla.
—Mírate, estás hecha un asco. Pero yo he venido a limpiar todo. Lamento haberme ido en primer lugar. D-Debí escuchar... —dijo para luego romper en llanto.
Flower correspondió su abrazo. Se sentía exactamente igual.
—Yo debí luchar más por ti. No lo noté y empecé a descuidarte. Lo lamento.
Ambas pasaron unos segundos abrazadas, llorando, y finalmente cumpliendo ese anhelo que no podían ignorar.
Se amaban la una a la otra y jamás podrían olvidarse.
—Te amo —dijo Flower. Akari se alejó y sonrió, agradeciendo desde el fondo de su corazón escuchar esas dos palabras que tanta felicidad le daban.
Flower puso ambas manos en sus mejillas y se acercó a ella para besarla, aunque antes de hacerlo se detuvo.
—¿Flower?
—Lo siento... es que... fumé mucho y bebí mucho café. Te dará asco...
—Apestas, es cierto.
—Sí...
—¿Pero sabes qué arreglaría eso? Un baño de agua caliente, un buen lavado de dientes y una comida calentita para luego probar mi delicioso pastel. Hice muchos pero este es el indicado.
Flower se hizo a un lado y Akari entró al departamento. Por instinto tapó su nariz ante el horrible olor y corrió para abrir las ventanas.
—Ugh, definitivamente no debí irme.
Volteó a ver a Flower. Esta la miraba fijamente sin apartar la mirada, lo que la hizo sonrojarse.
—¿N-no te irás a bañar?
Flower se acercó a ella y rodeó su cintura con sus manos para atraerla hacia ella.
—¿Te bañarias conmigo?
El rostro de Akari se tiñó de rojo para luego alejarse de Flower, avergonzada.
—JAJAJAJAJA —empezó a reír de forma exagerada mientras apretaba sus mejillas con sus manos— N-n-no esperaba que me pidieras s-semejante cosa p-pero traje algunos cambios de ropa así que... supongo que sí. B-bueno no es que esté pensando en ensuciarla... jaja...
Flower rió de ternura.
Era en momentos así donde sabía que ella era la correcta.
—E-entonces vamos... a bañarnos...
Caminó hacia ella y se inclinó para susurrar a su oído.
—Vamos, haré que ensucies tu ropa.
—Me parece bien —respondió con una sonrisa para luego corresponder al beso apasionado que su novia estaba por darle.
Dedicado a honeyweb
Qué vergüenza akdajdja a lo mejor ya ni te gusta el shipp(?)
Bueno, por si no recuerdas que rayos es esto es un pedido que me hiciste como hace un año y hasta ahora lo hago, como buena irresponsable 👉👈
Es que me inspiré con una canción de la Billie que nada que ver con la letra pero la melodía me inspiró esto y esta era la shipp perfecta adkajdha
Yy bueno, espero que te gustara igual. Y a cualquiera que lea esto :(
Gracias por leer y tomen aguaaa
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro